Destruction ◇ Erik Lehnsherr

By alanastxrk

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❝Él era destrucción Ella era catástrofe Juntos eran el apocalipsis❞ Cover by: -professionalvillain ❤ ... More

I. DESTRUCTION
u n o
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c a t o r c e
Retazos del pasado
q u i n c e
e p í l o g o
II. CATASTROPHE
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d i e c i s i e t e
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III. APOCALYPSE
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―Escena extra 1
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Wattpad Cómic Con
―Escena extra 3
-Escena extra 4

t r e s

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By alanastxrk

Iris estaba consumida por el miedo. Intentó sacudirse para escaparse de él, pero era imposible. Él la tenía contra la pared y ella no era lo suficientemente fuerte para poder con él.

Intentó gritar, pero él se lo impidió.

—No lo hagas —le susurró.

Iris apenas podía sostenerse en sus piernas. Nunca había sentido un miedo igual, y por su mente solo pasaba el pensamiento de que había vuelto a por ella. A acabar lo que aquel día en el bar debería haber hecho. Él no quería testigos y en el fondo, Iris se había temido que esto pasaría. Un hombre que había matado a tres personas sin pestañear no dudaría en hacerlo también con ella.

Él le retiró lentamente la mano de la boca, advirtiéndole con la mirada que no gritase. Que si lo hacía tendría un problema. Pero, ¿qué más daba ahora? De todos modos no iba a tener otra opción. Su vida iba a acabar justo en el lugar donde ella creía que empezaría.

—Por favor —le suplicó ella, al igual que hizo el día que le vio por primera vez.

—No voy a hacerte daño —le dijo, y aunque parecía sincero, Iris no podía evitar no creerlo.

—No le he dicho a nadie lo que pasó —le confesó, creyendo que así conseguiría salvarse.

Él suspiró y posó ambas manos en las mejillas de ella, obligándola a mirarle.

—Necesito tu ayuda.

Iris frunció el ceño, sin entender nada. ¿Un asesino necesitaba su ayuda? ¿Para qué? ¿Para ayudarle a matar a otros? Iris no entendía por qué él necesitaría ayuda y menos de ella.

—¿Mi ayuda? —preguntó confusa.

—Conoces a Sebastian Shaw, ¿verdad? —a Iris le costó un poco procesar lo que estaba pasando.

Por un breve momento, recordó cuando él se había acercado al cuadro donde salían Greg, Neil y Sebastian. Lo había mirado durante unos segundos y luego había asesinado a Neil. Dos de los que salían en esa foto estaban muertos, por lo que seguramente buscaba a Sebastian para hacer lo mismo con él.

Iris dudó en si decirle la verdad. Recordaba que el hombre del bar, Charles, también había hablado sobre él, aunque estaba segura de que no lo buscaban por la misma razón. Sebastian no era su amigo, ni siquiera era buena persona. Iris sabía todo lo que Sebastian había hecho y sabía que era un ser odioso. Y sabía lo que estaba haciendo ahora mismo. Pero, ¿se merecía lo que ese hombre iba a hacerle? Ponerle a él en peligro simplemente para salvarse a ella misma le parecía rastrero.

—Yo... no —contestó en un hilo de voz.

Él miró hacia otro lado mientras aspiraba hondo.

—Sé que lo conoces. Si Greg te contrató fue porque Sebastian se lo permitió. Estoy seguro de que durante todo el tiempo que has trabajado para él, has escuchado cosas de ellos muy interesantes.

Iris se vio sorprendida porque él tenía razón. A veces, cuando por la noche solo quedaban Mike y Neil, Sebastian aparecía. Lo hacía muy pocas veces, una vez al mes, más o menos, pero ese día era uno de los más importantes para Greg.

Los cuatro se sentaban en la mesa y hablaban sobre cosas que hacían que Iris temblase. Durante todos los años que había trabajo con él, había escuchado cada conversación que ellos tenían mientras ella simplemente se quedaba detrás de la barra esperando a que alguno de ellos le pidiese que le rellenase el vaso. Ella supuso que ninguno de ellos alguna vez creyó que Iris pudiese ser una amenaza con toda la información que tenía. Y realmente, ni siquiera ella lo había pensado.

Hasta ahora. Ahora era cuando se debatía en si darle justicia a Sebastian, quien había matado a un montón de personas y que luego se jactaba de ello, o evitar que aquello pasase.

—¿Qué quieres de mí? —preguntó derrotada.

—Quiero que me ayudes a encontrarlo.

—¡Las únicas personas que podía ayudarte han muerto porque tú las mataste! —le gritó, colérica.

No tenía ni idea de dónde había salido ese coraje. Por un momento se olvidó que estaba delante de un asesino, quien podía acabar con ella en un segundo y quien hacía que se estremeciese con su simple mirada.

Él se sorprendió también. Tanto que por un breve momento suavizó el agarre que tenía en ella para que no se escapase.

Y es que aunque nunca le hubiese tenido un gran aprecio a Greg, ver su muerte había marcado a Iris de una manera que nunca se había imaginado que podría hacerlo. Y en el interior, se sentía furiosa por lo que había pasado aquel día en el bar. Ver a tres personas muriendo delante de ti no era algo difícil de olvidar.

—Tú no estás muerta todavía —le dijo él.

Ese "todavía" le hizo entender a Iris que él iba completamente en serio. Necesitaba esa información y la conseguiría como fuese. Iris le miró a los ojos con miedo y se dio cuenta de que tenía una mirada profunda. Que esos ojos azules lejos de gustarle, le intimidaban.

—No voy a dejar que lo mates a él también —contestó decidida y oyó cómo él gruñía.

—Tienes que decírmelo —le dijo entre dientes y esperó a que ella respondiese.

Al ver que estaba decidida a no abrir la boca, suspiró. Iris sabía que ahora pasaría algo. No estaba segura de qué, pero algo estaba a punto de pasar.

La valla que había detrás de él empezó a sacudirse. Al principio, Iris creyó que era por el viento, pero entonces ésta empezó a doblarse y a levantarse del suelo lentamente. Con la boca abierta, Iris siguió la valla mientras ésta subía y luego se acercaba a ellos. Quiso alejarse de ella, pero el hombre seguía manteniéndola contra la pared y no podía moverse.

La valla cayó justo al lado de ellos, haciendo ruido y que Iris diese un pequeño salto de miedo.

—¿Qué...? —intentó preguntar, pero no era capaz de hablar.

Todavía no había procesado lo que acababa de pasar y seguía repitiéndose la imagen de la valla moviéndose hacia ellos. Se acordó de lo que él había hecho en el bar con el cuchillo y se dio cuenta de que no podía ser una coincidencia. Que pasaba algo raro con él y que, de alguna manera que aún Iris no comprendía, le hacía poderoso.

Lentamente, miró a el hombre a los ojos. Estaba esperando a su reacción, la cual estaba segura de que le había complacido ya que tenía en la cara una leve sonrisa dibujada.

—¿Me lo dirás ahora? —le preguntó él, claramente harto de toda esa situación.

Iris no contestó, pero tampoco podía hacerlo. Seguía sin poder salir de su asombro ya que nunca había visto nada igual en su vida.

El hombre se impacientó, por lo que volvió a suspirar y uno de los alambres de la valla se salió, viniendo hacia ellos.

Iris miró atentamente como el alambre cada vez estaba más cerca de ella, hasta que con un movimiento rápido casi imperceptible, se enrolló en su cuello, apretando un poco. Iris abrió los ojos con asombro y llevó las manos al alambre, intentando quitárselo, pero era imposible. Se apretó un poco más en su cuello y ella sintió que no podía respirar. Miró al hombre, quien estaba observando fijamente lo que estaba pasando. Intentó decir algo, pero solo salían pequeños quejidos. Iris empezó a ver borroso. Ya no podía ver con la claridad de antes y apenas podía soltar algún sonido.

Sin embargo, cuando creía que todo acabaría ahí, posó sus manos en el hombro de él para sostenerse y que sus piernas no flaquearan. Como pudo, asintió con la cabeza haciéndole entender que se lo diría. El alambre se soltó, haciendo que ella tomase una gran bocanada de aire. Tosió mientras sentía cómo sus pulmones empezaban a llenarse con aire de nuevo. Varias lágrimas salieron de sus ojos y los cerró fuertemente, mientras sentía que la cabeza le iba a explotar.

—¿Qué harás con Sebastian? —le preguntó ella con dificultad.

El alambre empezó a alejarse de ella lentamente y un suspiro de alivio salió de la boca de Iris.

—Le recordaré quien soy —podía parecer algo inocente, pero de él parecía una clara amenaza de muerte.

—Si te lo digo —tanteó ella, llevándose la mano al cuello—, ¿prometes que me dejarás en paz? ¿Que nunca más volveremos a encontrarnos?

Él la miró durante unos segundos y finalmente asintió.

—Te lo prometo.

Ella se mordió el labio y se pensó varias veces lo que estaba a punto de hacer. Iris no conocía mucho a Sebastian, pero sabía que no era un hombre bueno. Ni él lo era, ni tampoco lo habían sido Greg, Mike o Neil. Lo había descubierto a medida que oía más conversaciones de ellos tres. Todo lo que habían hecho y le habían hecho a otras personas era... monstruoso. Sabía que su jefe a veces no iba a trabajar y que cuando volvía no le daba ninguna explicación a Iris, aunque esta no podía pasar por alto las gotas de sangre que a veces se le quedaban en la ropa. De todos modos, ella no necesitaba esa explicación. Sabía perfectamente qué había ido a hacer y con quién.

Suspiró hondo y miró al hombre.

—La última vez que vino dijo que había comprado un barco —habló ella lentamente—. Dijo que tenía que hablar con alguien. Ajustar cuentas o algo así y que aquel barco era el mejor lugar, ya que no mucha gente los vería.

—¿Cuando fue eso?

—Unos días antes de que tú llegases. No sé si seguirá aquí o ya se habrá ido...

Él asintió y se separó de ella. El hecho de no tenerlo más como soporte hizo que se tambalease y que su cuerpo fuese hacia delante, pero fue capaz de mantener el equilibrio y le miró.

Él le dedicó una última mirada y finalmente se dio la vuelta, empezando a andar fuera del callejón. La valla estaba justo en medio de su camino así que levantó una mano y ésta de momento se movió de lugar.

Iris jadeó sorprendida y miró sin pestañear al hombre yéndose de allí. Luego miró la valla y volvió a levantar la cabeza para mirarlo a él, pero ya no estaba.

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El gif que he puesto me mata *.*

Puees nada, tercer capítulo. Estoy subiéndolos pronto porque dentro de una semana voy a estar un poco alejada de Wattpad por los exámenes, así que no voy a poder actualizar.

Antes de irme os aviso de que tengo otras historias de Marvel en mi perfil por si os interesa y yasta.

¡Besos y gracias por leer!

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