Todos se bajaron del coche y llegaron a las instalaciones del hombre de negro. Iris sabía que no debería estar allí, pero Charles había insistido en que viese todo aquello antes de tomar la decisión de irse o quedarse.
Realmente Iris no había tenido tiempo te pensar en eso. Cuando Erik se fue la noche anterior, estuvo pensando sobre lo que habían hablado. Y después de haberse pasado casi una hora entera pensando sobre eso, se había quedado dormida. Ni siquiera había recordado que Charles le había pedido que se quedase con ellos hasta que él mismo se lo había recordado.
Entraron dentro de aquel edificio e Iris se quedó un poco atrás, mientras observaba todo lo que había allí. Era increíble. Había todo tipo de cosas que no había visto en su vida y se suponía que si aceptaba, sería aquello lo que vería cada día.
El hombre de negro los guió hasta una sala, donde les recibió un chico con bata que parecía muy joven.
Éste les dijo que observasen el avión que había allí. Iris nunca había visto nada igual. El único avión que había visto era el que le había traído hasta Nueva York y no tenía nada que ver con ese.
—Es... supersónico —explicó el chico—. El avión más avanzado jamás construido. Deberíais verlo funcionando. Es increíble.
—Hank —habló el hombre de negro—. Estos son los reclutas especiales de lo que te he hablado —dijo y señaló a donde estaban todos—. Este es Hank McCoy, uno de nuestros investigadores con más talento.
Charles se acercó a él y extendió su mano para saludarle.
—Cuánto me alegro. Qué maravilla que haya otro mutante aquí —Iris abrió los ojos sorprendida. Charles se giró para mirar al hombre de negro—. ¿Por qué no lo dijiste?
—¿Decir qué?
Al ver la cara del hombre de negro, todos lo entendieron. Él no lo sabía.
Iris miró a Charles y vio la culpabilidad en su rostro.
—Ah, porque no lo sabes... —volvió a mirar a Hank—. Lo lamento muchísimo, de verdad —él negó con la cabeza.
El hombre de negro se acercó a él lentamente.
—¿Hank?
—No preguntaron y no dije nada —se excusó el joven.
—¿Y cuál es tu mutación? —preguntó Raven, acercándose también a él—. ¿Ser... superlisto?
Moira se acercó a ellos también al ver que Hank estaba apunto de enseñar su mutación. Iris giró su cabeza para mirar a Erik.
Ambos eran los únicos que se habían quedado en el lugar de antes, apartados de donde estaban los demás. Erik estaba apoyado en la barandilla que había a su espalda y tenía los brazos cruzados sobre su pecho. Él se dio cuenta de que ella la miraba, ya que la miró también.
Ella seguía recordando todo lo que él había hecho, y solo de volver a ver la imagen de Greg en el suelo, ensangrentado... hacia que se estremeciese. Y aun así, se preguntaba por qué le había salvado. Por qué se había tirado al agua para poder rescatarlo. Y es que ella aun no lo entendía. No entendía por qué había hecho aquello, por qué había salvado a una persona que había hecho tanto daño.
Entonces miró la cara de Erik. ¿Quién le habría hecho daño a él como para que tuviese tantas ganas de matar a Sebastian Shaw? ¿Era Erik tan malo como parecía?
Iris apartó la mirada de él y se acercó a donde estaban los demás, mientras veían cómo Hank se quitaba los zapatos. Cuando acabó, dejó al descubierto unos pies que parecían manos e Iris jadeó.
Realmente él también era un mutante.
Hank pidió que se apartasen y tras dar un salto, se quedó agarrado al ala de una avión con sus pies (o segundas manos) con facilidad. Todos se rieron y aplaudieron, a lo que él sonrió.
Iris se rió también y no pudo evitar volver a mirar hacia atrás, donde Erik seguía mirándola.
Iris se sentó en la cama de la que ahora iba a ser la habitación de Raven y sonrió al ver lo animada que estaba.
