Ron.
Desperté en la habitación de Karsey, como todos los sábados desde el día en que la conocí. Tomé mi ropa y sin hacer ruido salí de ahí para poder ir con Ginny a despedirme de ella, era momento de volver a casa a buscar lo que había estado buscado desde mayo...volver a hablar con Fred.
Me topé al imbécil de Malfoy entrando a la sala común de Slytherin apurado, pero no le presté atención, pensar en él me hacía pensar en Hermione y no quería, ni debía.
Me encontré a Ginny entrando al gran comedor del brazo de Dean.
-Ginevra –volteo a verme e inmediatamente sonrió.
-Dime Ron.
-Acompáñame, quiero hablar contigo –voltee a ver a su novio –a solas.
-Está bien Dean, ahora te busco –le dio un corto beso en los labios y me acompañó a uno de los patios de la escuela.
-Ginny, antes de irme quiero preguntarte una cosa.
-Dime.
-¿Qué sientes por Harry?
-Nada, ¿qué no ves que estoy con Dean? –me contestó decidida.
-Bien.
-¿Por qué la pregunta?
-Ya no quiero seguir haciéndote daño Ginny, si dices que ya no sientes nada por él entonces...- saqué mi varita y revertí el maleficio Imperius que le había realizado unas semanas atrás para evitar que estuviera junto a Harry.
Ginny se desvaneció frente a mis ojos y al volver en sí me miró a los ojos y me dijo:
-¿Qué me pasó?
-¿Estás segura que no quieres ir a casa? –contesté cambiando el tema, nunca sería capaz de decirle al punto al que habían llegado mis ganas de protegerla y mantenerla lejos del asesino de Fred.
-¿Ya son vacaciones?
-Sí... ¿vienes o no? –su cara de confusión me partía el corazón, no me importaba ir lastimando a los que alguna vez considere mis amigos o a la mujer con la que quería pasar mi vida, pero Ginny...
-Me quedo, creo que mamá y tú tienen muchas cosas que solucionar ¿no?
-Sí, pero me gustaría que fueras, así podría estar contigo en navidad, nunca la hemos pasado lejos Ginny. Aparte George nos necesita ahí con él.
-Lo sé Ron, pero yo también necesito un tiempo para mí...yo sé que George lo va a entender perfectamente.
-¿Quieres que le entregue algo a mamá de tu parte?
-Solo dile que la amo, y que nos vemos cuando termine el año.
-Está bien. Te quiero Ginny –la rodeé con mis brazos.
-Yo a ti Ron.
-Espera Ginny...si pudieras decirle algo a Freddy ¿qué le dirías? –susurré en su oído izquierdo.
-Que lo amo, y que algún día estaremos juntos de nuevo.
Me despedí de ella nuevamente y fui a recoger la maleta que había preparado la noche anterior al baile. Al salir sentí la enorme necesidad de ir a despedirme de Hermione, pero una fuerte punzada en mi cabeza me detuvo y no me permitió hacerlo.
Salí en dirección al expreso, me encontré a Hagrid, porque como era de costumbre se encargaba de que todos estuvieran a bordo del tren a tiempo.
Estuve solo unos minutos hasta que pasó Parkinson, me vio de reojo, quiso pasarse de largo pero regresó a sentarse conmigo.
-Mira Ronald, sé que hemos tenido muchas peleas antes y créeme, esta vez no vengo a pelear contigo.
-¿Qué quieres entonces?
-Quiero advertirte sobre algo.
-¿Qué?
-Karsey no es una persona de fiar Ronald, no me interesa con quien estés, no me interesa si te quedas con ella o no, sólo te lo pido porque a pesar de todo a Hermione y a Potter les dolería mucho si algo te pasa.
-¿Vienes a abogar por ellos?
-Básicamente por sus sentimientos.
-¿Qué es lo peor que me puede pasar?
-Dejemos en claro que a mí no me importa lo que te pasé, pero tú no la conoces lo suficiente.
-¿Y tú sí?
-Por algo te lo estoy diciendo. Karsey es una mala persona.
Al mencionar nuevamente el nombre de Karsey mi cabeza volvió a retumbar y sin pensarlo dos veces me abalance sobre ella, tome con ambas manos su cuello, en esos momentos estaba dispuesto a matarla.
-Para Weasley, detente –pronunciaba en voz baja y entre cortada por la falta de aire.
-Eres una perra, mereces estar muerta. Ni tú ni nadie me van a decir qué está bien o que está mal, nadie ni tú se van a meter en mis decisiones.
