Me levanto muy temprano sintiéndome desahogada y con ideas claras a sido bastante reparador el dejar salir todo lo que me tenia reservado, es como respirar un aire mas puro y sentir mi carga mas liviana, a pesar que llore como una niña pequeña y nunca me había sentido tan rebasada como para hacerlo delante de otras personas, ayer por primera vez me deje de hacer la fuerte y la que todo lo puede solucionar delante de mi amiga, creo que de vez en cuando es necesario poder gritarle al mundo que estas cayendo pero igual también es necesario limpiar las lagrimas y levantar la cabeza para seguir andando.
Me arreglo para salir a correr, me veo en el espejo y sonrió, si, esta soy yo, este es mi reflejo, no soy la típica mujer que se encierra por días por que algo no resulto, no señor, yo sigo adelante y a mi nadie, absolutamente nadie, me besa y se despide así por así, dejándome como una tonta y sin ni siquiera llamar luego para explicar.
He pasado de estar confundida a estar muy molesta y ya verán estos cobardes con quien se han metido, van a desear no haberme conocido cuando termine con ellos.
Me visto con mis ropas mas ceñidas al cuerpo y provocativas para salir a correr, intencionalmente he decidido darme una vuelta muy cerca de las calles que sé son las mas cercanas al edificio donde vive David, llamando mucho la atención.
Casualmente me encuentro con un ex compañero de universidad que anda paseando los perros de su esposa y me paro a conversar un rato para saber que es de su vida y así estoy perdiendo tiempo esperando para toparme con la persona que estoy esperando y que ya puedo ver acercarse y mirarme con desconcierto, lo bueno de la friendzone es que tienes acceso a información privilegiada sin parecer acosador.
—¡Celeste! —grita David al estar todavía un poco alejado, me despido de mi acompañante y sus perritos tan educados y comienzo a correr con fingida calma esperando parecer que no escuche su llamado.
—¡Celeste! ¡Celeste! — grita nuevamente y corre con mas insistencia, cuando esta mas cerca de donde estoy me toma de un brazo y me gira para encararlo, esta agitado y enojado se puede ver su tensión en la manera de fruncir tan sexys las cejas.
¡Basta que se supone que estamos dando una lección!
—Hola — saludo fingiendo sorpresa y me quito los auriculares de mis oídos para que parezca que por esa razón no le escuchaba, noto el cambio en su semblante al verme haciéndolo, al parecer soy mejor actriz de lo que creí.
—Celeste ... yo... no se —. Deja salir un fuerte suspiro de frustración.
—Fui a buscarte anoche a tu casa, necesitaba saber ... no se, darte una explicación de lo ocurrido pero... —hablo tratando de que no se me note la furia por haberme encontrado a miss mundo abriéndome la puerta.
—Perdóname, no sabia que fuiste a buscarme —dice sorprendido interrumpiéndome.
—Pero estabas acompañado y no quise molestar, así que solo me queda decirte que no es lo que pensaste, ayer estaba con Sofi en casa cuando llegaste y lo demás que viste solamente es un malentendido. —termino la frase sin importarme su interrupción.
—Celeste ayer que fui a tu casa...— Espera mi aprobación para seguir hablando—. Mi intención era decirte que... una amiga de la familia esta conmigo en la ciudad, trabajara con nosotros y mientras se instala se quedara conmigo.
Pero mira que lindo, que cómodo no, se acabaron los hoteles en la ciudad, que maravilla.
—Eres muy buena persona —digo sonriendo dulcemente.
—Mi mama insistió —dice viéndome con esa cara de cachorro tierno rogando ser acariciado.
Vieja malagradecida y yo que tenia planeado llevarle un bonito presente el fin de semana.
—Tu mama es tan buena persona — sonrío. Si se creyó esa mentira, deben darme un premio.
Al parecer el beso de ayer no paso y posiblemente me lo imagine porque ninguno de los dos se atreve a mencionarlo.
Me pongo a estirar las piernas, para dar por terminada esta platica tan incomoda, donde finjo ser pariente del Dalay Lama, y puedo ver de reojo como me mira detalladamente, si, lo he dicho este leggins es muy sexy y me marca cada curva perfectamente, noto como pierde la concentración al agacharme de manera provocativa para amarrar la agujeta de mis zapatillas de correr y lo hago muy muy muy lentamente tardando mas de lo debido y haciéndolo torpemente.
—¡Por Dios! —exclama—. deja que te ayude con eso —Se agacha queriendo atarme las calzadas pero le cuesta varios intentos hacerlo de manera correcta debido a los nervios.
—¿Estas bien? —pregunto, asiente con la cabeza levantándose al terminar.
—Celeste —habla y estira un mechón de cabello de mi cola alta, me quedo embobada siguiendo su movimiento hasta que lo suelta.
—¿Estamos bien? digo nosotros, lo que paso —Me toma por sorpresa su pregunta, pensé que no lo mencionaría y actuaria como si nada hubiera pasado, lo veo a los ojos muriendo de nervios por lo que pueda significar eso, por fin David va dar el paso, me va sacar de la friendzone
Alertaaaa alertaaaaaaa alertaaaaaaa
—No me malinterpretes Cele, no me arrepiento de lo que hice, pero no quiero dañar nuestra amistad y todo esto que hemos logrado en estos meses conociéndonos, ademas esta tu mejor amiga y mi primo, por favor dime que todo esta bien, que todo sigue igual.
¡Estas jodiéndome!
—No te preocupes, todo esta olvidado para eso están los amigos ¿no?— digo, tratando de controlar mi histérica mente que me grita que lo asesine aquí mismo en este parque.
Me pongo nuevamente los auriculares, y salgo trotando mientras me despido con la mano.
No puedo creer que esto me este sucediendo, si a leguas se nota que yo le gusto, ¿por que son tan complicados los hombres?
...
Al llegar a la oficina, noto que mi asistente Lize me queda viendo con esa típica expresión de "tienes que contarme todo, ahora"
¿Como rayos se da cuenta de todo, tiene cámaras en mi casa?
Paso ignorándola hasta mi escritorio y enciendo el computador para revisar mis pendientes, ya Lize se ha encargado de mandarme por correo las cosas mas urgentes para la empresa y solo me queda contestar y dar algunas indicaciones para los próximos días, el trabajo me aleja de la realidad, paso la mañana ignorando el mundo hasta que mi celular vibra sin control en el escritorio.
David:
Yo se que las cosas no están del todo bien, espero que el viaje del fin de semana siga en pie, realmente necesito compensarte, por favor ven conmigo, quiero presentarte a mi madre y también pasar tiempo de calidad juntos, estos días fuera me hiciste mucha falta.
Lo leo una y otra vez, sé que no es buena idea viajar con él, mis sentimientos no están del todo claros y la lógica me dice que no vaya.
Para David:
Los planes siguen en pie, yo también te extrañe.
Aunque claro, yo nunca le hago caso a la lógica.
Salgo de mi oficina para usar la copiadora de Lize, y la veo hablando muy de cerca con Nicolas, los dos están de espalda por lo que puedo seguir avanzando sin que se den cuenta de mi presencia, al acercarme escucho que Lize le esta invitando para ir a tomar algo, pero él no llega a responder porque a mi se me caen todos los papeles que llevo en la mano y los dos descubren mi presencia al voltear por el ruido.
Y ahí estoy yo avergonzada con las manos vacías viéndolos a los dos con los ojos abiertos y asustados, ahora soy la chambrosa del año, pero no puedo evitar sentirme un poco molesta con Nicolas, ¿ahora también esta intentando algo con Lize? y ella ¿desde cuando invita a los clientes míos a salir? debería de prevenirla para que tenga cuidado con él.
Como si la power ranger necesitara que la protejas, si claro, por que no aceptas esos celos, deberías de confiar en mi que soy tu conciencia.
—Deja que lo hago yo —Nicolas se apresura a recoger los papeles del piso al verme ahí sin moverme y logra recoger todos los documentos en un parpadeo, no sé por qué, pero mi corazón esta demasiado acelerado y siento que todo el mundo puede escucharlo lo que me produce algo de vergüenza e intento calmarme, recuerdo que no he hablado con Nicolas ni tengo planeado que hacer con el al respecto, a diferencia de David que fue lo primero que supe al despertarme esta mañana.
—¿Que haces con eso? —Lize me saca de mis pensamientos y observa los papeles, le explico que mi copiadora esta muy lenta y necesito la suya que es mucho mas rápida para terminar con esos documentos.
—Por que no lo dijiste antes —Me arrebata los documentos y me hace seña para que siga a mi oficina que ella se encargara de todo.
Camino con Nicolas hasta mi oficina en un silencio bastante incomodo, al entrar cierra la puerta y siento como me vuelve el enojo por el beso de ayer y por lo que acabo de ver con Lize.
—¿Vas por la vida besando a cuanta mujer te encuentras? —pregunto con molestia rompiendo el silencio.
Nicolas sonríe de lado y da un paso en mi dirección, doy un paso atrás y siento el escritorio tras de mi, agradezco tener algo solido en que sostenerme pues mis piernas están a punto de convertirse en gelatina, pero al mismo tiempo estoy entre la espada y la pared, Nicolas da otro paso acercándose.
—¿Intentabas ganarte mi confianza, para quedar bien con tu padre? —siento que estoy tirando veneno y si no elijo las palabras adecuadas voy a terminar diciendo una imprudencia y arrepintiéndome, esta vez Nicolas da otro paso pero ya no sonríe, parece molesto.
—¿Hiciste un voto de silencio? —Nicolas da un ultimo paso y queda frente a mi, esto ya me canso necesito que me diga algo, por que no me explica, por que finge que nada paso.
Ya no me gusta este juego, tengo miedo.
Cállate subconsciente
Nicolas cómoda un mechón de mi cabello tras mi oreja, y me hace bajar la guardia, esta vez hablo mas calmada, casi en un susurro viéndole a los ojos, su semblante sigue serio.
—¿Por qué lo hiciste, dime por que me besaste? ¿por que te fuiste? —Nicolas sonríe, sabe que me ha desarmado, que he perdido esta batalla, le dije lo que quería escuchar, y no se no entiendo de donde salio eso, es como si yo hubiera querido que se quedara y no correr tras David, ni siquiera sabia que había deseado tanto volver a repetir ese beso, hasta que mis ojos caen en sus labios repetidas veces sin poderlo evitar.
—Eres hermosa —susurra en mi oído acercándose a mi.
—Lo se —contesto queriendo hacer una broma pero su risa ronca en mi cuello me hace estremecer y olvidar el chiste.
—Pero besas muy mal —dice con diversión, dándose la vuelta para salir de mi oficina.
Me quedo sorprendida, agitada y molesta no me esperaba eso, otra persona lo golpearía o lloraría en el baño amargamente, pero no es mi caso mi ego es demasiado grande y solo me queda una cosa por hacer...