Destruction ◇ Erik Lehnsherr

By alanastxrk

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❝Él era destrucción Ella era catástrofe Juntos eran el apocalipsis❞ Cover by: -professionalvillain ❤ ... More

I. DESTRUCTION
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Retazos del pasado
q u i n c e
e p í l o g o
II. CATASTROPHE
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III. APOCALYPSE
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―Escena extra 1
―Escena extra 2
Wattpad Cómic Con
―Escena extra 3
-Escena extra 4

c u a t r o

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By alanastxrk

Aquella noche, en su pequeño apartamento, Iris volvió a no ser capaz de dormir. Ya no le atormentaban las pesadillas de los días anteriores, donde aquellos ojos azules mataban a todo el mundo y luego iba hacia ella, a paso lento, haciéndole saber que iba a por ella y que no podría evitarlo.

Esta vez simplemente no fue capaz de conciliar el sueño. No dejaba de darle vueltas a todo lo que había pasado hacía tan solo unas horas. Había estado delante del espejo durante mucho tiempo, examinando su cuello el cual tenía una marca roja. No conseguía encontrarle una explicación a todo lo que estaba pasando, pero sabía que aquel hombre no era normal. Había algo en él. Algo que, de solo pensarlo, la hacía estremecerse.

Sacudió la cabeza. Debía dejar de pensar en eso. Él no la buscaría más y ella no quería que lo hiciese. Las únicas dos veces que le había visto, habían sido los peores días de toda la vida de Iris y realmente quería olvidarlo.

Sin embargo, no dejaba de pensar en lo que podría pasarle a Sebastian. ¿Qué era lo que ese hombre tenía en mente hacerle?

Y entonces por un momento recordó la conversación que habían tenido Charles y aquella chica. Hablaban sobre mutaciones y sin poder evitarlo y realmente sin saber por qué, la imagen del hombre moviendo la valla se hizo paso en su mente.

A la par, recordó que Charles también había hablado sobre Sebastian.

Iris sabía que había llevado a ese hombre a la muerte. Que al decirle dónde iba a estar, posiblemente no pasase de esa noche. Y no podía dejar de sentirse culpable.

Se levantó de la cama y dio varias vueltas por su apartamento. Finalmente volvió a sentarse y se retiró el pelo de la cara. No podía quedarse de brazos cruzados sabiendo que lo que le pasase a Sebastian era por su culpa.

Entre la oscuridad de la noche, logró ver un trozo de papel sobresaliendo de sus vaqueros que hasta ahora no había recordado. Ando hacia él y buscó el teléfono de la habitación, para luego marcar el número que había en el papel.

Esperó nerviosa mientras escuchaba los pitidos, esperando a que le contestasen desde el otro lado.

—¿Sí? —preguntó una voz adormilada.

—Charles —se apresuró a decir—. Soy Iris. La camarera que conociste hoy —añadió.

—Ah, sí. ¿Te di mi número? Realmente no pensé que me llamarías. Oye, si quieres, hablamos mañana sobre tu tipo de mutación de pelo...

—No, no es nada de eso. Necesito tu ayuda y tú necesitas la mía.

En el otro lado de la línea, todo se quedó en silencio. Durante tanto tiempo que Iris pensó que él había colgado. Se mordió el labio esperando a la respuesta de Charles.

—¿Necesito tu ayuda? —preguntó confundido.

—Sé cómo encontrar a Sebastian Shaw.

Iris apretó las mangas de su chaqueta con fuerza, mientras esperaba a que el coche que Charles decía que iría a por ella llegase.

Realmente estaba nerviosa. Nunca había pensado que haría algo así. Que le pediría a un completo desconocido que la ayudase a salvar a alguien que ella sabía que era malo. Que había hecho cosas malas y que seguiría haciéndolas. Que si alguien no se merecía ser salvado, era Sebastian Shaw. Pero no podía saber que él moriría hoy por su culpa. No podría soportarlo.

Y allí estaba, a punto de ir tras un asesino para salvar a otro.

Justo al momento en el que Charles le había dicho que llegarían, un coche apareció y la chica que había hablado con Charles sobre las mutaciones bajó la ventanilla.

—Me han dicho que te vienes cono nosotros —le dijo e Iris asintió.

Se metió en el coche con ella y vio que no salía del aparcamiento, sino que iba a otra parte de este.

—¿Dónde vamos? —preguntó Iris.

—Hay que recoger a los demás.

A lo lejos consiguió ver a tres personas, entre las que pudo diferenciar a Charles. Allí también estaban la chica rubia a la que Charles se había referido en el bar y otro hombre al que no había visto nunca.

Abrieron la puerta del coche cuando llegaron y la rubia se sentó junto a Iris.

—¿Eres tú la que sabe cómo encontrar a Sebastian? —le preguntó y Iris asintió—. ¿Y cómo sabes que Charles y Moira lo buscaban?

Iris supuso que Moira era la chica que estaba al volante y que había hablado con Charles sobre las mutaciones.

Decir que sabía que lo buscaban porque había escuchado la conversación de ellos en secreto no le parecía la mejor idea para empezar a conocerse. Inventó en unos segundos una mentira que estuvo a punto de decir, pero por suerte no tuvo que hacerlo. Charles y el otro hombre entraron en el coche y Charles se giró para mirarla.

—No creía que a la primera chica a la que le diese mi número me llamaría y con noticias tan interesantes —ella se encogió de hombros—. Bien, ¿dónde está?

Iris les explicó dónde tenían que ir y Moira condujo hasta allí con rapidez. Tanta que Iris creyó que tendrían un accidente. Raven, la chica rubia, se rió de ella y le dijo que no tenía que preocuparse de nada, pero Iris no estaba tan segura de ello.

¿Dónde se había metido? ¿Realmente estaba haciendo bien pidiéndole ayuda a ellos? Esas cuatro personas eran unos completos extraños. Había conocido a Charles en un bar mientras estaba borracho y no sabía cómo era realmente. ¿Y si él también quería matar a Sebastian? En ese caso, estaría llevando a otro asesino más a por él.

Pero no le quedaba otra opción. Era a la única persona a la que podía recurrir en este momento. Y, quisiese o no, tenía que confiar en que Charles fuese alguien bueno y no la traicionase.

Cuando llegaron, Moira fue a hablar con algunas personas e Iris aprovechó ese momento para apartar a Charles.

—Tengo que decirte algo antes de que vayamos a por él —le dijo y Charles asintió, esperando a que ella empezase—. Él... Sebastian, no va a estar solo. Posiblemente haya un hombre con él que puede hacer... cosas —se pensó seriamente decir que podía mover objetos, sin embargo, decidió guardárselo para ella misma. No quería que la tomase como una loca—. No preguntes por qué, pero estoy segura de que él va a intentar matar a Sebastian. Tienes que ayudarme a impedirlo.

Charles se llevó unos dedos a la frente y observó a Iris fijamente. Su expresión pasó de concentración a sorpresa y finalmente asintió, como si supiese a lo que ella se refería.

—¿Conoces a Sebastian? —preguntó Charles, aunque algo le decía a Iris que él ya sabía la respuesta.

—Eso no importa ahora. Solo necesito tu ayuda y que tengas cuidado.

Charles asintió, sin decir nada más. Moira llegó y les dijo que ya podían subir al barco. Cuando lo hicieron, Iris se mordió el labio mientras a lo lejos conseguía ver el barco de Sebastian. A aquella distancia, no podía distinguir quiénes estaban allí, así que entrecerró los ojos para poder ver algo. Fue en vano.

Los que llevaban el barco le gritaron a Sebastian que no moviese su barco. Varios botes salieron, acercándose a él.

Charles y Moira fueron a cubierta y observaron el barco de Sebastian, mientras Charles se llevaba dos dedos a la frente. Iris lo observó sin entender qué estaba haciendo, hasta que finalmente chasqueó la lengua.

—He perdido a Shaw —dijo Charles—. Algo me bloquea. Esto no me ha pasado nunca —Iris frunció en ceño sin saber a qué se refería—. Creo que hay alguien como yo en ese barco.

—¿Como tú? —preguntó Iris.

Charles se giró para mirarla y rodó los ojos.

—Oh, perdón. Un telépata —Iris abrió los ojos con sorpresa. ¿Cómo que un telépata?—. Es increíble. Noto su presencia dentro de mi mente. Lo lamento, pero no seré de gran ayuda. Hoy estáis solos.

Iris aún no acababa de entender todo lo que estaba pasando. ¿Cómo que Charles era un telépata? ¿Cómo era posible que alguien fuese un telépata? Pero recordó lo que había hecho aquel hombre con la valla y el cuchillo. Si era posible que él pudiese hacer eso, ¿por qué no podía ser Charles telépata?

Su mirada se posó en Moira. ¿Sería ella capaz también de hacer cosas asombrosas como estos dos hombres hacían?

No sabía si ella podía, pero estaba claro que un hombre del barco de Sebastian sí que podía.

Aunque estaban lejos de ellos, Iris pudo ver perfectamente cómo de sus manos salían unos pequeños huracanes, los cuales se hicieron grandes lentamente hasta que los tiró sin pestañear hacia los botes que se dirigían a su barco.

Iris jadeó, Moira maldijo y Charles se quedó asombrado. Ninguno de ellos se esperaba algo así.

—Vamos dentro —dijo Charles, cogiendo de la mano a Iris y Moira.

Entraron dentro del barco lo más rápido que pudieron y empezaron a bajar las escaleras, cuando Charles se paró en seco, haciendo que Iris chocase con su espalda.

—¿Qué pasa? —preguntó ella.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó Moira.

—Hay alguien más ahí fuera —contestó simplemente y, por un momento, miró a Iris, haciéndole saber que era el hombre al que ella se refería. Volvió a subir para salir a cubierta—. Ahí —señaló hacia el barco de Sebastian.

Iris vio cómo el ancla del barco de Sebastian se elevaba en el aire y al segundo supo quién era el que estaba provocando eso. Ella sabía que al venir aquí se iba a encontrar con él, pero ver lo que podía hacer realmente seguía haciéndole estremecerse.

El ancla que estaba suspendida en el aire fue directo al barco de Sebastian, rompiendo partes de él en el acto. Un fuerte estruendo se oyó mientra todos intentaban ver qué era lo que estaba pasando, pero lo único que conseguían diferenciar eran trozos de la cubierta del barco cayendo, hundiéndose en el agua.

Iris paseó su mirada por todo el barco para luego posarla el en agua. Una vez allí, vio algo que le llamó la atención.

—Allí —gritó Iris, señalando a donde una persona sobresalía del agua.

Era él.

Iris contuvo la respiración y el ancla cayó al suelo, sumiéndolo todo en un terrible silencio.

El hombre bajó la mirada hacia abajo, donde aun desde donde estaban Iris y los demás, podían verse unas luces debajo del agua. Todos supusieron que era un submarino.

Al principio no supieron por qué, pero el hombre empezó a acercarse a ellos como si algo lo estuviese empujando hacia allí. Debido a la velocidad a la que iba, el agua se estampaba contra su cara sin ningún control, haciendo que no pudiese respirar.

Iris miró hacia abajo y vio que el submarino estaba justo debajo de él, por lo que se dio cuenta de que era él quien lo estaba reteniendo. Y si no lo dejaba ir, probablemente se ahogaría.

—¡Suéltalo! —le gritó Charles—. ¡Tienes que soltarlo! —giró la cabeza hacia ellas y luego miró a los soldados que estaban en el barco—. Que alguien baje al agua para ayudarle.

Iris miró a Charles a los ojos y luego pasó su mirada al hombre que ya le era tan conocido. Estaba claro que si no le ayudaban podía ahogarse. Pero nadie hizo nada.

Finalmente, él se hundió en el agua e Iris forzó la vista para intentar verle debajo del agua, pero era imposible.

Sintió su corazón bombear con fuerza. Todo se quedó en silencio y lo único que conseguían ver eran las burbujas que salían del agua, las cuales eran cada vez menos. Iris sintió un dolor en su pecho, parecido al que había sentido cuando vio a Greg herido. No soportaba a Greg, pero nunca había deseado su muerte. Y le pasaba igual con aquel hombre. Él le producía un intenso miedo, pero nadie se merecía morir si tenía la oportunidad de ser salvado.

