Brave | niall horan

By niallsfluorescence

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"Correr detrás de ti es como querer alcanzar las nubes." Fears #3 More

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By niallsfluorescence

Mis parpados se sienten pesados y luchan por caer cerrados en cada parpadeo prolongado que me permito mientras el señor Ross explica algo de la teoría que vendrá en el próximo examen, hago lo posible por mantenerme despierta, pero he pasado 48 horas sin dormir ni un solo minuto. Y mi cuerpo está cobrándome eso ahora. Inhalo profundamente mirando a mi reloj analógico en la muñeca y suelto un suspiro de alivio cuando la clase termina cinco minutos más tarde. Por fin es tiempo de marcharme a casa, pero sé que una vez ahí no conseguiré descanso, luego recuerdo que prometí ayudar a mis padres en el restaurante durante toda la semana, pues uno de los meseros ha tomado la semana para descansar.

Salgo hasta el final, cuando ya la mayoría de los estudiantes han abandonado el salón. El señor Ross –mi profesor–, me mira unos instantes y me detiene al hablar:

—Señorita Collins, creo que mi clase es tan importante como cualquier otra cosa a la que esté prestándole importancia en estos momentos. No ha parado de bostezar y tallar sus ojos durante toda la clase, si sigue así, le sugiero no entrar de nuevo hasta que descanse lo suficiente. —la voz ronca y cansada del hombre que tiene alrededor de unos cincuenta y tres años me amonesta, no hago otra cosa más que asentir.

—Su clase me parece interesante, en realidad. Sin embargo, padezco de insomnio estos días. —miento en la última parte, incapaz de quedarme callada y marcharme. Nunca puedo quedarme con lo que pienso. —Trataré de descansar.

Digo, pero esa también es una mentira. He gastado los últimos dos días trabajando hasta que el restaurante cierra a las diez de la noche y luego rebuscando en casa por pistas que me ayuden a llenar los espacios en blanco que esa pequeña amenaza escrita en el papel roto dejó en mí desde entonces. Marcie se ha marchado a Londres para retomar sus clases y no soy capaz de contarle a mi madre para que ella pueda aconsejarme, así que termino guardándome todo para mí ya atormentada mente.

Soy inconsciente de si Niall ha llamado desde que mi auto fue robado y en él se encontraba mi bolso con el aparato. Tampoco he sido suficientemente valiente para llamarle a pesar de que me muero por escuchar su voz, más que nada porque sé que preguntará un montón al respecto y dejará cualquier cosa por su preocupación.

Suspiro cuando los primeros rayos de sol de la semana chocan con mi rostro, entrecierro los ojos y agradezco en mi mente porque la lluvia finalmente se haya retirado. El clima de Irlanda es imparable, y a pesar de que jamás he tenido un cambio, jamás he ido a un lugar donde el sol está fijo en el cielo todo el año, añoro con un día llegar a un sitio donde no tenga que preocuparme por la humedad o las lloviznas.

— ¡Hey, Maiah! —la chica rubia que no ha dejado de tratar de ganar mi amistad en los últimos días se acerca a pasos grandes hasta el sitio donde me quedé congelada. Daisy me saluda con una radiante sonrisa y un abrazo que me toma por sorpresa.

Es idéntica a Marcie en ese aspecto.

—Daisy. —murmuro, aún apachurrada entre sus brazos. —Hola.

—Hola, ¿Cómo va todo? ¿Hay noticias de tu auto? Zach y yo hemos preguntado por el con las personas que llegan al local, pero nadie sabe algo de él, lo lamento. ¿Cómo llegas a casa?, ¿Necesitas un aventón? —la rubia habla apresuradamente y termino negando con la cabeza.

—Te lo agradezco Daisy, todo. —luego, recuerdo el bulto dentro de mi mochila. —Oh, espera. Tal vez si, ¿Cuándo vas al local?

—Justo ahora. Estoy trabajando tiempo extra para pagar mi auto. ¡Puedes creerlo, me hice de un auto! —exclama emocionada y hace un pequeño baile. Me río ante sus acciones. —Muy bien, entonces vamos.

Tomando mi mano, me arrastra enérgicamente al estacionamiento para subirnos a su auto. Es pequeño, pero por mucho más moderno y nuevo que el mío.

—Así que... ¿Qué hay de ese novio tuyo? Con el que... uh... discutías por teléfono el otro día en la cafetería. —Daisy comienza, bajando el volumen a la radio para hablar. —Yo no le he visto nunca y creo que lo mencionaste a Zach.

Sus palabras me hacen parpadear para salir por mi trance.

—Está fuera de Dublín por el trabajo. —menciono cortamente. Y me apresuro a añadir: —En Ennis.

— ¡Asombroso! Yo sólo conozco una zona de Dublín a pesar de que he pasado aquí toda mi vida. Supongo que no me gusta salir de mi zona de confort. ¿Cómo se llama él?

