Destruction ◇ Erik Lehnsherr

By alanastxrk

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❝Él era destrucción Ella era catástrofe Juntos eran el apocalipsis❞ Cover by: -professionalvillain ❤ ... More

I. DESTRUCTION
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Retazos del pasado
q u i n c e
e p í l o g o
II. CATASTROPHE
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III. APOCALYPSE
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―Escena extra 1
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-Escena extra 4

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By alanastxrk

Todo estaba completamente destrozado.

Lo único que quedaba de la División X eran escombros.

Cuando Iris había despertado después del fuerte golpe que había recibido por la explosión, lo primero que hizo fue buscar a los demás. Los encontró en la misma situación en la que había estado ella hacía solo unos segundos y los ayudó a reincorporarse. Por suerte, ninguno de ellos se había hecho daño. Al menos no físicamente. Iris estaba segura de que por dentro estaban destrozados, al igual que ella.

Pero era distinto. Ellos, en los pocos días que llevaban juntos, habían conseguido unirse más de lo que Iris, Erik o Charles pensaban. Podría decirse que estaban formando una familia y ver cómo ésta acababa de perder a dos de sus miembros, hacía un inevitable daño.

Dejó que se sentasen juntos y ella fue a buscar a algunos de los pocos agentes que habían sobrevivido. No eran muchos, apenas fueron uno o dos que habían conseguido escapar a tiempo. Estos le avisaron de que habían llamado a Charles, Erik y Moira y que posiblemente vendrían en unos minutos.

Ella asintió y, cuando estuvo sola, se dejó caer en el suelo, quedándose así escondida tras unos escombros. Se llevó las manos en la cabeza y cerró los ojos, suspirando.

¿Cómo había podido permitir que pasase todo eso? Aunque se ponía a pensar y no encontraba otra manera de que hubiesen ocurrido las cosas.

Cualquier arma contra Sebastian había sido nula y no tenía ninguna manera de acabar con él. Aunque debería haberse dado cuenta antes de que él también era mutante. Pero claro, ¿cómo iba a saberlo? Si hasta hace solo unas semanas no tenía ni idea de que los mutantes existían, no podía siquiera pensar que una persona que conocía de muchos años sería también uno de ellos.

Pero aun así, debía haber hecho algo más. Ella sabía cómo era Sebastian y ya debería haberse imaginado que no le costaría nada manipular a los mutantes. Tendría que haber acabado con él, con Azazel o con quien fuese para evitar que Darwin se pusiese en peligro. Tendría que haber hecho algo más.

A lo lejos escuchó un coche, pero ni siquiera se molestó en ir a ver quién era. Ya lo sabía.

Fue capaz de escuchar que Charles llamaba a Raven y suspiraba al ver que estaba bien.

—¿Dónde está Iris? —oyó que preguntaban y supo que esa pregunta no era de Charles.

Su cuerpo entero tembló y escuchó unos pasos acercándose a ella. Abrió los ojos y se encontró las piernas de Erik en frente. Él se agachó hasta estar a su altura y la miró, examinándola. Extendió su mano para intentar tocar la mejilla de ella, la cual estaba afectada por el golpe que había recibido por parte de Sebastian. Pero Iris giró la cara para que no pudiese tocarla y vio cómo Erik apretaba la mandíbula.

Los ojos de Iris se aguaron y los cerró, para luego volver a abrirlos y mirar a Erik.

—Sebastian no estaba en Moscú —le susurró ella y él tragó saliva.

Podía ver en los ojos de Erik que él también se sentía culpable por lo que había pasado, pero estaba segura de que él no lo mostraría de la misma forma que ella.

Aun así, hizo algo que Iris no se esperaba que hiciese, pero que tampoco se quejó cuando lo hizo. La atrajo hacia él y la abrazó con fuerza. Ella se aferró a él mientras unas pocas lágrimas salían sin su permiso. Se movió en el suelo para conseguir estar más pegada a Erik y apoyó su cabeza en su hombro.

—Darwin ha muerto —le dijo Iris—. Y el hombre de negro. Y los doscientos agentes que habían aquí. Todos han muerto y no hemos podido hacer nada. No he podido hacer nada, Erik.

Él le acarició la espalda suavemente, haciendo que ella se sintiese más tranquila. Suspiró y cerró los ojos, perdiéndose en las caricias que él le proporcionaba.

—Nos vengaremos —le prometió—. Shaw tiene su ejército. Éste es el nuestro —le susurró él al oído y ella asintió—. ¿Te han hecho algo más?

—No —susurró.

Erik la separó un poco de él, aunque todavía estaban demasiado cerca. Tanto que sus narices estaban casi rozándose.

—Lo encontraré y le haré pagar por lo que ha hecho —le prometió Erik y le acarició la mejilla que no estaba dañada.

Ella le miró durante unos segundos, sin decir nada. Simplemente observando cada parte de su rostro, mientras seguía enredada en sus brazos.

—No eres una mala persona —dijo Iris en un hilo de voz—. Una mala persona no vengaría a los mutantes.

—No lo hago por ellos —susurró, mirándola fijamente tal y como él hacia—. Lo hago por ti.

Ya no podían quedarse allí. El Distrito X había sido destruido completamente y ya ni siquiera era seguro.

Cuando Iris se había tranquilizado fue hacia donde estaban los mutantes y Charles, quien se acercó a ella al verla y le preguntó si estaba bien. Ella asintió y miró a los mutantes, quienes decían que estaban dispuestos a luchar contra Sebastian. Antes de que todo eso pasase, ellos lo hacían simplemente para salvar el mundo, pero ahora era algo más personal. Sebastian había acabado con uno de ellos y había hecho que otro se pusiese en su contra. Y ninguno iba a dejar que todo aquello pasase por alto.

Pero aun así, estaba el problema de que no tenían un lugar donde quedarse. Estaban seguros que ningún otro agente de la CIA los ayudaría como había hecho el hombre de negro, así que lentamente empezaron a perderse las esperanzas.

Sin embargo, Charles les sorprendió a todos diciendo que él conocía un lugar, aunque ninguno tenía ni idea de a cuál se refería. Sin embargo, decidieron no perder más tiempo e ir allí. De todos modos, no había nada que llevarse del Distrito X.

Cuando llegaron al lugar, todos se quedaron totalmente asombrados. Aquello era gigante y parecía como un castillo. Se suponía que era ahí donde iban a vivir a partir de ahora, sin agentes de la CIA, nadie que los molestase. Simplemente ellos.

Iris nunca había visto algo parecido. Era precioso y no se imaginaba cómo sería por dentro. Charles giró la cabeza y sonrió la ver la expresión de Iris, quien se dio cuenta de que él la miraba. Le sonrió de vuelta y él extendió su mano hacia ella.

—¿Vamos dentro? —le preguntó.

Iris entrelazó sus dedos con los de Charles, quien al momento tiró de ella para empezar a andar. Dejó que Charles la guiase hacia dentro, mientras seguía admirando todo el exterior.

Cuando entraron, Charles le hizo una rápida visita por todo el lugar, aunque era casi imposible verlo todo en una sola tarde. El lugar era inmenso y sobre todo había muchas habitaciones.

—Esto es... —empezó a decir Iris.

—Genial, lo sé. Lo he leído en tu cabeza —completó Charles.

—¡Charles! —se quejó ella—. ¡Te he dicho que no hagas eso!

Cuando acabaron de verlo todo, Iris estaba muy cansada. Fue al salón donde estaban los demás y se dejó caer en el sofá. Vio que Raven estaba junto a ella mirando a Hank disimuladamente e Iris decidió pegarse un poco más a ella.

—Raven —la llamó susurrando y ésta giró la cara para mirarla—. ¿Cómo os fue aquel día? —le preguntó, refiriéndose al día en el que Hank le pidió su sangre—. Con todo lo que ha pasado no he tenido un momento para preguntarte.

Ella sonrió.

—Todo estaba yendo bien hasta que Erik apareció —Iris frunció el ceño. ¿Erik?—. Estaba apunto de besarle, y entonces él apareció con sus estúpidos comentarios de siempre y lo estropeó todo.

—¿Y habéis vuelto a tener otra cita? —negó con la cabeza.

—Nos hemos visto y hemos hablado, pero él es muy tímido y a veces me hace pensar que si soy demasiado atrevida puedo fastidiarlo todo.

—¿Él te gusta de verdad? —Raven asintió.

—Mucho.

—Entonces no tengas miedo. No puede pasar nada malo si te lanzas. Además, esta casa es gigante. No estaría mal que os perdieseis por ahí alguna noche —Raven rió justo cuando Charles y Erik entraron allí.

Todos los demás se sentaron en el sofá y ellos se quedaron de pie, justo enfrente de los demás.

—Vamos a entrenaros —explicó Erik.

—A todos —añadió Charles y dirigió su mirada hacia Iris—. Vamos a prepararos para que no se vuelva a repetir lo de anoche. Lo que haremos será enseñaros a controlar vuestra mutación y a ampliarla, solo conocéis una parte de ella.

—También os enseñaremos a defenderos, así que tenéis que estar preparados para todo eso. Tenemos poco tiempo y no podemos desperdiciarlo —añadió Erik.

—Lo haremos todas las mañanas, así que levantaos pronto. No podéis perder ni una sola clase —acabó Charles.

Todos asintieron y se levantaron para irse a sus respectivas habitaciones, ya que estaban muy cansados por todo lo ocurrido recientemente.

Iris entró a su habitación y se volvió a sorprender al ver lo grande que era. No sabía si en algún momento llegaría a acostumbrarse a eso. Aunque para ser sincera, en el fondo le asustaba acostumbrarse. Ella no era como los demás. No era mutante ni podía ayudarlos de una manera que no fuese con información sobre Sebastian. ¿Y cuando aquello acabase? ¿Qué pasaría cuando consiguiesen parar a Sebastian? Estaba segura de que vendrían otras amenazas, ya que si el mundo se entera de que los mutantes existen vendrían grandes problemas. Pero, entonces, si aquello pasase, ¿para qué serviría ella? ¿Para qué servía alargar más aquel momento? ¿Para que cuando llegase la hora de decir adiós, todo fuese más difícil?

Quizás debería haberse ido el día que le impidió a Erik irse. Así era como tenía que haber sido. Él se quedaba y ella se iba. Se suponía que se prometieron que no se verían nunca más y aun así, ahora vivían en la misma casa.

Se tiró en la cama, dando un largo suspiro y cerró los ojos. Le dolía todo el cuerpo por el impacto de la explosión y cada movimiento que hacía iba acompañado de una pequeña mueca.

Se acomodó en la cama y cerró los ojos, dispuesta a dormir. Pero no era capaz de hacerlo. Rodó en la cama varias veces. Tanto que cuando se quiso dar cuenta había pasado una hora entera.

Los recuerdos de lo que había pasado se repetían una y otra vez en su mente, impidiéndole relajarse y quedarse dormida. Y es que todo era demasiado reciente. Y la imagen de Darwin aparecía cada vez que ella cerraba los ojos, viendo su cara a punto de morir, haciendo que se estremezca. Tras media hora más, suspiró y se sentó en la cama.

Sabía que al día siguiente tendría que despertarse pronto para poder entrenar, pero si seguía así no sería capaz ni de mover un solo músculo.

Se puso unas zapatillas y salió de su cuarto, dispuesta a ir al de Raven y quedarse con ella lo que quedaba de noche. Pensó que así ambas podrían ayudarse mutuamente a superar el dolor que estaban sintiendo. Abrió su puerta con cuidado para no hacer mucho ruido y entró. Esperó encontrarse a Raven en la cama, sin embargo, a quien se encontró fue a Erik sentado en ella.

Se quedó muda durante unos segundos y luego le señaló.

—Esta es la habitación de Raven —dijo ella.

—La de Raven es la de al lado —le respondió él y ella maldijo en voz baja—. No te molestes en buscarla. La vi salir antes con Hank —Iris volvió a maldecir.

Miró a su alrededor sintiéndose incómoda. Carraspeó y luego volvió a mirar a Erik.

—¿No deberías estar dormido? —le preguntó.

—¿No deberías estarlo tú también? —cuestionó él y ella suspiró.

—Lo estaría si pudiese —vio que Erik le pedía con la mirada que siguiese hablando y ella echó la cabeza hacia atrás, apoyándola contra la pared—. Cada vez que cierro los ojos recuerdo la cara de Darwin cuando se dio cuenta de que estaba a solo unos segundos de morir. Recuerdo cómo Shaw manipuló a Ángel para que se fuese con él. Y cómo cada agente caía muerto. Y, aun así, yo no era capaz de hacer nada —se estremeció.

Erik extendió su brazo para que Iris se acercase a él y tras pensarlo un poco, posó su mano en la de él. Tiró de ella e hizo que se sentase a su lado. Iris se sintió nerviosa al darse cuenta de que sus piernas se estaban tocando.

—Cada noche —empezó a decir él y su ronca voz se metió en el interior de Iris—, desde hace mucho años, recuerdo lo que Sebastian Shaw me hizo. Y cada noche me consuelo recordándome que algún día me vengaré.

—¿Algún día me dirás lo que él te hizo? —él bajó la mirada e Iris suspiró, sabiendo cuál era la respuesta—. Y cuando te vengues, ¿crees que te sentirás mejor? —inquirió ella. Erik miró hacia otro lado y ella cogió su cara entre sus manos para obligarlo a mirarla—. No tienes que matarlo, Erik. Hay muchas otras maneras de vengarte de alguien. Todos estamos aquí para ayudarte, pero no para matarle —esperó un momento y luego siguió—. Estoy contigo, Erik. Te ayudaré de cualquier manera a atraparlo, pero no a matarlo. Lo haré aunque yo no sea una mutante.

—¿Por qué? —preguntó él—. Intenté matarte. ¿Por qué quieres ayudarme?

—Por la misma razón por la que tú quieres ayudarme a mí —respondió en un susurro.

Erik la miró fijamente, tan intensamente que el cuerpo de Iris tembló levemente. Ella dejó que sus manos cayeran y se posasen sobre los hombros de Erik. Estos se pusieron tensos al sentir el tacto de ella. Él se acercó un poco más a ella, haciendo que Iris jadease por la proximidad. Se había perdido completamente en aquellos ojos azules que la miraban. No existía nada fuera, ni ningún recuerdo que atormentase a ambos. Simplemente existía el otro, tan cerca que parecía casi irreal.

Y fue Iris quien siguió el consejo que le había dado a Raven hacía unas horas. Echó su cabeza hacia delante hasta estampar sus labios con los de Erik. Al principio pensó que él la apartaría, aunque se sorprendió cuando él no tardó en contestarle. Mientras se besaban, Erik pasó sus manos por la espalda de Iris, mientras ella pasaba las suyas por el cuello de Erik para atraerlo más a ella si eso era posible.

Erik hizo que Iris se levantase un poco de la cama para sentarla encima de él aún sin romper el beso. Pasó sus manos por debajo de la camiseta de ella, tocando su piel y haciendo que Iris soltase varios suspiros. Él se puso de pie, cargándola a ella en sus brazos, para luego darse la vuelta y dejar que ambos se tumbasen en la cama, quedando ella debajo.

Iris llevó una de sus manos al pelo de Erik y dejó que se perdiese dentro, mientras él rompía el beso e iba a por su cuello. Iris respiró agitadamente y volvió a cerrar los ojos, concentrándose en los besos que aquel hombre le proporcionaba. Enrolló sus piernas alrededor de la cintura de él y suspiró.

Cogió la cara de Erik para que volviese hacia arriba y así poder besarle otra vez. Cuando finalmente rompieron el beso, se quedaron mirándose el uno al otro, con la respiración agitada y los labios hinchados.

—Quédate —le pidió Erik en un ronco susurro y ella no dudó en asentir.

Él se tumbó a su lado y la atrajo cerca de él. Iris apoyó su cabeza en el pecho de Erik y cerró los ojos, sabiendo que quedarse dormida esa noche no sería un gran problema.

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Amadme porque por fin se han besado.

¡Se han besado! Omg si es que ni yo me lo creo.

A saber qué pasa después de eso... Lo sabréis en el siguiente capítulo ^^

Por cierto, algunos ya lo sabrán porque lo dije en mi Diccionario Wattpad, pero he abierto un apartado de Crackships icons donde podéis pedir el icon que queráis. Sois libres de pasar por allí y hacerme feliz ^^

Babaaai

Admirad ésto <3:


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