Destruction ◇ Erik Lehnsherr

By alanastxrk

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❝Él era destrucción Ella era catástrofe Juntos eran el apocalipsis❞ Cover by: -professionalvillain ❤ ... More

I. DESTRUCTION
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Retazos del pasado
q u i n c e
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II. CATASTROPHE
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III. APOCALYPSE
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―Escena extra 1
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―Escena extra 3
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By alanastxrk

Cuando Iris despertó aquella mañana en la cama de Erik, se sintió extraña. Estaba sola y era algo que en el interior no le sorprendía. Aun así, no podía evitar sentirse feliz. Erik era... Erik.

Y aunque no sabía lo que significaban los besos que se habían dado la noche anterior, no tenía ninguna duda en que no le importaría volver a repetirlo. En unos solos minutos, él había conseguido hacerle sentir cosas que nunca antes había sentido y recordaba que en aquel momento se había sentido completamente plena.

Se levantó de la cama y salió de aquella habitación para luego entrar en la suya. Una vez allí se dio una ducha rápida y se puso algo cómodo, ya que sabía que tenía que entrenar como todos los demás. Y también se figuraba que llegaba tarde y que todos ya habían empezado.

Bajó y desayunó algo mientras que por la ventana veía cómo Hank y Charles corrían. Escuchó cómo Alex se metía con él y rodó los ojos. Se alegró de que los demás mutantes hubiesen afrontado lo que había pasado el día anterior tan bien. Estaban muy centrados en entrenar para conseguir destruir a Sebastian y eso era lo que más les unía.

—¡Iris! —oyó que Moira la llamaba y se acercaba a ella—. Estás aquí. He estado buscándote toda la mañana. ¿Sabes lo que significa "levantarse pronto"? —preguntó, poniendo los brazos en jarra.

—Sí, lo sé, lo siento. Me he quedado dormida.

Se levantó de la silla y acompañó a Moira fuera de la casa, accediendo al gran jardín que había. Saludó a Charles con la mano cuando volvió a pasar por su lado y paró de andar cuando Moira lo hizo.

—Bien, te voy a enseñar a pelear —le avisó.

—¿No crees que primero tendría que terminar de aprender a disparar? —sugirió Iris.

—Ya sabes disparar —Iris frunció el ceño—. Bueno, no eres una profesional. Pero los chicos nos contaron lo que le hiciste a Sebastian. Si no supieses disparar no le habías dado ni una vez.

Iris pestañeó varias veces y acabó asintiendo.

—¿Por dónde empezamos? —le preguntó a Moira y ésta sonrió.

Sin saber cómo, se había acercado a Iris rápido y con un movimiento había conseguido tumbarla en el suelo. Iris gimió de dolor y miró hacia Moira.

—Empieza parando ese ataque.

Se levantó del suelo y se puso delante de Moira, esperando a que volviese a atacarla. Cuando lo hizo, intentó anticiparse a sus movimientos, pero volvió a estar tumbada en el suelo. Se levantó y miró a Moira desafiante, sin rendirse.

—Otra vez —le pidió.

Tras varios intentos en los que acabó en el suelo, consiguió parar su ataque. Y no solo eso. Sin saber cómo, consiguió moverse de la manera correcta para hacer que esta vez Moira acabase en el suelo. Sonrió y ayudó a Moira a levantarse.

—Parece que ya entiendes como va esto... —dijo y miró unos segundos a Iris antes de sonreír—. Voy a enseñarte varios movimientos, intenta repetirlos.

Iris asintió y observó cómo Moira se movía. Cuando ésta le dijo que la siguiese, ella intentó hacerlo lo mejor que pudo, guardando en su cabeza todos los movimientos. Cuando finalmente acabaron, Iris suspiró y pensó que ya habían acabado por hoy, sin embargo cuando había empezado a andar hacia la casa, Moira la paró.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Ahora, intenta parar todos mis ataques —le dijo Moira—. Que no te de ninguno.

Y entonces Moira empezó a lanzar patadas y puñetazos. Los primeros pudo pararlos, pero entonces recibió un puñetazo en el estómago que la hizo doblarse de dolor. Levantó una mano para que Moira parase y ésta lo hizo al instante.

—Vale, ya está. Hemos acabado por hoy. Por favor —pidió y Moira asintió.

—Mañana a la misma hora —le dijo e Iris cayó al suelo.

Una vez ahí suspiró y miró hacia arriba. ¿Tendría que ser algo así todos los días? ¿Sería capaz de soportar una pelea así, en la que estaba claro que por ahora iba a perder, cada día? Pero sabía que si quería volver a enfrentarse a Sebastian Shaw y tener alguna posibilidad de ganarle, tenía que ser de esa manera. Puede que él fuese capaz de absorber un disparo o incluso la energía que Alex emitía. Sin embargo, estaba segura de que no podría absorber una patada.

Se levantó del suelo, sintiendo su cuerpo adolorido, y entró en la casa. Hank entró también y pasó al lado de Iris.

—¿Has visto a Sean? —le preguntó Hank.

—No lo he visto desde ayer. ¿Por qué?

—Charles lo está buscando. Vamos a probar algo en lo que he estado trabajando —le dijo e invitó a Iris a verlo.

La última vez que Iris fue a ver algo en lo que Hank había trabajo, conoció a Cerebro. Ahora sabía lo que éste era capaz de hacer con Charles y estaba segura de que lo que había creado para Sean sería algo igualmente asombroso.

Subieron a unas habitaciones no muy altas. Hank entró en la de la izquierda, donde estaban Charles y Sean. Iris entró en la de la derecha, donde estaban Raven y Alex. Se asomó junto a ellos en la ventana, esperando impacientes a que todo empezase.

—¿Tenéis idea de lo que van a hacer? —preguntó y Raven negó con la cabeza.

—Charles dice que es sorpresa —respondió.

—Yo solo estoy aquí para ver a Sean darse un buen golpe —dijo Alex e Iris rodó los ojos.

Al rato, la puerta de la habitación se volvió a abrir y entró Erik. Al verle, Iris no pudo evitar sonrojarse y bajar la mirada. Volvió a sacar la cabeza hacia afuera, donde ahora se podía ver a Sean sentado en el marco de la ventana, mirando hacia abajo.

—Solo grita —le pidió Charles.

Él asintió varias veces y luego respiró hondo, dejándose caer. Gritó, pero no sirvió de nada. Se dio un fuerte golpe contra el suelo. Iris se llevó la mano a la boca viendo cómo Sean se quejaba de dolor y cerca de ella pudo oír la risa de Erik.

Y entonces se dio cuenta de que era la primera vez que la escuchaba. Con una sonrisa, Iris giró la cabeza y miró a Erik, quien observaba divertido a Sean. Y pensó en todo lo que había estado pensando la noche anterior. En si debía irse o no.

¿Estaba dispuesta a perder todo esto? ¿Perder a Raven, Charles, los mutantes? ¿Perder a Erik? Llevaban todos juntos unos meses, pero eran suficientes para unirse de la manera en la que lo habían hecho. Iris ya ni siquiera recordaba cómo era su vida sin saber de la existencia de los mutantes y, a decir verdad, no quería volver a esa vida. Quería estar en ésta, aunque tuviese que entrenar día y noche para ser útil. Lo haría, simplemente para poder quedarse allí.

Así que sí, si ahora Charles le preguntase si iba a quedarse, ella le diría que sí. Se había dado cuenta de ello en el momento en el que se imaginó sin todo eso.

Iris no se dio cuenta de que se había quedado mirando a Erik durante todo este tiempo. Ella se había puesto a pensar, mientras seguía teniendo una gran sonrisa dibujada en su cara y sus ojos estaban clavados en Erik. Y al ver que él se había dado cuenta de ello, se sonrojó y apartó la mirada, observando que Sean se había levantado del suelo y había vuelto a subir. Lo intentaron varias veces más aunque sin éxito.

Cuando decidieron que ya era suficiente y Sean se cansó de darse golpes contra el suelo, salieron de la habitación y cada uno fue a hacer algo distinto. Iris decidió pasar la tarde con Raven. Hacía mucho tiempo que no estaban juntas.

—¿Entonces seguiste mi consejo? —le preguntó cuando se sentó en la cama de Raven.