—Um, Niall. —sueno insegura, me siento intimidada cuando las personas comienzan a hacer demasiadas preguntas acerca de mi vida. Después de lo que me ha ocurrido, me es complicado ser tan confiada en las personas. Pero heme aquí, pienso, en el auto de una chica con la que he entablado conversación sólo un par de veces.

—Niall. —Daisy prueba el sonido en sus labios color caramelo. — ¿Cuánto tiempo tienen saliendo?

Pienso en el tiempo y no podría establecer un lapso exacto. Toda nuestra relación es un ir y venir, lo más estable que hemos estado es apenas estos tiempos. Y no es ni siquiera más de un año. Le confié mi vida tan pronto, que no me detuve a pensar en nada más.

—Honestamente... —comienzo, mordiendo mi pulgar. —No lo sé. —admito y veo como sus facciones se aprietan. —Pero dime, ¿Qué hay de ti? ¿Algo con Zach?

Sus ojos se abren inmediatamente, niega y suelta una carcajada. —Es un imbécil atractivo, pero es como mi hermano. Él tiene una cosa por las morenas. —indica y me tenso. —Salía con un chico unos meses atrás, pero simplemente no se dieron las cosas.

—Lo siento.

—No, está bien. Yo fui quien terminó con él. No me gustan las relaciones toxicas donde el hombre decide que su pareja es un tipo de propiedad sobre la cual tiene todo el control. ¿Me explico? —asiento y trago, los recuerdos de la manera en que toda mi historia con Niall comenzó me abruman y tengo que respirar profundamente. Daisy no se percata de ello y continúa hablando. —Él era lindo y toda la cosa, pero a veces se le botaba la canica o qué se yo. No quería que yo saliera sin él y en general, él se enfadaba porque no seguía sus órdenes. Era un machista, pero me di cuenta a tiempo y me alejé.

Sus palabras me hacen suspirar de alivio. Niall no es un machista, solo un poco sobreprotector.

—No es que no me tratara bien, —ella masculla de repente. —ni que no me guste ser protegida de vez en cuando, sólo...

—Está bien, Daisy. Tranquila. Comprendo, puedes dejar el tema si no te sientes cómoda. —la tranquilizo, notando como nos acercamos a la zona donde el local está.

—Pero yo quiero contarte. Quiero que sepas que puedes confiar en mí porque te confío mi vida. Estoy haciendo un montón de preguntas, siempre las hago y hablo mucho, porque tengo muchísimas palabras en mis labios deseando salir y-

Me río suavemente. —Por favor, detente, está bien.

—Maiah, quiero que sepas que te considero una amiga y no quiero que te sientas incómoda a mi lado por mi peculiar manera de ser.

Asiento y no digo nada, mi corazón parece agrietarse un poco ante sus palabras. Daisy me mira con sus grandes ojos esmeralda, transmitiéndome disculpas. Ninguna de las dos habla durante un rato, camino silenciosamente a su lado y ella abre la puerta del local de tatuajes, dejándome pasar después. Zach y otro hombre están en el fondo, el primero haciendo su trabajo sobre la piel de la espalda del hombre caucásico en la pequeña barra. Zach nos sonríe.

—Daisy, has llegado tarde otra vez. —la reprende. —He tenido que correr de un lado al otro aquí.

—Oye, estoy finalmente aquí y eso es lo que cuenta. —Daisy se defiende, moviéndose con agilidad detrás del mostrador. —El mundo no se terminará si contestas el teléfono o mueves tu mano sobre el escritorio de la computadora.

—Eh, ¿Zach? —intervengo. —Yo solo quería entregar esto. —saco la sudadera de la mochila y la coloco sobre la vitrina de cristal. —Gracias, tengo que irme o llegaré tarde. —hablo rápidamente, dejando a ambos con la palabra en la boca.

Afuera, me siento aliviada. No sé por qué me siento nerviosa al estar dentro del local, tal vez es el sonido de la máquina mientras realiza su trabajo, o el olor a piel quemada. Me estremezco y camino unas calles hacia abajo para llegar al restaurante.



—Hija, dios mío. Te ves terrible. —papá menciona, sonriéndome amablemente cuando entro por la parte trasera del restaurante. Él está contabilizando el pedido que acaba de llegarles, así que la puerta está abierta. Reconozco que el cabello se ha salido de su lugar en mi moño y que mis ojeras son notables y que estoy respirando pesadamente.

—Gracias papá. —menciono rodando los ojos, recuperando el aliento. —Lamento la tardanza.

—Supe lo de tu auto. Y también escuché que Niall lo sabe también. —menciona, me detengo y me giro para encararlo.

— ¿Y cómo es que esa información ha llegado a tus oídos? —y a los de Niall.

Mi padre levanta los brazos, en defensa. —Me tocó atender una mesa en donde hablaban del robo de un auto en esta zona. Ya sabes que Denis no sabe guardar nada de lo que ocurre en su empleo. A pesar de que a él no le corresponda saberlo ni comunicarlo, me dijo sobre el reporte de robo que hiciste.

Afirmo con la cabeza y me adentro en el restaurante. Como he llegado tarde, mi puesto como camarera ha sido ocupada por otra de las chicas que trabajaba en la cocina, así que me toca suplir su puesto, lavando trastos y picando verduras.

Hago lo mismo durante todo el día, hasta que el reloj de manecillas colocado encima de la puerta trasera indica que son las nueve y media de la noche. Los trabajadores comienzan a irse, y yo me quedo al final, para ayudar a mis padres a colocar todo en su sitio y dejar todo listo para el día siguiente. También les he prometido ir a casa a cenar con ellos. Mamá aún no sabe lo de mi auto y papá ha prometido no contarle, también me dijo que era una broma eso de que Niall sabía, pero que no dudaba que pronto se enterara.

—Extrañé tanto esto cuando estuve en ese centro. —mamá murmura, estoy secándome las manos en el mandil antes de girarme a ella. Tiene una copa con un poco de vino en ella. —Es un estrés constante manejar una cocina, pero la satisfacción al final del día es inigualable.

—Tal vez deberías dejar de beber, mamá. —murmuro. Ella niega.

—Lamento todo lo que pasó en los últimos años, Maiah. Lamento jamás haberte contado sobre la existencia de William cuando llegó la hora. Todos los sabían, pero estaba aterrada cuando las amenazas de Joe comenzaron a llegar, decidí que no tenía que contarte, fue el peor error que cometí. —las palabras se arrastran de sus labios, sus ojos están rojos y llorosos. Sé entonces que ella probablemente ha bebido más de una copa pequeña de vino.

No quiero tomarle importancia al hecho de que todos sabían de Will. Por eso Rebecca –mi hermana–, reaccionó como lo hizo al verlo. Tiene un poco de sentido para mí, pero no lo explica todo.

Mi madre sigue hablando, a pesar de que no quiero mirarla y solo presto atención a las blancas baldosas que cubren el suelo de la cocina.

—Yo pensé que Niall ayudaría, pero en un momento, todo lo que hizo fue arruinar mis planes. Él se salió del rumbo que era necesario tomar, él se enamoró de ti cuando no debió haberlo hecho Yo- yo fui tan tonta por confiar en que él haría un buen trabajo. —sus palabras hacen que eleve la vista y la fije en su rostro mientras ella sonríe con tristeza y niega lentamente. —Pero al final de cuentas fue mejor de lo esperado, te ha mantenido segura durante los últimos tres años y te hace tan feliz estar a su lado-

— ¿Julia? —papá interrumpe. Él pronto se percata del estado de mi madre y se apresura para quitarle la copa casi vacía de sus manos con un rápido movimiento que mamá no vio venir. —Julia, dios santo. ¿Qué estás haciendo?

—No puedo guardar esto más, tengo que decirle Keith. —escucho como sus palabras salen lentamente de sus labios, ella suena acongojada y doy un par de pasos atrás, para escapar de la escena. No quiero escuchar nada más, no quiero saber cosas que van a seguir atormentándome. Mis parpados pesan pero creo que seré capaz de llegar a casa para dormir hasta que el sol salga. Ya no quiero buscar, al menos, no hoy. No cuando las palabras de mamá golpean en mi cabeza.

"Pensé que Niall ayudaría."

"Pensé que haría un 'buen trabajo'."

Antes de que la pareja se dé cuenta de mi ausencia, me retiro, volviendo a mi vieja costumbre de huir de los problemas, de huir la verdad y la horrible realidad. Camino por las calles tenuemente iluminadas, cruzando al otro lado de la calle cuando el lugar donde Daisy y Zach trabajan. No quiero que me van pasar por ahí y traten de conversar conmigo. No necesito más palabras atormentándome.

"Te considero una amiga."

"Quiero que confíes en mí."

Pero, ¿Cómo puedo hacerlo cuando he perdido la esperanza en todos?

"Todos sabían de la existencia de Will."

De repente, siento como todas las apariencias que han formado los miembros de mi familia caen a mí alrededor como pequeños cristales parte de un cristal más grande cuando ha sido roto.

Siempre te han mentido, susurra la voz que había logrado mantener oculta en mi mente. La que me orilló a hacer cosas estúpidas en el pasado. La pequeña vocecilla que quiero ignorar, la que quiero combatir para que deje de molestarme en mis sueños.

Me costará más valentía de la imaginada poder salir adelante y descubrir todo aquello que se me ha ocultado todo el tiempo.




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