Rincón Exquisito © (Editando)

By Frank_Mx

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Ella: dura, antipática y mandona; la típica mujer 31 que se hace la fuerte ante la vida. Él: honesto, trabaja... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 20.5
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Aviso

Capitulo 23

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By Frank_Mx

¿Todo bien? ─pregunto Melissa al verlo entrar en la habitación.

Santi se froto las manos pues el frio se las había entumecido. Se acercó al pie de la cama donde estaba ella, la beso sin contenerse, necesitaba un beso que le devolviera ese calor a su cuerpo. Se acurruco en su cuello, Melissa se estremeció al sentir las comisuras de sus labios situarse en ese lugar, casi deja escapar un suspiro.

Pestañeo aturdida al encontrarse con esa mirada intensa. Tenía los ojos dilatados. Rodeo su cuello con su brazo y lo atrajo nuevamente a su boca, donde su lengua la esperaba.

La beso con ternura. Estaba poniéndose a mil, se tumbó a su lado, si continuaba se dejaría llevar por las emociones; quería quitarle la ropa y...

─¿Qué ocurre? ─pregunto con los labios hinchados.

─Nada ─con tranquilidad se quedó perplejo mirando sus ojos cafés, sus labios pequeños y luminosos ante su saliva.

─No tengo problema en ir lento.

─Pero tú... sé que quieres algo más, y, yo también, pero no sé cómo...

─Todo será a su tiempo. No tienes que preocuparte por eso ahora.

─No entiendes, quiero ser... tuya ─susurro.

Esa pequeña chica de mirada café comenzaba a cambiar. Tenía lo mejor del mundo entre sus brazos. La quería solo para él. La amaría con todo el alama, y si hubiese algo más que un infinito, lo haría.

─Eres perfecta, Melissa.

─Lo sé, y tú lo eres para mí. Te quiero mucho ─pego su frente a la suya─. ¿Podríamos hacer algo diferente?

─¿Algo diferente? ─comenzó acariciar sus labios con su dedo.

─Si... segunda base ─sus propias palabras la tomaron por sorpresa.

Suspiro mientras su corazón acelerado lo delataba.

─¿Sabes lo que es segunda base?

─Quiero sentir tus caricias...

Estaba decidida.

─Tengo una petición; si algo no te gusta, dímelo, por favor.

Ella asintió. Estaba perdida en esa mirada que la atraía con una fuerza tan voraz. Esa mirada atractiva estaba llena de seducción, pasión, pero había algo más, sus azules proyectaban algo más que ella no podía descifrar.

Se subió a horcajadas sobre ella, le sujeto las manos contra el colchón. Lamio uno de sus labios. Su lengua con tenacidad buscaba la suya, al encontrarla, la rodeo mientras partículas excitantes se esparcían por todo su cuerpo. Llevo su mano a un costado de su pecho y con el pulgar lo rozo por encima de la ropa.

No pudo aguantar más, metió la mano debajo de su playera, su piel era tersa y a la vez cálida. Llego a su sostén, todos los bellos del cuerpo se le erizaron.

Melissa sin darse cuenta comenzó a levantarle la playera, era un tanto torpe, al final él se la quitó. Embelesada aprecio su torso desnudo. Su mirada estaba clavada en la suya.

«¿En que estarás pensando?» se preguntó. Añoraba sus labios pero también tocarlo.

Con temor sus manos se posaron en su pecho, duro y atractivo. Bajo sus manos intuitivas recorriéndolo lentamente hasta llegar a su abdomen.

No es justo, soy el único desnudo.

─No estas desnudo.

─Tú me entiendes ─encogió los hombros.

─No me la quitare ─afirmo.

─Bien, entonces, yo te la quitare.

Fue levantando poco a poco aquella playera rosa, y continuo al ver que no ponía resistencia. Melissa estiro los brazos para que el pudiera quitársela por completo, no sabía si estaba bien o mal, ella solo quería que la tocara, sentir sus manos y que jugara con su cuerpo.

Era delgada, demasiado, usaba un sostén pequeño de color celeste. No aparto los ojos de su ombligo, era demasiado sexy.

─Tengo una hermosa vista desde aquí ─dijo con aire pícaro.

─Mis pechos son pequeños... lo se ─dijo apenada mientras comenzaba a sudar.

─Para mí no importa si son pequeños o grandes. Me gustas, completamente.

─¿Qué piensas al verme? ─trago saliva, sentía ese calor que recorría parte de su cuerpo.

─Muchas cosas... te miro y ansió quitarte la ropa, toda. Verte desnuda, y que tú también me veas desnudo.

─Estoy nerviosa... ─suspiro─. Esto es nuevo para mí... tu mirada...esta sensación.

─¿No te gusta?

─Es solo que... hay algo en tu mirada, no sé qué es pero me atrae.

─Deseo, es lo que hay ─se acercó a su cuello, su beso la hizo estremecerse nuevamente─. Quiero hacerte muchas cosas.

─¿Qué me harás? ─pregunto casi con temor. Esperaba que no fueran cosas del club, no entraría en ninguna clase de práctica sexual que no fuera hacer el amor.

Le mordió el lóbulo. Sin dejar de mirarla, paso su índice por en medio de sus pechos, descendió hasta rodear su ombligo.

─Cierra los ojos ─ella sin pensarlo lo hizo, confiaba en el─. Quiero que te concentres en mis besos.

─E-está bien...

La observo en silencio. Era preciosa, y angelical.

Se humedeció los labios. Beso uno de sus pechos por encima del sostén, lo apretó entre su boca y jalo. Ella suspiro con profundidad, eso lo hizo querer más. Dio otro beso en medio de sus pechos, y comenzó a descender hasta llegar hasta su ombligo, con su lengua comenzó a jugar con él. Sentía cosquillas pero a la vez una sensación placentera que le robaba uno que otro pequeño suspiro. Y mientras lo hacia una corriente recorría cada fibra de su hermoso ser.

─¿Que sientes? ─le dijo sin dejar de jugar con su ombligo.

─No se...

─¿Qué sientes? ─insistió, esta vez tomo unos de sus pechos en sus manos, dio lentos y suaves movimientos. Notaba como sus pezones se endurecían a través de la tela de aquel sostén.

─Es... no lo sé... pero me gusta ─confeso. Algo extraño estaba ocurriendo con su cuerpo.

─Abre los ojos.

Melissa los fue abriendo poco a poco. El sudor correría por su frente. Suspiro. Ese azul la tenía hipnotizada.

─¿Que más sabes hacer?

─Tendría que quitarte el sostén... ─sonrió con malicia.

─Tal vez será en otro momento... ─asustada se levantó. Tomo la playera que estaba en el suelo, se cubrió, entro en el baño y se encerró.

Se fue quitando el resto de la ropa. Y se metió en la bañera, su cuerpo estaba sensible al tacto, era una sensación que la abrumaba ¿Qué había ocurrido? Percibió su propia humedad, y un calor muy diferente. Lo necesitaba, quería sentir su mano sobre su pecho otra vez. Su lengua, había fantaseado con ella. Santi era otro nivel, estaba asustada por aquellas emociones que no podía asimilar. Su cuerpo pedía algo más, y no eran simples besos.

Santi no sabía lo que ocurría. Había notado su rostro, estaba asustada. Mientras se colocaba sus converse pensaba en lo que le había hecho, se arrepintió diciéndose a sí mismo que todavía no era el momento. Pero lo cierto era que quería probarla, sentir su esencia.

Molesto consigo mismo salió de la habitación. Su madre aun conversaba con Carla, sin importarle salió por la puerta trasera. Camino perdiéndose entre los cultivos de uvas. Había frio pero él no lo sentía.

De pronto percibió como alguien le tomaba la mano. Al voltear se encontró con esa mujer, de un tirón se soltó.

─¿Qué haces aquí? ─frunció el ceño.

─Te seguí...

─Pues regresa, quiero estar solo.

─No voy hacerlo.

─Carla, lárgate de mí vista.

─No lo voy hacer, deja de darme ordenes... ─después de mucho tiempo por fin lo tenía en frente.

Estuvo a punto de acariciarle la mejilla pero el retrocedió.

─No me toques ─se dio la vuelta, continuo su camino─. Vete.

Lo rodeo con sus brazos. Enfurecido se soltó. La tomo por la mandíbula. Había perdido el control, ella lo miraba como una persona desconocida, el Santi que conocía jamás la tocaría de esa formal.

─Por favor, vete.

Era el Santi oscuro. La lastimaba, enfurecido la soltó.

Carla se quedó en silencio un instante. Lo vio alejarse en aquella oscuridad. Contuvo las lagrimas. 


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