Maldijo y se dio la vuelta para salir de allí corriendo. Bajó unas escaleras mientras se quitaba el abrigo y lo dejó caer al suelo. No se lo pensó mucho aunque si lo hubiese hecho, probablemente no habría saltado. Saltó del barco mientras de lejos oía cómo Charles la llamaba.

El agua estaba helada. Al impactar contra ésta, el cuerpo de Iris tembló, pero no podía perder ni un segundo. Consiguió divisar a aquel hombre en el agua, mientra éste tenía la mano extendida hacia delante y el submarino en el que Iris supuso que estaba Sebastian Shaw, intentaba irse de allí con esfuerzo.

Iris nadó hacia abajo, mientras se preguntaba si lo que estaba haciendo era lo correcto. ¿Estaba bien salvar a un asesino mientras intentaba matar a otras personas? Por un momento, una idea pasó por la cabeza de Iris. ¿Y si esas personas eran peores que él?

Cerró los ojos para luego volver a abrirlos y nadó hasta que consiguió ponerse delante de él. Cuando él la vio, abrió los ojos sorprendido. Ninguno de los dos se esperó que ella hiciese algo así.

Tiró de él para llevarlo a la superficie, pero por más que lo intentaba no dejaba de resistirse. Giró la cabeza para mirar el submarino, el cual estaba cada vez más lejos.

Sin saber cómo, Iris escuchó la voz de Charles en su cabeza.

Iris, sal de ahí. Voy yo a por Erik pero no podré subiros a los dos. Tienes que salir de ahí.

Ella no sabía si él podría oírla, pero en su mente dijo "no" y siguió ayudando al que ahora sabía que se llamaba Erik.

Iris empujó a Erik y con la mirada le pidió que dejase de intentar pararlo, pero él no le hacía caso. Ya no salían burbujas de su nariz, por lo que Iris supo que se estaba quedando sin aire. La fuerza con la que estaba intentando retener el submarino fue cada vez menor hasta que se rindió y bajó la mano, cerrando los ojos al momento.

Iris frunció el ceño y sacudió su cuerpo, pero por más veces que lo hacía no conseguía que él abriese los ojos. Ella sola no sería capaz de llevarlo a la superficie, por lo que necesitaba que él también colaborase. Pero no podía hacerlo si no tenía aire ni fuerzas.

Iris no se pensó lo que hizo a continuación. Simplemente tuvo que hacerlo rápido para poder salir de allí.

Se acercó a él y estampó sus labios con los de Erik. Cuando tuvo acceso directo a su boca, dejó que entrase aire en ella y poco a poco él empezó a despertarse.

Cuando volvió a ser completamente consciente de lo que pasaba, se separó de Iris y la agarró fuertemente de los brazos. Ambos se miraron durante unos segundos hasta que finalmente él bajó su mano hasta la de ella y tiró, para así subir ambos a la superficie.

Cuando estuvieron fuera tomaron una gran bocanada de aire y Erik giró la cabeza hacia varios lados hasta que vio a Charles en el barco.

—¿Quién eres tú? —le preguntó aún con la respiración agitada.

—Me llamo Charles Xavier.

—Entraste en mi mente —le espetó Erik e Iris se sorprendió. Era real lo que había escuchado. Y no solo Charles había hablado con ella mientras estaban debajo del agua, sino que también lo había hecho con Erik—. ¿Cómo lo has hecho?

—Tú tienes tus trucos y yo los míos. Soy como tú. Ahora calma tu mente —Charles miró a Iris unos segundos y le preguntó si estaba bien. Ella asintió.

—Yo creí que era el único —susurró Erik e Iris no pudo evitar mirarle, mientras aún intentaba controlar su respiración.

—No estás solo. Erik, ya no estás solo.

Erik dirigió su mirada a Iris y ella se la mantuvo durante unos segundos. Finalmente se separó de él, ya que Erik seguía agarrándole de la mano y aceptó el brazo de Charles cuando la ayudó a subir al barco.

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Iris ha salvado a Erik. Le ha salvado. OMG. Y sabe que Charles es telépata. OMG x2

Obviamente esta historia está basada en X-men: First Class, así que si no has visto la peli (que supongo que sí), aquí te comerás spoilers sobre ella.

Ttsss, ¿habéis visto Apocalipsis? Yo zi *.* asdfgh pero no hago spoilers don't worry

Besis

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