Cuando Charlotte se paró de su asiento, una mano se posó en su antebrazo, deteniendo su caminar. La muchacha, levantó la vista, para encontrarse con los ojos esmeralda de aquel insoportable chico, el cual, sonreía con petulancia.
— ¿Qué quieres?
—Se dice: ¿Qué deseas? —le corrigió este, mientras la castaña resoplaba y contestaba:
— ¿Qué deseas?
—A ti. —dijo este, y rápidamente colocó sus labios nuevamente sobre los de la chica, la cual, se sorprendió nuevamente y reaccionando, separó al chico de ella. Lo miró atónita, mientras todas las miradas de la cafetería se posaban en ellos, y sin dudarlo un minuto, tomó el ante brazo del chico, apoyó su hombro contra el de él, y colocándose fuertemente contra la anatomía del castaño, con todas sus fuerzas, lo elevó en el aire, y con suma facilidad lo dio vuelta sobre su espalda. Como consecuencia: Harry terminó en el suelo, de espaldas, con la mirada confundida y un dolor terrible en la espalda por la caída.
Las miradas de conmoción, burla y asombro, se posaron en todos los allí presentes. Charlotte, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, pasó por al lado del chico y lo miró con burla.
—Intenta otra vez algo como aquello, y voy a romperte las piernas. ¿Entendido?
Charlotte, como toda una diva de pasarela, salió de la cafetería, dejando a un furioso Harry en el suelo. Este, con el ceño fruncido, se dirigió a la salida, donde Liam, Zayn y Niall se encontraban, los cuales reían sin parar, y trataban de detenerlo, en su caminar, pero este los ignoró olímpicamente.
Al ser una invitada por un convenio escolar internacional, Charlotte tenía una de las mejores habitaciones de la sección de la escuela. Por desgracia para ella, era pupila en aquel lugar, hasta que, consiguiera algún departamento o algo parecido. Solo por unos días, o tal vez, una o dos semanas como mucho.
La habitación era amplia, con un recibidor nada del otro mundo, decorado en un estilo barroco, y de allí, una puerta, que daba a una especie de comedor, pequeño, luego había una habitación, la cual era el lugar más amplio de allí, donde se encontraba un armario empotrado a la pared, una cama de dos plazas y una puerta que daba al baño, con las paredes pintadas de blanco y colores amarillos pasteles.
Sin más preámbulos, Charlotte salió de la habitación, con un vestido color rosa claro con mangas tres cuartas, hasta por arriba de la rodilla, con botones en la parte del busto. El vestido era suelto y de una tela liviana haciéndolo extremadamente cómodo, en la cintura un delicado lazo del mismo color que marcaba su delicada cintura. Con unos zapatos de tacón acordonados del mismo color y un bolso floreado, donde llevaba sus útiles escolares, salió a darle cara a su segundo día de clases. { http://www.polyvore.com/pink/set?id=93986743 }
— ¡Ay va tu pesadilla, Harry! —anunció Niall, riendo junto con Liam y Zayn.
—Cierra la boca.
— ¿Qué pasó? ¿La primera vez que una chica te rechaza?
—No por mucho tiempo. —le aseguró el castaño al moreno. —Además, avancé más que tú. La he besado dos veces, y tu... —musitó el chico, con malicia.
—Cierra la boca, idiota. —le contestó Zayn, con bronca.
— ¡Charlotte! ¡Charlotte! —le gritó Liam, haciendo que la muchacha, girara para encontrarse con el muchacho. Esta sonrió al chico, y se acercó, saludando a los tres muchachos, menos a Harry.
— ¿No te enseñaron modales en Francia?
— ¿Y a ti? ¿No te enseñaron como tratar a una dama, británico maleducado?
—Uhh, uh. Andamos de malas.
—No te me acerques mucho. Eres contagioso. —dijo la chica, con crueldad, y ahora, con una sonrisa, mirando a Liam.
— ¿Estás en Abogacía? ¿O en Contaduría? Es que como estuvimos en las mismas clases ayer. Podrías estar en cualquiera de las dos carreras.
—Abogacía. —contestó la chica, sonriendo.
—Perfecto, entonces... ¿Te sientas conmigo? Claro, si quieres.
