Capitulo 35

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El beso de Nicolas me toma por sorpresa, a pesar de que lo estaba buscando no creí que tomaría la iniciativa, sus labios se mueven ansiosos pero algo no esta bien, no esta la magia, no esta la esencia, no esta todo aquello que me hacia sentir con sus besos, no esta él, su toque personal, en cambio puedo notar como se esta esforzando, tal vez por no tirarme a un lado y gritarme que estoy loca, separo mis labios de los suyos y veo que sus ojos siguen cerrados y su mano viaja rápidamente al puente de su nariz,  recuerdo las indicaciones del doctor y me castigo mentalmente por ser tan estúpida y tratar de forzar las cosas, ahora posiblemente el este viviendo el peor dolor de cabeza por mi culpa.

—Perdóname, no debí...yo lo siento mucho—hablo con torpeza, no se que mas decir, puedo ver el sufrimiento en el rostro contraído de Nico, si este es el precio que tiene que pagar para recordarme, no estoy segura de querer seguir insistiendo.

—No te preocupes, es este estúpido dolor —gime, camina con dificultad hasta una de las habitaciones y busca un frasco de pastillas, le sirvo un poco de agua de su mesa de noche y se toma unas cuantas con nerviosismo —podrías apagar la luz un momento —pide.

Me levanto con prisa para hacer lo que me pide, y dudo un momento en si regresar a su lado o quedarme en la sala a esperar, Nicolas se ha recostado sobre su cama y mantiene uno de sus brazos cubriendo sus ojos ante la claridad, me decido a entrar nuevamente y corro las cortinas de la enorme ventana dejando en penumbras la habitación. 

Lo he arruinado todo

—¿Como es que sabes tanto de mi? —susurra bajito, su brazo sigue presionando sus ojos y sus puños se mantienen apretados, me acerco para hacer presión en ellos y tratar de liberar un poco la tensión.  

—Hemos estado muy cerca uno del otro en los últimos meses, el trabajo se nos hizo mas fácil cuando nos comenzamos a conocer de verdad —justifico, ya fue suficiente con mi imprudencia.

—¿Donde aprendiste hacer eso? es...es delicioso —pregunta y gruñe cuando apretó fuerte sus pulgares, agradezco que cambie el tema, ya me sentía demasiado culpable.

—Mi padre —sonrió al recordarlo.— ¿Quieres que te enseñe? —Le digo entusiasmada quitando su brazo para verlo a los ojos.

—¿Podría hacerlo yo solo?

—¡Claro! ...Aunque es mejor tener ayuda, pero ya veras que es fácil—lo animo.

Le explico los puntos claves donde hacer presión y le enseño otros trucos geniales para presionar los músculos de la espalda y hombros, presiono mas fuerte cuando lo escucho gruñir, es mi señal de que esta entendiendo y disfrutando mi toque.

Pasan los segundos y minutos en silencio, sonrió al sentir su respiración mas pausada se ha quedado dormido, reposo mis manos en mi ahora plano vientre de embarazada y me permito por un momento, disfrutar de la cercanía del padre de mi pequeño, miles de emociones me embargan en este momento.

No puedo evitar derramar unas cuantas lagrimas traicioneras que huyen de mis ojos, sé que no me escucha porque aunque lo quiso esconder me di cuenta que se trago varios sedantes y va dormir lo que reste del día, beso su rostro y peino su cabello me preocupa que un día no pueda controlarlo, tengo miedo de perderle aun cuando no lo tengo.

Intento darle comodidad para que descanse y me paseo con libertad en la habitación, tomo un baño rápido y me pongo una de sus camisas que me cubren lo necesario, si sigo con la misma ropa me vomitare encima, en su cajón de noche encontré el reproductor con la música de Amy y sonrió al reconocer esas canciones que escuchamos tantas veces en nuestros viajes a los viñedos.

Me acerco a revisar su respiración y confirmo que siga descansando, aprovecho a contarle como nos conocimos, como nos enamoramos, y como vamos a ser papas le digo todo aquello que no puedo voz alta, le cuento el miedo que tengo de enfrentarme a mis padres, el miedo que tengo de enfrentarme a mi misma, lo mucho que lo extraño, como me siento mucho mas valiente cuando él toma mi mano, como deseo que su dolor no fuera un obstáculo para tirarme a sus brazos y reclamarlo como mio y besar sus labios que son de mi propiedad, como deseo partir en pedazos pequeños a Leslie cada vez que pienso en ellos dos juntos, como adoro y envidio a su familia, como a nuestro pequeño le molestan los olores fuertes y me hace vomitar todo lo que llevo en el estomago —rió con lagrimas en los ojos como una desquiciada por hablar sola y me dejo llevar también por el sueño, ahí acurrucada a su lado, mientras susurro bajito la canción que se reproduce en el ipod.


Ven, vuélvete a dormir
Vuelve a descubrir
Todo aquello junto a mí

Que de dudas te serví
Que de cosas me perdí
Que de veces me has hecho reír

Cuanto tiempo sin llorar
Sin sentir, sin escuchar
Sin tener algo de que hablar
Tú sentado frente a mí
Miro y solo veo en ti
Todo lo que queda por vivir

Y en tus ojos sin querer
Tantas ganas de querer
Que solo quiero verlos otra vez

Has venido a despertar
Mi alegre felicidad
Tengo tantas cosas que contar

Ven, vuélvete a dormir
Vuelve a descubrir
Todo aquello junto a mí

Has venido a despertar
Mi alegre felicidad
Tengo tantas cosas que contar  


*canción en multimedia

Los quiero.

Mely

Mi propio cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora