Era viernes por la noche, Cristian había ido hasta mi casa a recogerme para ir a la fiesta de Scarlett. Le dije que no era necesario, pero el insistió con la tonta excusa de que, como los chicos más popular de escuela, debíamos llegar juntos para causar mayor sensación, al final accedí.
Antes de ir a la fiesta pasé unas cuantas horas pensando en que me pondría, algo muy raro en mí ya que no suelo pensar mucho en eso, además, cuando me visto no importa que use, siempre me veo bien. Pero esta vez era diferente. Esta vez pensé más minuciosamente que usar, esto por el hecho de que una de las chicas más "hermosas y codiciadas de la escuela" se me había insinuado para invitarme a asistir, y quien sabe, tal vez también para algo más. Y también por el hecho de quedar "a la par" de mi mejor amigo que era indudablemente más guapo que yo.
Escogí unos jeans color negro ajustados, una camiseta color gris con el cuello redondo negro, una camisa de mesquilla desabrochada encima, con unos vans negros. Algo casual.
- ¡Sebas date prisa! ya se está haciendo demasiado tarde- dijo Cristian apurándome desde el piso de abajo.
- Espera un momento, estoy terminado de peinarme- dije dándole los últimos toques a mi cabello. Realmente me había gustado el resultado final-listo para conquistar- pensé.
lo que no sabía era que conquistaría a más de un corazón esa noche.
-Luces bien Smith- dijo Cristian observándome cuando baje de las escaleras.
-Tú también Black- le respondí saludando a mi amigo con estrechón de manos- ya vámonos.
Me despedí de mi madre que me dio dinero extra, como siempre tan bella y Cristian y yo nos dirigimos hacia el auto, para ir a la fiesta.
La casa de Scarlett era muy, muy grande. Tenía un portón de color blanco con una pequeña puerta por donde entraban y salían muchos jóvenes con botellas y vasos de lo que se suponía era alcohol. Luego de cruzar el portón había una gran terraza de piedritas chinas donde habían sillas y mucha gente hablando, riéndose y obviamente bebiendo.
- ¡Sebastián! ¡Me alegra mucho que hallas venido!- Dijo una voz un poco chillona detrás de mi
-Hola Scarlette, te dije que no fallaría- le respondí abrazándola y dándole un beso en la mejilla, ella se sonrojó.
-Emmm ¡También estoy aquí! - dijo Cristian batiendo sus manos en el aire.
- Hola Cristian ¡Me alegro también de que hallas venido! aunque sabía que serias incapaz de perderte una de mis fiestas
-Eso es cierto hermosa-dijo abrazándola
- ¡Que empiece la fiesta!
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- ¡FONDO! ¡FONDO! !FONDO! gritaba un grupo de chicos y chicas al tiempo que, Alex, Max, Tom y yo bebíamos de un exageradamente enorme vaso un líquido color azul que contenía quien sabe cuanta cantidad de alcohol, el líquido azul quemaba mi garganta aunque no me importaba, solo quería ganar el concurso de "quien bebe más" Alex bebió tan rápido que terminó escupiendo la gran mayoría del líquido a las personas que nos observaban.
Max por su parte estaba ya tan borracho que termino derramando lo último que quedaba de su bebida encima de él y cayendo al piso en un ataque de risa. Solo quedábamos Tom y yo. Llenamos nuevamente el exagerado vaso, una vez lleno contamos hasta tres y empezamos. Me faltaba poco, ya no resistía el ardor y esa sensación caliente que bajaba por mi garganta, pero no sería el perdedor. Justo antes de acabar, Tom se quitó el vaso de la boca y salió corriendo a vomitar a un rincón de dicha terraza. Yo terminé el vaso y lo levante victorioso al tiempo de que una muchedumbre de jóvenes emocionados me levantaban y gritaban mi nombre a todo pulmón como si hubiese salvado al mundo o algo así. Mientras estaba allá arriba, con vista algo borrosa por el alcohol ingerido, pude observar a Cristian besándose apasionadamente con una chica de cabellera rubia: su novia.
Una vez me barajaron, empecé a caminar en dirección a la pareja. Quería conocer a su novia.
-Cristian, no me habías presentado a tu novia, que clase de amigo eres- dije detrás del el fingiendo indignación
-Ohhh disculpa- dijo el dándose la vuelta- Sebastián ella es Amber, Amber él es Sebastián- La chica se giró en mi dirección al tiempo que apartaba con su mano el cabello que caía en su hombro.
-Así que tú eres el famoso Sebastián Smith- dijo con un desagradable tono de superioridad- ¡He escuchado maravillas de ti! de parte de mis amigas y también de Cristian, me da gusto al fin conocerte.
-A mi también me da gusto conocer al fin en persona a la novia de mi mejor amigo- mentí, realmente se comportaba como una perra. Su actitud era fastidiosa. No sé cómo Cristian podía estar con ella.
-En fin, adiós amor, tengo que irme temprano- dijo plantando un corto beso en los labios de Cristian- Adiós Sebastián- dijo para luego dar media vuelta e irse
-Adiós supongo- dije sin que ella pudiese escucharme, ya que se había ido muy rápido.
-Le caes bien seb-dijo Cristian riendo.
-Si lo note- dije pasando un brazo sobre su hombro
- Tranquilo, suele ser así con mis amigos, y cómo te vio bebiendo como un loco, piensa que eres una mala influencia para mí.
- ¡Aquí la única mala influencia eres tú Cristian! - le dije y el rio más.
-Ven vamos a bailar- me dijo y me llevó a la pista de baile. Yo tomé a Scarlett para bailar una canción, mientras Cristian tomó a otra chica con pelo castaño. Y empezamos a bailar, la canción tenía un ritmo pegajoso, era lenta pero a la vez permitía bailar de una manera muy sensual. Yo movía mis caderas al compás de las de Scarlett que estaban muy pegadas a las mías. Levanté mi mirada un poco más borrosa que antes y visualice a Cristian haciendo movimientos muy similares a los míos, pero la chica estaba un poco más pegada al de lo que Scarlett lo estaba a Mi. El levanto la vista y nuestros ojos se encontraron...Mi corazón pálpito fuerte...otra vez...
La canción acabó y Scarlett me tomó de la mano y me dirigió a una de las sillas ubicadas en el lugar, me sentó y ella se sentó encima de mi quedando en una posición donde ella me miraba frente a frente y empezó a besarme con pasión y deseo al mismo tiempo. Yo obviamente correspondí. El beso duró hasta que un grupo de personas que nos observaban empezó a dar gritos de asombro o más bien de admiración e incluso a tomar algunas fotos. Nos separamos y ella me puso una nota dentro de uno de los bolsillos de mi camisa. Me dio un último beso y se fue. Yo sólo que me quedé en la silla aun procesando lo ocurrido.
-¡Campeón!- dijo Cristian poniendo su mano en mi hombro- ¡Bien hecho, ahora sólo te falta ir a buscar el condón y listo!- dijo como si estuviera orgulloso por lo que había acabado de hacer.
-Más bien vamos por comida ¡tengo hambre! - le respondí para cambiar de tema, aunque en realidad si tenía hambre.
-Ven hay un restaurante cerca de aquí y cierran tarde, vayamos a ver que encontramos.
-Me levanté de la silla tambaleándome un poco, el licor ya había empezado su efecto. Cristian me sostuvo para que no callera, yo por mi parte empecé a reír sin control, el también empezó a hacerlo sosteniéndome. Una vez nos controlamos salimos de la lujosa casa en dirección al restaurante , como (según Cristian) quedaba bastante cerca fuimos a pie. En el trayecto íbamos riendo y riendo, dándonos empujones o golpes amistosos, diciendo una enorme cantidad de tonterías y chistes malos. Realmente puedo decir que me sentía muy bien en ese momento. Me sentía libre, no sé si por el alcohol por el hecho de estar con alguien que me hace sentir tan cómodo y con el que cualquier estupidez era divertida. Fue la caminata más divertida y alegre que había tenido.
