Las musas de Samuel de Luque...

By Anngie_777

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Samuel es el famoso escritor del momento, sus historias han tocado el corazón de hombres y mujeres, sin embar... More

"El misterio de los leones dorados"
1: "Los romances de un soltero codiciado"
2: "El club de los corazones rotos"
3: "Estudiante de gastronomía y pintor de medio tiempo" (Valente)
"Las musas de Samuel de Luque"... Aviso
Otro aviso
4:"La dulce chica del tren" (Emma)
5: "El músico que buscaba inspiración" (Sebastián)
7: "El vecino que marchitaba las plantas de Samuel" (Alejandro)
8: "La cantante de Jazz que quería cantar Ópera" (Natalia)
Aviso
9: "Seis musas en la lista, siete leones dorados"
10: "El visitante de Barcelona"
Aviso :/
11: ¿Casualidad?
12: "¿Aceptarías salir conmigo?"
13: "Amargos recuerdos-Besos dulces"
14: "Acompáñame"
15: "Una ultima vez"
Aviso!!!
15: "Una última vez" (Guillermo)
16: "Un cuento de hadas"
Una explicacion
17: "La historia perfecta"
¡Hola!
18: "La barrera del tiempo" (+18)
19: El plazo esta a punto de cumplirse
20: "La séptima musa" (Helena)
21: "No seré parte del club de los corazones rotos"
22: La gran historia
23: Confesiones
24: "El corazón de Samuel de Luque"
25: "El séptimo león"
¿3k lecturas?
26: "Inmortal" (Final)
Han pasado 84 años...
Especial Parte 1: Oscuro pasado
Especial parte 2: "Las musas de Samuel de Luque: De Valente a Emma"
Aviso
Final: "Las musas de Samuel de Luque: De Sebastían a Natalia"
Uno mas
#Wattys2019
Noticias!!!
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Especial 17k lecturas
¡Noticias!
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Última hora!
Coming soon...

6: "Admirador #1" (Fernando)

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By Anngie_777

De nueva cuenta las noches de insomnio llegaron a mi vida, tras leer la carta de Sebastián, algo se quedó rebotando en mi cabeza: ¿Qué tanto sabía yo sobre Samuel de Luque?

Más allá de las historias contadas por sus "musas" y lo que había investigado sobre su vida privada en entrevistas pasadas, no sabía absolutamente nada; ¿cuál había sido su primer trabajo?, ¿para qué editorial trabajaba?, ¿cuál era su proyecto más reciente y en cuál estaba trabajando?, ¿cuántos años llevaba como escritor?, ¿dónde había estudiado?.. etc.

No fue sino hasta leer la carta del músico, que me pude percatar de que en verdad no estaba tomando mi trabajo con la seriedad que ameritaba, y que yo mismo me había empeñado en darle; me había limitado a realizar un investigación superficial y morbosa, concentrándome en cubrir los "chismes del corazón" que se generaban alrededor de Samuel, sin preocuparme mínimamente por su trabajo.

Me quedé en blanco, en realidad, durante todas estas semanas me había esforzado por suprimir ese impulso que había nacido en mí desde la primera entrevista, ese impulso que me obligaba, un poco más, día tras día a dejar de lado la necesidad de encontrar en sus romances la fuente de inspiración de Samuel, porque después de escuchar el relato de Valente, me interesaba mucho más conocer su personalidad, profundizar en todo aquello que lo impulsaba a escribir y ser quien era, más allá de sus "romances", quería conocerlo de verdad, entonces, si pretendía hacerlo tenía que investigar fuera de su vida personal.

Pase una semana entera durmiendo apenas lo necesario, de esa forma pude averiguar que su primer trabajo se titulaba: "El barco en el mar de Neptuno" un cuento infantil que había ganado popularidad en su momento pero había sido tomado con poca seriedad, pues en ese entonces era un estudiante de literatura de apenas 19 años; le siguió "El club de los corazones rotos", escrito a sus 23, publicado poco después de la compra de la casa de cultura; después de aquel libro le siguieron tres pertenecientes a una especie de serie dirigida a un público juvenil, al leer las referencias y sinopsis de cada uno pude comprender que se trataba de aquellas novelas a las que había hecho referencia Frank el día en el bar, esas novelas que obsesionaban a Claudia y sus amigas: "El ruiseñor que le cantaba a la luna", "Los besos azules" y "Crónicas de un amor eterno", escritas entre sus 24 y 25 años, que narraban la historia de un artista circense enamorado de su vecina, una abogada de personalidad estricta, y de cómo a lo largo de tres novelas había logrado ganarse su corazón.

Me detuve un largo tiempo investigando sobre aquellas novelas, al parecer las había publicado en la misma empresa editorial que sus trabajos anteriores, una empresa para la que aun trabajaba y en la que se encontraba preparando el segundo libro de una nueva serie de temática similar; ninguno parecía estar basado en las historias de sus "musas".

"El tacto de las mariposas", el libro que había escrito en Andorra, pertenecía a otra editorial, al parecer debido a su temática, no encajaba en la orientación que los dueños de la primera querían darle a la carrera de Samuel, situación que lo había obligado a trabajar para dos editoriales al mismo tiempo, una que le pedía que escribiese historias románticas para adolescentes y mujeres que soñaban con encontrar a su "príncipe encantado", y otra que lo dejaba mostrar su enorme capacidad e imaginación, para ellos había escrito: "Un atardecer desde Plutón", "Lo que el caballero podía ver a través del yelmo", y por supuesto "El misterio de los leones dorados", libros que a juzgar de la crítica expresaban mucho mejor el poder creativo de Samuel, y que al mismo tiempo le habían hecho ganar premios de mayor importancia; hasta ese momento no había pensado ni una sola vez en la razón por la que había aceptado realizar aquel trabajo, no fue sino hasta que leí de nueva cuenta el título de su último libro que mi memoria se activó, pude recordar a la chica en la banca del parque, la serie de televisión y que el ejemplar de "El misterio de los leones dorados" seguía sobre mi mesita de noche acumulando polvo en la portada.

Pasada la semana tenía varios datos importantes que añadir a la lista de "Datos curiosos de Samuel de Luque" que había hecho lugar al medio de mi libreta de notas:

7) Samuel había estudiado literatura en la Universidad Autónoma de Madrid.

8) Su primer trabajo había sido publicado a sus 19 años en un libro de cuentos infantiles.

9) Aun trabajaba para su primera editorial realizando trabajos de corte juvenil y del estilo de novela romántica, los mismos que le habían hecho ganar tanta fama entre las mujeres y algunos hombres.

10) En su segunda editorial se apreciaba más su capacidad creativa, y en múltiples artículos se referían a estos trabajos como aquellos que mostraban a un Samuel de Luque más auténtico.

11) Ninguno de sus libros hasta ahora parecía estar basado en sus romances.

Me perdí por unos largos minutos en el último punto de la lista, si eso era cierto ¿qué sentido tenía seguir con las entrevistas?; la respuesta me golpee directo en la frente, como una bala entre ceja y ceja: seguiría con las entrevistas porque quería, porque anhelaba conocer más de Samuel de Luque.

(...)

Llegue al "Club de los corazones rotos" más temprano de lo habitual, me apetecía comer algo y disfrutar del café de Valente, antes de escuchar la siguiente historia; además tenía curiosidad por conocer a los músicos que reemplazarían a la banda de Sebastián.

El ambiente era agitado, al parecer era un día de trabajo intenso y Mateo no estaba para poner orden en el caos, salude brevemente a Emma y Valente que corrían de un lado a otro tomando y preparando las ordenes de los clientes, mientras de fondo se escuchaba la música emitida por un hombre mayor, que tal pareciera hubiese nacido con aquel violín pegado al cuerpo, su interpretación era excepcional y las melodías maravillosas, si bien su estilo distaba mucho del de Sebastián, encajaba a la perfección con aquel lugar.

Me encontraba perdido en las notas emitidas por el instrumento, cuando un chico, un tanto más joven que yo, se plató frente a mí con una amplia sonrisa en el rostro.

-Guillermo, ¿verdad? – dijo acercándose incómodamente a mi rostro, como si tratara de inspeccionar cada poro de mi piel en busca de algo que desconocía.

-Sí, tú debes ser... - respondía alargando cada vocal mientras sacaba mi libreta de notas y revisaba la lista de nombres de la primera página - ¿Fernando? – dije finalmente.

-¡Anda!, que de verdad estoy en la lista – respondió mientras tomaba mi libreta y contemplaba la hoja, visiblemente sorprendido.

-¿Te parece extraño? – cuestione ante su actitud.

-No, bueno, curioso cuanto menos – tomó asiento frente a mí, alejándose al fin – es decir, yo creí que esa lista era solo de los romances y "musas" de Samuel, y yo, bueno no soy ni lo uno, ni lo otro, de hecho a penas si le conozco.

-¿A qué te refieres? – saqué mi grabadora y presione el botón para comenzar a registrar sus palabras.

-Sí, bueno, dudo mucho que yo hubiese sido un tipo de inspiración para él, durante el tiempo que llegamos a "conocernos", debí ser más una molestia – dijo con una mezcla de decepción y diversión en la voz.

-Bueno, estas en la lista así que debes tener alguna historia con él – dije tomando mi bolígrafo para comenzar a tomar notas – además, si te sirve de algún tipo de consuelo, ninguna de las historias que he escuchado hasta ahora, han inspirado los libros de Samuel, así que creo que más que las historias son las personas quienes lo mueven a crear sus obras – traté de animarlo para que comenzara a hablar, sin embargo, anoté aquello de inmediato, pues era una premisa que acababa de llegar a mi cabeza y que de pronto le daba sentido a mi investigación: probablemente Samuel no plasmaba sus historias de amor en los libros, pero quizá las personas con las que había compartido aquel octubre en su vida, había movido algo en él, e inspirado para escribir.

-Vaya – dijo sin más, parecía que aquello lo había puesto a reflexionar.

-Entonces, cuéntame: ¿Cómo y cuándo conociste a Samuel de Luque? – comencé con las preguntas para sacarlo de su meditación.

-Lo conocí hace 2 años, en el hospital del centro de Madrid – respiró profundo – en ese entonces yo trabajaba como voluntario ayudando a los ancianos del pabellón geriátrico. La primera vez que lo vi, se encontraba conversando animadamente con la jefa de enfermeras del pabellón pediátrico, al inicio pensé que probablemente tenía un hermano pequeño que había enfermado, incluso por mi mente cruzó la idea de que quizá tenía un hijo del que nadie sabía y que había ido a visitar, sin embargo, poco después y tras preguntarle a todas las enfermeras que pude, supe que ni hermano pequeño, ni hijo, Samuel frecuentaba el pabellón pediátrico porque iba a leer a los niños enfermos – anoté todo y subraye la frase: hace dos años Samuel leía para los niños en el hospital del centro de Madrid.

-¿Entonces nunca tuviste contacto personal con él? – pregunté, probablemente Fernando solo lo había conocido desde afuera y nunca de manera "intima" como las otras personas de la lista.

-Sí, tuve contacto con él – dio un largo respiro antes de comenzar a narrar – el primer día que hablamos fue en el comedor del hospital, yo estaba exhausto por el trabajo, pero al verlo ahí sentado escribiendo si parar en su libreta mientras se comía un flan con tanta despreocupación, no pude evitar acercarme.

(Flashback de Fernando)

-¿Samuel de Luque? – pregunte mientras me sentaba frente a él, al parecer lo sorprendí porque comenzó a toser intentando pasar el trozo flan que segundos antes había estado en su boca, y ahora estaba atorado en su garganta por el susto que le provoqué.

-Si – dijo entre tosidos – soy yo.

-Me llamó Fernando, es increíble poder conocerte – dije extendiendo mi mano hasta él.

-Un gusto Fernando, pero agradecería que la próxima vez no intentes matarme del susto ¿vale? – dijo mientras tomaba mi mano y se aclaraba la garganta con un poco de agua.

-Yo era tu fan número uno ¿sabes? – ignoré lo que me acababa de decir, yo era un niño en aquel entonces, y con apenas 18 años, aún conservaba ese instinto caprichudo y consideraba más importante lo que tenía que decirle que cualquier otra cosa.

-¿Eras? – cuestionó soltando mi mano y cerrando su libreta, prestándome toda su atención sin más, algo que nunca en mis más locos sueños hubiese imaginado.

-Sí, cuando leí "El barco en el mar de Neptuno" decidí que sería tu más grande admirador, y cuando terminé "El club de los corazones rotos" no tuve más duda, yo era tu fan número uno, pero después... - hice una pausa recordando sus historias melosas – cambiaste.

-¿Ah sí, en qué forma "cambie"? – dijo mirándome directo a los ojos, como si lo que le acabara de decir fuese la cosa más interesante, el misterio del universo, pero con un poco de diversión en la voz, ese tono que los adultos usan ante las historias fantasiosas de los niños.

-Pues... - no sabía cómo decirle que el resto de sus trabajos no me había gustado en absoluto – tus otros libros son demasiado melosos, como si hubiesen sido escritos exclusivamente para niñas que sueñan con conocer a un príncipe de Disney, demasiado irreales, y es que, el amor no es así.

-¿De verdad? – dijo acercándose a mí, mientras apoyaba los codos sobre la mesa y el mentón en sus dedos índices, inspeccionándome detenidamente.

-Es decir, el amor no es tan dramático y absurdamente perfecto – dije con palabras atropelladas, había conseguido ponerme nervioso con su actitud y cercanía.

-¿Y qué sabe un niño como tú, sobre el amor? – preguntó mientras se dejaba caer en el respaldo de la silla con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Y-yo, pues, yo... - me había dejado mudo, en realidad no tenía respuesta – ¡Además esos libros no suenan como tú, no es tu estilo y si lo haces solo por el dinero, apuesto cualquier cosa a que ganarías mucho mejor si escribieras cosas más interesantes y aptas para un público más amplio que simples niñas locas y mujeres solteronas! – solté sin pensar, el sonrío ampliamente ante mis palabras, mientras sacaba un libro de su mochila.

-Bueno, pues no quiero perder a mi fan número uno así que... - abrió el libro en la primera página y comenzó a escribir – toma, espero que con esto me reivindique un poco – dijo extendiéndome una copia de "Un atardecer desde Plutón" – y que mi admirador número uno comience a dignarse a buscar mis trabajos en otras editoriales – se puso en pie, guardó su libreta en la mochila y tomó su botella de agua – te veo otro día Fernando – y se retiró del comedor, dejándome con la mente en blanco y muy apenado por lo que acababa de pasar, vaya fan #1 resultaba ser, si ni siquiera conocía todos sus trabajos.

(Fin del flashback)

-¿Qué pasó después de ese encuentro?, ¿Lo volviste a ver o desapareció? – inquirí sin siquiera dejar a Fernando despertar de sus recuerdos.

-¡Claro que nos volvimos a ver!, como te dije yo era voluntario en el hospital y él le leía a los niños, así que resultaba inevitable que nos viéramos nuevamente – gruñó Fernando, no le había gustado nada que lo despertara de su nostálgico recuerdo por cuestionamientos tan absurdos, o al menos así me pareció a mí.

-Entiendo – no supe que más decir - ¿Entonces ustedes se hicieron amigos, o algo parecido? – quise calmarlo un poco.

-No, no lo sé – hizo una pausa mientras fruncía el ceño intentando aclarar sus pensamientos – es decir, no volvimos a hablar hasta dos semanas después, cuando terminé de leer el libro.

-¿Qué pasó entonces?, ¿Qué tipo de relación entablaron tú y Samuel? – insistí un poco ahora que parecía tener la guardia un tanto más baja.

-Bueno, después de terminar el libro, quise darle mi opinión sobre este, era como una necesidad, además quería pedirle disculpas por lo que le había dicho y agradecerle la dedicatoria...

-¿Dedicatoria?, ¿Qué dedicatoria? – interrumpí ansioso, era como si de pronto ese detalle se convirtiera en la cosa más relevante.

-Del libro, él me había dedicado aquel ejemplar – respondió Fernando sin darle importancia a mi tono.

-¿Q-Que decía la dedicatoria? – seguía sin entender por qué aquello me estaba interesando más que conocer la historia entre Fernando y Samuel.

-"Porque no quiero perder a mi admirador número uno y en aras de regresar a ser quien era: para Fernando que sabe apreciar, y conoce a mi verdadero yo" – respondió – en realidad nunca entenderé a que se refiere el 50% de la dedicatoria, pero, de cualquier forma me había dedicado el libro y quería agradecerle, además me había encantado, por lo que merecía una disculpa de mi parte, por haber juzgado su trabajo sin conocerlo por completo – suspiró y guardo silencio, entre tanto yo seguía tratando de entender el texto que había escrito Samuel para dedicar el libro.

-¿Q-que tipo de relación tuvieron ustedes? – insistí sin entender porque tartamudeaba, porque de pronto las palabras se atoraban en mi boca con tanta ansiedad.

-Al día siguiente de terminar el libro, decidí ir al pabellón pediátrico antes de comenzar mi trabajo, para mi sorpresa Samuel ya estaba ahí, sentado en el suelo rodeado de un montón de niños en bata de hospital, él tenía entre sus manos otra copia del libro que me había obsequiado. Los niños parecían hipnotizados por las palabras de Samuel, la forma en como cambiaba el tono de su voz, sus gesticulaciones, el énfasis que ponía en la narración, era como si con cada página que leía te fuese sumergiendo poco a poco, más y más en la historia, de pronto podías ver a las creaturas que protagonizaban su relato, los piratas en su barcos navegando al atardecer, la sirenas y hadas saludándote desde una playa espacial, el astronauta "Pertant" sentado sobre su nave admirando a los dragones marinos de los mares de Plutón* – hizo una pausa y suspiró profundamente – cuando escuchas a Samuel narrar alguna de sus historias, es como si tuviese el poder de hacer que el tiempo se detenga, que el mundo en el que vives simplemente no exista, y de un momento a otro, te encuentras siendo el protagonista de las páginas de sus libros, sientes que cada palabra está dedicada a ti, que la historia se basó de alguna forma en tu vida, es algo maravilloso – respiró profundo una vez más y se dejó caer sobre la mesa, mirando a la nada, emulando recuerdos.

-¿Qué pasó cuando le agradeciste por el libro? – tardé más de un par de segundos antes de poder preguntar aquello, como en ocasiones anteriores las palabras de Fernando me habían hecho viajar e imaginarme todo lo narrado conmigo como protagonista.

-Recuerdo que me senté cerca de la puerta a escuchar su lectura, los niños permanecían en silencio también, no sé cuánto tiempo duró aquello, pero todos salimos del trance cuando un enfermero entro con un carrito cargado de medicamentos y comida para los pacientes. A pesar de las quejas de los pequeños, que suplicaban cinco minutos más de lectura, Samuel como si fuese el hermano mayor de todos ellos y con la promesa de regresar al día siguiente, los persuadió de tomar su medicación y alimentos – una sonrisa amplia se formó en su rostro – yo seguía perdido en el momento, era como si hasta ese instante me hubiese golpeado el shock que les suele dar a las personas cuando conocen a su mayo ídolo, la sonrisa de idiota y los ojos con ese brillo extraño, debí ser un cuadro, cuando lo tuve a menos de medio metro de mí, con esa sonrisa suya en el rostro, le grité que era su más grande admirador, que le agradecía por el libro y que había amado la historia – tomó un respiro antes de continuar – el solo sonrió ampliamente y me abrazó, para decirme un simple "gracias". Después de aquel día y por el resto del mes comimos juntos, prácticamente el único que hablaba era yo, siempre le contaba sobre mi día y la escuela, y él se sentaba a escuchar, siempre atento, interesado en cada palabra que salía de mi boca, ocasionalmente me hacía alguna pregunta sobre lo que me parecían sus obras, y la razón por la cual no me gustaban las novelas de romance, después del almuerzo el regresaba a su casa y yo a la escuela a esperar el día siguiente.

-¿Te llegó a contar algo sobre él? – como de costumbre modifique las preguntas en función de la situación.

-En realidad no, al menos nada relevante e íntimo, lo único que sabía de Samuel es que leer para los niños era una especie de vacaciones y un trabajo que mantenía su mente ocupada ya que al parecer se encontraba en un atasco creativo que no le permitía terminar su siguiente manuscrito, que después de su labor en el hospital regresaba a su casa para dedicarse al cien por ciento a la escritura y que prácticamente se había convertido en un ermitaño – Fernando pausó su relato un momento, como si acabara de recordar algo importante – quizá lo más íntimo que pude averiguar de él es que adoraba cualquier clase de postre por muy simple o elaborado que este fuera, era lo único que siempre lo vi comer durante aquel mes, quizá por eso lucía tan pálido y delgado en ese entonces – al escuchar aquello de inmediato deje de escribir, eso era algo nuevo, Emma y Valente habían descrito a Samuel como un príncipe sacado de una película antigua, de físico atractivo y cuerpo atlético, mientras que en la foto de Sebastián, si bien se veía a un Samuel un tanto más desaliñado, mantenía ese atractivo que hacía enloquecer a hombres y mujeres, ese mismo que mostraba en entrevistas y fotografías para revistas; la descripción de Fernando no encajaba; pero no di importancia, quizá solo era una impresión momentánea por el ambiente del hospital.

-¿Entonces, ustedes solo fueron compañeros de almuerzo? – aleje el pensamiento sobre el físico de Samuel de mi cabeza y me centré en averiguar un poco más de su relación con Fernando.

-Si durante todo el mes de octubre fuimos compañeros de almuerzo, algunas veces me leía alguna página de su nuevo proyecto y pedía mi opinión, cosa que yo disfrutaba mucho pues me encantaba la idea de ser yo quien tuviese el privilegio de escuchar aquella historia antes que nadie – sonrió orgulloso.

-¿Qué pasó después de octubre? – cuestioné, al parecer incluso una amistad como aquella, para Samuel, era temporal.

-¿Con Samuel?, en realidad no lo sé – dijo dando un sorbo a mi taza de café, frunciendo el ceño pues al parecer la bebida ya estaba fría – solo sé que para el 5 de Noviembre había desaparecido, que el fin de semana previo había terminado de leerles a los niño "Un atardecer desde Plutón" y se había despedido de ellos para irse sin decir nada más.

-¿Se despidió también de ti? – necesitaba saber aquello.

-No – respondió Fernando tratando de recordar más – bueno, no de manera directa.

-¿Qué quieres decir con: "no de manera directa"? – el chico sonrió ampliamente.

-Al final de la semana, la jefa de enfermeras del pabellón pediátrico me mandó llamar, al parecer Samuel había enviado un paquete para mí – cruzó los brazos sobre su pecho y se dejó caer con orgullo sobre el respaldo de la silla – me había enviado una copia de la primera edición de "Lo que el caballero podía ver a través del yelmo", con una nota donde me pedía que mantuviera el obsequio en secreto ya que el libro no saldría a la venta sino hasta dentro de un mes, pero que al ser su fan número uno y su mejor critico tenía ciertos privilegios, me agradecía por la compañía durante ese mes y me suplicaba, le leyera aquel libro a los niños del hospital en su ausencia – y una nueva sonrisa se dibujó en su rostro, una cargada de madurez y nostalgia – es el mejor regalo que me han dado, nadie, nunca me había hecho sentir tan importante, para todo el mundo yo era una molestia, alguien a quien evitar, el raro de la clase, el desastre de la familia, uno más del montón, pero Samuel me había hecho sentir como el centro del universo, al menos por un instante.

-¿Por qué dices que para el mundo eras una molestia? – escuchar el tono en que había dicho aquello, movió algo muy en el fondo de mí, Samuel había cambiado la vida de aquel muchacho de alguna forma o al menos así parecía.

-Yo trabajaba como voluntario en el hospital para evitar permanecer en casa, en ese entonces por problemas de conducta había suspendido la mayor parte de las materias del bachillerato, por lo que no pude entrar a la universidad y tenía que cursar dichas materias en la escuela por las tardes, mis padres lo habían tomado muy mal y casi de milagro no me habían echado de casa, sin embargo la condición para permanecer bajo su techo era que aportara algo al gasto familiar por lo que trabajaba en el hospital como voluntario, donde al inicio no recibía ningún tipo de paga, pero con el tiempo y debido a mi empeño, los familiares de las personas que asistía comenzaron a darme una pequeña compensación que me mantenía con un techo sobre la cabeza – suspiró profundo como si tratara de borrar esos recuerdos de su memoria – también por aquel entonces ningún chico o chica de mi edad se me acercaba, no tenía amigos, a todos les parecía extraño y fastidioso, siempre leyendo historias de fantasía y dibujando, simplemente no encajaba en ningún circulo, la única persona que me aceptaba era mi hermana pequeña, ella era mi escape, con apenas 4 añitos era incapaz de juzgar, incapaz de condicionar su cariño, ella se conformaba con que cada noche le leyera un cuento, que los fines de semana la llevase al parque a jugar y que en su cumpleaños le obsequiara un dibujo, a veces sentía que era la única que me entendía; fue por eso que el simple hecho de saber que Samuel había tomado en cuenta mis opiniones, y que me consideraba alguien lo suficientemente importante para leer sus obras antes que nadie, me llenó de una felicidad tan grande, él fue la primera persona, después de mi hermanita, que me hizo sentir especial y perteneciente a este mundo – un nudo se formó en mi garganta, no sabía que decir, ¿qué más podía decir? – después de que el apareciera en mi vida todo fue a mejor, ahora ayudaba a los ancianos y leía a los niños, quienes con el tiempo se hicieron mi más grande impulso, al año siguiente pude ingresar a la universidad y no solo eso, ingresé en la facultad de diseño y animación; debido a que mis horarios cambiaron dejé el trabajo en el hospital y poco tiempo después conseguí un empleo de medio tiempo aquí – pausó un poco para tomar aire – yo había leído de este lugar después de terminar el libro del mismo nombre y al saber que solicitaban empleados de medio tiempo, no lo pensé dos veces. A pesar de todo no rompí mi promesa y cada fin de semana regreso al hospital para leerle a los niños.

-¿C-Como definirías a Samuel de Luque? – aquella pregunta salió de mi boca casi de manera involuntaria, con la voz ahogada, con el gusto de no saber qué más cuestionar.

-Samuel es una de las personas más maravillosas que existen en este mundo – respondió simplemente, sin dudar un segundo; anoté aquello en la libreta, paré la grabación y me quedé en silencio.

-Gracias, Fernando – finalice.

-No, gracias a ti, por escuchar – se puso en pie y se abalanzó sobre mí en un abrazo inesperado, cálido, familiar, ese abrazo que se le da a las personas a quienes les has abierto tu corazón, ese abrazó que correspondí sin cuestionar.

(...)

El resto de la semana fue silencioso, la última entrevista había sido transcrita y guardada en los archivos de mi computadora, mi grabadora y libreta de notas permanecieron guardadas en el cajón de mi escritorio y me centré en esperar el inicio de la siguiente semana en paz, olvidándome de mi trabajo, de mis investigaciones, de las entrevistas, de "El club de los corazones rotos", de las "musas de Samuel de Luque"; permanecí la mayoría de los días tumbado en mi cama devorando página tras página el último libro de Samuel, utilizando como separador la foto que me había dado Sebastián y la hoja que rezaba en la parte superior "Datos curiosos de Samuel de Luque", a la que había agregado unos cuantos números más.

11) Ninguno de sus libros hasta ahora parecía estar basado en sus romances.

12) Samuel tiene múltiples profesiones: orientador vocacional (para Valente), tutor temporal (para Emma), musa personal (para Sebastián), cuentacuentos (para los niños enfermos del hospital), motivador y apoyo incondicional (para Fernando).

13) El verdadero Samuel de Luque esta fuera de sus libros.

14) Samuel no es un príncipe, es "una de las personas más maravillosas de este mundo".

Los leones dorados tuvieronmi atención por el resto de la semana, y mis pensamientos... Samuel. 

****Nota "Un atardecer desde Plutón": narra la historia del astronauta Pernant, quien en una misión donde buscaba analizar los gases de la atmósfera de Urano, pierde el rumbo y termina en Plutón, donde para su sorpresa las condiciones son optimas para la vida. En el planeta conoce piratas, sirenas, hadas y dragones marinos, mientras intenta reparar su nave, sin embargo, termina encariñándose tanto con los habitantes de Plutón que decide quedarse y disfrutar las puestas de sol desde aquel planeta.  

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Nuevo capítulo... Se que me demoré un poco pero espero que valga la pena. 

Espero disfruten mucho de esta nueva parte de la historia, ya saben que cualquier comentario, voto o notita de amor se agradece y me motiva a seguir con la historia.

Abrazos de unicornio y besos con sabor a gominolas de fresa :3

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