No Te Impliques

Von SoniaLopezSouto

2.3M 204K 40.1K

Kathleen es una joven volcada en su trabajo. La muerte de sus padres siendo una niña y más tarde la de su abu... Mehr

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
EPÍLOGO

30

44.4K 4K 506
Von SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Esta vez me despierto antes que Alec y lo observo mientras duerme porque todavía es temprano. Veo ese gesto dulce en su rostro que tanto me gusta y no puedo evitar acariciarlo. Hace una semana ni siquiera me quería acercar a él y ahora estoy deseando que esto no acabe nunca. La vida puede resultar tediosa y monótona, pero también puede cambiar muy rápido de un momento a otro. Desde que Faith entró en la mía, he vivido un sinfín de cambios y transformaciones que me han hecho verlo todo desde otra perspectiva. Y desde que Alec se tropezó conmigo, he descubierto un torbellino de emociones que no recuerdo haber sentido jamás con anterioridad. Él provoca en mí sentimientos que creía muertos, me hace querer aprovechar la vida que estaba desperdiciando hasta el momento. No puedo explicarlo, pero siento que me ha salvado de mí misma.

Salgo de mi estado de trance cuando el brazo de Alec tira de mí pegándome a él. Mi vena pícara me dice que tal vez sea mi turno para despertarlo como hizo ayer conmigo. Acerco mi boca a su cara y soplo con suavidad en su oreja. Contengo la risa que amenaza con escapar cuando su mano pasa rozando mi cabeza en su camino hacia la oreja. Vuelvo a soplar en cuanto se calma y lo hace de nuevo, pero no despierta. La siguiente vez en que me acerco, deposito un beso en su cuello. Repito la operación varias veces antes de sentir su brazo apretándome contra su cuerpo. Entonces, antes de que pueda procesar lo que hace, ya me tiene atrapada bajo él y me mira con intensidad.

-¿Jugando un poco? - me dice con voz ronca y ojos nublados por la pasión antes de besarme. Tiene un despertar intenso. O tal vez haya sido yo con mis provocaciones. Tampoco me importa demasiado el porqué, simplemente le devuelvo el beso.

Sus manos ya están bajo mi pijama cuando suena su teléfono. Lo ignoramos al principio, pero ante su insistencia, Alec se separa de mí a desgana y contesta. A medida que le hablan, su expresión va cambiando a una más seria. Sea lo que sea, parece grave. Me incorporo en la cama y lo observo en silencio, esperando pacientemente a que finalice la llamada.

-De acuerdo - es lo único que dice - Ya voy. Dame veinte minutos.

En cuanto cuelga, toma una de mis manos y me acerca a él para depositar un beso tierno en mis labios. Noto la tensión en su cuerpo y lo abrazo con fuerza para intentar transmitirle tranquilidad. Aunque dudo que funcione porque yo también estoy ansiosa. Permanecemos abrazados por un tiempo indefinido. Él parece necesitarlo y yo intento reunir el valor para preguntarle sobre la llamada. Siempre tendré la duda de si debo o no meterme en ciertos asuntos.

-¿Todo bien? - finalmente decido preguntar.

-La policía ha confirmado la llegada a puerto de un barco para esta noche - me dice sin soltarme - Sospechan que trae mujeres a bordo.

-¿De las que salen en esa página? - pregunto, aunque ya sé la respuesta. Me separo de él para mirarlo. Necesito verle los ojos.

-Sí - conserva mis manos entre las suyas y las besa antes de continuar - Aduanas colaborará con la policía para interceptar el barco antes de que llegue a puerto. Una vez desembarquen, será más difícil seguirles la pista. Edimburgo es sólo un lugar de paso. La puerta de entrada a Europa. Nosotros debemos encargarnos de impedir que puedan llegar al continente.

-¿Qué pasará con ellas después?

-Serán deportadas a sus países de origen.

-Eso no garantizará que estén a salvo - frunzo el ceño.

-Lo sé, pero no podemos hacer más por ellas. La ley es estricta en cuanto a aquellos que intentan entrar en el país de manera ilegal. No hace distinciones entre los que vienen porque quieren y los que traen obligados. Nosotros debemos devolverlos a todos ellos a sus lugares de origen, una vez comprobado que están bien de salud.

-No es justo.

-No, no lo es - me abraza de nuevo - Tengo que irme. No sé cuando volveré, la operación se llevará a cabo por la noche, pero me encantaría que estuvieses aquí cuando lo haga.

-Está bien - esta vez no voy a protestar. Me preocupa que pueda pasarle algo y prefiero estar en su casa esperándolo, que en la mía sola y sin saber cuando regresa.

Mientras se ducha, yo preparo el desayuno. Se bebe el té a toda prisa, sin sentarse siquiera, y se lleva un par de tostadas para comer por el camino, porque se le ha hecho tarde. Se despide de mí con un beso que me deja sin aliento y es así como comprendo que está nervioso. Supongo que es normal, después de todo se juegan la vida cada vez que intervienen en operaciones de ese tipo. Yo siempre creí que un agente de aduanas se dedicaba a controlar la mercancía que entraba o salía del país en los puertos y aeropuertos, pero estoy empezando a comprender que su trabajo es mucho más complejo que eso.

Para evitar pensar en todo lo malo que puede suceder, decido seguir con mis planes iniciales. Empiezo a preparar la pared donde pintaremos el jardín para Faith. Si mantengo mi mente ocupada, mi imaginación no me jugará malas pasadas. Después de más de una hora trabajando en el proyecto, recuerdo que no le he hablado a Alec de lo que sucedió anoche con el supuesto tío de Faith. Mi preocupación es tal al respecto, que decido llamarlo aún si saber si puedo.

-McNeil - supongo que ha contestado sin mirar quien lo llama.

-Alec, soy Kat.

-¿Estás bien? - me interrumpe antes de que pueda decir nada más - ¿Te ha pasado algo?

-Estoy bien - lo tranquilizo - Bueno, más o menos. Es que ayer ocurrió algo en el hospital que me preocupa y necesito contártelo ya. Pero si estás ocupado, puedo esperar.

-Para ti siempre tengo tiempo - puedo imaginármelo sonriendo - Dime.

-Regresó el hombre que quería ver a Faith. Su supuesto tío. Cuando llegué, estaba hablando con una de mis compañeras. Me enfrenté a él y me amenazó. Tengo miedo por Faith. Podría...

-¿Te amenazó? - me interrumpe de nuevo - No debiste exponerte así, Kath. Debiste llamar a seguridad. O a mí. Te dije que quería hablar con él.

-En aquel momento no me acordé, lo siento. Yo sólo quería que se fuese así que le dije que no podría ver a Faith bajo ningún concepto y que sabía que no era su tío. Le recordé que lo que intentaba hacer era ilegal y que podría tener problemas por ello. Entonces fue cuando me amenazó.

-¿Cómo te amenazó? ¿Te tocó? ¿Qué te dijo exactamente?

-Solo me dijo que mi lengua podría meterme en líos alguna vez. Pero no fue eso lo que me asustó. Fue el tono que usó. Lo hizo sonar como una amenaza.

-No quiero que te vuelvas a acercar a él, Kath. Prométeme que me llamarás si vuelves a verlo. O a seguridad.

-No creo que se atreva a hacerme algo. Me preocupa más Faith. No sé por qué le interesa tanto verla ni cuales son sus intenciones si lo logra. Tengo miedo de que convenza a alguien para que le deje pasar. Si algo le ocurre...

-Yo me encargo, Kath. Gracias por contármelo ahora. La próxima vez, llámame en cuanto lo veas. No se te ocurra enfrentarlo de nuevo, por favor. O llama a Seguridad y que ellos se encarguen de echarlo. No quiero que te expongas. No sabemos quien es ni de lo que es capaz. Hasta que lo investigue, mejor mantente lejos.

-Está bien. Yo sólo quiero que Faith esté a salvo.

-Lo estará. Y tú también. Te lo prometo - se oyen voces de fondo antes de que hable de nuevo - Tengo que colgar ya. Me reclaman.

-Ten cuidado, Alec.

-Lo tendré. Nos vemos por la noche en casa.

-Hasta después.

Me alegra saber que Alec hará algo al respecto sobre el hombre del hospital, pero sigo preocupada. No sólo por Faith, sino también por él. Hasta que esté en casa a salvo, no podré tranquilizarme. Y eso me hace plantearme hasta qué punto estoy dispuesta a soportar esa angustia, porque habrá muchas otras ocasiones en las que se ponga en peligro. Su trabajo se lo exigirá. Si seguimos juntos, tendré que soportar las largas esperas sin saber de él, la incertidumbre de si está bien, el miedo a que pueda pasarle algo malo. Ya he perdido a suficientes personas en mi vida y no sé si podré soportar algo así de nuevo.

Empiezo a agobiarme por ese tema, así que decido que ha llegado el momento irme a mi casa. Necesito despejar la mente, no me conviene pensar en eso ahora. Ya tengo demasiadas cosas en la cabeza. Los problemas de uno en uno. En cuanto llego a casa, me preparo para salir a correr. Tengo tiempo todavía antes de entrar a trabajar y hace días que no lo hago. Mi cuerpo ya lo está pidiendo. Y mi mente también.

Corro por más de una hora y llego a casa agotada pero más relajada. Me doy un baño, de vez en cuando viene bien y mis músculos lo agradecen después del ejercicio. Para cuando acabo, me siento mucho mejor. No sabía cuanto echaba de menos todo este ritual, hasta que lo he hecho. Me prometo a mí misma que lo repetiré con mayor frecuencia.

Después de comer, estoy lista para enfrentar una nueva jornada de trabajo. En cuanto veo a Becka, sé no se le ha pasado el enfado de ayer. Eleanor me mira, pero no dice nada. Tampoco hace falta, sé perfectamente lo que piensa. Nos espera una tarde de caras largas y silencios incómodos. Justo lo que necesito para rematar mi día.

A medida que se acerca la hora de salir, mi ansiedad va creciendo así como los minutos se van consumiendo. Llega la noche y con ella el peligro para Alec. No sé a qué hora inteceptarán el barco, ni cuantos efectivos serán, ni si encontrarán demasiada resistencia. No sé si bastará con que amenacen con sus armas o si tendrán que disparar. Pensar en que acaben hiriendo a alguien o que lo maten, me está alterando los nervios. Pero por más que intento borrar esas imágenes de mi mente, no soy capaz. Se me va a hacer eterna la espera hasta que Alec llegue a casa.

A la salida, reviso mi teléfono y descubro que me ha enviado un mensaje. El latido de mi corazón se acelera mientras lo abro. Ni siquiera he esperado a llegar al coche, me paro en medio del aparcamiento. Cuando empiezo a leerlo, un coche toca la bocina detrás de mí y me asusta. Me aparto y veo cómo el conductor va dando voces, pero lo ignoro. Necesito saber que dice el mensaje.

Kath,

Ya he informado sobre el hombre del hospital. Alguien de la policía se encargará de averiguar quien es y de investigarlo después. Si aparece de nuevo, ponte en contacto con ellos o conmigo. No te enfrentes a él bajo ningún concepto.

Estamos a punto de salir. Te enviaré un mensaje en cuanto todo haya acabado para que no te preocupes más de lo necesario. Sé que lo estás haciendo, lo noté cuando hablamos por teléfono. Somos muchos y estamos preparados para cualquier eventualidad. No pasará nada.

Ya tengo ganas de verte. Hasta después.

Alec.

Una vez más, Alec sabe cómo tranquilizarme. Puede que hasta que lo tenga delante no sea capaz de relajarme, pero al menos sé que estará bien. O todo lo bien que se puede en una situación como esa. Aún así, cuando llego a su piso, continúo colocando las plantillas en la pared para mantener mi mente ocupada. A medida que el jardín va cobrando forma, mi ánimo empieza a mejorar también. Visualizarlo en mi mente me mantiene con una sonrisa en los labios.

Una vez termino de colocar la última plantilla, me doy por satisfecha. Me preparo la cena e intento entretenerme viendo la televisión mientras como. Ya es de madrugada pero me resisto a acostarme. Nunca se he han hecho tan largas unas pocas horas. Ni siquiera aquellas en las que permanecí en la sala de espera del hospital la última vez que tuve que ingresar a mi abuela, esperando sola a que algún médico me dijese qué estaba pasando con ella. Ni las horas de después, mientras veía a mi abuela consumir sus últimas fuerzas antes de abandonar este mundo en mis brazos. A mis 24 años, he visto demasiadas muertes, no sólo en mi familia. Desearía no tener que hacerlo de nuevo, aunque sé que es algo inevitable. Sobre todo trabajando en un hospital.

Me despierto con el ruido de la puerta al abrirse. Ni siquiera sé en qué momento me quedé dormida. Reviso mi teléfono y veo la notificación de un nuevo mensaje. Ni lo he oído, pero ya no lo leo porque Alec aparece en la entrada. En cuanto lo veo sonreírme, sé que por más que sufra por él cuando esté en su trabajo, podré soportarlo siempre que regrese a mí sano y salvo.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

45K 1.1K 36
Poppy Halper y su odioso jefe, Nicholas Kuesel, no son el prototipo de jefe y secretaria perfectos. Es más, sus diferentes formas de pensar, de socia...
124K 6.6K 43
¿Con la llegada de un ser inocente puede arruinar o mejorar tu vida? Eso le pasará a la protagonista de esta historia, que con la llegada de un niño...
54.2K 3.4K 46
✞︎ 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚 𝐲 𝐓𝐍 ✞︎ ♡︎ 𝑻𝑵 𝑵𝒂𝒌𝒂𝒎𝒖𝒓𝒂 ~♡︎ 𝑻𝑵 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂 𝒎𝒖𝒚 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔𝒂, 𝒂𝒎𝒂�...
111K 10.4K 25
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...