Capitulo 26

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Ya falta poco para llegar a la cuidad, no es necesario que diga lo estupendo que me la he pasado con Nicolas en el viaje porque es obvio al verme la tonta sonrisa que he mantenido durante todo el trayecto.

 — Ya basta me estas asustando  — shhhh subconsciente déjame ser cursi. 

He notado a Nicolas algo nervioso y extremadamente dulce estoy segura que esta avergonzado por la borrachera de anoche, según me dice tenia mucho tiempo de no tomar con ese exceso y por eso se le subió todo el alcohol a la cabeza tan pronto, pobre tiene una resaca horrible, tanto, que me ha tocado a mi conducir para regresar a casa, cosa que no le ha hecho mucha gracia a Nico pero no pudo llevarme la contraria y termino aceptando.

—¿Te arrepientes? —pregunta en un susurro bajo me toma por sorpresa sacándome de mis pensamientos, y ahora que mosco le pico a este.

—¿Hmmm? —Estaba tan distraída conduciendo que no se si fue mi imaginación y quiero confirmar. 

—¿De quedarte conmigo? ¿De lo que paso? ¿De lo que hicimos? ¿De mi? ¿Te arrepientes? —No entiendo a que vienen tantas preguntas, debo de tener la cara de poker mas honesta del mundo en este momento.

—¿Por qué me preguntas eso? —sonrió ingenua y nerviosa, acaso será que esta arrepentido pero quiere que yo lo diga primero, no, debe ser algo mas, necesito saber que tanto recuerda de la declaración de anoche.

—No lo sé —suspira frustrado —. Yo solo quiero saber si algo cambio para ti , o si lo que paso tan solo fue un sueño — lo ultimo lo termina en un susurro, creo que voy a entrar en pánico, por qué me cuesta tanto hablar de mis sentimientos, si tan solo no fuera tan yo y le dijera todo lo que siento.

—¿Qu...ie....eres hablar de lo que paso anoche? —pregunto con nervios y el corazón galopando a trote,  a él se le ilumina la mirada y algo me dice que este tema es algo que no voy a poder evitar y hasta no aclararlo no quedara tranquilo, soy muy torpe para hablar de sentimientos nunca he sido buena para esto, así que, antes de irme a un abismo por conducir nerviosa me salgo de la carretera y detengo el coche en un lugar seguro.

—¿Por qué tienes esa cara tan asustada? ¿Te hice daño? Celeste, mi cielo, te juro por Dios que si te hice daño... soy un idiota, perdóname por favor —Toma mis manos y se las lleva a los labios, lo noto tan desesperado que mejor me apresuro a contestarle.

—¡No!, claro que no, Nicolas, no paso nada, solo estuvimos en el baile y luego caíste rendido por la borrachera y luego te lleve a la habitación, solamente eso, no paso nada mas. 

Termino en un susurro triste y siento que me aprietan el corazón, tal vez una parte de mi quisiera que lo recuerde, pero es imposible desde que despertó no hemos hablado de todo lo que paso, ni nos hemos tocado, ni besado, a pesar que el no deja de ser tan lindo siento que me estoy muriendo por tan solo un beso suyo.

—Nunca en la vida te haría daño, al menos no lo haría estando consiente de ello, no mientras mi corazón lata como loco por ti, maldita sea, Celeste te quiero, no he mentido las veces que he dicho que eres muy importante para mi —Sus manos están tomando fuerte mi cara pero sin llegar a lastimarme y mientras habla no puedo evitar ver sus ojos, sus labios , sus ojos, sus labios y necesito contestarle , mi corazón se ha conmovido por sus palabras y también deseo besarle ahora porque siento que muero si sus labios no me tocan.

—Yo también ...te quiero —digo con la boca casi como un pescado, pues sus manos están sujetando tan fuerte mis cachetes que apenas y logre abrir los labios para contestarle.

Nunca se lo había dicho a ningún hombre y siento como que hubiera soltado un gran peso fuera mi, pensé que me sentiría tonta cuando lo dijera, pero no es así, me siento tan feliz que no me lo creo, Nicolas literalmente me comenzó a comer la boca con besos llenos de promesas y puedo sentir todo su cariño desbordado en mi, besa mi nariz, mis ojos, mi boca y cada vez que separa sus labios de los míos me dice un te quiero, si seguimos así no llegaremos nunca a nuestro destino ,sonrío al pensar que me importa un comino si llegamos ahora o en un mes, quisiera besarle hasta quedarme sin sentido pero por desgracia el termina el beso regalándome una gran sonrisa como premio de consolación.

Mi propio cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora