Kanade Shippuden

By Ladydiprz

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"¿Los vínculos en serio pueden cambiar a las personas?" NO LEER SI NO HAS LEÍDO KANADE!!! Sino, no entenderá... More

Capítulo 01: Una elección.
Capítulo 02: Kanade con Konohagakure.
Capítulo 03: Insensible
Capítulo 04: Una nueva misión se aproxima.
Capítulo 05: Escape de la guarida.
Capítulo 06: Definiendo movimientos.
Capítulo 08: Un vigilante inesperado
Capítulo 09: Palabras de libertad.
Capítulo 10: Tiempo de adaptarse.
Capítulo 11: Separación necesaria.
Capítulo 12: El sabio Yorokobikakin despierta.
Capítulo 13: Killer Bee vs Uchiha Kanade
Capítulo 14: Voluntad de defensa.
Capítulo 15: Danzou - sama.
Capítulo 16: Reencuentro.
Capítulo 17: Nuestros sentimientos.
Capítulo 18: Enfrentamiento contra Danzo.
Capítulo 19: Encuentro con Sakura.
Capítulo 20: Dividida en dos
Capítulo 21: De regreso a Konoha.
Capítulo 22: La isla paradisiaca.
Capítulo 23: Inicio de movimientos
Capítulo 24: Edo tensei.
Capítulo 25: Desvalance emocional.
Capítulo 26: Siempre los hemos querido.
Extra: Un duo muy fuerte
Capítulo 27: Otra mitad.
Capítulo 28: Fuerzas aliadas ninja.
Capítulo 29: Discípulos de los 4 Sannin.
Capítulo 30: Dos partes de una persona.
Capítulo 31: A través de las dimenciones.
Capítulo 32: Kaguya aparece.
Capítulo 33: La derrota de Kaguya.
Capítulo 34: A nosotros, los ninja.

Capítulo 07: Reclutamiento.

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By Ladydiprz

07


Narrador omnisciente.

E D I T A D O












— ¿Qué clase de relación tienen ustedes? —preguntó el chico peliblanco con una sonrisa pícara.

Pero esta desapareció al notar la mirada confundida en el rostro de ambos azabache, era claro que sus actitudes eran semejantes y que ninguno de ellos diría que clase de relación entablaron durante su hospedaje con Orochimaru. Eran el claro ejemplo de una pareja de combate, aquellas que permanecían juntas sin importar contra que enemigo luchasen.

Detuvieron su andar justo en la entrada al puente Naruto, donde ambos se detuvieron en seco para mirarlo detalladamente. Habían pasado tantos años que olvidaron por completo que alguna vez tuvieron una misión como aquella, pero tras ver aquel puente con aquel nombre tan peculiar, en su mente vinieron recuerdos extraños que comenzaron a darle vueltas en la cabeza.

Sobre todo a Kanade, quien recordó aquella mirada azulada intensa que abandonó en Konoha cuando tuvo la oportunidad. Si tan solo Naruto hubiera estado durante esa decisión seguramente todo sería diferente para ella, los sentimientos que entabló con el rubio después de que Sasuke se marchara los guardo en lo más profundo de su corazón algo que la hacia sentir patética e inmadura, pero la vida injusta que le tocó fue a causa de alguien en quien confió, una persona que le quitó lo más preciado para ella: su familia.

—Oigan, ¿era fuerte Zabuza – senpai? —hizo otra pregunta, tras no obtener respuesta alguna después de varios minutos.

Kanade, analizó con calma una vez más el puente Naruto, recordando el combate que tuvieron en dicho lugar donde Sasuke casi pierde la vida y vio por primera vez la fuerza tan enorme que poseía el rubio, un chakra que siempre ansió ver después de enterarse que él era el Jinchuriki del zorro de las nueve colas. Aquella batalla les costó tanto y como siempre, Naruto logró que alguien cambiara su manera de ver la vida y esta persona a pesar de su difícil carácter decidió proteger a alguien que amaba como su última voluntad.

—Vamos —ordenó el azabache.

Los tres caminaron en silencio hasta la tumba de Haku y Zabuza, la cual se encontraba vacía, aquella espada que Suigetsu deseaba tener en sus manos fue tomada por alguien que desconocían, lo que generaría un conflicto en su trato ya que él prometió unirse a ellos si tenía en su poder aquella espada que anhelaba.

—Lo lamento, si la espada no esta aquí, significa que tardaré un poco más para unirme a ustedes —indicó con una mueca.