Cada vez apretaba el cuello de Pansy más fuerte, quería matarla, no tenía por qué meterse en mi vida, no tenía por qué hablar mal de Karsey, y sobre todo no tenía por qué decirme que a Hermione le dolería algo que me pasara.
Por el corredor principal iba pasando Zabini, el cual al verme intentando matar a Pansy entró a nuestro cubículo y me soltó un puñetazo fuerte directo a la nariz.
-Cada vez demuestras más que los Weasley son unos imbéciles. –Me escupió Zabini saliendo del cubículo junto con Parkinson y cerrando la puerta de golpe.
Me quedé con unas ganas inmensas de asesinarlo por hablar así de mi familia, pero lo mejor era que me tranquilizara y tratara de solucionar el golpe de la nariz.
Si tan solo Hermione estuviera ahí...hubiera solucionado el problema con solo un leve movimiento de varita.
...
El camino hacia la estación Kings Cross fue rápido después del incidente de Parkinson, y al llegar ahí pude encontrarme con mi madre que parecía ir no muy contenta a recogerme.
-Mamá ¿cómo has estado?
No obtuve contestación, al verme únicamente se dio la media vuelta y camino en dirección contraria.
-Mamá, ¿no me vas a saludar? –dije siguiéndola a paso rápido.
-Mamá, ¡háblame!
Nos dirigimos fuera de la estación en donde nos estaba esperando mi padre en un nuevo auto que el ministerio le había regalado después de la guerra como agradecimiento a su lealtad.
-Hijo ¿cómo estuvo tu viaje?
-¡Arthur! –Gritó mi madre molesta subiéndose al auto –te dije que no hablaras con él hasta llegar a la casa.
-Querida, no podía ignorarlo todo el camino.
-Es lo menos que se merece ¡cree que no nos hemos enterado de todo lo que hizo en Hogwarts!
Mcgonagall se había encargado de avisarles todos los problemas que había tenido, al parecer después del problema que armó Karsey en el Gran comedor ocasionó que también le comentaran lo que había ocurrido con Malfoy.
-Tengo que explicarles eso.
-No voy a hablar contigo hasta que lleguemos a la casa Ronald.
El camino a la madriguera fue largo, tedioso y silencioso. Mamá de vez en cuando me dedicaba miradas asesinas, de esas que sientes que son castigo suficiente.
Al llegar a la casa, subí a mi habitación para dejar mi maleta, quise empezar a buscar el retrato pero mi mamá me indicó que bajara de inmediato.
-¡Ronald Bilius Weasley! ¿Quién crees que eres? Metiste a tu padre en un problema muy grande. Casi lo despiden por tus estupideces.
-¿Por qué?
-Por provocar que castigaran al hijo de Lucius –comentó mi papá –agradece que Lucius perdió poder en el ministerio después de Voldemort, si no ahorita no tendríamos nada.
-¡No lo castigaron! –grité furioso.
-A mí no me importa si lo castigaron o no, ¡¿crees que no sé el motivo del por qué te ha reprendido Mcgonagall?!
-¿Qué te ha dicho esa vieja mentirosa?
-No hables así de ella Ronald –dijo mi madre tomándome de una de mis orejas.
-No le hables así a tu madre Ronald.
-Ella nos dijo la verdad, insultaste a Hermione por su estatus de sangre ¿acaso fuiste educado por los Malfoy?
Al escuchar el nombre de Hermione un pequeño cosquilleo en la nuca y una sensación de absoluta despreocupación se apoderaron de mí y dije:
-Yo solo dije la verdad, Hermione es una maldita sangre sucia asquerosa. Y contestando tu pregunta madre, ojalá que los Malfoy me hubieran educado, de ser así nunca hubiera dependido de lo usado, de lo que mis hermanos dejaban, de las sobras y de lo poco que papá puede darnos con su absurdo e inútil trabajo. De ser un Malfoy no sería un muerto de hambre.
Regresé a mi habitación y me encerré en ella, después de lo que acababa de decirle a mi madre pedirle el retrato de Fred me llevaría más trabajo del que esperaba.
________________________________________________________________
HEEEEEEEEY! Es fin de semana de Mudblood y el cuerpo lo sabe! ¿Cómo están? ¿Ya entraron a la escuela? Buenoooo, espero que les esté gustando y con esto se unan muchos puntos qus ustedes sentían inconclusos.
¿Qué les pareció el capítulo? Espero les guste!
Bonito sábado, los quiero, nos seguimos leyendo!