—¿Cómo lo sabes? —le cuestionó ella.

—Ayer te vi salir con Hank —le mintió, pero no quería decirle que en realidad había sido Erik quien los había visto.

Estaba segura de que si lo hacía vendrían las preguntas sobre por qué había estado Iris con Erik a esa hora y realmente Iris no se sentía preparada para responderlas. Ni siquiera sabía qué significaba todo lo que había pasado, así que no se sentía capaz de responder a Raven.

—Pensé que nadie nos vería —susurró—. Estuvimos juntos y fue maravilloso —le contó, con una sonrisa—. Aunque bueno, como siempre hubo un momento en el que hablamos sobre nuestros genes mutantes.

—¿Quería sacarte más sangre? —negó con la cabeza.

—Hank ha estado investigando y ha descubierto que mis células envejecen a la mitad de lo normal. Esta... bueno, él está intentando encontrar una cura para nosotros.

—¿Para vosotros?

—Para los mutantes —Iris la miró sorprendida.

—¿Y tú la tomarías? —Raven se quedó callada y luego se sentó junto a Iris, mirando hacia abajo.

—Tú no sabes lo que es ser un mutante, Iris. No sabes lo que es estar escondida tras una coraza toda tu vida para que los demás no sepan que eres diferente —explicó—. Cuando los humanos nos ven, se ríen de nosotros, nos temen o nos tratan como bichos raros. ¿Crees de verdad que la sociedad se tomaría bien que los mutantes existiesen? Hasta ahora, nos hemos mantenido en el anonimato, pero irremediablemente algún día tendremos que salir, y ese día será el comienzo del Caos.

—No puedes dejar que la opinión de otros te afecte a ti misma, Raven. Como eres, tu mutación, es algo fantástico. Nunca he visto nada tan asombroso como lo que tú, Charles, Erik o cualquier otro mutante es capaz de hacer. Sé que no os aceptarán al principio, pero con el tiempo lo harán. Sois como nosotros, solo que diferentes. Pero no peores —ella asintió, asimilando lo que Iris acababa de decirle—. Entonces, ¿la tomarás?

—Ni siquiera es seguro que Hank la consiga —se excusó.

—¿La tomarás, Raven? —volvió a insistir.

—No lo sé, Iris —se levantó de la cama y dio varias vueltas por la habitación—. No todos los humanos son como tú o como Moira. No todos nos aceptarán con tanta facilidad. Ángel se fue por esa razón. Porque quería demostrarle a los humanos que no somos inferiores.

—La manera en la que Sebastian Shaw intenta demostrárselo al mundo no es la mejor —le dijo Iris—. Si los mutantes empezáis con guerra, los humanos se defenderán. Siempre lo hemos hecho.

Tras esa conversación, acabaron toda la tarde hablando sobre cosas que no tenían nada que ver sobre los mutantes. E Iris se alegró de, después de unos meses, poder tener una conversación normal, en la que se divertía y no tenía ninguna preocupación a su alrededor.

Cuando salió de la habitación de Raven, decidió ir al despacho de Charles. Cuando estaba llegando, abrió la puerta sin pegar antes en ella y se encontró que dentro estaban Charles y Erik hablando.

Miró a ambos y luego carraspeó.

—Oh, lo siento, no sabía que estabais aquí —se disculpó y abrió la puerta para salir por ella pero Charles la paró.

—No, no, da igual, entra —le dijo, arrastrando las palabras e Iris frunció el ceño.

Miró extrañada a Erik, esperando a que él le dijese algo sobre el comportamiento de Charles. ¿Qué era lo que le pasaba?

—¿Va todo bien? —preguntó, acercándose a ellos.

—No, no va nada bien —respondió Erik.

—Me preocupa todo lo que está pasando con Sebastian Shaw —admitió—. Él es un mutante muy poderoso y está rodeado de personas igual que él. Además tiene a Ángel. ¿Crees que alguno de los chicos podrá enfrentarse a ella? —Iris tragó saliva, sabiendo que Charles tenía razón—. No sé si conseguiré entrenarlos a tiempo. Tienen que aprender a controlar sus poderes y a luchar, pero vamos contrarreloj. Si Sebastian decide atacar mañana, no tendremos ninguna posibilidad contra él.

—Aprenden rápido, Charles —le dijo ella—. Solo tienes que saber cómo enseñarles. Tienes que hacerles entender que su mutación no es algo complementario a su cuerpo, sino que está dentro de ellos. Que pueden controlarlo con facilidad si se dan cuenta de ello y que no necesitas tres meses para hacerlo.

—Hablando así parece que fueses una mutante —comentó Erik e Iris levantó la cabeza para mirarle.

—Estar rodeada de tantos hace que los entiendas y pienses así.

Charles puso sus manos en sus ojos y los frotó.

—¿Cuánto tiempo creéis que tenemos? —preguntó.

—Al menos una semana —contestó Erik—. Cuando estuvimos en Moscú, evitamos que consiguiese los misiles que fue a buscar, aunque supongo que ya los tendrá. Al menos hemos conseguido retrasarlo un poco.

—En una semana podemos conseguirlo, Charles —le animó Iris.

—Tendría que pedirle a Hank que se diese prisa con los prototipos de los trajes. Hay que probarlos en los chicos antes de que salgamos a luchar de verdad —comentó Charles.

—Yo puedo ayudar a entrenar a Sean —sugirió Erik—. Raven es fuerte, sabe como moverse y aprende rápido.

—Y Hank puede dar un gran partido de su mutación. Además, Alex está mejorando con sus poderes —añadió Charles.

—Tenemos un buen equipo —dijo Iris, con una sonrisa—. Y os tenemos a vosotros dos. Podremos con Sebastian, estoy segura.

Charles le sonrió y Erik simplemente asintió. Tras una pequeña charla más, Iris salió de allí y fue a la cocina a comer algo. Se sentó junto a Alex y Hank y escuchó en silencio de lo que hablaban, mientras a veces se reía de lo que decían.

Por un momento pensó en todo aquello. Parecían unos adolescentes normales, teniendo una noche divertida donde nadie diría que eran distintos. Donde nadie diría que dos días antes habían sufrido un gran ataque. Y estos chicos, aquellos que ahora estaban empezando a conocerse, iban a luchar en unos días. Iban a salir allí fuera, a usar aquello que los hacía distintos, e iban a enfrentarse a un mutante muy poderoso. Cualquier cosa podría pasar. Puede que estos días fuesen los últimos en los que todos estuviesen juntos.

Iris no quería eso. Necesitaba que todo siguiese igual. Tenía la esperanza de derrotar a Sebastian y volver allí, a casa, con todos tal y como ahora. Y seguir siendo tan felices como lo estaban siendo ahora. Pero sabía que eso no sería fácil. Aunque Iris se prometió que haría todo lo posible para que eso que ella deseaba se cumpliese.

Cuando se hizo tarde, todos empezaron a irse a sus habitaciones. No había visto ni a Erik ni a Charles desde que salió del despacho de éste, por lo que supuso que habrían seguido hablando sobre el tema. Sabía que era algo que le preocupaba mucho a Charles y con razón. Ella había intentado darle esperanzas a ambos, pero sabía que la situación era delicada. Podían tener una semana entera o solo un día más. Y los chicos todavía no estaban preparados del todo. Sean no había conseguido volar, Alex no era capaz de controlar la dirección de sus rayos y Hank había estado metido en el laboratorio en vez de entrenando. Y luego estaba Iris, que en su primer día de entrenamiento había acabado completamente rendida. Y si quería ser de ayuda aquel día, porque en el fondo necesitaba serlo y enfrentarse a Sebastian, tenía que esforzarse y no rendirse.

Así que cuando todos se fueron a dormir, Iris salió fuera donde había estado entrenando con Moira por la mañana y repitió los movimientos que ella le había enseñado. Estuvo haciéndolo hasta que se sintió cansada y tuvo que sentarse en el suelo. Respiró agitadamente y cerró los ojos.

—¿Cansada ya? —escuchó que le preguntaban y abrió los ojos al segundo. Vio cómo Erik estaba de pie delante de ella, mirándola con una sonrisa de lado. Ella le sonrió—. Si sigues así no aguantarás ni un segundo cuando luchemos contra Shaw.

