Capitulo 46

118 15 28
                                    

No quiero una princesa...

Estoy harto de las princesas de hoy en día, por favor vida, no me traigas una princesa con tu viento; te suplico no lo hagas. No quiero una doncella de pensamiento seco, de intelecto muerto, de paraísos y jardines de colores, de castillos invencibles y caballeros honorables. En verdad no quiero una bonita con cabeza hueca, llena de tonterías esperando un beso de amor y un amor rosa, de rosas y chocolates, de perfumes y buenas tardes.

Te suplico con todas mis fuerzas que no me arrojes a los brazos de una niña buena, que no me enrede en el cabello bien cuidado de una princesa, que no bese unos labios pintados de una sonrisa fingida y un cuerpo estereotipado.

Pido al cielo que no venga una dama con corona y manos que no tocan, que no arden, que no juegan, que no sienten, donde no hay nada

¿Qué carajos quieres entonces? Me pregunto yo mismo.

Quiero una mujer que sea una guerrera, una loca, invencible, que sea audaz, que tenga ideas propias, una perversa, que sea una mujer libre.

Busco a alguien que brote entre lo adverso, que luche como una fiera, que vuele alto y alcance sus metas, que ame apasionadamente, que bese como si nunca más pudiera.

Alguien que escuche como hace un sordo, que vea como un ciego, que toque como un manco, que no se limite a lo que no puede y no sienta.

Entrégame una guerrera vestida de mujer, que no le asuste el infierno en llamas, que no tema a la gloria que uno aclama. De esas que te llaman para decir te quiero y cuelgan, de esas que escuchan y hablan, aconsejan, callan, observan, entienden, analizan y nadan contra la corriente de una sociedad armada y falsa.

Te propongo me entregues una mujer que muerda los labios, que vea el alma, que sonría desnuda porque realmente se ama, que esté conforme con el reflejo del espejo, que no esté llena de complejos.

Qué bello cuando encuentras a alguien que disfrute de una poesía sin rima, de literatura hecha entre una vida devastada, del baile natural sin melodía más que el ritmo engendrado entre las dos almas.

Si al leer esto entonces se eriza tu piel, eres la indicada. Hay alguien que te aguarda con los brazos abiertos para estrujarte en un abrazo, con los labios secos para besarte los miedos, con la atención indicada para curar las heridas, con las caricias suficientes para tocar tu cara, con las miradas necesarias para guardar cada gesto, con el amor de un idiota para esto, lo otro y lo que falte.

Quiero una mujer de pasión desbordante que muerda, que arañe, que rasguñe, que rompa en llanto como un cántaro, que ría como un niño en Navidad, que extrañe como se extraña a un alma perdida, que sea fuerte como la lanza que va directo al blanco, que sea una dama llena de fuerza, que sea como es ella cuando nadie la está viendo.

¡No quiero una princesa!

Te quiero a ti Celeste, siempre seras tú.

Suspiro llena de melancolía al terminar de leer la carta que dejo Nicolas esta mañana en mi mesa de noche, ayer platicamos en mi habitación hasta que sin querer me quede dormida hubiese querido que la noche nunca terminara, y que mi estado no me hiciera permanecer con tanto cansancio, pero fue bueno despertar y ver la rosa a un lado de mi cama con la nota, extrañaba al dulce Nicolas, hoy saldremos a pasar el día lejos de todos, solo nosotros dos, y bueno, nuestro pequeño invitado que no podemos dejar en casa, no puedo esperar mas a verlo así que me escabullo por el pasillo para no pasar por el interrogatorio de mi padre, bajo con cuidado y en silencio las escaleras de madera de mármol cubiertas por una fina alfombra de color crema, mi madre es maniática de los colores claros y pulcros, yo prefiero los obscuros por que esconden un poco el polvo, desde el centro de las escaleras los grandes ventanales de vidrio dejan ver los jardines, el lago y los arboles de cereza, pocas veces en mi juventud me detuve a admirar estos detalles, ahora producen mucha nostalgia en mi, hubiese querido disfrutar mas de todo esto, pero mi amargado corazón no me lo permitió, espero que mi pequeñín tenga la oportunidad de manchar la alfombra y dañar los jardines con sus travesuras, me da risa solo imaginarme a mi madre corriendo tras de él o ella, para que no alcance y destruya los rosales

—Que maldad estarás tramando —sorprende mi madre desde la cocina al ver mi expresión, me conoce tan bien.

—Ninguna —rió —. No me atrevería a tramar nada contra ti.

Ella niega sonriendo, sabe que miento, termino de bajar riéndome de mis pensamientos, y veo a mi hermoso príncipe tomando café en la cocina junto a mi madre, porque aunque yo no sea una princesa de cuento de hadas el si es mi príncipe, aunque no uno encantador como Shag, pero es el mio y de nadie mas.

Nicolas me observa detenidamente, aun no me acostumbro a su escrutinio descarado, a veces desearía poder estar en su cabeza y saber que maquina cada vez que me ve de esa forma, me pone nerviosa y me sonrojo sin poderlo evitar, yo, si yo me estoy sonrojando.

—Buenos días, cielo —dice dándome un casto beso en los labios — bebe hermoso — saluda a nuestro bebe susurrando en mi barriga.

—Buenos días para ti también —sonrió enternecida cuando mi bebe da un salto al escucharlo — .Gracias por la nota, la adore —susurro en su oído —¿Pasa algo? — aliso su ceño fruncido con mis dedos y el sonríe por el gesto, al parecer no se daba cuenta que lo estaba haciendo.

—Quiero conocerte igual o mejor de lo que lo hacen tus padres —suelta con sinceridad. 

—Estoy segura que lo harás, yo también quiero saber todo de ti.

Lo beso una ultima vez y me voy con mi desayuno a la mesa del jardín, en mi estado es difícil sentarme en las  sillas altas del desayunador, Nicolas se apresura para retirar la silla para mi y se sienta a mi lado contemplándome.

—Te ves tan sexy —esconde la sonrisa llevando la tasa de café a los labios, no puedo evitar perderme en los movimientos de su boca.

—Cariño, este es un Dior original, estoy mejor que sexy, estoy que ardo —bromeo, llevo mi jugo de naranja a los labios  lamiéndolos muy despacio, su sonrisa se hace mas grande.

—Presumida—niega con la cabeza y repite la acción con el café.

—Te encanta que lo sea—juego con una fresa de mi plato de frutas.

—Lo adoro todo de ti— Nicolas es un encanto.

—Cuéntame que planes tienes para mi hoy antes que me ruborice —cambio el tema aunque es seguro que ya este como un tomate. El me hace un guiño confirmándome que lo hacia a propósito. 

Casi me termino la fruta de mi plato y hay algunos trozos de melocotón que me hacen suspirar.

—Ninguno tan bueno como el que me estoy imaginando —dejo de morder mi fruta por su insinuación.

—Pervertido—acuso divertida mientras me muerdo el labio reprimiendo la sonrisa el me ve como si acabara de descubrir algo nuevo en mi, su escrutinio me pone de los nervios.

—Maravilloso —señala

—¿Que cosa?—digo interesada en saber que es eso que pasa por su mente.

—Toda tu cariño —contesta con un guiño yo ruedo los ojos — . Termina de comer yo iré con tu padre y preparare el coche, hoy seras solo mía.

Y con un ultimo beso me deja suspirando por él, si pensaba que no podía enamorarme cada día más, estaba completamente equivocada.

Las amooo y amo sus comentarios, son gratis dejen los que quieran jajaja

















Mi propio cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora