09
Narrador Omnisciente.
Sasuke miró su mano por unos segundos tras recordar la discusión que tuvo con Kanade antes de que esta se marchara, estaba seguro de que si hubiese apretado un poco más fuerte ella no se hubiese alejado de su lado. Era una de las primeras veces que pasaba tanto tiempo alejado de ella que se le hacía extraño. Tanto tiempo juntos le había afectado de alguna manera.
— ¿Por qué te fuiste? —se preguntó a si mismo una vez que dejó de recordar el rostro de la azabache que lo había abandonado.
A Kanade no le importó en lo absoluto que Sasuke le dijera que se quedará, ella insistió en que sus objetivos eran otros, pero que la volvería a ver en cuanto encontrara a Itachi. De alguna manera creía que ella tan solo estaba esperando a que hiciera todo el trabajo de búsqueda para llevarse el crédito, lo que no le molestaba, pero si le hacía pensar varias veces.
—Sasuke–Kun... —lo llamo la pelirroja que encontró algo referente a un sujeto que Sasuke buscaba para que este se uniera a ellos.
El azabache bajó su mano y regresó su camino hacia los otros dos que estaban buscando al último de sus reclutas. No quería recordar a Kanade más de lo necesario, ya que ella fue quien decidió dejarlo sin importarle la venganza que ambos venían planeando desde aquella vez que su clan fue masacrado. Prefirió regresar a Konoha sin siquiera decirle la razón, no mencionó palabra alguna y solo se marchó.
Itachi era su único objetivo, la venganza era el motor que lo hacia seguir adelante con su meta propuesta desde la masacre de su clan y que Kanade no estuviera a su lado no cambiaba nada, tarde o temprano se encontraría de nuevo con ella el destino así lo jugaba y el de ellos fue sellado desde pequeños.
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Kanade, levantó el rostro para encontrarse una vez más con el cuerpo de uno de sus antiguos compañeros de equipo. Naruto, se encontraba a unos cuantos pasos de distancia junto con varios ninjas ANBU que se mantenian en posición de defensa.
El rubio tomó la banca que trajo unos cuantos días atrás y se sentó para comenzar a comer su ramen, se le hizo costumbre ir a comer donde se hallaba Kanade y que esta lo viera comer. Quería que ella fuese capaz de admitir que deseaba probar un solo bocado del ramen que solían comer en sus tiempos libres cuando aún pertenecía a Konoha, extrañaba cada momento que compartieron.
En cuanto terminó de comer, dejó a un lado su basura y miró a la Uchiha directamente a los ojos.
Notó como se removió en su sitio, tirando con un poco de fuerza aquellas cadenas que ya la estaban hartando y pudo ver como varios ninjas lo pasaron de largo para apuntarle con espadas y kunais. Claro que aquellas esposas la incomodaban, a cualquiera le molestaría tener tanto tiempo ese tipo de objetos que le impidiesen mover, era tanta su incomodidad de la Uchiha que tenía que permanecer de rodillas para que las esposas no la lastimaran o las cadenas tirasen de su cuerpo.
—Basta, necesito hablar con ella en privado así que retirense —ordenó con cierta rabia, detestaba que trataran a Kanade como una verdadera criminal.
Nunca asesino a alguien de ellos como para juzgarla de dicha forma.
— ¿Pensasbas que podría convencer a Tsunade de que te libere? —cuestionó con seriedad y pudo escuchar una pequeña risa.
—Nunca creí eso, en realidad pensaba en que no serías capaz de venir a verme después de todo lo que te hice. Merezco que me odies por todas las veces que te traicione —respondió, levantado su rostro para mirar aquellos ojos azulados.
El chico se levantó de la silla para aproximarse a Kanade. Se colocó de cuclillas para encarar a la azabache, tenía que estar a la misma altura para dejarle en claro una vez más lo que pasaba por su cabeza. Nunca le gustó ocultar lo que sentía y menos a ella, sobre todo cuando la tenía tan cerca de él y atada de dicha manera a tal punto de que no podría escapar.
—Ya te dije... —tragó saliva y relamió sus labios—. Ya te había dicho que no soy capaz de odiarte —admitió.
Bajo la mirada avergonzado y se levantó del piso para comenzar a pensar en lo que le había dicho a Kanade, de nuevo estaba admitiendole que seguía sintiendo algo especial por ella. De nuevo estaba quedando como un verdadero idiota, Kanade no había vuelto a la aldea por él y mucho menos lo hizo con la intensión de quedarse, por algo estaba en Konoha, sus movimientos nunca eran predecibles. Naruto estaba seguro de que lo esperó a él, porque era el único capaz de convencer a la Hokage de que la dejara entrar aún siendo una prisionera, la Uchiha sabía como controlarlo y eso era lo que más le molestaba.
—Me tranquiliza saber eso —admitió.
Naruto se dio media vuelta y camino en dirección a la única puerta que daba con la salida de la celda. Tenia que regresar a su hogar y descansar para cumplir con la misión que le encomendó la Hokage tras llevar a Kanade ante ella como la persona que estaba a las afueras vigilando la aldea.
