Narrador omnisciente.
Naruto, comenzó a soltar con calma el cuerpo de Kanade quien ya estaba recuperando la consciencia y con una pequeña sonrisa notó como ella miraba confundida por los diferentes lados que habían en el campo de batalla. Como si estuviera buscando algo, lo que le hacia suponer que se trataba de Sasuke, quien se marchó junto con Madara luego de que este la atacara y la dejara inconsciente.
La azabache comenzó a moverse, sin importarle del todo que su cuerpo aún se encontraba debíl, era algo que tenía que hacer.
Kanade se inclinó unos cuantos centimetros hasta terminar a la altura del rostro de Karin, mostraba cierta tristeza en su mirada, se veía desanimada y era claro que la razón era Sasuke, después de todo, él la atacó y deshechó como si fuese cualquier cosa que dejó de servirle. Muchas veces Kanade hizo lo mismo con alguna que otra persona y nunca había considerado que actuó mal al jugar de dicha forma con los sentimientos, pero ver a Karin con muy pocos animos cuando siempre fue energetica aún para enfrentar a Suigetsu, le hacía darse cuenta de que hizo cosas que en verdad estaban mal.
—Te llevaremos a Konoha —comentó Kanade, dejando pasar a Kakashi para que este tomara el cuerpo de la pelirroja que permanecía callada.
Estaba segura que a dichas alturas, no lucharía contra ellos para resistir a que se la llevaran. Tenía muy poca energía después de la herida que sufrió y la diversa cantidad de chakra que Sasuke le hizo utilizar para su recuperación.
—Primero tenemos que regresar al Pais del hierro a recoger unas cosas que hemos olvidado, ¿no es así Sakura? —preguntó Kakashi y la azabache notó como su compañera suspiraba un tanto apenada.
Sakura, no pudo responder gracias a la repentina trampa de madera que rodeo el cuerpo del rubio, hasta dejarlo levantado por los aires en una especie de jaula. Todos miraron hacia la persona que había ocasionado dicha escena, encontrandose con Yamato quien mantenía una enorme mueca de desaprovación. Se suponía que él cuidaría de Naruto, pero este se le escapó gracias a una inmadura estrategía que lo ayudó a escapar de la posada donde se encontraban y eso lo tenía bastante enojado, aunque ya no podía hacer nada, llegó tarde al encuentro que debió de evitar llevando a Naruto a la aldea, lo cual no logró.
—Todo salió bien Yamato —aseguró el peliplata—. Si Naruto no hubiese llegado, probablememte Sakura estaría muerta y dependiendo de las circunstancias, tambien yo.
—El chakra de Sasuke, ahora es distinto. Es oscuro y frío —declaró Karin, recordando la mirada tan diferente en el rostro sel azabache antes de que este la atravesara.
—Aún así, Sasuke es Sasuke —interrumpió Naruto con una sincera sonrisa.
La trampa de Yamato desapareció en cuestión de segundos gracias a la habilidad que Kanade tenía para manejar dicho elemento. Lo que sorprendió al capitan, no se imaginó que vería a Kanade de nuevo del lado de su grupo, en realidad, tenía en su mente que se encontraría con una escena distinta y que todos estarían desanimados después de que esta se marchara al lado de Sasuke.
—Perdona a Naruto, al final fuimos Sasuke y yo quienes crearon un gran alboroto —declaró Kanade con una pequeña sonrisa.
Yamato desapareció tras entender lo que ocurrió mientras ni estaba presente, no deseaba saber más ya que le era suficiente con ver quienes estaban presentes. Madara no logró su objetivo que era llevarse a ambos Uchiha para idear su plan, eso ya era una ventaja enorme, que Kanade estuviera de parte de Konoha les daba un pequeño respiro, pero sobre todo que Naruto estuviera tan tranquilo mientras intentaba sostener con fuerza el cuerpo debilitado de la azabache, los tranquilizaba.
Kanade, se durmió en cuanto se acomodó en la espalda del rubio y este comenzo a caminar con una sonrisa sincera, le alegraba tener cerca a ma persona que amaba y su corazón se agitaba al recordar que esta lo havía elegido una vez más a pesar de tener a Sasuke frente a ella. Poder ver una vez más de cerca la belleza de la Uchiha lo ponía de cierta manera más feliz de lo que ya era, aunque a pesar de que Sasuke no estuviera, al menos una parte de su objetivo ya estaba casi cumplido.
