La melodía de una pieza clásica estaba siendo escuchada en aquel restaurante. Los cinco estaban en una de las mesas privadas, necesitaban discreción. Ángel les había contado todo lo que sabía respecto a Nym, y de la información que disponía para refundir a Alex en la cárcel.
─¿Cuándo volverá? ─pregunto José.
─Dentro de dos días, es nuestra única oportunidad.
─¿Por qué lo dices? ─pregunto Elisa.
─Se marchara de la ciudad con las bolsas llenas de dinero, hará un gran desfalco en el club, el pobre de Alex no se ha dado cuenta.
─Repítenos tu plan ─José tenía algunas dudas.
─Rodear el edificio, nosotros nos esconderemos hasta que el aparezca, y cuando lo haga lo vamos acorralar en una de las habitaciones. No habrá escapatoria.
─Pero como haremos que salga de su guarida.
─Con una carnada ─continuo Jasón.
Ángel asintió.
─¿Quién es la carnada? ─pregunto Santi.
─Ella ─Ángel apunto hacia Elisa.
─¿Yo?
─Si, tu. Nym te ha puesto el ojo.
─¿Qué sucede José? ─pregunto Jasón─. Hay alguna falla en el plan de este tipo.
─Su plan es parecido como aquella excursión que hicimos con el equipo azul ¿lo recueras? El plan salió mal. Pensamos en como atraparlo pero jamás nos pusimos en los zapatos del asesino. Todo terminó en tragedia, las pérdidas fueron muy altas. Nym siempre esta escoltado por seis tipos, solo somos cuatro; tú, yo, ángel y Santi ─dio vueltas a la servilleta─. El club es un lugar concurrido, hay demasiados civiles. Y...
─José tiene razón, aun así no podemos dejar pasar esta oportunidad. José... José... ─Jasón volvió a llamarlo hasta que por fin reacciono.
─No esta solo...
─¿Qué? de que estas hablando.
─Escuchen... Nym tiene seis escoltas, pero eso no quiere decir que este solo, como dije hay que ponernos en sus zapatos, pensar como él. Si yo fuera Nym no iría por ahí con solo seis personas sabiendo que hay quienes me están pisando los talones. Hay que revisar las grabaciones de las cámaras.
─Imposible ─continuo Ángel─. Cuando ese tipo llega al club las cámaras se apagan y la señal de los teléfonos se restringe.
─Disponemos de una carnada, y de una bestia con aliados en las sombras ─Jasón frunció el ceño.
─Podríamos evacuar a todos del edificio, la carnada la utilizaremos-
─No ─expreso José─. Aún hay fallas. Puede que sus cómplices estén escondidos en las habitaciones. Si intentamos evacuar y nos descubren-
─¡¿Entonces que carajos hacemos?! ─Ángel golpeo la mesa─. Tenemos dos días, si no hacemos nada ese tipo se nos va a ir.
─Hay que correr riesgos, José.
─No quiero muertes innecesarias, Jasón.
─Tengo una idea ─todos voltearon hacia Santi─. Sonara muy estúpido pero, podríamos revisar la lista de los últimos activos que ha ingresado al club.
─No encuentro lógica a eso ─expreso Jasón.
─Nym llego no hace mucho, en ese lapso debieron de ingresar activos que estarían vigilando sus pasos y a la vez protegiéndolo. Esos activos podrían ser sus aliados.
─Podría ser, pero conseguir la lista no es sencillo ─Ángel se levantó de su asiento─. Hay que pensar en alternativas. Me tengo que ir... dos días. Es recomendable que no se aparezcan por el club ─miro a Santi─. Recuerda que Nym le ha puesto el ojo a la carnada.
Sin tiempo que perder debían pesar en como atrapar a Nym sin que hubiese civiles heridos. Dos días era el tiempo límite.
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