—Espera. ¿Estás diciendo que ese idiota la engañó?
—Tan clarito como lo oyes.
— ¿Es estúpida o qué? —preguntó Harry, acostado en su cama. — ¿Cómo puede defender a ese tipo luego de que la engañó?
—Dijo que eso es pasado, y que él se arrepintió.
—A mi no me perdona una, y a él, le perdona que se haya encamado con otra y que toda su anterior escuela se haya enterado antes que ella.
—Tal vez sigue enamorada de él. —comentó Niall, mientras estaba revisando su twitter en la laptop de Harry.
— ¿Enamorada? Por favor, no seas idiota Niall.
—Estás como loco por ella. Mira como nos hablas
— ¿Quieres molestarme tu también, Liam?
—Lo siento, pero... Charlie está enojada contigo, se lo pregunté ayer, y no da su brazo a torcer.
—Claro, pero me llama "salvaje" y "bruto" para defender a ese franchute piojoso. —comentó el castaño, indignado.
—Deja de enojarte tanto, Harry.
— ¿Y esa chica?
— ¿Qué chica?
—La de las porristas...
— ¿Margot?
— ¡Si esa! ¿Qué le ha hecho ahora? —preguntó, con el ceño fruncido.
— Aww... ¡Mirenlo más tierno! ¡Todo preocupado por Charlie!—dijo Zayn, en un completo sarcasmo.
— ¡Cierra la boca, estúpido! ¡Y dime! ¿Qué le ha hecho?
—Ya te lo conté... Dos veces, pesado.
— ¿No le pegó, verdad?
—No, al que le pegaron fue otro... —comentó Niall, lanzando una risa.
— ¿Qué? ¿De qué hablas?
—Nada. Cierra el maldito pico, rubio.
—Vamos. Ahora habla. —dijo Liam, tomando los cd's de Harry, y leyendo la parte trasera de todas las cajas.
—Charlie ayer, puso en el piso, de rodillas y luego, boca al suelo al grandote este. —comentó el rubio, señalando a Zayn. Las risas no tardaron en aparecer, de parte de Liam y Harry, los cuales, no podían creer lo que su amigo estaba diciendo.
— ¿De verdad? —indagó sorprendido, Liam.
—Fue solo... Tenía curiosidad. Además, no sé de que tanto te ries, Styles. Que ella te dio vuelta en el aire como un panqueque.
— ¿Curiosidad?
—Si, Liam. ¿Viste lo que le hizo a Romeo? Bueno, quería saber si podía conmigo.
—Y te dejó hecho torta en el suelo. —finalizó Niall, el cual se ganó una mirada asesina de parte del moreno, y el rubito, continuó lo que estaba haciendo en el aparato tecnológico.
— No, Harry no es Romeo. —dijo Liam, mirando a Harry, y él, y sus amigos, miraban extraño al muchacho. —Es el Sr. Darcy. —soltó el castaño, ganándose un almohadonaso de parte de Harry.
— ¿Sr. Darcy? ¿De qué nos perdimos? —preguntó Zayn, compartiendo una mirada de desconcierto con Niall.
—Nada, incultos. —comentó Harry, poniéndose de pie. —Les tocaría alguna vez leer un poco.
— ¿Leer? ¿El qué?
—Orguyo y Prejuicio, es el libro favorito de Clea y Charlotte.
— ¡Ohhh Clea! ¡Ohhh Charlotte! —dijeron al unísono Zayn y Niall, mientras Harry y Liam los miraban de mala manera.
—Saben, me voy. Tengo que ir a hacer algo.
— ¿A hacer algo? ¿Te das cuenta que es tu casa y tu te vas?
—Quédense si quieren, vuelvo en un rato. —contestó Harry, parándose de la cama y tomando su saco. Luego, agarró las llaves de su auto de su mesita de noche y de adentro de esta, tomó un pequeño bolso color negro, y salió de su casa,
—¡Vete!
— ¡Abre la maldita puerta, Charlotte!
— ¡Eres un cerdo idiota! ¡Te dije que te quiero fuera! —dijo la castaña, caminando por el living de su casa, en dirección al sofá. Era un departamento de cuatro ambientes, el living era amplio, revestido de pisos de madera lustrados, las paredes en un amarillo pastel, con un toque sofisticado en la decoración, y un juego de sillones como lujo principal.
—Te recuerdo, que tu me debes algo... Por cierto, muy lindo depto.
— ¿Qué quieres Harry?
—Eres mi modelo, ¿lo recuerdas?
—Ya modelé para ti.
—Una vez. ¿Y lo qué puse en el depósito? Si eso valió solo una sesión contigo, eres más cara que una modelo de Chanel.
—Muy gracioso. —comentó, sentándose en el sillón frente a él.
— ¿Entonces? ¿Comenzamos?
—De acuerdo... En cuanto más rápido lo hagamos, más rápido vas a irte.
—De acuerdo, vamos... Tenemos que ir de compras.
— ¿Compras?
—Si, la lencería del siglo XVIII ya lo tengo, ahora lo que quiero es algo moderno. Así que vamos a comprar ropa y de allí, a sacar fotos por la ciudad.
—No voy a comprar ropa. Fue de compras hará tres semanas. Tengo ropa, si quieres vamos y elegimos algo.
—No, claro que no. Vamos, yo voy a elegir. —dijo el chico, tomando de la mano de la muchacha y arrastrándola hasta su vehículo. Fueron hasta la calle Oxford, donde las tiendas de Burberry, Chanel, Gucci entre otras, se extendían por el largo y ancho de esa colmada avenida llena de turistas, compradores y comenrciantes.
— Vamos, pruévate este. —dijo el chico, estirándole la ropa y empujándola al comabiador. Y así la tuvo alrededor de dos horas y media hasta que compraron absolutamente todo lo necesario para la sesión de fotos. Caminaron hasta el Palacio de Buckingham, donde comenzaría la sesión de fotos. La muchacha, con el maquillaje sobrio pero la boca pintada de un rojo pasión, estaba con el cabello castaño oscuro callendo en marcados bucles por su espalda y pecho.
Con una camisa azul clara a lunares blancos, un short fucsia, zapatos de tacón azules floreados, anteojos negros y un sombrero de pana con borde del mismo tono que el short, Charlotte caminó hasta posarse en la entrada principal del palacio de Buckinham donde Harry comenzó a tomarle fotos en diferentes poses y todos los allí presentes contemplaban al fotógrafo y su modelo. { http://i49.tinypic.com/3008ze0.jpg }
—Muévete para la derecha. —le dijo el chico, mientras esta se ponía en una de las columnas. —Ahora corre tu pelo para atrás.
— ¿Cómo?
—Como haces siempre que tratas de seducirme. —contestó el chico, y esta frunció el ceño, para luego con una mano correr el mecho de cabello para atrás y él, tomar la fotografía. —Ves que me seduces, hasta sabes como.
—Cierra la boca, Styles. Que esté acá contigo haciendo esto, no quiere decir que esté todo bien entre nosotros.
—Lo sé. Prefieres a ese idiota que habla muy mal, a mi.
—Deja de hablar así de Louis.
—No sé porque defiendes tanto a ese idiota, si ni siquiera sabes lo que pasó.
—Claro que lo sé. Lo has insultado, me insultaste a mi y se pegaron.
— ¿Eso te dijo que pasó? —preguntó, finalizando con una risa seca e irónica. —Bueno, déjame decirte que te mintió. Y muy feo. Él empezó a insultarme, y con cosas peores que... —comenzó a relatar el chico, pero se calló al saber lo que le estaba por decir a la castaña.
— ¿Qué? ¿Qué fue lo que te dijo?
— ¿Importa? Seguro que si te lo digo vas a preferir creer en el tarado ese.
—Verdad. —admitió con malicia la castaña.
—Vamos, tenemos que ir al Tower Bridge ahora. —le contestó, con la máxima antipatía posible en un ser humano.
Al llegar allí, Charlotte lucía una musculosa de modal turqueza, un short negro y un sombrero a juego cubriendo parte de su cabello mientras este caía gracilmente sobre sus hombros y espalda. Con zapatos de tacón cuadrado negros y detalles en turqueza, y la joyería de fantasía plateada, Charlotte se encontraba parada en medio de una de las grandes columnas.
— ¿Listo? —preguntó Charlotte. —Estoy cansada, me duelen los pies.
—Si, vamos, vamos. —dijo Harry, guardando la cámara.
Caminaron hasta donde habían dejado el auto, y alli, al subir y arrancar con el viaje, se produjo un silencio prolongado entre ambos que ninguno estaba dispuesto a romper, pero, la curiosidad mata al gato, dicen. Y Charlotte estaba super curiosa con respecto a lo que Harry le iba a contar antes de lo sucedido en la pelea con Louis.
— ¿Qué fue lo que te dijo Louis? —indagó Charlotte, una vez estando pasando por el parlamento.
—Creí que no ibas a crerme.
—Vamos, cuéntamelo.
—A grandes razgos, el me preguntó que quería contigo y me dijo que me aleje de ti, y luego, insultó a mis padres y a mí. No podía dejar que el hable así de cosas que ni idea tiene, y es por eso que le pegué.
— ¿Qué dijo de tus padres?
—Los insultó, de una manera bastante baja déjame decirte, y no permito, te lo digo enserio, que nadie hable así de ellos. Y menos de mi madre. —comentó el castaño, girando a la derecha. —Y con respecto a ti, que sé que lo vas a preguntar. —le dijo, con una sonrisa de costado. —Me dijo que me alejara de ti, porque planea reconquistarte. Y de verdad, espero que no lo haga.
— ¿Por qué? —preguntó desafiante.
—Por dos cosas. La primera: todavía no estuve contigo, bonita. Y no puedo perder esta oportunidad que me da la vida. —dijo con exageración, haciendo girar los ojos a la castaña. —Y la segunda: dejarías mucho que desear.
— ¿Perdón?
—Te creo una chica muy inteligente, si vuelves con el idiota que te engañó y humilló, la verdad que romperías todos mis pensamientos positivos hacia ti.
— ¿De dónde sacaste eso?
— ¿Importa?
— Fue o Liam o Zayn.
—Tal vez. —dijo con una sonrisa. —Pero eso es lo de menos. Sé que hay tipos cien veces mejores que yo... En el ámbito de las relaciones duraderas, claro, porque en lo otro, soy mejor que todos, y que, si vamos a ser sinceros, te mereces algo mejor que yo, pero también algo mejor que él. Tienes que salir con un príncipe, un primer ministro o algo así.
—Eres un exagerado. —comentó ella, con una sonrisa pintada en sus labios y su guardia más baja que cuando empezó la salida.
—Mira. Llegamos a tu bella y elegante casa. ¿Quién habrá tenido tan buen gusto de elegirla?
— ¿Quién, verdad? —preguntó, saliendo del auto, mientras el chico, se apuraba a seguirla.
— ¿Te vas así? ¿Ni saludas? —preguntó, sorprendido. — ¿No te enseñaron modales en francia?
— ¿Y a ti? ¿No te enseñaron modales? Dicen que los británicos son las personas más educadas y de mejor etiqueta en el mundo... La verdad es que los dejas muy mal parados.
—Hasta pasado mañana, Charlotte. —le dijo el chico, besando cálidamente el cuello de la chica, dejando que la piel de esta se erizara ante el dulce, suave y cálido contacto. Al separarse, pudo ver la sorpresa y a la vez el anhelo de la chica en sus ojos, y una sonrisa se pintó en los labios del castaño. Luego, subió al vehículo, sin que aquella endemoniada sonrisa depareciera de su rostro, fue rumbo a su morada, donde esperaba que Niall, Liam y Zayn no estén, porque como viejas chismosas, comenzarían con el interrogatorio de dónde había estado.