Sakura, no tuvo de otra que despertar al grupo que dejó atrás luego de haberlos puesto a dormir para que no se entrometieran en su objetivo, estaba avergonzada y no sabía de que manera disculparse o tan siquiera explicarles lo que sucedió. No había justificación alguna para el error que cometió, aunque muy en el fondo no se arrepentía ya que gracias a esa decisión, ninguno de ellos se puso en peligro por culpa de Sasuke.
Sai, tragó saliva al sentir rara la zona en donde se encontraba el sello maldito que danzou le había colocado tiempo atrás. Asi que se acercó a la pelirrosa pregundole que era lo que había sucedido, ya que si el sello ya no se enckntraba más donde se supone que debía, significaba que la persona que se lo colocó había muerto.
—Kanade podrá darnos información una vez que se despierte —habló con la voz tranquila, mirando a Naruto quien continuaba con el cuerpo de la azabache sobre su espalda—. Aunque tambien podrás sernos de mucha ayuda, esta chica conoce los detalles —continuó, dirigiendose a la pelirroja que cargaba.
—Ese sujeto del que hablan, el tal Danzou... Kanade y Sasuke han acabado con él —murmuró.
— ¿Quieres decir que ellos lo mataron? —preguntó alarmado Lee.
—Eso es todo lo que tengo que decirles, preguntenle a Kanade. Ella sabe todos los detalles y la verdadefa razón —indicó la pelirroja, escondiendo su rostro detrás de Kakashi.
Intentó acercarse a la azabache que continuaba dormida, pero Naruto se lo impidió retrocediendo un paso por cada que el chico perro avanzaba. No deseaba que despertara a Kanade para molestarla o hacerle preguntaz que seguramente no estaba lista para contestar, apenas había acabado con la vida de Danzou a tal punto que termino derrotada e incluso, se enfrentó a Sakura y Sasuke.
Continuaron su caminata hacia la aldea de Konoha una vez que todos estuvieron recuperados del estado en el que Sakura los dejó. Kiba estaba un poco enojado, ya que él fue quien la ayudó a encontrar a los azabaches con el poder de su olfato y sentido de rastreo, al igual que estaba resentido com Sai quien le soltó todo el plan a Naruto a quien no iban a decirle absolutamente nada.
—Kiba, comportate como hombre y deja de quejarte —regañó em rubio y este lo miro de mala manera.
—Tu mejor callate, Naruto. Tú, siempre eres el que se queja por todo, solo actúas así porque puede que Kanade este escuchandote —señaló con rabia.
—Tiene razón en eso. A pesar de ser lento y de mente simple, siempre piensas en ese tipo de cosas —se burló Sai, para luego escapar una sonora carcajada que molestó más al rubio.
—Oye Sai, ¿Desde cuando aprendiste a reirte tan libremente? —cuestionó furioso.
Todo el equipo que fue con ellos, comenzó a bromear con la actitud de Naruto, alegando que este no cambió nada a pesar de los años y seguía siendo un inmaduro. Las risas de todos resonaba aunque este intentara defenderse lo más que podía, logrando que despertara a la azabache que cargaba en su espalda y esta, contemplara la manera en la que todos se reían mientras el rubio era el centro de atención, lo que provocó que sonriera levemente en señal de tranquilidad.
Estaba volviendo al lugar adecuado.
. . .
Quienes se encontraron con ellos en la entrada de la aldea para recibirlos, se sorprendieron de ver quienes estaban siendo cargadas por doa de estos, aunque sin importar lo que había sucedido, Ino podía comprender que lo que Sakura intentó hacer no resultó como esta la planeó, ya que su expresióm demostraba lo muy mal que se sentía.
—Supongo que tu padre te ha informado de la situación de Sasuke, liché contra él —admitió sorprendiendo a los tres que tenía enfrente—. Te daré los detalles, pero más tarde, ahora quiero que reunas a todos para que pueda decirles algo —indicó con una pequeña mueca, acomodando a Kanade en su espalda.
Un grupo de niños que esperaban ansiosos a Naruto, decidieron correr en cuanto lo vieron, pero uno de ellos se detuvo al ver quien se encontraba justo en su espalda. Una felicidad enorme lo inundó, provocando que acelerara su paso hasta rebasar a los demás de su grupo.
— ¡Onee - chan! —gritó emocionado.
Naruto hizo una pequeña señal, pidiendole por favor que guardara silencio y este comprendió de inmediato, no era el momento más indicado para hacerle el cuestiomario, apenas regresaba de una misión y seguramente estaría cansado al igual que Kanade, que continuaba durmiendo. Konohamaru entendía por completo la situación, algo le había ocurrido a las personas que admiraba, su semblante era distinto.
Naruto junto con los demás se dirigió a los adentros de la ciudad de Konoha que apenas estaba construyendose, tenía que llevar a Kanade a descansar y Kakashi tenía que llevar a quien cargaba con Ibiki, era lo más logíco, ya que ella estuvo más tiempo con Sasuke.
— ¿Dónde me llevas? —preguntó Kanade y este la miró por encima de su hombro.
—Te llevaré a mi cuarto, ahí podrás descansar más a gusto ya que todo fue destruído en el ataque de los akatsuki, incluyendo tu casa —explicó, notando un leve sonrojo en las mejillas de la azabache.
—No es necesario, quiero escuchar lo que vas a decirle a los demás —murmuró, recibiendo un asentimiento por parte de este.
La azabache se bajo de la espalda del rubio y comenzó a caminar a un lado de este.
Después de varios minutos, ambos llegaron al lugar donde ya se encontraban todos los de su generación presentes. La mayoría intentó atacar a Kanade una vez que se presentó, pero fueron detenidos por Sakura, Naruto, Neji, Shikamaru y Lee, mientras que Hinata tan solo permaneció quieta viendo a sus amigos tratando de atacar a alguien que era antiguamente su compañera.
Naruto, comenzó a explicar lo que estaba sucediendo con Sasuke y el porqué él era el único que podía derrotarlo, llevando varios cuestionamientos por parte de todos los de su generación que no aceptaban lo que él estaba pidiendoles. Sakura, estaba al tanto de lo que ocurría, ya que escuchó como Naruto le decía a Sasuke que si se enfrentaban, ambos morirían y por ello, eran los únicos que podían hacerlo.
—Bueno, me iré. Vamos, Kanade —comentó Naruto, tomando de la mano a la azabache que lo siguió con una pequeña mueca en el rostro.
Le incomodaba saber que la mayor parte de su generación no estaba de acuerdo con que ella regresara a la aldea, actuó mal durante mucho tiempo tras abandonar la aldea y terminó haciendo sus movimientos de la peor manera posible, lo cual dañó y afectó su reputación por completo.
Nunca volvería a ser una aldeana de Konoha como antes.
Ambos caminaban en silencio, ya sabían la noticia de que Kakashi sería el sexto Hokage a menos que Tsunade despertase. Todo el mundo estaba al tanto y por ello, decidieron dirigirse al ichiraku ramen que el rubio tanto extrañaba.
— ¿Por qué no esta encerrada? Es una criminal... —murmuró un aldeano, causando una pequeña sonrisa en Kanade.
Era cierto, no se merecía estar en la aldea luego de lo que hizo.
—Na - naruto.... perdón, no nos dimos cuenta que estabas con ella —se disculpó una anciana que se sintió avergonzada y se dirigió hacia otro camino con todo su equipaje y pertenencias.
Varias personas saludaban al rubio en cuanto lo veían y agradecían todo su esfuerzo en la batalla, al igual que comentaban que sin él, la aldea se sentía menos agradable y divertida como de costumbre. Kanade, sentía extraña ante aquellas declaraciones, para ella todos eran hipocritas, aunque por el rostro que Naruto enseñaba, podía notar que estaba contento de como las personas lo trataban, no podía hechar a perder ese sentimiento atacando a todo aquel que recordaba que lo había tratado mal.
Ambos, se adentraron en el restaurante y ordenaron lo que más les gustaba, siendo atendidos como de costumbre. Pronto, apareció Sakura quien les dijo que Tsunade había despertado.
Sakura se retiró del restaurante muy emocionada y se dirigió hacia otro sitio para notificar sobre el despertar de su sensei. Kanade, suspiró y decidió comenzar a comer mientras que Naruto examinaba con euforia el plato de ramen que le habían servido.
— ¡Muchas gracias por la com...! —fue lo último que escucho del rubio antes de que este desapareciera tras una enorme cantidad de humo.
Escuchó, como la puerta del ichiraku se deslizaba, captando su atención de inmediato, encontrandose con una familiar cabellera blanca. Miró con una mueca al hombre que tenía enfrente y luego miró hacia abajo.
—No pensé encontrarte aquí luego de la información que Kenzo me dio —habló con seriedad—. Al igual que Naruto, tienes que regresar al santuario de las aves, el sabio Yorokobikakin esta tratando de localizarte y no quiere utilizar la invocación inversa en ti hasta que seansu último recurso —dictó, pero luego suspiró—. En realidad, temía invocarte y que estuvieras bañandonte, ahora que comprobe que no lo estás haciendo es mejor que vengas conmigo.
La azabache dejó asentado una cantidad de dinero tras entender que no podría negarse y agradeció una vez más por la comida.
A su regreso volvería con Naruto o al menos, eso era lo que ella tenía en mente.
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