Capitulo 40

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Los vómitos vespertinos no tardaron en aparecer esta mañana, incluso antes de poder desayunar, sentía que no podía mas, esa sensación horrible de tener el estomago vació pero seguir vaciandolo sin poder controlar tu cuerpo, es horrible, no se como hay mujeres que se embarazan tan seguido, esto apesta, lo único que te mantiene en pie es pensar que en unos meses podrás tener en tus brazos una personita que te derrita el corazón con su mirada, salgo tambaleando del baño, la sensación de frescura del enjuague me ha tranquilizado un poco las arcadas.

—Creí que moriría ahí dentro —río mientras camino torpemente hasta la sala.

—Tal vez no deberías haber bebido tanto —acusa Nicolas, me quedo de piedra al escucharlo hablar, esta parado en medio de la sala, con una mirada fría y las cejas enarcadas.

—¿Que? —pregunto, no porque no escuchara su acusación si no porque no se me ocurrió nada mas coherente de decir, no me esperaba encontrarlo en mi casa tan temprano, apenas hace unas horas que nos retiramos de la fiesta y fue mas que obvio que el único que abuso de las copas fue él, aunque parece mas fresco que una lechuga, al menos me queda claro que no fui la única que me retire de la fiesta antes del amanecer.

—Ciertamente ayer bebiste de mas, incluso tuvieron que ayudarte a salir del restaurante —responde, su tono es acusatorio y amargo.

—Estas demente —ataco, fue mas que todo una aclaración y no una pregunta.

—¿Vas a negarlo, después que lo vi por mis propios ojos? —suelta con una risa irónica que parece mas un graznido herido.

—No sabes lo que dices —defiendo, intento seguir mi camino a la cocina, necesito tomar algo antes que mi estomago quiera vomitar mis intestinos.

—Solo es un consejo, no es algo que me importe —señala. Su vista se pasea por todo el lugar, ni siquiera me ha dicho que demonios hace aquí, nunca se que esperar de Nicolas, en cuanto es un amor conmigo es un ogro horrible y estoy tan cansada de toda esta mierda.

—¿Que haces aquí? ¿No deberías de estar con tu novia o mejor dicho prometida? —Es mi turno de atacar.

 Me sirvo un vaso de jugo y cojo una magdalena del desayunador, podre estar en medio de una guerra nuclear pero necesito alimentar al dragón que llevo dentro.

—Vengo por mi hermana —aclara, observa todo molesto, hasta podría jurar que veo humo saliendo de sus orejas. Observo el lugar yo también, los chicos deben estar en la terraza es obvio que despertaron antes y no querían interrumpir mi sueño, hay restos de comida y desorden, da la impresión que la fiesta se traslado a mi apartamento, pero no fue así, claro que no es como si tenga que explicarle a Nicolas pero estoy arta que siempre tenga un mal concepto de mi.

—¿Amy te llamo? —pregunto sorprendida. Termino mi intento de desayuno y me dispongo a recoger el reguero, necesito tener mis manos ocupadas, porque pican por tocarlo y también por ahorcarlo. Hormonas.  

—No, no lo hice y no tengo intención de hacerlo ahora —interrumpe la aludida, claramente molesta con su hermano, Shag y Sofi se mantienen a la expectativa, y yo intento mediar la situación pues estoy cansada de tanto drama.

—No te preocupes Nicolas, ella estará bien conmigo, tus papás lo saben, tenemos permiso de ellos para todo el fin de semana, ya que ellos estarán fuera de la ciudad —explico con calma, no porque Nicolas se lo merezca, pero intento ser la persona adulta de esta casa. 

—No —sisea entre dientes—. No debieron dejarla a cargo con una persona como tú.

Sus palabras amargas, acompañadas de una mirada asesina me atraviesan la piel.

Mi propio cuento de hadasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang