Kanade Shippuden

Per Ladydiprz

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"¿Los vínculos en serio pueden cambiar a las personas?" NO LEER SI NO HAS LEÍDO KANADE!!! Sino, no entenderá... Més

Capítulo 01: Una elección.
Capítulo 02: Kanade con Konohagakure.
Capítulo 03: Insensible
Capítulo 04: Una nueva misión se aproxima.
Capítulo 05: Escape de la guarida.
Capítulo 06: Definiendo movimientos.
Capítulo 07: Reclutamiento.
Capítulo 08: Un vigilante inesperado
Capítulo 09: Palabras de libertad.
Capítulo 10: Tiempo de adaptarse.
Capítulo 11: Separación necesaria.
Capítulo 12: El sabio Yorokobikakin despierta.
Capítulo 13: Killer Bee vs Uchiha Kanade
Capítulo 14: Voluntad de defensa.
Capítulo 15: Danzou - sama.
Capítulo 16: Reencuentro.
Capítulo 17: Nuestros sentimientos.
Capítulo 18: Enfrentamiento contra Danzo.
Capítulo 19: Encuentro con Sakura.
Capítulo 20: Dividida en dos
Capítulo 21: De regreso a Konoha.
Capítulo 22: La isla paradisiaca.
Capítulo 23: Inicio de movimientos
Capítulo 24: Edo tensei.
Capítulo 25: Desvalance emocional.
Extra: Un duo muy fuerte
Capítulo 27: Otra mitad.
Capítulo 28: Fuerzas aliadas ninja.
Capítulo 29: Discípulos de los 4 Sannin.
Capítulo 30: Dos partes de una persona.
Capítulo 31: A través de las dimenciones.
Capítulo 32: Kaguya aparece.
Capítulo 33: La derrota de Kaguya.
Capítulo 34: A nosotros, los ninja.

Capítulo 26: Siempre los hemos querido.

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Per Ladydiprz

Tensei Fūin:

Kanade despierta.

La tecnica prohibida es liberada.

Narrador omnisciente.











El hombre de cabellera naranja levantó la mirada ante la señal que le llegó al santuario, las águilas aletearón estrepitosamente y muchas otras, permanecieron en su sitio inquietas, intentando levantarse por los aires, pero gracias a la gran cantidad que ya se encontraba aleteando en el cielo, prefirieron mantenerse al margen.

Podrían chocar las unas a las otras y causarse grandes daños.

Kenzo, miró en dirección al gran jefe sabio, dandose cuenta que la esfera de cristal que tanto protegió se quebró en dos y este, la miró en silencio. Comprendiendo que algo ocurrió y por ello, todos estaban en alerta.

—Señor Yorokobikakin, ¿ocurrió algo? —cuestionó preocupado y notó como este lo miró por encima de su hombro.

—Sí, Kanade despertó —informó.

El águila permaneció en silencio, tratando de asimilar las palabras que su superior le dijo con tanta tranquilidad, como si fuese capaz de entender lo que estaba ocurriendo. No entendía a lo que se refería, ¿cómo que Kanade había despertado?

— ¿A qué se refiere? —interrogó, confundido.

—Ya no está bajo mi control, el cuerpo que estaba sellando a Kanade ha desaparecido y la paz que le otorgué para manipularla y no hiciera nada peligroso, se esfumó y quedó anulado —respondió, tomando entre sus manos el cristal partido en dos partes—. Durante todo este tiempo, la protegí encerrandola dentro de un sello que coloqué encima de su maldición en cuanto la otra se manifestó en su cuerpo. Lo que ella experimenta se le conoce como Tensei Fūin —enseñó aquella esfera mientras apretaba los labios—. Algo ocurrió, quizá le arrancaron parte de su chakra y eso causó un desvalance, provocado que la persona encerrada en su interior se manifestara por medio de un clon. Es un jutsu maldito, prohibido desde generaciones antiguas, una persona es sellada dentro de otra para acumular chakra y así, pueda manifestarse en cuanto lo crea necesario, invadiendo y desapareciendo la verdadera escensia del verdadero dueño del cuerpo. Sin embargo, gracias al sello que le coloqué, logré controlarlo —se cruzó de brazos y llevó su mano a los labios—. No entiendo porqué Madara hizo ese movimiento, no sé con qué proposito lo realizo y menos, quién es la persona que estaba dentro de Kanade. Si esto sigue así, tendremos un gran problema...

— ¿Ese es...?

—Al final, ellas tendrán que luchar para ver cual de las dos se queda con el cuerpo que las porta —respondió, cortandolo de tajo —intento no sentirse preocupado, pero le fue imposible—. Me preocupa pensar que Kanade pueda perder y morir...

Admitió, sabiendo que el duro final podría acercarse pronto y que llegase a perder a Kanade, la discipula que tanto atesoró y protegió de todo lo malo a pesar de que ella ya estaba cegada por la maldad del mundo tan cruel que le quito a su familia.
— ¿Qué hará ahora, gran sabio?

—Debo de informarle Bushido, ya que lo más seguro es que la verdadera Kanade se encuentre confundida y sumamente furiosa. Verdaderamente furiosa —repitió—. Yo no seré quien le explique.

Una pequeña águila apareció frente a ellos y tras una reverencia en señal de respeto, se le entregó una nota la cual acomodó en su espalda. Con la misma, hizo el mismo gesto tratando de no perder aquella enseñanza que le dieron desde que salió de su cascarón y, tras darse media vuelta sobre su mismo eje, desapareció de la vista de estos en una bola de humo.

El sabio Yorokobikakin lanzó un suspiro largo, mostrando su frustración ante todo el alboroto y problema que se avecinaba, esperaba que Kanade, se tomara de buena forma que lo que le hicieron, fue por su propio bien y para proteger su bienestar e integridad fisíca. Ya que si no hubieran hecho lo que hicieron, Uchiha Madara, la hubiera utilizado a su antojo.

Kenzo, decidió sentarse para analizar los movimientos de su superior. Hacía bastante tiempo que no lo veía tan alarmado, la última vez que lo vió de tal forma, fue cuando su anterior discipula lo traicionó a tal punto de entregarle su ubicación a uno de sus tantos enemigos para su aniquilación.

—Gran sabio, no creo que Kanade sea capaz de traicionarnos. La conozco antes de todo este problema y no es tan mala como aparenta —informó con seguridad, tratando de ser lo más claro posible.

Era cierto, Kenzo sabía como era la Kanade despechada llena de odio que sólo pensaba en la venganza y debido a ello, le extrañó que uno de sus informantes argumentara que la chica se disculpó con él, tras haberle exigido información en lugar de darle de comer y beber, acto seguido le dio fruta con tal de que no se sintiera mal por exceso de trabajo.

Un movimiento algo distinto a lo que Kanade hubiese hecho, sobre todo en cuanto aquel pajaro, amaneció tendido inconsciente debido a una extraña sutancia que ingirió parecido al veneno, pero sin llegar a la muerte.

Kanade, nunca le daría comida de ese tipo a las aves, por eso les daba tiempo para que comieran. Dejandolas libres depués de que terminaran su trabajo y encargó que les encomendó.

—Solo nos queda confíar en ella y pensar, que no actuará en contra de nadie, pero no sé cómo actue la otra que fue liberada en este mundo —el águila, frunció el ceño ante dichas palabras.

— ¿Que quiere decir?

—La persona que esta dentro de Kanade, es alguien que la utiliza como plataforma y que planeaba estar en su interior hasta llegar al momento exacto para desaparecer su escencia por completo. Ahora, ella esta fuera de Kanade, por lo tanto tendrá que matarla si desea obtener toda su fuerza, chakra y jutsus... —renegó ante la idea de que Kanade podría morir.

—Kanade es fuerte, no morira facilmente.

—Solo esperemos lo mejor, Kenzo.





. . .






Kanade, miró a su derecha, encontrandose con un clon que yacía inconsciente a su lado. Sus labios se abrieron levemente en cuanto este desapareció tras ser absorbido por el Kamui de Obito.

Miró en dirección a sus manos y notó, como estas temblaban por la acumulación de ira y rabia que yacía en su cuerpo, apretó la mandibula con fuerza y lagrimas de coraje se acumularon en sus ojos.

— ¡Yorokobikakin! —gritó a lo alto, llamandolo con odio y una rabia irracional.

Las aves, que dormían a causa de la oscuridad de la noche, volaron de golpe causando una gran estrepitación en los árboles que comenzaron a soltar varias hojas a su alrededor.

Comenzó a gruñir y a mover sus manos desesperadamente sobre su rostro y a traves de lo largo de su cabello, sintiendo una gran desesperación. En su cabeza solo rondaban recuerdos parecidos a un sueño incapaz de frener, todo lo vivido estaba surgiendo como fuertes imagenes que no la dejaban procesar la información que llegaba y que se acumulaba cada vez más en su interior.

La impotencia, venía de la mano de aquella angustia que sentía, deseaba gritar y acomodar sus anteriores acciones, gritandose una y otra vez que fue un verdadera eatupida al dejarse manipular de dicha manera.

Apretó los puños con fuerza y comenzó a caminar en dirección a la entrada de la cueva, decidida a acabar con Kabuto quien se encontraba enfrentandose a los otros dos azabaches. Lo odiaba, detestaba saber que alguien como él, fue capaz de profanar el recuerdo de Itachi y traerlo de regreso.

Lo odió desde que se retiró de los examenes en cuanto la enfrentó, dejandola a medias y lo detestó más en cuanto supo que él, era un peón de Orchimaru y que siempre trabajo como su vigilante.

Cual vil rata.

A lo lejos, visualizó a ambos azabaches parados justo frente al nuevo humanoide mitad serpiente, quien se notaba quieto y en un extraño estado de trance. Itachi permanecía mirandolo directamente, mientras que Sasuke, se mantenía detrás de su hermano mayor observando sus acciones.

Ambos demostrando que la batalla finalizó con exito y que obtuvieron la victoria tal y como ella confió. Sin embargo, en su cabeza aún estaba clavado que fue una estupida idea el haberse quedado parada sin hacer nada y que Sasuke no la obligara a acompañarlo.

Caminó en su dirección y este, la miró de reojo al sentir su presencia, al igual que el azabache mayor que se quedó callado observandola. 

Los dos, se sorprendieron en cuanto la palma de la mano de la azabache impactó en seco contra la mejilla del Uchiha menor y con fuerza, lo sujeto de su vestimenta para acercarlo contra ella y mirarlo con un enorme despecho que él, no lograba comprender del todo. Más porque fuera de la caverna, dejó a una azabache tranquila y con la mente en claro, alguien que le permitió irse entendiendo que debía de luchar en conjunto a su querido hermano.

— ¡En verdad, ¿creíste que me quedaría fuera sin hacer nada, imbecil?! —cuestionó, apretando su agarre y mirandolo directamente a los ojos—. Debiste de tener consideración y obligarme a venir, esta era la última vez que podríamos convivir con Itachi y me dejaste fuera.

Lo empujó tras liberarlo y este, retrocedió unos cuantos pasos hasta que estabilizó su cuerpo. Analizó cada unas de sus acciones notando como limpiaba su ropa y en cuestión de segundos, amarraba su largo cabello en una coleta alta y activaba su sharingan, al igual, que formaba un arco con una de sus manos y lo armaba con un elastico que guardaba en su pierna, por debajo de su pantalon corto, para colgarselo en la espalda en cuanto lo finalizó.

—Si tan solo hubiese estado consciente, nada de esto me estaría pasando. Maldición... —gruñó, tratando de no perder la compostura.

— ¿De qué mierda estas hablando, loca? —cuestionó, siendo el mismo tipo qagresivo de costumbre.

Kanade, lo miró a los ojos y sin poder evitarlo, lanzó un largo suspiro sabiendo que tardaría mucho en darle la explicació detallada de lo que la mantenía tan exaltada. Ni ella misma lo comprendía y por ello, necesitaba una explicación del cómo y porqué había sido encerrada dentro de su cuerpo, siendo sustituída por alguien que solo deseaba la paz en el mundo.

—Estaba sellada, mi cuerpo no me respondía y a pesar de que gritaba, nadie me escuchaba. Hasta hoy, que desperté, en este bosque teniendo un vago recuerdo de lo que sucedió y vine a buscarlos —admitió, mirando a ambos quienes la miraban de igual forma.

—Que estupidez más grande —señaló el azabache, poniendo en duda las palabras de Kanade—. ¿En verdad crees que puedes fingir que no sabes nada de lo que ocurre?

—Hmp... —sonrió, ante el interrogatorio del azabache, enseñando aquella sonrisa egocentrica que Sasuke, dejó de ver tras su separación.

Kanade, se cruzó de brazos.

—No me interesa en lo absoluto que dudes de mí, total, sé que puedo sacarte la información más rápido de lo que crees. No me pongas en duda, que soy capaz de acabar contigo —amenazó y Sasuke se acercó.

—No si antes yo te aniquilo —sentenció, deteniendose a escasos centimetros de esta.

—Chicos, basta... —murmuró Itachi.

Este, suspiró, acercandose a ellos como cuando eran más jovenes y luchaban por separarlos de sus pleitos de pequeños. sin embargo, se detuvo al notar como su hermano menor, tiro con un pocp de delicadeza el cabello de la azabache y ambos, comenzaron a reir levemente.

—Al fin regresaste —comentó Sasuke y pronto, Kanade se cruzó de brazos.

Ambos, comenzaron a lanzarse uno que otro empujon al igual que diferentes tirones de cabello bastante inofensivos que hizo cuestionar a Itachi, el porqué se llevaban de tal manera, pero le tranquilizó saber que se llevaban bien, así qye sin importarle loa juegos infantiles que hacían esos dos, se concentró en Kabuto.

Itachi, analizó una vez más los sellos que Kabuto le había dicho, estaba un tanto confundido pero a la misma vez sorprendido, ya que aquel Jutsu del Edo tensei era en extremo poderoso como para tener una secuencia de sellos demasiado sencillos. El azabache mayor pudo sentir como dos personas familiares se acercaban a él con un poco de desconfianza, gracias a la lentitud de sus pisadas que no mostraban seguridad.

—Bien... ¡Rata! ¡Buey! ¡Mono! —ordenó a Kabuto quien hizo enseguida los sellos.

Ambos azabaches se detuvieron de su juego y, Kanade, levantó su mano levemente al percatarse que Itachi no se detendría aunque ellos se lo imploraran, por lo que bajo de nuevo su mano con una expresión melancolica.

—Parece que cualquier cosa que te digamos será en vano —murmuró Sasuke.

Después de volver a verlo tras su muerte y haber convivido con él sin tapujos, comprendieron que no era suficiente, ya que gracias a que mantuvo oculta la verdad, tras la masacre de su clan, perdieron bastantes años de convivencia y felicidad. Deseaban una nueva oportunidad con él, pero estaban conscientes de que Itachi, ya no pertenecía más a dicho mundo.

A pesar de que Shisui no estuviera con él, sabía que Itachi también era su hermano al igual que Shisui lo era para Sasuke. Gracias a la convivencia empleada y a los momentos felices que compartieron.

—Cuando te vi... te seguí porque quería comprobar si lo que me dijeron Tobi y Danzo era cierto o no, pero eso no fue todo lo que pude comprobar —admitió el azabache mirando al suelo.

—Al estar contigo recordé mis días de infancia —anunció Sasuke mirando a Kanade algo avergonzado, porque le causaba conflicto que ella lo viera tan sentimental—. Cuando... adoraba a mi hermano mayor.

Kanade no tuvo otra opción que colocar su mano encima del hombro de Sasuke, para que este se diera cuenta de que ella estaba a su lado apoyándolo y que no debía de sentirse avergonzado en mostrar sus sentimientos de tristeza en frente de su hermano, ya que necesitaba desahogarse con él y decirle todo lo que tenía acumulado en la garganta. Demostrarle, cuanto había extrañado los momentos con él y aquellos sentimientos que tenía por su hermano mayor.

—Es por eso que cuando más nos acercamos y nos entendemos como solíamos hacerlo y, a medida que te voy entendiendo mejor el odio que siento hacia Konoha por hacerte sufrir aumenta cada vez más y cada vez se hace más fuerte —admitió Sasuke con frialdad.

Itachi, permaneció en silencio.

—Tampoco entiendo lo que Sasuke desea hacer, pensamos diferente porque ambos estuvimos en lugares diferentes al enterarnos de la verdad y nunca discutimos algo al respecto, pero de lo que si estoy segura, Itachi - nii...—se detuvo y miró a Sasuke de reojo—. Es que estaré a su lado para detenerlo —finalizó.

Itachi, sonrió levemente.

—Tigre... Dragón... —los azabaches menores apretaron los labios al darse cuenta de que la conversación había terminado y la tristeza comenzó a llenar su cuerpo por completo haciéndolos sentir pésimo —Jabalí... ¡Edo tensei no Jutsu, liberación!

Pronto, una extraña capa brillante comenzó a rodear el cuerpo de Itachi y una fría brisa empezó a llenar la caverna oscura por lo que los Uchiha menores miraron al mayor con nostalgia.

Esa era la despedida y a pesar de que querían pasar más tiempo con él, este ya había liberado el Edo tensei por lo que no le quedaba mucho tiempo antes de desaparecer. Sasuke y Kanade abrieron levemente los labios al ver como Itachi caminaba torpemente hacia ellos señalando en su dirección por lo que no entendían muy bien de que se trataba todo eso.

—Siento como mi conciencia se va desvaneciendo poco a poco, pero antes de la despedida quiero enseñarles algo que querían confirmar. Ya no hay necesidad de más mentiras, como los traté esa noche, lo que hice aquella noche, todo fue tal y como te dijeron Danzo y Tobi... —admitió Itachi por lo que los azabaches dieron un paso hacia atrás sorprendidos —quiero mostrarles toda la verdad.

Ambos, cayeron en un Genjutsu y delante de ellos, apareció toda la verdad, desde el principio hasta el final. Ahí, estaban shisui e Itachi, discutiendo sobre la tragedia del golpe de estado que el clan organizaría encontra de Konoha y la petición más importante para él, que cuidara con devoción a su pequeña hermana menor. Tras su muerte, llegarón a la reunión de los ancianos de la aldea argumentando acerca de los Uchiha y a pesar de que fue orden de Danzo, Hiruzen nunca hizo nada para evitarlo a pesar de que no estaba totalmente de acuerdo.

Los azabaches menores abrieron los ojos al encontrarse de nuevo con Itachi caminando hacia ellos. Por lo que simplemente decidieron quedarse quietos porque estaban sumamente confundidos, su cuerpo no les respondía por que aquella sorpresa todavía la estaban procesando.

—Les he contado toda la verdad... no volveré a decirlo. Siempre les mentíamos diciéndoles que nos perdonaran, usábamos nuestras manos para mantenerlos alejados... No queríamos que se vieran involucrados, pero ahora creo que ustedes hubieran cambiado a todo el clan Uchiha, si los hubiéramos afrontado desde el principio —admitió Itachi más cerca de ellos—. Si les hubiéramos contado la verdad, reconociéndolos como iguales a nosotros pero, Shisui y yo fracasamos como hermanos mayores y por mucho que les hable ahora desde las alturas no les hará nada, así que ahora les diré la verdad que ambos hubiéramos dicho ahora por poco que sea.

Sasuke y Kanade abrieron los ojos sorprendidos al sentir los brazos de Itachi rodearles los hombros para lograr así un cálido abrazo a pesar de que el cuerpo de este era frío debido a que ya estaba muerto. Kanade, por un momento vio la imagen de Shisui detrás de la de Itachi por lo que comenzó a llorar en silencio, apretando los dientes tratando de que los sollozos no la delataran. Con fuerza, tomó el brazo de Itachi y para que este se diera cuenta de que estaba aceptando el abrazo.

—Siempre los hemos querido... —admitió en un murmuro, logrando que ambos oyeran a la perfección aquellas palabras tan reconfortantes y tiernas.

Sus ojos se abrieron y sin más, aceptaron aquellas palabras que habían necesitado escuchar durante tanto tiempo.










- - -

Bien, hemos llegado al punto del quiebre de esta historia. Antiguamente había un jutsu que inventé años atrás el cual se llamaba "transmigración interna" ahora, después de muchos analisis decidí llamarlo "sello de reencarnación" Tensei Fūin, algo parecido a lo que los Otsutsuki utilizan, pero ellos le llaman "karma".
Nunca pensé que coincidiría tanto una tecnica que inventé con algo que está ocurriendo en Boruto.
A diferencia del sello Karma, en el sello de reencarnación, los usuarios pueden separarse por un tiempo indefinido, pero ambos se van afectando mutuamente al carecer de chakra conforme pasan los días, semanas e incluso meses y debido a ello, se enfrentan a muerte para obtener el poder absoluto del otro y así mismo, su chakra.

Sin embargo, depende del usuario, ya que si llegan a un acuerdo, ambos pueden vivir en el mismo cuerpo y uno de ellos simplemente dejará de manifestarse hasta que el otro este al borde de la muerte y se libere por el desvalance de chakra. Eso sucedió ahora, Obito, planeaba robarle su chakra a Kanade, pero el sello que Yorokobikakin le hizo, la protegió, entregando a la persona encerrada dentro de Kanade que ya se estaba manifestando y desapareciendo la escencia de nuestra azabache.

Es un lio, pero se va entendiendo conforme avance la historia.

Continua llegint

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