Los pasó de largo y comenzó a caminar en dirección a la aldea, donde fue seguido de cerca por ambos azabaches que llamaban demasiado la atención de los aldeanos. A pesar de que el peliblanco trataba de explicarles el porqué deseaba tener aquella espada, estos no demostraban mucha atención y por ello, una idea atravesó en su cabeza solo para fastidiarlos un poco.

—Me han engañado, así que para saldar la deuda deben de acompañarme a pasar el rato —sugirió, señalando en dirección de un restaurante llamativo.

Después de unos cuantos minutos los tres se encontraban en el lugar que Suigetsu deseó, quien era el único que estaba comiendo y disfrutando el lugar, mientras que los otros dos permanecían en silencio observando como este devoraba su platillo con una sonrisa en el rostro. Era claro que solo estaba fastidiandolos porque ellos claramente odiaban el perder el tiempo en lugares tan habitados.

Kanade, miró en dirección a las meseras que se detuvieron con descaro para observar y hacer diferentes comentarios sobre Sasuke, se podía escuchar como mencionaban su reluciente atractivo al igual que el aura tan llamativa que atraía a las mujeres. Lo que pprovocó cierto tipo de rabia en la azabache que las miró de mala gana y éstas, comprendieron el mensaje decidiciendo seguir con su trabajo sin fastidiar a los comensales, lo que le causó gracia a Suigetsu quien fue testigo de la escena.

—Me da gracia que demuestres que eres como cualquier humano —admitió, llevando la cuchara a su boca y sonriendo con diversión—. Veo que una mujer que desborda atractivo es capaz de sentir celos por su hombre que es observado —indicó y notó como la chica dejaba de ver a las camareras y se enfocaba en mirarlo a él.

—En realidad, se me hace incómodo que una persona vea a otra sin importarle si esta esta comiendo o siquiera pregunta si le incomoda, cualquiera se sentiría extraño si alguien lo mira con tanta insistencia. Sasuke, llama mucho la atención, pero al conocerlo estoy segura de que es capaz de insultar a las chicas que lo miran de esa forma —preguntó de mala gana y el peliblanco hizo una mueca—. No es justo que ni uno de los dos queremos estar aquí y tú te la pasas mal gastando el tiempo en tonterías.

—Porque son ustedes quienes están desesperados por reunirnos, ¿qué es lo que buscan?

—Sasuke, lo dirá en cuanto estén todos juntos —indicó la azabache que observó a una de las camareras que los atendían la cual tenía otro helado de Suigetsu.

— ¿Quieres decir que no estarás con nosotros hasta el final? Sería una lastima no ver tu rostro y deleitarme con él —coqueteó, tomando el helado que la chica le ofreció.

—Oye tú —la llamó la azabache y esta dio un pequeño brinco por su sorpresiva voz—. Por el puente Naruto antes se encontraba una espada, mi amigo aquí a mi lado desea encontrarla, ¿sabes donde podría estar? —preguntó y la chica se sonrojo al comprender que se trataba del atractivo azabache de mirada seria.

La chica corrió con sus compañeras quienes comenzaron a gritar emocionadas y causando gracia en el peliblanco que comprendió porque la azabache había dicho aquella mentira tan piadosa. Las cualidades en el rostro de Sasuke también eran un arma para conseguir y recopilar información, algo que tendría que comenzar a utilizar de igual manera.

Las chicas que trabajaban en el lugar se acercaron a Sasuke, invadiendo su espacio personal y comenzando a hablar al mismo tiempo, lo que confundió a los que deseaban escuchar donde se hallaba la espada. Así que Kanade observó de mala gana a las chicas y estas se detuvieron para ceder la palabra a quien se le hizo la pregunta, esta abrazó con fuerza su charola y se sonrojó.

—Tazuna – san, que vive junto al río debe de saberlo —respondió con nervios.

La azabache recordó aquel rostro chantajista y miró en dirección a Sasuke, dándose cuenta de que de igual manera él estaba perdido en sus pensamientos, seguramente recordando lo que había ocurrido con ese hombre ya que fue el causante de una aventura con el equipo siete que los marcó de igual manera a ambos.

Pagaron la cuenta y caminaron en dirección al hogar del viejo Tazuna, donde un hombre les informó que se encontraba de viaje en el país del rayo en compañía de su nieto y que no regresaría hasta dentro de un año, pero les dio la información necesaria acerca de la espada comentando que un hombre se la llevó tras saber que el dueño había muerto y que se marchó después de ello, su nombre era Daikoku Tenzen, el asistente del señor feudal del país del agua.

Un chico que pasaba por ahí chocó contra Suigetsu quien le aseguró que lo estaban buscando a él ya que parecía el único que podría darles información sobre aquel hombre debido a su apariencia y mal carácter, el peliblanco lo tomó de los hombros y lo arrastró hacia un callejón donde el chico comenzó a preguntar que era lo que sucedía o que buscaban de él.

—Tú, pareces del tipo que lo sabe todo, asi que debes de saber sobre Tenzen —aseguró Suigetsu, sacando un kunai que puso nervioso al chico.

— ¡Yo no sé quien es Tenzen! —señaló con miedo.

Kanade se acercó al chico y colocó uno de sus pies justo en su pecho, enseñándole una mirada con el semblante serio que causó un extraño miedo e incomodidad en él, era cierto que la chica que tenía amenazándolo era hermosa pero su poder se reflejaba claramente en su personalidad y aura alrededor. Sus manos comenzaron a temblar en cuanto la distancia de la azabache disminuyó y sintió algo afilado colocándose en su garganta, algo que lo hizo sentir como el aire comenzaba a faltarle debido al miedo que le provocaba.

—Cualquier cosa que nos digas me servirá —señaló y el chico tragó saliva asustado.

El arma filosa se alejó de su garganta, pero pronto su mentón fue tomado con fuerza para quedar a una distancia considerablemente corta lo que hacia que sus respiraciones se mezclaran.

—D... Daikoku Tenzen es un político, pero tiene otra cara. Es el líder de una enorme banda de ladrones, he escuchado que reparte grandes sobornos a los señores feudales para hacer las cosas malas que quiera —respondió, logrando que la azabache retrocediera un poco y liberándolo de la presión.

— ¿Dónde vive? —preguntó de nuevo, acercándose a Sasuke y dejándole el trabajo al peliblanco que gustoso amenazó al chico.

—Hacia el sur. Hay un castillo en el busque. Los rumores dicen que hay miles de mercenarios y que es un lugar impenetrable —finalizó, retrocediendo torpemente entre la basura del callejón.

Kanade, se detuvo justo a unos cuantos centímetros de Sasuke y pronto este la sujeto por la barbilla, acortando su distancia para que se miraran directamente a los ojos. Este se alejó un paso de la chica para suspirar con frustración, necesitaba espacio para controlar el impulso de echarle en cara dicha acción con aquel sujeto.

— ¿Sucede algo? —preguntó y el azabache la miró por encima del hombro.

—Te he dicho... —regreso la mirada en dirección a su camino—. Te he dicho que no soporto que tengas a otro hombre cerca de ti y pareciera que lo hiciste para molestarme —anunció y Kanade abrió levemente los labios.

—Yo... Yo solo lo hice para que sintiera miedo...

—Olvidalo, ya no importa —cortó, comenzando a caminar dejando atrás a ambos.

Suigetsu, se acercó a la azabache y la miró bastante confundido, no entendía muy bien los sentimientos de ambos, pero podía distinguir en su rostro aquella culpa y angustia que le provocó su acción con el tipo a quien le sacaron la información. No quería creer que ambos se necesitaban, ya que estaban a la par de habilidades y cada quien podía vencer a sus enemigos sin ayuda del otro como lo hicieron con Orochimaru.

— ¿Hay necesidad de explicarle las cosas? —preguntó y pudo ver como la chica dejaba caer ambos brazos a los costados.

—Sí, sí hay la necesidad de explicarle las cosas. Él es como un niño, si se enoja no me hablará por un tiempo y hará algo para desquitarse —sonrió levemente—. Quiera o no admitirlo, pero en ese aspecto es parecido a Naruto... —susurró.

— ¿Dijiste algo? —pregunto el peliblanco y vio como Kanade negó con la cabeza.


. . .

—Aún te gusta jugar con las personas —señaló, sentándose junto a Sasuke en una rama del árbol mientras observaba de la misma manera como Suigetsu se enfrentaba a una gran cantidad de enemigos.

Había dicho una mentira en la cual se enfrentaría a Suigetsu por la espada que buscaba, una clase de apuesta la cual obligaría al peliblanco a demostrar sus habilidades con tal de no perder contra él. Aunque apenas dio inicio la apuesta desapareció dejándole todo el trabajo al sujeto que formaría parte de su equipo, lo único que deseaba era medir sus capacidades físicas y si era capaz de enfrentar a varios enemigos sin salir herido.

Miró hacia arriba encontrándose con la seria mirada de Sasuke quien ya estaba de pie en aquella rama y con una casta sonrisa se levantó de igual forma para comenzar a seguirlo entre la multitud de personas inconscientes que adornaban el camino de la entrada hacia el castillo.

El lugar era bastante lujoso, podía observarse los tesoros que seguramente había robado aquel sujeto lo que captó la atención de la azabache ya que habían varios cuadros de arte que le interesaron, lucían bastante costosos como si alguien rico con clase los mandara a hacer más no una persona que se dedicaba a los robos y pandillas.

Por encima de ambos se podía escuchar como alguien discutía con otras dos personas, era claro que una de ellas se trataba de Suigetsu haciendo alguna explicación sobre lo que estaba buscando. La espada de Zabuza era el objetivo que buscó desde el primer momento en el que aceptó formar parte del grupo de Sasuke, el famoso asesino de Orochimaru.

Ambos subieron las escaleras con mucha tranquilidad, siendo seguidos por el silencio detrás de ellos y justo cuando llegaron al final de las escaleras pudieron sentir como el ambiente se tensaba al igual que unos penetrantes ojos se dirigían a ellos como si estuviesen juzgándolos. Así que Sasuke miró en dirección a la persona que conoció la noche anterior cuando lo amenazó para que mostrara a todos sus miserables ladrones y estos terminaran inconscientes dejándolo sin protección alguna.

— ¡Eres tú! Tú eres el que vino a amenazarme —gritó asustado—. Él, fue él quien mató a Zabuza —señaló y luego miró detrás del azabache dándose cuenta de que había una chica con el mismo semblante oscuro y misterioso.

Una risa bastante sincera salió de los labios de Suigetsu para mirar al sujeto con una sonrisa burlona. Era claro que le había hecho gracia escuchar que alguien como Sasuke había sido capaz de vencer a Zabuza cuando este murió tres años atrás cuando seguramente apenas era un mocoso sin las suficientes habilidades como para siquiera tocarlo.

—Esa mentira es bastante buena para que la invente un villano como tú —se burló el peliblanco y comenzó a reír—. Yo no era especialmente cercano a Zabuza, él solo era mi senpai de mi aldea y pensar que el solo es burlado por pasar por esos rumores que fue vencido por patéticos como ustedes...

Movió su espada hacia ese sujeto, amenazándolo y provocando que este entrara más en pánico de lo que ya estaba, se veía lo mucho que quería retroceder a pesar de que su espalda casi llegaba al limite de dicha habitación. Su mirada reflejaba terror y angustia, se notaba que no deseaba morir de dicha manera.

—Esto es una perdida de tiempo. Tenemos que irnos antes de seguir gastándolo —anunció Kanade, dirigiéndose a las escaleras y siendo seguida por el otro azabache.

—Suigetsu, vámonos. No vale la pena alguien tan patético —finalizó Sasuke.

Un sonido los hizo mirar a Suigetsu dándose cuenta de que cortó todos los pilares principales del lugar y este, miró con una sonrisa burlona a sus nuevos compañeros quienes no mostraron expresión alguna ante su inmadurez.

—Te recomiendo salir corriendo de aquí antes de que el lugar se derrumbe, te perdonare la vida por respeto a Sasuke —anunció, caminando hacia la pareja y comenzaron a bajar las escaleras lentamente.

— ¿Uchiha Sasuke? ¡¿El asesino de Orochimaru?! —gritó sorprendido.

—Vaya que eres famoso, conocen tu nombre hasta por estos rumbos. Es una lastima que a ti no te conozcan Kanade, pero es tu culpa por cederle el puesto a tu novio —bromeó de mala gana y no recibió respuesta por parte de ninguno.

Continuaron su camino en dirección a otra guarida para reclutar a la segunda persona que estaría en su nuevo escuadrón, pero era un camino tan silencioso que desesperó por completo a Suigetsu quien deseaba saber un poco más acerca de los Uchiha, ya que eran tan misteriosos que una extraña sensación le hacia querer saber más sobre ellos.

—Sabían que iba a reclamar esa espada y también sabían desde un inicio que la espada no estaba en esa tumba, ¡Ya entiendo! Fue Sasuke quien hizo que ese hombre reclutara a sus hombres, por eso lo reconoció al verle. Eso quiere decir que la apuesta que hiciste fue solo para que me acercara al territorio enemigo, ¡que terrible! ¿Qué hubiera pasado si salía herido? —cuestionó, tratando de armar una conversación con ellos a pesar de que no mostraban interés.

El silencio fue la única respuesta que recibió, así que decidió callar para no ser avergonzado ante la falta de comunicación, se suponía que formarían un escuadrón y su manera de actuar hacia parecer que no había nada de confianza entre ellos, pero no quedaba de otra más que acostumbrarse sobre todo cuando consiguió la espada que buscaba.

Luego de unos cuantos kilómetros de recorrido, al igual que algunas horas que transcurrieron en el camino la curiosidad comenzó a inundar de nuevo el cuerpo del peliblanco.

— ¿Puedo preguntar algo? —miró a ambos y estos le regresaron la mirada.

— ¿Sobre qué? —habló Sasuke.

— ¿Por qué estás reclutando a más personas?

—Tengo una meta y tengo una mayor probabilidad de conseguirla con un equipo pequeño. Desde que me acerqué a Orochimaru, este momento es en todo lo que he pensado y he estado pre – seleccionando a shinobis altamente habilidosos —informó.

—Entonces, ¿por qué elegiste a Karin? Ella es diferente a mí, es la leal súbdita de Orochimaru y es la encargada de la guarida del sur, donde Orochimaru mantenía a sus sujetos de prueba. Después de recibir las ordenes de Orochimaru, ella jugueteó con mi cuerpo un par de veces, además su personalidad me desagrada —declaró con una pequeña sonrisa.

—Es cierto que habían más personas a las que podía influenciar, pero ella tiene un poder especial que nadie más posee —dio a conocer y Suigetsu sonrió al contrario de la azabache.

Los tres se detuvieron justo en la entrada de la guarida, era claro que no habían vigilantes en el lugar lo que significaba que con ella era más que suficiente para mantener el orden a los alrededores. Suigetsu se acercó a la enorme puerta de madera y la destruyó sin problema alguno, dandoles paso a la típica guarida oscura de Orochimaru.

Los sujetos de prueba comenzaron a cuestionar si Orochimaru en realidad había muerto, ya que ver a los Uchiha sin su compañía al igual que a un desconocido los hacia sospechar mas de la cuenta. Pero no fueron tomados en cuenta por alguno de ellos así que decidieron conversar acerca de lo sucedido, claro que los liberarían, ¿qué más estarían haciendo en la guarida?

Una mujer pelirroja  con lentes se detuvo justo en frente de los tres.

—El hecho de que ustedes dos estén aquí significa que los rumores son ciertos —comentó, ignorando por completo la presencia del peliblanco que demostró su enojo.

—Que mala eres. Yo también estoy aquí.

— ¿Y? ¿A qué han venido?

—Sasuke quiere discutir algo contigo —respondió el peliblanco, pero Karin desvío su mirada en dirección a los azabaches demostrando su rechazo.

— ¿De qué quieres hablar? —preguntó y el peliblanco se acercó para comenzar a discutir con ella.

—Ea suficiente. Llevamos adentro, Karin —ordenó Sasuke y pronto, la pelirroja se dio media vuelta para comenzar a caminar.

Se detuvieron en un cuarto y al entrar los tres tomaron asiento exceptuando a la chica con gafas que se plantó justo frente a los azabaches. Esta los miraba con seriedad, esperando a que uno de ellos hablara ya que si necesitaban discutir sobre algo significaba que era sumamente importante.

—Karin, sigueme. Te necesito —declaró tomando de sorpresa a la pelirroja.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué te seguiría?! Tengo ordenes de vigilar esta guarida —anunció aún sorprendida.

—Orochimaru ya no está.

— ¿Y qué hay de los prisioneros de este lugar?

—Me di cuenta de que haz tomado medidas para que el rumor de la muerte de Orochimaru no se esparciera y por ello el número de prisioneros se redujo desde la última vez que estuvimos aquí —comentó Sasuke y pudieron ver como la chica apretaba los puños.

—Seguramente pudiste matarnos desde hace mucho tiempo, ¿por qué no lo hiciste? —cuestionó Suigetsu.

—Los Uchiha son mis colegas a diferencia de ti. Quería saber si el rumor de que Sasuke asesinó a Orochimaru era cierto —bufó con fastidio.

—Si, lo maté.

— ¡¿Como puedes decir algo así con tanta indiferencia?! —gritó molesta.

—Kanade, Suigetsu. Liberen a los prisioneros de la guarida y Karin, no lo diré otra vez así que ven conmigo —ordenó, dejando en una pésima situación a la pelirroja que se quedó totalmente helada.

La azabache y Suigetsu comenzaron a caminar hasta salir del lugar para dejarlos a solas, lo que hizo que el peliblanco ideara un plan para que Karin no los acompañara más. Si se trataba de la novia de Sasuke, significaba que los celos la llevarían a la locura hasta armar un escandalo y obligar a que Sasuke no reclutase a la molesta de Karin.

Ambos, luego de unos cuantos minutos se detuvieron frente a los prisioneros quienes se sorprendieron de verlos a ambos.

—Entonces, ¿los rumores de que Orochimaru ha sido asesinado son ciertos?

—Si, Orochimaru está muerto —respondió y miró a la azabache que estaba seria—. Si estás aburrida... Puedes ir donde Sasuke y Karin, seguramente algo debe de...

Se detuvo en el momento que la azabache se dio media vuelta para regresar en dirección al lugar donde se encontraba ese par, por lo que sonrió ya que no tuvo que decir ni una palabra para meterle ideas en la cabeza. Era claro que detestaba que una mujer se quedara a solas con Sasuke y que esta fuese enviada a otro sitio para distraerla, como si se tratara de una movida para convencer a la pelirroja.

Kanade se detuvo justo frente a la puerta y movió la manija notando que esta tenía seguro puesto, así que una sonrisa sarcástica se formó en su rostro al percatarse de lo que estaba ocurriendo ahí dentro. Formó una pequeña llave de madera la cual deshizo el seguro que tenía al igual que abrió la puerta encontrándose con la imagen de una pelirroja muy cerca del rostro de Sasuke quien la miraba con el semblante serio de siempre.

— ¿Irá? —interrumpió, causando que la chica diera un pequeño brinco y se colocara los anteojos de inmediato.

Se levantó del asiento y caminó en dirección a la azabache para detenerse en la puerta.

— ¿Quién dijo que iré? Tienen suerte de que vaya por la misma dirección a la que ustedes se dirigen —finalizó, saliendo de la habitación tras aporrear la puerta de mala gana.

Kanade, caminó en dirección a Sasuke quien ya se había levantado de su asiento y este la miró con cierto fastidio, provocando que esta se parara justo frente a él,  evitando que diera un paso más hacia la puerta. Quería enfrentarlo y preguntarle si lo estaba haciendo a propósito por lo que ocurrió tiempo atrás con ese ladrón.

— ¿En verdad quieres hacerme molestar comportándose de esa manera con Karin? —reclamó.

—No hice nada, ella fue quien se acercó de esa manera y yo le pedí que se alejara —explicó.

Kanade se dio media vuelta, dirigiéndose hacia la puerta con mucha rabia. Tenía ganas de golpear a Sasuke y decirle que era un completo inmaduro, pero nunca le gustó demostrarle esa parte suya.

—No, esta bien. No hay problema que ella vaya contigo —comentó—. En realidad, quería hablar contigo sobre algo que Bushido – sama me dijo antes de la muerte de Orochimaru.

— ¿Sobre qué?

—Mencionó que necesitaba que fuese a una investigación, que tenía que hacer esto pero le dije que iba a pensarlo porque mencioné que tras la muerte de Orochimaru, al fin iriamos tras Itachi. Ahora me doy cuenta que tú decidiste ir tras nuevos compañeros y no estoy interesada en ese objetivo...

— ¿A que te refieres con eso?

—Que he tomado mi decisión.

— ¿Decisión...? —preguntó confundido, viendo la silueta de la azabache abriendo la puerta de la habitación en la que se encontraban.

El silencio inundó la habitación, todo se hizo extraño y Sasuke no pudo evitar fruncir el ceño en cuanto Kanade lo miró por encima de su hombro, causándole un extraño presentimiento.

—Sasuke, volveré a Konoha —informó bruscamente, creyendo que seria la mejor manera de decirlo.

Pero no se preparó mentalmente para ver como Sasuke se acercaba aceleradamente a ella. Con un poco d refuerza la tomo de los hombros para darle la vuelta y que lo mirara, encontrándose con una imagen que no esperaba ver, por primera vez veía una expresión en Sasuke que no sabía que era capaz de enseñarle.







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Ya no hay nada de nopor :v

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