—¿Crees que es una cita? —le preguntó a ella.
—Hank te ha pedido sangre —dijo lentamente Iris—. No sé si para él eso puede llegar a ser algo romántico, pero no estoy muy segura de ello —vio como Raven se desanimaba y se levantó para acercarse a ella—. Oye, todo depende de lo que hagáis. Si te limitas a quedarte callada mientas él hace su trabajo, será simplemente un doctor haciendo su trabajo. Si eres capaz de hablar con él y hacer que surja algo, entonces será algo parecido a una cita.
—¿Tengo que ser atrevida, entonces? —preguntó.
—Si él no lo es, tendrás que serlo tú —ella asintió y sonrió.
—Bien, tengo que irme —cogió una chaqueta y se acercó a la puerta—. No le digas a Charles nada sobre esto —pidió e Iris asintió.
Se volvió a sentar en la cama y pasó las manos por su pelo.
¿Qué iba a hacer?
Ya había visto todo lo que era aquello e incluso había conocido a un nuevo mutante pero, aun así, seguía sin haber tomado una decisión. Realmente, no entendía cómo podía encajar ella allí. Cada uno tenía un papel importante, sin embargo ella ni siquiera sabía pelear bien.
Aun así, Charles no paraba de insistir en que debía quedarse.
Estuvo pensando durante eso todo el día, pero no había quedado nada claro. Aún estaba muy confusa y no tenía ni idea de lo que hacer. Quizás si se iba ahora por la noche, todo sería más fácil. Nadie la vería y así no tendría que dar explicaciones.
Suspiró y salió de la habitación, dirigiéndose fuera del edificio. Justo allí había un banco donde pudo sentarse y dejó que el frío de la noche la despejase por unos momentos.
Escuchó unos pasos y se giró de golpe para ver cómo Erik avanzaba con la idea de irse de allí, llevando un maletín en la mano.
—¿Te vas? —le preguntó ella y él paró de andar.
Se giró y la miró.
—¿Te quedas? —le preguntó él y ella se encogió de hombros.
—No sé si es mi lugar. Pero lo que sí sé es que es el tuyo. Tienes que quedarte aquí, junto a ellos —Erik sonrió irónicamente.
—Tengo otras cosas más importantes que hacer.
Se dio la vuelta y volvió a andar. Iris se levantó del banco y dio varios pasos hacia delante.
—No sé qué es lo que te hizo Sebastian —volvió a hablar y Erik paró de nuevo—. No tengo ni idea de qué fue tan fuerte como para que tengas esos deseos de venganza. Pero lo que sé es que él es muy poderoso. Y tiene a personas así a su lado. Personas que no dudarán en acabar con quien sea. Tú también necesitas a alguien así.
—¿Y quién es ese alguien? ¿Tú? —ella negó con la cabeza.
—Yo no, pero los que hay ahí dentro sí. Ellos quieren ayudarte, Erik. Y aunque no quieras aceptarlo, necesitas su ayuda —Iris suspiró—. Oye, no estoy aquí para obligarte a hacer nada. Pero sé quién es Sebastian. He oído muchas cosas que ha dicho y hecho. Y sé que no podrás hacerlo solo. No tienes que hacerlo solo.
Ella esperó una respuesta por parte de él, pero no consiguió nada.
Suspiró rendida y se dio la vuelta, entrando de nuevo al edificio.
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Yei hei
Esa conversación entre Erik e Iris... es importante. Muuuy importante. Y ya veréis por qué e.e
Dos noticias buenas: aún me quedan algunos caps escritos, por lo que podré seguir actualizando la historia por un tiempo. Yyy, en una semana acabo los exámenes lo que significa que podré escribir más y además actualizar mis otras historias atrasadas (que si no lo sabéis, tengo otras de Marvel y sois totalmente libres de ir ^^)
Y yasta. Baaai bbs *.*