— ¿Qué haces idiota? —le preguntó molesto Zayn, haciendo reír a Charlotte.
—Claro, Liam. Me encantaría. —dijo ella, sonriendo, y así, ambos, se fueron hasta su siguiente clase: teoría general del derecho.
Liam y Charlotte, se sentaron en el anteúltimo asiento de la segunda fila (habiendo dos en el salón) atrás suyo, se sentó Harry, solo, mientras que delante de ellos, Zayn y Niall. La clase comenzó, y un hombre, de unos sesenta o más años apareció, con saco, camisa y corbata, empezando con la tediosa clase, ya que cualquiera que mantenga la palabra "teoría" al comienzo, es sumamente tediosa.
El señor Marshall, el catedrático del aula, comenzó hablando de los orígenes del Derecho y de los cambios que sufrio, a grandes rasgos, a lo largo de la historia. Para Charlotte esto era historia vieja, había visto este tema más de cien veces, y se lo sabía de memoria. Así que, mientras estaba tratando de soportar la mirada al frente, sintió como tiraban suavemente de su cabello, así que volteó y vio a Harry, mirando al lado opuesto de su mirada, inocentemente. Ella, lo asesinó con la mirada, para girarse y volver a concentrarse en la clase.
Pasados unos minutos, el jalón de cabello volvió, y Charlotte se giró nuevamente a ver al chico, pero este, repitió su anterior accionar. Y así, hasta llegar a la quinta vez, donde ya cansada, Charlotte habló.
—Vuelve a tirarme el cabello, y te voy a romper un brazo. —dijo sin tapujos, pero su voz, fue oída por el docente, el cual le habló directamente a la muchacha.
— ¿Quiere compartir algo con la clase, Srta. Bachelard?
—No, lo que pasa, es que el Sr. Styles parece estar inquieto esta mañana.
— ¿Qué sucede Sr. Styles? ¿Quiere retirarse de mi clase? ¿Le parece tan aburrida?
—Nada. Si y si.
— ¿Cómo dijo?
—Contesté a sus tres preguntas. No me sucede nada, me quiero ir y si, me parece altamente aburrida. —contestó, sin pelos en la lengua el inglés.
—Entonces, retírese. —dijo con convicción aquel anciano.
—Nos vemos, preciosa. —susurró Harry a Charlotte.
—Cierra la boca, idiota.
— ¿A usted también le aburre mi clase, Srta. Bachelard? Puede retirarse usted también.
—No, no señor Marshall... Es que...
—Afuera, los dos. Ahora. —dijo el hombre, sin levantar la voz, mientras que los alumnos reían o miraban sorprendidos a ambos chicos, mientras estos, salían con sus cosas, del salón. Un vez fuera, Harry se recargó sobre la pared, apoyando una pierna contra esta y doblándola sutilmente.
— ¡Eres un idiota! ¡Me echaron por tu maldita culpa!
— ¿Mi culpa?
—Claro... Si hubieras dejado de tirarme el cabello. ¿Qué tienes? ¿Cinco años?
—No te enojes, preciosa. ¿Quieres hacer algo interesante?
— ¿Interesante? ¿Contigo?
—Si, muchas chicas quisieran. —dijo el muchacho, sonriendo pervertidamente.
—Si, claro. —musitó riendo y con ironía la chica. —Me voy a leer el primer capítulo de la siguiente clase. No quiero que me echen esta vez.
— ¿Te acompaño?
— ¡Piérdete, idiota! —le dijo ella, con malicia, empujándolo a un costado.
— ¿Qué haces?
— ¿No tienes algo más interesante que hacer que molestarme?
—Si, pero, me gusta fastidiarte. —dijo Harry, sentándose junto a ella, en la biblioteca del colegio. La chica, estaba con unos cuantos libros sobre la mesa, y su laptop. — ¿Curriculum Vitae? ¿Buscas trabajo?
—Como pasante. Estoy como estudiante de abogacía avanzada.
—No terminamos el bachiller todavía.
—Si, pero nuestras clases están orientadas a la abogacía universitaria y tengo los conocimientos que cualquier estudiante de primer y segundo año pueda llegar a tener en la rama de abogacía. —contestó segura, la muchacha.
— ¿Primer puesto en la competencia europea de patinaje sobre hielo?
