A través de la ventana [RESUB...

By malignaconswag

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Nunca llegó a pensar que alguien que entró por su ventana, le haría sentirse tan confusa con ella misma. Sexo... More

UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISEIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
TREINTA Y SEIS
TREINTA Y SIETE
TREINTA Y OCHO
TREINTA Y NUEVE
CUARENTA
CUARENTA Y UNO
CUARENTA Y DOS
CUARENTA Y TRES
CUARENTA Y CUATRO
CUARENTA Y CINCO
CUARENTA Y SEIS
CUARENTA Y SIETE
CUARENTA Y OCHO
CUARENTA Y NUEVE
CINCUENTA
CINCUENTA Y UNO
CINCUENTA Y DOS
CINCUENTA Y TRES
CINCUENTA Y CUATRO
CINCUENTA Y CINCO
CINCUENTA Y SEIS
CINCUENTA Y SIETE
CINCUENTA Y OCHO
CINCUENTA Y NUEVE
SESENTA Y UNO
SESENTA Y DOS
SESENTA Y TRES
SESENTA Y CUATRO
SESENTA Y CINCO
SESENTA Y SEIS
SESENTA Y SIETE
SESENTA Y OCHO
SESENTA Y NUEVE
SETENTA
SETENTA Y UNO
SETENTA Y DOS
EPÍLOGO
NOVEDAD
¡EXTRA, EXTRA!
Una novela diferente

SESENTA

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By malignaconswag

Zael.

—Zael, estás hecho un asco— fue lo primero que me dijo al entrar a mi habitación para subir la persiana— hazme el favor de irte a la ducha— me ordenó.

Lo único que hice fue taparme con las sábanas hasta la cabeza y mirar de cara a la pared.

—Zael, deja ya de comportarte así— me dijo Nami tirándome de las sábanas dejándome al descubierto.
—Nami, no puedo hacer nada, joder...— me abracé a la almohada todavía dolorido.
—Te queda una oportunidad— suspiró.
—Si lo hago me pueden hacer la vida imposible...— abracé la almohada con rabia.
—Zael, lo hiciste por el bien de nuestra madre— se sentó en la cama y me giré para verla— sabes que se lo merecía, pero también tenía sus consecuencias— me acarició el pelo— aún así sabes que fue lo mejor.

Asentí con la cabeza y ella me sonrió.

—Si te revelan yo estaré allí para evitarlo, tenlo por seguro— me besó la frente.

Finalmente me levanté de la cama sin decir nada y me dirigí hacia la ducha.

Flashback.

—¿Seguro que saldrá bien?— le pregunté a Nami quien miraba de un lado a otro con nerviosismo.
—Si— asintió— sabes que llevamos meses planeándolo— me sujetó de las manos— ya sabes lo que tienes que hacer ¿no?— ladeó la cabeza.

Asentí, ella suspiró intentando tranquilizarse.

—¡Mamá!— gritó saliendo de nuestro escondite— ¡vamos de tiendas, porfiii!

La operación había comenzado.

Salí tras ella y la seguí hasta la cocina.

—¿De tiendas?— salió mamá de la cocina— ¿ahora? — ladeó la cabeza.
—¡Si! — dijo Nami poniéndose como si estuviese rezando— porfaa...— hizo un pucherito.
—No sé Nami...— se le notaba bastante temerosa— estará a punto de llegar y aún no terminé de hacer la comida...— bajó la mirada.
—Mamá debes de relajarte, no vas a estar toda la vida complaciendo a ese hombre— se quejó Nami cruzándose de brazos.

Mamá suspiró.

—¿Vienes con nosotras?— me preguntó.
—Tengo deberes— me encogí de hombros.
—Bueno, supongo que por un rato no pasará nada— dijo mamá dejando el delantal sobre la encimera.

Nami dio una palmadita en el aire y yo sonreí, parecía que el plan iba sobre la marcha.

Se vistieron y finalmente salieron, pero lo mismo que salieron, entraron.

—¿Dónde narices creéis que vais?— sólo con oír su voz me dio un escalofrío.
—¡Suéltame!— chilló Nami, aquel orangután la sujetaba de la camiseta elevándola del suelo.

Este la tiró al suelo haciendo que callese bruscamente y me acerqué alarmado a ella.

—¡Nami!— gritó mamá.
—Tú— sujetó a mamá por el cuello— ¿dónde te pensabas que ibas a irte?— se rió y luego miró hacia la cocina— ¿y encima tienes la decencia de no tener preparada la comida?— alzó las cejas y apretó más su cuello.

Nami no reaccionaba por más que la moviese y mamá tenía la cara de un color morado.

—¡Déjala en paz! — le grité enfurecido.

Él me miró y tiró a mi madre de golpe, mientras que ella recogía aire costosamente, él se acercó a mí y me dio una patada en el costado haciendo que casi volase para acabar en el suelo.

El costado me ardía y al toser me salió sangre por la boca. Apreté los dientes de la rabia y lo miré.

—Mide tus palabras niñato— me miró por encima del hombro— o acabarás bien muerto— tras esto se giró y de nuevo se fue por la puerta dejándonos solos.

Esto no iba a quedar así.