—¿Tú lo haces mejor? —él se encogió de hombros—. Juegas con ventaja. Tú eres un mutante.

Él levantó los brazos y se quitó la chaqueta.

—Aquí no hay nada de metal que pueda ayudarme —le dijo—. Vamos, atácame.

Iris levantó una ceja, esperando a ver si estaba hablando en serio. Al ver que sí, se levantó del suelo y se preparó. Erik se puso también en posición y esperó a que ella hiciese algo. Y como la noche anterior, fue ella la que se lanzó.

Usó los movimientos que Moira le había enseñado y al principio le iba bien, pero luego, cuando lanzó un puñetazo, Erik lo paró fácilmente. Cogió su otro brazo e hizo que se diese la vuelta, pegando su pecho a la espalda de Iris. Ella sintió cómo él acercaba sus labios a su oreja y susurró algo que Iris no fue capaz de entender. Cerró los ojos al sentir su proximidad y suspiró con lentitud. Con rapidez, se dio la vuelta y con un movimiento consiguió separar a Erik de ella. Le miró con una sonrisa y esperó a que hiciese algo.

Erik la atacó e Iris paró varios golpes hasta que, cuando lanzó varios ataques, él volvió a pararlos, cogiéndola de las manos. Intentó deshacerse de él, pero por más que se movía, el agarre de Erik era demasiado fuerte. Quiso decir algo, pero cuando abrió la boca él la acercó a su cuerpo y estampó sus labios con los de ella.

Erik soltó el agarre en las manos de Iris y ella aprovechó ese momento para pasar sus manos por el pecho de él, mientras él la atraía más. Le siguió el beso sin ninguna complicación, mientras sentía que otra vez todo dejaba de importar.

Erik ando hasta que llegaron a la pared del edificio e Iris sintió el frío que ésta le provocaba en la espalda, haciendo que la curvase hacia delante y, así, juntando su cuerpo con el de Erik. Él pasó sus manos desde la cintura hasta abajo, llegando a las piernas de ella. Con un rápido movimiento, la levantó haciendo que Iris rodease su cintura con sus piernas. Volvió a pegarla a la pared y ella se separó un momento para coger aire, para luego volver a besarle.

No sabía cuanto tiempo llevaban allí fuera, solos y en la penumbra de la noche. Pero ni siquiera les importaba. Solo querían quedarse así hasta que amaneciese y luego hasta que volviese a anochecer.

Erik se separó de ella y respiró agitadamente, al igual que Iris. Ella seguía subida en él y le acarició la mejilla, observando la intensa mirada de él.

—¿Qué significa esto, Erik? —le preguntó ella en un susurro y él le miró confundido—. Me refiero a esto que estamos haciendo. ¿Qué significa para ti?

—No lo sé —le contestó—. Solo sé que me gusta estar así, junto a ti. Sin nada más.

Volvió a besarla y ella no se resistió. Sabía que, por ahora, eso era lo mejor que podían tener. No podían permitirse nada más. No estando a unos días de enfrentarse a Sebastian. Iris sabía que, aunque ella deseaba con todas sus fuerzas que nada de aquello pasase, cuando aquel día llegase todo cambiaría. No podrían luchar contra alguien tan poderoso y salir ilesos de ello.

Por lo que decidió aprovechar el tiempo que tenían. Sin ligaduras, sin nada que los retuviese o les impidiese hacer lo que querían. Iba a disfrutar de Erik ahora que podía y durante esos momentos, haría como que nada más existía. Se olvidaría de todo lo que pasaba a su alrededor y simplemente se centraría en él y en lo que le hacía sentir.

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IMPORTANTE: Quedan solo cuatro capítulos.

Sep, aunque cuando queden menos ya hablaremos sobre algunas cosas, no os preocupéis.

He abierto un book donde podéis pedirme que os haga escenas como estas que yo suelo hacer. Así que si os interesa pasaros por él, se llama: Crackship images ^^

Una preguntaa: ¿shippeais a Iris con alguien que no sea Erik? ¿Con quién? u.u

Ya me voy, ¡besiis!

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