—Naruto... —murmuró la azabache en cuanto esté ya estaba a mitad de la entrada.
—Antes de que me vaya, ¿quieres que te traiga algo mañana? —preguntó con seriedad, sin siquiera mirarla.
—No... —murmuró y vio como el Rubio salió de su celda sin decir alguna otra frase.
Kanade miró de un lado al otro, tratando de encontrar alguna forma de que pudiese liberarse de dichas cadenas que estaban reforzadas. Había un extraño sello en ellas los cuales le absorbía el chakra y le dejaba únicamente lo vital. Quería usar el monitor para formar una llave que abriera los candados, pero eso la mataría y su técnica ocular no era ni siquiera una opción. El tan solo hecho de usar una mínima cantidad se chakra para conseguir un jutsu la harina perder el conocimiento antes de efectuarla y si aguantaba el no desmayarse, moriría de un paro cardíaco un minuto después.
No sabía cuantas horas habian transcurrido desde que Naruto se marchó, pero estaba consciente de que ya era de noche. Las luces entraban por unas pequeñas grietas y que esta luz desapareciera le ayudaba a contar los días.
No esperaba que la dejaran libre, mucho menos que la apoyaran en algo después de las acciones que cometió. Tenía en mente que el consejo reuniría a los ancianos junto con el hokage para negociar su situación, lo que se le hacia estipido ya que nadie protegeria a un criminal.
Levantó la mirada en cuanto escuchó el sonido de la celda abrirse, encontrandose con la quinta aproximándose hacía ella. Su rostro estaba serio y mostraba que no estaba nada contenta de verla, era lógico que le tuviera un cierto resentimiento luego de que utilizara su confianza y luego la traicionara para marcharse de la aldea, dejando atrás todo lo que había logrado como médico y la vida diferente vida que hubiese tenido.
Kanade, no sentía culpa alguna por la manera en la que Tsunade la miraba. Sin embargo, no podía decirle que el hombre quién amaba traicionó a la aldea entregandola a Orochimaru para que continuasen con su plan. Aunque estaba segura de que tendría que cubrirle la espalda una vez más a Bushido, era una clase de costumbre la mentira que diría, la habia dicho tantas veces que ya era aprte de su rutina cuando alguien trataba de investigar.
—Que alegría tener una visita diferente, aunque prefiero ver a Naruto —admitió.
—Naruto vendrá en cuanto se desocupe, no quiero que escuche nada de lo que hablaremos ahora —informó con cautela.
— ¿De que quiera hablar? Si no desea que Naruto escuche significa que debe de ser de algo importante o más bien, algo que le molestaría.
—He venido a hablar contigo sobre una información que me llegó tras el rescate de Gaara. De tu respuesta dependerá tu libertad —su voz fue tenue, parecía que dichas palabras le sabían a vinagre.
— ¿Qué es lo que quiere saber? —pronto, la quinta se sentó en una pequeña banca que Naruto trajo en una de sus visitas.
—Parece que Naruto te ha estado frecuentando —comentó y Kanade sonrió levemente.
—No tanto como deseo... —miró en otra dirección, como si estuviese analizando su celda—. No es nada cómoda mi habitación —bromeó, cambiando bruscamente de tema.
—Supe que te marchaste con el fin de huir de los ataques que sufrias por parte de Danzou, ¿es eso cierto?—notó como una sonrisa incrédula se le formó en el rostro.
Kanade sabía quien fue el responsable de avisar sobre la situacion tan desagradable en la que vivió tras la muerte del viejo Hiruzen, después de todo, fue imprudente y le comentó al equipo de Lee lo que le ocurrió en la aldea antes de marcharse. Danzou, fue uno de los causantes de que se fuese con Bushido sin mirar atrás y todas las ocurrencias vividas en ese lapso de tiempo, fueron un motor para que ella no regresara a buscar a Naruto.
Kanade, siempre le ocultó todo al rubio. No deseaba que se metiera en problemas para defenderla, su forma de ser tan impulsivo hubiera provocado que no fuese a entrenar con Jiraiya con tal de protegerla.
—Cuando se llevó acabo la masacre de mi clan, lo único que hice fue huir a las afueras de la aldea con tal de que no me asesinaran. Me fui corriendo tal cual Ichiha Itachi me ordeno, no quería ser asesinada y me sentí culpable ya que no morí junto con mi familia; estaba sola y sin protección. Así que comencé a entrenar por mi cuenta —contó, dejando a un lado por completo que un extraño la había ayudado a fortalecerse—. Hiruzen me encontró exhausta, mis ojos estaban sangrando por el uso excesivo de mi sharingan y se dio cuenta de quien era, todos me creían muerta así que me escondió pra pudiera adaptarme de nuevo a la sociedad.
Suspiró y continuó relatando—: Fue muy difícil para mí socializar, lo unico que deseaba era atacar a quien se me acercara porque en mi mente estaba que era un desconocido que Itachi mandó para matarme. El tercero no tuvo de otra que mandarme con los niños a la academia, pero yo estaba muy avanzada, sin embargo, muchos se me acercaron por la fama de mi clan, entre ellos estaba Sasuke, quien yo creía muerto, pero eso ya es otro punto. Danzou se acercó en cuanto descubrió lo que hice en los examenes Chunnin, intentó convenserme de que mi sharingan servía para otro tipo de poder, yo no le creí y dejó de insistir, mi vida en Konohagakure cada vez era más estable y cada vez me apegaba más al equipo siete. Danzou, no vio bien que estuviera siempre con ellos.
— ¿Por qué no lo dijiste a Hiruzen lo que pasaba? —preguntó confundida y Kanade la miró a los ojos.
—Porque él dejó de insistir, no creí que volviera a molestarme, pero Danzou comenzó a abusar de su cargo una vez que mi abuelo murió y todo empeoró cuando usted fue nombrada el quinto Hokage. Mandó a los ANBUS a capturarme y comenzó a abusar de mí, me golpeaba cada que no lo obedecía y por su culpa estoy casi al límite del uso de mi sharingan, deseaba saber como funcionaba y me utilizó en sus experimentos los cuales no funcionaban nunca. Esto no se lo conté a nadie, porque era algo que yo quería lidiar por mi cuenta y no tuve de otra que mentirle a Bushido - sama para que salieramos de la aldea, fue entonces que utlice una vez más mi sharingan para desaparecer. No quise traicionar ni a él, ni a la aldea y mucho menos a Naruto, tenía que huir —finalizó.
Tsunade, se levantó de su asiento y comenzó a caminar en círculos, bufó unas cuantas veces demostrando su ira. No podía creer que alguien como Danzou hiciera todas esas cosas a escondidas de ella y del consejo, que torturara a uno de los miembros de la aldea, porque en dicha epoca Kanade era aún un aldeano de Konoha y a pesar de que había desertado todavía era parte de ellos.
Naruto así lo veía, por ello buscaba sin fin a ambos azabaches y si alguien de la aldea tan persistente como él buscaba algo, tarde o temprano lo conseguía con el apoyo de la mayoría de sus compañeros.
—Danzou, tiene que parar con todas esas acciones y enfrentar al consejo. No puedo creer que haya sido capz de abusar fisica y mentalmente de ti... —dijo para si misma.
El silencio inundo la celda de la azabache y pronto, el sonido de unas pisadas adentrándose hizo que ambas mujeres miraran en esa dirección encontrándose con una cabellera rubia. Su rostro enseñaba rabia, impotencia y frustración así que camino hacia la azabache y se puso a su nivel para encararla.
— ¡¿Es eso cierto?! —preguntó, realmente enojado.
—Olvidalo, Naruto. Es algo que superé tras irme de la aldea y no permitire que ese hombre vuelva a golpearme otra vez o a molestarme —aseguró sin mirarle a los ojos.
— ¿Por qué no me lo habías dicho? —murmuró, acercandose a la azabache tratando de acortar su distancia.
Ambos movían sus rostro de un lado al otro hasta que sus miradas se cruzaron, deteniendose en ese momento y pudo ver como Kanade apretaba los labios. Olvidaron por completo que la quinta Hokage estaba acompañandolos y Naruto, junto su frente con ella provocando que esta suspirara.
—No deseaba que hicieras una tontería por mi culpa. Tenías que irte con Jiraiya a entrenar y yo no podía ser un obstáculo, tú tienes tus objetivos y yo no tengo porque estar en medio —murmuró.
— ¿Sabes lo feliz que me hace tenerte aquí-ttebayo? —una sonrisa apareció en su rostro y Kanade lo miró una vez más—. No vuelvas a decir que no eres parte de mis planes, porque desde que te marchaste de la aldea eres lo único en lo que pienso.
Pronto el cuerpo de la azabache se volvió liviano tras la liberación de sus cadenas lo que provocó que sua brazos cayeran justo en los hombros del rubio para sostenerse. Las manos de Naruto se deslizaron por su cintura y con esto la ayudó a levantarse, todo su cuerpi estaba debil y sentía que el mundo le daba vueltas.
Recuperar su chakra la estaba mareando.
—A partir de ahora te uniras al equipo siete, serás estrictamente vigilada por Naruto y cualquier cosa que tengas pensado hacer deberás comunicarmelo antes de comerer el acto. No volverás a tener esta oportunidad si vuelves a amarcharte de la aldea —advirtió y Kanade tan solo bajó la cabeza.
Las celdas se abrieron y pudo sentir la libertad tras varios días de encierro.
Necesitaba cumplir con todo lo que Tsunade le habia dicho y prometerse a si misma que no necesitaba volver donde Sasuke a cumplir con su objetivo de derrotar a Itachi. Estaba donde debía de estar y gracias a su liberacion, podría ir donde Bushido-sama a cumplir con la orden que este le mandase hacer.
Después de todo, por algo le había ordenado que regresara con urgencia.
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¿Que les parece este giro en la historia? Habran cambios que les gustara y puede que algunos otros no, pero sé que les gustará.