Mamá se acercó a Nami desesperada y ella milagrosamente acabó despertándose. Nuestro plan había fallado, pero yo después de esto tuve mi propio plan, "Cazar al orangután".

Cuando cayó la noche, mamá quiso que durmiéramos con ella para que pudiese dormir tranquila y así lo hicimos. Cuando el reloj del salón dio una campanada supe que ya era lo suficientemente tarde para que mamá y Nami estuviesen dormidas profundamente y así fue. Sigilosamente me levanté de la cama y sin hacer mucho ruido salí de la habitación, bajé las escaleras y me dirigí a la cocina para coger el cuchillo más afilado, me coloqué el abrigo y camuflé entre las prendas el arma blanca para después salir de casa.

La noche era oscura y fría, no pasaba ningún coche y lo único que se podía oír eran los maullidos o ladridos de estos animales vagabundos que andaban por las calles.

A estas horas lo único que podía estar abierto eran las discotecas y los puticlubs, y sabiendo que ese carcamal hijo de puta le gustaba más una jovencita que un tonto un lápiz, seguramente estaría en el puticlub y para mi suerte en este pueblo sólo había uno así que fui directo hacia allí.

Cada vez que me acercaba, mi pulso aumentaba y mis manos sudaban. En cierta parte me daba miedo, estaba nervioso, pero al recordar lo que le ha estado haciendo a mi madre durante estos últimos cinco años, incluyendo lo que le había hecho a mi hermana, me hervía la sangre, provocando querer acabar con su vida más que nunca.

Como supuse allí estaba, apoyado en una de las paredes de la entrada hablando con una prostituta la cual le hacía carantoñas, él sólo sonreía tontamente y finalmente acabaron yéndose a un callejón no muy lejos del local.

Me coloqué la capucha y con disimulo me acerqué sin ser visto hacia donde había ido él, me escondí en la oscuridad y esperé a que acabasen con lo que estaban haciendo, total, iba a ser su última vez, demasiado bueno estaba siendo...

—Ha sido un placer hacer negocios contigo— se rió la chica y se lamió los labios.
—Vendré por aquí más a menudo para negociar— le guiñó un ojo.

La chica se dio la vuelta y el orangután le dio una palmada sonora en el glúteo provocando que ella se riese y contoneando sus caderas desapareciese.

Él no se movió del sitio, se apoyó en la pared y sacó su paquete de cigarrillos para coger uno y encendérselo. Soltó el humo.

—¿Te has divertido?— le pregunté.

Él se sobresaltó y comenzó a mirar a todas partes sin poder verme.

—¿Quién cojones eres?, ¡muéstrate!— se le notaba el miedo en su voz, cosa que me reconfortó.
—¿Qué quién soy?— me reí— ¿cinco años viviendo en la misma casa y no reconoces mi voz?— apreté el mango del cuchillo.
—Sal o disparo— sacó de repente una pistola.

Me quedé en el sitio sonriendo, tenía pocas posibilidades de darme.

—Dale la bienvenida a la muerte— saqué el cuchillo y lo lancé directo al corazón, nunca pensé que tenía tanta puntería.

No le dio tiempo a disparar correctamente, sólo salió por la pistola una bala perdida que apuntó al cielo mientras se caía de espaldas.

Aún no me había quedado satisfecho por lo que había hecho y salí de mi escondite.

—Tú...— logró decir.

Le pisé el cuchillo enterrándolo más hacia dentro haciendo que brotase la sangre y se formase un charco a su alrededor.

—Dale recuerdos a Satán de mi parte— y le di una patada en la cabeza haciendo que cerrase los ojos del todo y se quedase allí en el suelo, moribundo.

Desenterré el cuchillo y me las ingenié para que cuando lo encontrasen se creyesen que había sido un suicido.

Salí de allí y me dirigí a mi casa.

Cuando llegué, al volverme a acostar, Nami se removió y abrió los ojos.

—Misión cumplida Nami— le susurré.

Ella me miró sin entenderme hasta que después reaccionó.

—¿Cómo...— le tapé la boca.
—Vamos a dormir— le dije en una sonrisa.

Ella me sonrió y se abrazó a mí.

Mamá, ya puedes estar tranquila.

Fin del flashback.

Holaaa pichoneees!!!

Siento muchísimo la tardanza, pero levantarse todos los días a las cinco de la mañana y llegar reventada a casa después de un día agotador no ayudaba mucho a mi inspiración.

De verdad que lo siento :'c

Pero bueno, ya tenéis aquí otro capítulo más e intentaré sacar huequitos para escribir y subir más a menudo.

Os aviso que ando escribiendo ya una historia referente a esta, que si no sabéis a cual me refiero de nuevo os la dejo aquí:


Aún no la he publicado, ya que estoy acabando esta que es a la que más atención le estoy prestando, pero no tardará mucho en publicarse ya que esta llegará a su fin prontito.

Aprovecho también para agradeceros el apoyo que está teniendo esta novela, no sabéis lo felíz que me hacéis de verdad, por no deciros que cada vez que sube de puesto esta novela le doy el coñazo a mi madre por la emoción y ella acaba pegándome un grito para que me calme XD el amor...

Bueno, hasta aquí por hoy, que si no me enrollo y no paro jajajaja.

Nos vemos!!!! ❤

ATT: Mali 💜

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