Capítulo 36

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Con un vestido sin mangas corto de encaje color rosa crudo, zapatos de tacón igual, un saco largo negro y una cartera de charol igual, Charlotte se sentó en la misma mesa del patio del Westminster School, pasando uno de sus apuntes de derecho penal. 

— ¿Por qué tan seria?

— ¿Jamás vas a dejarme tranquila, Styles? —preguntó, sin despegar los ojos de su cuaderno.

— ¿Tienes una idea cómo me pones cuando dices mi apellido?

—Eres un pervertido. —comentó ella, haciendo sonreír al chico.

—Y tu eres una atrae-chicas.

— ¿Una qué? —preguntó, mirándolo al castaño.

—Si, una atrae-chicas. Desde que todo el mundo en la escuela sabe que somos novios, me han invitado a salir unas cincuenta chicas, y no te miento. Parece que esto de que sea prohibido, les gusta.

—Eres un asco. —comentó ella, cambiando de hoja. —Y tu no eres prohibido, porque tu y yo no somos novios. —le explicó ella, mientras seguía escribiendo en su cuaderno.

—Igual, no te preocupes pequeña pervertida. Yo no voy a salir con nadie, sabes que este premio mayor, es solo tuyo. —dijo él, haciendo que ella solamente girara los ojos. — ¿Qué hacía ayer el franchute en la cafetería besandote?

—Deja de llamarlo así. Es un insulto también para mi. —dijo ella, con enojo. —Y además, me besó en la mejilla. Tal cual hacen Zayn, Niall y Liam.

—Ellos son distintos, en cambio el franchute, quiere algo contigo.

—Deja de hablar así. Y no te importa lo que haga con él. —contesta, continuando con su labor.

— ¿Qué haces? Deja de ignorarme.

—Harry, hay gente que viene a la escuela a estudiar. Aunque tu no seas de esa gente, yo si. Así que, quítate. —le dijo ella, empujando al castaño al otro lado.

—Tengo una idea, así no me ignoras y sigues haciendote la aplicada. —comentó, mientras ella lo miraba contradictoriamente, entonces, el muchacho, con sus brazos, envolvió a la parisina, levantándola de la mesa, y la colocó sobre sus piernas, estrujándola con sus brazos por la cintura.

— ¿¡Oye, qué haces!?

—Shhhh... Quietita. Tu sigue haciendo lo que sea que estás haciendo. —le dijo el chico, mientras ella, ignoraba al castaño y se quedaba, apoyada en el pecho del chico, escribiendo las anotaciones de su clase. El muchacho dejó reposando una mano en la cintura de ella, mientras que con la otra acariciaba su espalda, recorriendo su columna vertebral una y otra vez, pasando su mano por los hombros desnudos de la muchacha, y colando delicados besos sobre la tersa piel de esta, distrayendo por completo a la castaña, la cual, con ímpetu, trataba de concentrarse en su trabajo, aunque, sus pensamientos eran inexactos en ese momento, el cincuenta porciento, o tal vez un poco más, de su cuerpo, decía que el estar allí con él estaba mal, pero a su vez, otra parte, quizás recóndita de su cabeza, pensaba que era increible la sensación que le provocaba estar con él, aunque este ni la tocase, y solo, le respirase quedamente en el cuello . Él, mientras tanto, seguía repartiendo inocentes besos en su hombro, para ir subiendo paulatinamente a su cuello, y con sus dientes fue mordiendo la fina piel de ella, con delicadeza, con suavidad, nada bruto o brusco.

—Harry... —soltó ella, más en un suspiro que otra cosa, haciendo que una sonrisa de satisfacción aparezca en los labios de él, los cuales, se volvieron a apoyar sobre la piel de ella. —Tengo que terminar esto, la semana que viene tenemos examen.

—Falta una semana.

—Tengo que sacar sobresaliente. —le explicó ella, mientras que él, seguía posando sus labios sobre el mismo hombro, y con su mano, acariciaba su brazo. —Y de verdad, derecho penal me cuesta. —continuó ella, haciendo que el muchacho se separara de su piel, y enfocara sus transparentes ojos, en los oscuros de la chica.

TROUBLEMAKER - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora