The Guardian Queen. 1er Libro

By OdizaFan

65K 5.9K 1.7K

Elsa era una niña de tan sólo 5 años cuando apareció su querido guardián Jack Frost. Desde su encuentro han s... More

Prólogo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Epílogo

Capítulo 1

4.5K 435 105
By OdizaFan

***Narradora***

El frío invierno ya había llegado al reino, las cortinas de una habitación real se abrieron de par en par con fuerza y ansias de visualizar el cielo con copos de agua nieve.

En el ventanal se reflejaba la sonrisa de una mujer, admirando la noticia que tanto esperaba, lo que significaba para esta noche.

-No puedo esperar más – Murmuro entre sonrisas para salir corriendo a su objetivo.

Pasó esquivando a varios mayordomos de los pasillos que cargaban con telas y materiales de limpieza.

-Uy perdone.........Lo lamento.........con permiso – Decía cada vez que pasaba a uno de ellos.

Subió unas escaleras más, tenía suficiente energía y ansias por llegar.

Miró la puerta blanca con caireles azulados, corrió esta vez y llamó a la puerta.

-¿Ya viste el cielo? Se ve de...... - Abrió la puerta pues nadie contestó, borró la sonrisa cuando en el interior no estaba a quien quería ver.

-¿Busca a la reina? Princesa Anna – Dijo una mucama cuando pasó con toallas blancas.

-Así es, pero no está.....

-Salió al tiempo que salían los rayos de Sol, princesa. No ha llegado.

Anna asintió para retirarse.

¿A dónde iría? Y ¿Por qué no le había avisado?

Alejada del castillo de Arendelle, estaba adentrada en los bosques, en aquel lago dónde había conocido a ese peliblanco.

Pero hoy ni ese recuerdo había pasado por su cabeza, ya no más.

El lago estaba congelado por una gruesa capa de hielo sólido, pero fue disminuyendo debido a que la reina había entrado al agua con un vestido azul claro y delgado de tela.

Dejó a su cuerpo flotar en la superficie del agua helada, para estar tranquila y en medio del frío que tanto amaba.

Sus ojos cerrados comenzaron a crear imágenes pequeñas de un sueño ligero.

Ella rodeada de su pueblo esta noche, dando la bienvenida al invierno, pero estaba un hombre.

Alto y vestido de gala, se acercaba a ella con la mano extendida y en cuanto rosaban sus dedos, su mano la aferraba con fuerza de la muñeca.

Gritó de miedo para formar espinas de hielo sólidas alrededor de todas las personas, provocando gritos, llantos y muerte.

Abrió los ojos mientras dejaba la posición recostada a estar de pie en el lago.

Miró al cielo y a su alrededor, sintiendo la necesidad de volver.

Tomó una gran toalla blanca para rodearse el cuerpo, caminó hacia el corcel que la había acompañado de ida y de regreso.

-¡Reina presente! – Gritó uno de los guardias dando entrada a las puertas principales para que cruzara la reina sobre el caballo.

Unos guardias se acercaron para ayudarla a bajar, pero la mujer les dijo que sola podía.

-¡Elsa!

La mujer platinada se giró al escuchar su nombre acercarse, los guardias dieron paso a la princesa Anna.

-Ah buenos días Anna.

-¿A dónde fuiste? ¿A quién le avisaste? ¿Por qué estás empapada? ¿No mueres de frío? Ah no, claro que no.....

-Calma Anna, fui a dar un paseo y a refrescarme un poco.

Elsa caminó hacia el castillo cubierta aun por la tolla blanca. Anna desde ese camino comenzó a decirle lo emocionada que estaba por aquella noche, por el pueblo presente y de las decoraciones que Elsa realizaría con el hielo.

La espera para ambas finalizó al caer la noche.

Todos vestían formales, la gente llegaba al castillo, algunos se quedaban hablando en el patio principal y otros entraban a degustar de la mesa de postres, comidas y bebidas.

Elsa acomodaba su vestido color azul marino con caireles a la orilla de la fala color morado vino. Miró su reflejo en el espejo y algo en ella se sentía insegura, alerta de cualquier movimiento. Reacomodó su corona y abandonó la habitación.

-Reina Elsa, que gusto de verla, hoy resplandece con la primera noche de invierno – Dijo el primer ministro quien se acercó a besar su mano helada.

-No soy la única ministro – Sonrío Elsa - ¿Ya probó la especialidad del pastel de tres chocolates?

-Que bueno que me dice, iré antes de que se agote.

-Idea de Anna, agradézcale a ella.

Anna no dejaba de bailar con el chico rubio, alto y fortachón. Elsa saludaba a su pueblo y no dejaba de sonreír con delicadeza a los presentes.

En el patio principal se encontraba el gran venado de Kristoff, Sven. Elsa caminó hacia a este y le entregó una rebanada del pastel de Zanahoria, el animal le sonrió y aceptó el bocado.

-Reina Elsa – Le llamó uno de los primero guardias – Ya es hora.

-Así es – Dijo mirando al cielo – Llamen a los presentes al patio principal.

No fue necesario repetir el aviso, en cuanto escucharon el primer aviso, salieron emocionados por lo que sucedería.

Todos se mantuvieron en pie alrededor del patio, dejando a la reina en medio.

-Gente de Arendelle – Anunció la reina – Celebramos el primer día y noche de invierno.

Levantó ambas manos y dejó expandir sus rayos azulados de escarcha y frialdad hacia las cúpulas del castillo. Rodeo el jardín con caireles de hielo sólido y congeló el agua de las fuentes creando caireles altos y sutiles.

La gente miraba con adoración a la reina a su trabajo, creando grandes copos de nieve, congelando los barandales y detalles del castillo.

Terminando dejó caer los brazos para admirar su trabajo mientras los aplausos surgían con potencia. Elsa respiraba veloz mientras sonreía.

-¡Hermoso!

-¡Viva la reina Elsa!

Pasaron minutos y la gente había comenzado a disminuir, quedando muy pocos admirando la noche fría, los últimos alimentos y postres. Muy pocos continuaban bailando las lentas canciones y otros bebiendo del vino.

Elsa tomó asiento entre los rosales que aún no florecían, sólo para admirar la noche estrellada y a la gente satisfecha de esta noche.

-¡Elsa! – La platinada se exaltó cuando de pronto escuchó la voz de su hermana aproximarse – Sin duda son las mejores noches. Las de invierno.

-Que bueno que te gusten.

-Por cierto acaba de llegar alguien que no me es familiar.

-¿Quién?

-Es un joven de cabello blancos y ojos azules. Viste como un príncipe ¿Será uno? ¿De dónde sería y por qué vino?

Elsa frunció el ceño al escuchar la descripción del desconocido.

-Iré a verlo.

-Oh claro, yo ahorita voy, pasaré por una rebanada de la tartaleta de frutas.

Elsa se puso en pie para avanzar al interior del castillo, tranquila miraba a las personas. Su vestido avanzaba con ella igual de segura y libre.

No había nadie dentro con tal descripción, se detuvo por unos segundos en la entrada, donde había más vista del panorama del patio principal.

Se dio vuelta y a unos metros estaba ahí.

De frente, mirándose cara a cara. Los ojos azulados habían cobrado vida.

-No puedo......-Se murmuró la reina.

Él estaba parado firme, sin sonreír, avanzó unos pasos con lentitud para observar la reacción de la reina. Un paso frente a ella se quedó, sonrío ligeramente de labios, con pena e inseguridad por su llegada de 16 años tarde.

-Buenas noches, reina Elsa – Pronunció su ronca voz.

-Disculpa pero..... – Elsa lo miraba con familiaridad pero no conseguía recordar con exactitud - ¿Quién eres?

El peliblanco sintió una punzada en su pecho, pero no era culpa de ella sino suya.

-Soy Jackson – Le miró y su respiración se hacía lenta – Jack Frost, niña.





Continue Reading

You'll Also Like

37.4K 3.8K 28
Una joven que tuvo que madurar a temprana edad, ser mujer siendo aún una niña, a lo largo de su vida sufrió altas y bajas pero todo cambió cuando lo...
13.4K 422 20
La historia se desarrolla como si los sucesos de princesita Sofia sucedieran en un tiempo cercano al nuestro. Sofia ha crecido así como todos los dem...
654K 36K 68
Nuestra última opción fue la adopción, pero nunca imaginé que ese niño realmente fuera tuyo. O eso llegué a pensar.
155K 11.5K 23
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...