Una vez llegamos al restaurante Cristian pidió algo de comida rápida para ambos y comimos entre más risas y bromas. Reíamos tanto y tan fuerte que las pocas personas que se encontraban cenando ahí nos empezaron a ver extraño.
-Si, estamos borrachos ¿Y qué? ¿Algún problema?- dije con comida en la boca y mirando a aquellos que nos miraban, ellos sólo siguieron en lo suyo.
- Déjate de estupideces o nos echaran de aquí-dijo Cristian riendo.
-Está bien- dije, terminamos de comer y nos dirigimos de nuevo hacia el lugar de la fiesta. Al llegar la música había cambiado y ahora era música electrónica, Y una masa gigante de adolescentes hormonales y borrachos se juntó en una parte de la casa cerca a la consola del DJ y empezaron a saltar como si su vida dependiera de eso. Cristian y yo nos unimos.
Había papelitos de colores, licor, y quien sabe que cosas más volando por todas partes al tiempo que todos saltábamos al ritmo de la música y de las luces. En eso vi a Cristian a mi lado y pase mis brazos por sus hombros y empezamos a saltar juntos, cómo si fuéramos hermanos celebrando una victoria o algo parecido, ni si quiera podía oír sus gritos de emoción ya que eran opacados por los gritos de otras personas a nuestro alrededor.
¿Cúando Cristian y yo nos habíamos vuelto tan amigos? ¿Cúando él y yo dejemos de pelear para volvernos inseparables? ¿En qué momento empecé a quererlo? ¿Esperen...quererlo?
Una estruendosa risa y unos brazos alrededor de mi cuello me sacaron de mis pensamientos, era Cristian estaba abrazándome y riendo al mismo tiempo yo me tambalee por un instante. Ya estaba muy borracho.
-¡Esto es genial amigo!- dijo Cristian- Pero ya debemos irnos, ya estás muy borracho- Yo sólo reí y asentí.
Subimos a su auto en dirección a mi casa, ya que le prometí a mi madre que regresaría a casa temprano. Al llegar le pase la llave a Cristian para que abriera , yo en el estado en que estaba no podía hacerlo. El abrió y me ayudó a subir las escaleras en medio de risas bajas. Una vez llegamos a mi habitación me tiré en mi cama provocando que esta sonará muy fuerte.
-¡Cálmate campeón o vas a Salar tu propia cama!- dijo Cristian riendo
-¡Ven, acuéstate!- le dije golpeando con suavidad un lado de la cama.
-No seb, tengo que irme a casa, ya descansa estas muy borracho- dijo dispuesto a salir de la habitación. Yo lo Alcancé y lo jale de su camisa hasta mi cama. Una vez quedó sentado en esta, él se recostó dándome la espalda. Yo lo abracé y lo acerqué más a mí. Una vez estuvo cerca de mí me acerqué a su oído.
-Cristian, gracias por ser mi mejor amigo, por confiar en mí, por hacerme feliz, me hace feliz estar contigo, y quiero que sepas que no importa lo que pase.
-Jamás me iré- dije en un susurro.
-Lo prometes...- dijo él en medio de la oscuridad
-lo prometo.
Separé mi cara de su oído y la puse en mi almohada , apreté más el abrazo y lentamente me fui quedando dormido. Cristian dijo algo, pero por los efectos del alcohol y del sueño sobre mí , no pude entenderle.
Pero lo que si sabía es que lo que había dicho era cierto. Sabía que estar con él me hacía sentir feliz e incluso completo, como si fuera capaz de todo. Y también sabía que nunca, sin importar lo que sucediera me alejaría de él.