—Deja de leer. —dijo la chica, escribiendo algo más.
—Primer puesto en las Cheerleaders de Francia, primera en Europa. Ganadora en el coro de la escuela, como solista, a mejor musical, en gimnasia y... ¿Artes marciales?
— ¿Cómo crees que te dejé tirado en el suelo?
— Vaya, eres la típica muñequita de porcelana, pero una muy resistente. ¿También haces esgrima? —preguntó, leyendo lo que la chica tenía escrito en su laptop.
—Así es, así que si consigo una espada. Estás muerto.
—Auch. Me dolió mi pobre corazón. —dijo con dramatización.
— ¿Te vas a ir?
—Tengo una hora más hasta que tengamos teoría del Estado.
— Vete a pasear por allí, déjame tranquila.
—Eres demasiado agresiva, preciosa. —dijo el chico, acercándose a ella.
—Te acercas un centímetro más, y te rompo la boca. —contestó, amenazante la muchacha.
—O yo soy más rápido que tu, y te la rompo yo a ti. —murmuró con una sonrisa, mientras ella, con una mirada de deseo, se acercaba peligrosamente a la boca del chico, colocó su mano en su hombro y fue suviendo lentamente hasta su cuello, donde la piel de Harry se erizó ante tan contacto, entonces sin dudarlo, colocó su mano sobre el cabello del chico, y lo jaló para atrás, quedando el cuello del muchacho estirado, y Charlotte pudo ver su hermosa y delicada piel blanca, con lunares diminutos y esparcidos como si de estrellas en el firmamento se tratasen.
— ¿Me sueltas, cariño?
—Acércate otra vez, y te dejo pelado.
—Buenos días, alumnos. Soy, como muchos ya me conocen, Arthur Kors, y voy a impartir la clase de Teoría del Estado. —dijo el hombre, de unos cuarenta y largos, con cabello canoso y una sonrisa amable en su rostro.
—Lo que vamos a estudiar, en esta clase, va a ser los fenómenos del Estado. Así que, vamos a comenzar, con la Edad Moderna. La Edad Moderna para Europa significó grandes cambios en su orden político... —y así, el señor Kors, empezó a dar, su no tan divertida clase.
—Ahora, si bien, además del Estado Moderno, existe otro, llamado Estado Liberal. El Estado liberal surgió como resultado de una crítica al Estado monárquico absolutista, de los siglos XVII y XVIII. Es decir, la forma de Estado que existía hasta antes de la Revolución Francesa. El Liberalismo surgió a partir de una crítica contundente al sistema monárquico-feudal, que tuvo su expresión más acabada en la frase del Rey Luis XIV: "El Estado soy Yo". Todos estos filósofos y pensadores hicieron una crítica a la sociedad absolutista-monárquica, que culminó en un proceso revolucionario de carácter político-social como fue la Revolución Francesa y al mismo tiempo coincidió con un fenómeno de carácter científico-tecnológico: la primera Revolución Industrial. Ambos dieron origen a un nuevo tipo de sociedad: la sociedad capitalista y a un nuevo tipo de Estado: el Estado Liberal-Burgués. Esta convergencia también dio origen a un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial y a una súper-explotación de ese mismo proletariado naciente.
—Entonces... ¿Qué quiero que hagan? Un trabajo, dónde se expliquen los cambios y consecuencias que trajo el cambio al Estado Liberal. Explicando las acciones sociales, económicas, culturales y demás ídolos. El trabajo va a ser en pareja, y las voy a elegir yo.
— ¡No, profe! ¡Déjenos a nosotros! —pedían a ruegos los chicos, pero, eran ignorados por el docente.
— ¿Charlotte Bachelard? ¿Eres nueva? —preguntó el hombre.
—Así es, Sr. Kors.
—De acuerdo, entonces... Será mejor que te ponga con alguien que le vaya bien en mi materia como el año pasado. —dijo el hombre, mientras hojeaba su lista de alumnos. — ¿Sr. Styles?
— ¿Qué? ¿Él?
— ¿Pasa algo, señorita?
—No, nada. —dijo Charlotte, mordiéndose la lengua.
—Esto va a ser divertido. —susurró Harry, detrás de la muchacha.