Capitulo 6

250 30 14
                                    


Han tenido esos momentos en la vida donde piensan, estoy con la persona correcta en el momento correcto,.. ¿No?... ¿Nunca? Bueno, tengo que presumir que esta vez me está pasando a mí. Increíble, ya que normalmente me cargo una suerte de mierda.

No soy de esas personas que se la pasan pensando en cosas cursis, pero a veces hay que admitirlo, por más fuertes, maduras y capaces que nos creamos, necesitamos de estos pequeños momentos refrescantes, donde se nos llene de atenciones, y nos hagan parecer el centro del universo.

Y si a eso le sumamos que también soy la envidia de todas las mujeres, acompañada de un hombre guapísimo que con solo verlo te roba el aliento, te sube muchísimo el ánimo, y es de mucha ayuda, especialmente para mi ego.

Pasar el tiempo con David, podría asemejarse a como cuando terminas una relación de muchos años, automáticamente aparece tu mejor amiga lista para evitarte entrar en una depresión por que ya ha organizado todo un plan de rescate, y no te da tiempo de pensar en nada mas, solo aplica si tienes una mejor amiga, casi hermana, dispuesta a salvarte.

Me sentía totalmente embobada, volando en una nube, dejándome llevar, a donde sea que él dispusiera. Cines, restaurante, parques, visitas inesperadas en la oficina, cafés, era simplemente perfecto. Y me daba miedo, ya saben, las cosas demasiado perfectas siempre nos dan un poco de temor, pero yo con él, quería arriesgarlo todo, estaba segura que un hada misteriosa había hecho algún tipo de truco para ponerlo en mi camino

Los astros se habían inclinado a mi favor. No había queja de nada en mi vida, y por si mi sutil sarcasmo los confundió déjenme explicarles:

Mi vida fuera de la burbuja "David", era un completo infierno, se acuerdan de ese momento muy bizarro cuando cierta personita con cara de estreñido grito "NO NECESITO UNA NIÑERA PADRE" bueno déjenme decirles que si la necesitaba y mucho. Y a que no adivinan ¿quien hace de niñera del niño pijo?... SIP, así es, yo mismita.

Mi trabajo jamás fue más, estresante, cansado y ridículo, si ridículo, y no me juzguen por quejarme, ¡por favor! él es todo un hombre, había estudiado en la mejor universidad y disponía de los recursos y el conocimiento, también fue uno de los mejores de su carrera, además y aunque me sepa muy amargo reconocerlo también es atractivo, ¡por todos los cielos! debería de ser prohibido tener tantos atributos y desaprovecharlos por capricho, porque estaba segura que él, podía tomar sus propias decisiones, pero prefería joderme todo el bendito día a mí.

Desde el primer día que empezamos a trabajar juntos, comenzó a vivir pegado a mí como una lapa, el único momento en que puedo descansar de él, es cuando David llega para invitarme a comer y a veces, solo a veces y muy de vez en cuando, me encierro en el baño para poder tener un minuto de paz conmigo misma, bien, lo acepto, tal vez lo hago muchas más veces de las que quiero admitir.

Justo en este momento estoy en mi sesión de quejas diarias, mientras David me sonríe amablemente.

—Parece que a tu jefe, le gusta mucho estar contigo —dice levantando la taza con café mientras la lleva a sus labios y me sonríe con picardía. Juro que tuve que contar hasta mil mentalmente, ver esos labios sonrojados por lo caliente de la taza, saboreando los restos de líquido que quedaban en ellos, estoy segura que de ser hombre en este momento tuviera una erección muy incómoda.

—Yo creo que es un estúpido engreído—, digo bajando la mirada a mi chocolate caliente, tratando de disimular, si no seguro se daría cuenta de cómo lo veía, Dios, este hombre me descontrola.

—Entonces, ¿dices que no podrás acompañarme este fin de semana a casa de mi madre? —hace un puchero divino, de esos a los que no les puedes negar nada, pero la realidad me golpea y niego resignada.

Claro que quería ir, (y conocer a mis futuros suegros), pero el idiota de Nicolás, como si por alguna razón supiera que yo tenía un compromiso importante, (seguro y tenía algún pacto con Satán, para joderme la vida) anunció que teníamos que ir a conocer una de las sucursales que estaba dando problemas de producción, que además estaba fuera de la cuidad y en la otra punta del país, (para mayor desgracia la mía) por lo que me esperaba un largo e incomodo viaje con él.

—De verdad quería ir contigo —dije haciendo una mueca con la boca, era la segunda vez en dos meses que le cancelaba por culpa de Nicolás —llevas hablándome maravillas del guiso de tu madre desde que nos conocimos, muero por probarlo —eso lo hizo sonreír.

Sé que es muy estúpido que piense esto, pero a veces siento celos del dichoso guiso, si pudieran ver el brillo de sus ojos cuando lo menciona me entenderían.

—Es importante para mí que vayas —dijo con ternura, en mi mente se cruzaron mil maneras diferentes de asesinar a Nicolás y esconder su cuerpo en el bosque.

—¿Ahh si? —dije ilusionándome mucho, por fin dejaría de estar en la friendzone.

—¡Claro! El guiso de mi madre es estupendo, y sé lo mucho que te gusta comer —lo dijo con una sonrisa tan grande que, si prestan la suficiente atención, podrán escuchar al florero y el salero riéndose de mi malditos.

—Seguro que es grandioso —suspire sin ánimo, y el pareció notarlo.

—¿Por qué no lo dejamos para dentro de un mes?, llamare a mi madre y seguro que no tiene ningún problema —me guiña un ojo, y me levanto de mi silla para abrazarlo con mucha emoción.

—Acepto —digo dando un gritillo, como si me hubiera pedido matrimonio, por suerte nadie empezó a aplaudir si no mi vergüenza seria aun más grande.

Un viaje de ensueño con David, y un fin de semana de pesadilla con Nícolas ... ¿Ustedes que piensan?

Mi propio cuento de hadasWhere stories live. Discover now