01
¡Naruto regresa a la aldea!
Narrador Omnisciente.
En multimedia, la voz de Kanade.
N U E V A V E R S I Ó N
Naruto, corrió en dirección a la aldea una vez que se dio cuenta de que al fin había llegado a su cálido hogar. Nunca pensó que los años pasarían tan rápidamente al entrenar de dicha manera con Ero – sennin, estaba satisfecho de lo mucho que avanzó y no pudo contener su emoción al subir un poste de luz a demostrar a quienes estaban pasando por aquella calle que volvió.
Sakura, corrió lo más rápido que su cuerpo se lo permitió llegando al poste de luz junto a Konohamaru y su equipo que estaban emocionados por saludar a Naruto. Este, miró por encima de su hombro encontrándoselos y con una sonrisa en el rostro bajó de su lugar decidido a saludarlos como era debido. Estaba avergonzado, tenía en su mente saludar primero a alguien importante para él y al parecer, la suerte no estaba de su lado.
—Naruto... —lo llamó y el rubio se dio media vuelta para encararla, pero al verla toda su emoción desapareció.
— ¿Dónde esta Kanade – chan? —la pelirrosa pasó su mano por la nuca y suspiró.
Tenía que ser sincera con Naruto, después de todo él era su compañero de equipo y el mismo de siempre. Kanade, aún no había regresado de su entrenamiento, a pesar de que su sensei lo hizo y dio una explicación referente a que ella simplemente no quiso volver a la aldea y no dijo nada más al respecto.
—Es muy delicado el asunto, Naruto... —suspiró y colocó la mano en su cabeza.
—Ve directo al punto —ordenó, demostrando su preocupación y la chica asintió.
—Kanade, no volvió a la aldea después de que terminó su entrenamiento con Bushido - sama, lo único que sabemos es que quiso tomar otro camino y no sabemos nada más acerca de eso —explicó, rascándose un tanto ansiosa uno de sus brazos.
—Dime, Sakira - chan, ¿crees que ella esta con Sasuke? —preguntó, pero solo vio como su compañera se encogió de hombros.
Naruto, negó con la cabeza y comenzó a correr en dirección a su departamento, dejando a un lado que sus amigos había ido a recibirlo, necesitaba una explicación clara por parte de Kanade, ¿en verdad había abandonado la aldea? ¿Acaso estaba con Sasuke?
Abrió la puerta de su habitación y corrió hacia el lugar donde dejó la foto de su equipo, encontrándose con la que Kanade le había obsequiado y también, junto a esto el collar que una vez le entregó. Abrió ligeramente sus labios al comprender lo que había sucedido, ya que Kanade no podía cumplir la promesa que hicieron decidió dejarle el collar porque sabía que no podría esperarlo.
Así que sin más, tomó el collar entre sus manos y lo guardó en su bolsillo dispuesto a resguardarlo hasta el momento en el que volviesen a encontrarse.
. . .
Se quedó quieta al notar como unos ninjas desconocidos yacían durmiendo cerva de la guarida de Orochimaru. No le daba bastante importancia que estos estuvieran vigilando la entrada para ver quien era complice del hombre serpiente. Sin perder la oportunidad caminó en su dirección pisando ramas para que ellos captasen su atención, lo que hicieron de inmediato ya que se levantaron y sacaron sus armas con determinación. El sharingan en sus ojos se distinguía a pesar de la oscuridad al igual que el largo de su cabello que estaba atado en una coleta alta.
Uno de ellos, no se dejó intimidar por su belleza y sin pensarlo le lanzó un kunai el cual traspasó su rostro. El ninja, no entendió como fue capaz de esquivarlo sin moverse pero esta, comenzó a caminar lentamente hacia ellos.
— ¡Ataquen! —gritó el líder, logrando que todos salieran de sus pensamientos.
Todos gritaron con euforia, alzando sus armas y dispuestos a atacar en un enorme grupo a la joven que demostró un simple aura aterradora. Uno de ellos, le lanzó un rápido shuriken el cual logró llamar su atención después de haber provocado una enorme explosión, pero al regresar la mirada a sus contrincantes pudo ver como uno le lanzaba una espada la cual atravesó su pecho rápidamente. Colocó su mano justo en el lugar donde la espada la había atravesado y miró a los ninjas quienes se quedaron quietos luego de ver como los dos que se había adelantado miraban incrédulos a la chica.
— ¿Qué eres? —preguntó uno de ellos, pero esta no respondió.
Lo único que hizo fue lanzarle una rama a uno de los que estaban cerca y pronto, esta atravesó justo en su hombro derecho, expandiéndose y logrando que varias ramas comenzaran a salir de su cuerpo, provocando un derramamiento de sangre impresionante que hizo retroceder al otro que se habia adelantado, pero ya era demasiado tarde para él, porque fue atravesado en el estomago por la rama que pronto se expandió, desgarrándolo y partiéndolo en varios trozos.
Varios se dieron cuenta de la situación y no tuvieron de otra más que comenzar a retroceder para dar orden a la retirada, pero el líder permanecía quieto en su lugar enseñando que no sedería a cualquier ataque que la chica fuese capaz de hacer y en cuestión de segundos vieron como un portal comenzaba a formarse a su lado derecho y antes de que estos pudieran reaccionar una enorme rama atravesó dicho agujero el cual la teletransportó en el sitio que ellos estaban, expandiéndose de inmediato atravesando en segundos a todos los que estaban ahí.
Alguien a lo lejos escuchó como una gran cantidad de personas gritaban con desesperación y hacían una mezcla con los gritos de sufrimiento, sin perder el tiempo corrió en esa dirección encontrándose con una lluvia de sangre que cubría los alrededores al igual que varios cuerpos desmembrados frente a él, una persona familiar apareció entre las ramas de los árboles. Esta lo miró y lo saludó con un ademan mientras enseñaba una casta sonrisa en el rostro, pisando aquel rastro de sangre que adornaba los alrededores de la entrada de la guarida.
Cerró los ojos para desaparecer el kamui en ellos, centrandose únicamente en el chico de cabello azabache que continuaba esperandola en el mismo sitio. Hacía bastante tiempo que no se encontraban, ya que ella decidió salir en busqueda de algunos archivos importantes para su mentor, los cuales yacían guardados en una aldea remota apartada del país de la niebla.
—Tiempo sin verte, Sasuke... —comentó, colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—El Kamui es peligroso, quedaras ciega si lo utilizas sin medición alguna —sentenció, mirandola fijamente mientras esta continuaba acercandose.
Ella miró en otra dirección para no verle más el rostro, había acabado con la vida de un desencadenado grupo de personas que se vieron en la tarea de atacarla, había utilizado sus trucos para acabar con ellos y uno era el Kamui, el sharingan más poderoso después del que había sido de su hermano mayor. La ceguera todavía no invadía sus ojos, pero estaba consciente de que lo haría si seguía utilizandolo de dicha manera.
—Sasuke... —lo llamó y al mirarlo pudo notar como este deseaba conectar las miradas—. Ya te he dicho que lo que me suceda solo debe de interesarme a mí —la azabache, se detuvo a un metro de distancia de este y apretó los labios.
—Tienes razón, pero si tu objetivo es matar a Itachi, al menos tienes que llegar con algo de fuerza—demandó—. Acerca de lo que hablamos el otro día, ¿qué piensas de Sakura y Naruto?
Era cierto, ambos habían conversado acerca de sus antiguos compañeros de equipo en cuanto Bushido - sama se marchó de la guarida de Orochimaru. Tuvieron que hacerlo, ya que Kanade ko estuvo dispuesta a involucrarse por el momento con la aldea de Konoha, aún no estaba lista para volver después de todos los acontecimientos que ocurrieron luego de que Hiruzen fuese asesinado y tampoco estuvo dispuesta a vivir por mucho tiempo en la caverna junto a la persona que mató a alguien de su entera confianza.
—Te lo he dicho antes, ellos quedan fuera de todo esta cadena de odio. Tan solo son recuerdos de un pasado fallido —respondió, pasando de largo al azabache quien la siguió con la mirada.
—Mejoraste el Mokuton —dijo lo obvio, mirando la gran cantidad de ramas con cuerpos desmembrados.
Al terminar de observar la situación, decidió adentrarse a su hogar junto con la chica.
—Es una pena —comentó, refiriendose a las personas que yacían sin vida—. A pesar de que identifique que se trataban de peones de Orochimaru, no volveran a sus celdas —sentenció y recordó cuando el hombre serpiente ordenó a sus prisioneros a matarla para medir su fuerza y capacidad fisica.
Kanade analizó la situació por unos segundos, sabiendo a riendas sueltas de que sería enviada a una misión por Orochimari, ya que este la citó y Bushido - sama, le envió una carta pidiendole que le hiciera un favor a su amigo y por tratarse de ese peliblanco, no podía negarse a dicha petición.
—Me siento cansada —anunció con las palabras arrastradas, llamando la atención de Sasuke quien detuvo su andar.
— ¿Quieres que te cargue en mi espalda? —preguntó, frunciendo el ceño al notar que ella no se detenía.
—No me refiero a ese tipo de cansancio, más bien... —se detuvo por unos segundos y miró por encima de su hombro para observar que hacia Sasuke.
No pudo evitar abrir levemente los labios al notar que este ya estaba con la espalda inclinada y las rodillas levemente dobladas, enseñándole que era el momento de subirse a su espalda, lo que le provocó una pequeña sonrisa curva ya que los tratos de este se volvieron diferentes en cuanto esta tomó otra dirección. Era más atento y considerado, a pesar de que el orgullo y el ego no faltaba en él, siempre trataba de mostrarse discretamente interesado en ella.
Kanade, caminó hacia este y en cuestión de segundos se dejó caer en la espalda de Sasuke quien se levantó y comenzó a caminar con ella en su espalda, recordando a la perfección cuando estaban en una misión junto al equipo siete y lograron tener su primer contacto físico luego de varios años después de la masacre Uchiha.
— ¿De qué tipo de cansancio hablas entonces? —sintió como la azabache recostaba la cabeza en su hombro izquierdo y suspiraba.
—De todo, si sigo como estoy hasta ahora perderé la vista muy pronto y seguramente perderé la oportunidad de vengar a mi hermano. Necesito descansar de esto y que Orochimaru comprenda que no puede estar enviando a montones de personas a asesinarme para medir mi fuerza —explicó con fastidio.
—Eres su arma, sabe que eres capaz de acabar con cualquier enemigo. Eres poderosa con tu sharingan, intocable para quien lo intenta y lastimosamente Orochimaru se ha aprovechado de eso, aún más cuando Bushido a regresado a la aldea de Konoha sin dar explicaciones de tu paradero —miró hacia su izquierda para ver el rostro de Kanade quien seguía recostada.
—Bushido – sama, tiene sus planes en mente y yo solo debo de seguir sus ordenes —murmuró.
—Por eso no te quedas muchas veces en la guarida —comentó.
No tuvo respuesta por parte de esta, lo único que sintió fue como el agarre en su cuerpo se hizo más fuerte causandole una extraña calidez que lo invadió.
—No me quedo, porque no me siento comoda en este lugar. No me agrada Orochimaru, pero te considero mi amigo, es por eso que vengo de vez en cuando —aseguró y este suspiró ante dicha revelación.
—Kanade, sabes que han pasado cosas entre nosotros que no hacen los amigos —recordó y esta asintió levemente.
Pronto, un águila los pasó por encima rebasándolos, pero Sasuke detuvo su andar en cuanto aquel águila se colocó por delante de ellos para impedirles el paso. Este, frunció el ceño y movió delicadamente el hombro para que Kanade viese lo que estaba ocurriendo y en cuanto esta miró al águila, bajó de la espalda de Sasuke para acercarse a quien conocía a la perfección ya que era de su sensei Bushido. Notó, que tenía una nota atada en su pata izquierda, así que con cuidado la tomó para dejar en libertad total al animal que voló una vez que fue liberada de dicho mensaje.
Kanade, abrió la nota y comenzó a leerla, pero se detuvo al ver lo que esta decía, era obvio que de nuevo tendría que salir de la guarida para irse a una misión de recopilación de información.
Sasuke, frunció el ceño en cuanto notó como el cuerpo de la azabache se tensaba y antes de que este pudiera acercarse, ella retomó el paso dejándolo atrás sin ni una clase de explicación. No entendía del todo lo que le sucedía pero estaba seguro de que se trataba de un anuncio que le cayó como agua fría al cuerpo.
Ambos, levantaron la mirada al llegar a la guarida de Orochimaru donde pronto sus pisadas comenzaron a hacer eco en cada pasillo oscuresido e iluminado tenuamente por antorchas. El ambiente comenzó a cambiar a uno tenso y antes de llegar al santuario donde seguramente se encontraba Orochimaru, notó que la chica se detuvo y lo miró por encima de su hombro.
—Tendre que irme en unos días a cumplir una misión —anunció con una pequeña mueca y el chico la miró por encima de su hombro.
— ¿De qué clase de misión hablas? —notó, como la chica doblaba aquella nota y la guardaba en un bolsillo.
—Una de recopilación, no sé cuantos días tardaré, pero supongo que tendré el honor de conocer a alguien importante —justificó, recibiendo una expresión de confusión por parte de Sasuke.
La azabache, sonrió levemente al darse cuenta de que le seria inutil que el chico supiera que tendría que reunirse con uno de los espías de Orochimaru y Bushido – sama, un marionetista que formaba parte de la organización Akatsuki. Sí Sasuke se enteraba que se encontraría con un miembro de dicha organización, seguramente la acompañaria sin preguntar creyendo que podria toparse de dicha manera con Itachi.
Ni ella misma tenía en cuenta lo que se encontraría en dicho sitio, después de todo, tendría que lidiar con aquel sujeto luego de que finalizaran su reunión en la guarida para que así nadie sospechara que él trabajaba en secreto para ellos. Lo último que buscaba era enfrentar a Itachi en condiciones tan desfavorables, todavía no estaba lo suficientemente capacitada como para vencerle. Al menos, en dicho enfrentamiento tendría que pelear al lado de Sasuke para ganar un poco de fuerza que estaba perdiendo por utilizar tanto su poder ocular.
Pero en realidad, las preguntas que pasaban por su cabeza eran: ¿Qué estaba buscando realmente su sensei? ¿Que información necesitaba recaudar de los miembros de Akatsuki?
—Como si fuese la gran cosa conocer a alguien —gruñó con fastidio—. Recuerda que si alguien llega a ponerte una mano encima, lo mataré —amenazó entre dientes.
—Puedo hacer mi voluntad —inquirió con una sonrisa de satisfacción al ver como la sobreprotegía—. No soy un objeto, Sasuke, además puedo arreglarmelas sola —finalizó, continuando su camino.
Sasuke, apretó los puños enojado tras escuchar dichas palabras. Le ofendió por completo que Kanade pensara que podía hacer lo que quisiera y que él no tendría más que aceptar sus peticiones.
Pronto, se adentró al santuario dejando a un lado que Orochimaru la veía desde lo más alto de la escultura de su serpiente, en compañía de Kabuto quien estaba serio mientras observaba como el Uchiha iba detrás de ella con cierto enojo.
—Sasuke – kun —lo llamó Orochimaru, haciendo que su atención se centrara en este, dejando a un lado por completo a la azabache quien ya se había alejado lo suficiente como para no ser alcanzada.
— ¿Qué? —preguntó con fastidio, provocando que Kabuto se levantase de su lugar con cierta autoridad.
—No seas insolente con Lord Orochimaru—demandó con cierto enojo.
—No me des ordenes, tú no eres más que un simple peón. Una marioneta que es jugada al antojo de su creador, si piensas que eres capaz de hacerme cambiar de opinión; deja de esconderte detrás de él y enséñame tus capacidades —comentó, cerrando con fuerza los puños y mirando con seriedad al sujeto.
Sin embargo, Kabuto desistió a enfrentarse a alguien como Sasuke quien estaba adelantado en cualquier manejo de técnicas de ninjutsu, taijutsu y dojutsu. Era claro que le superaba de gran manera, pero estaba consciente de que eso acabaría en algún momento cuando consiguiera poder de alguna forma.
—Iré a la cama —anunció la azabache, dirigiendose a su habitación.
Una sonrisa burlona apareció en el rostro del hombre serpiente al notar como el azabache se cruzaba de brazos un tanto fruastrado. Estaba seguro de que este deseaba pasar un tiempo más con la Uchiha para entrenar sus habilidades o ya sea, para conversar y no aburrirae tanto en la guarida ahora que ya no estaban entrenando.
—Igual iré —dijo, dirigiendose hacia el otro lado de la caverna una vez que la azabache desapareció de su campo de visión.
—No olvides que Kanade puede irse en cualquier momento, así que deberías de aprovechar antes de que se vuelva a ir —bromeó Kabuto a lo lejos, con una sonrisa de satisfacción.
Sasuke, detuvo su andar y miró por encima de su hombro al escuchar lo que le habían advertido con cautela. Lo único que hizo fue mirarle con odio, sabiendo que lo que decía era nada más que una estúpida mentira, algo insignificante que no era motivo para callarlo ya que él sabía que clase de relación tenía con la azabache.
—Lo que haz dicho no son más que palabras insignificantes... —murmuró con odio, continuando su camino fuera del santuario hacia su habitación.
—Eso ya lo veremos... Sasuke - kun —una sonrisa de victoria apareció en el rostro de Orochimaru al ver como su discípulo desaparecía tras pasar por la entrada que daba en dirección a su habitación.
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Como verán, esta es una nueva versión.
Ya sé que debo de dejar de estar cambiando siempre la historia jajaja