GRAVEDAD (Editando)

By Felipe_freyle

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Sebastián: un chico alegre, divertido, sociable, inteligente y guapo. Cristian: el típico Adonis con los bol... More

PRÓLOGO
Capitulo 1: Mudanza
Capítulo 2: Nueva vida
Capítulo 3: El chico de la cabellera negra.
Capítulo 4: Cristian James Black.
Capitulo 6: ¿Qué le pasa a este chico?
Capitulo 7: Be my friend.
Capítulo 8: Acercamientos.
Capítulo 9: Momentos inolvidables I
Capítulo 10: Momentos inolvidables II
Capítulo 11: Momentos inolvidables III: Photograph
Capitulo 12: Momentos inolvidables IV: Fireworks
Capitulo 13: Momentos inolvidables V: Siempre
Capítulo 14: Cambios.
Capítulo 15: Especial: Cristian.
Capítulo 16: Fallas.
Capitulo 17: Preferencias.
Capitulo 18: Rupturas
Capítulo 19: Verdades.
Capítulo 20: Mi persona especial.
Capítulo 21
Capitulo 22: Take it all.
Capitulo 23: El Tiempo.
Capitulo 24: ¿Quién tiene la razón?
Capítulo 25: Ya es tarde...
Sobreviví
Capitulo 26: ¡A la Mierda! ¡lo amo!
Capitulo 27: Apologize.
Capitulo 28: Un Beso De Película.
Capítulo 29: Efecto Retardado.
Capitulo 30: Un final inesperado, parte I
Capitulo 31: Un final inesperado parte II
Capitulo Final : El amargo sabor del cobre.
Nota del Autor.
GRAVEDAD (SECUELA)

Capítulo 5: No es mi es enemigo.

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By Felipe_freyle

Me levanté sintiendo aún un poco dolor de cabeza, estaba en un cuarto de paredes blancas y que tenía un ligero olor a alcohol, supuse que estaba en la enfermería de la escuela, pero... ¿Cómo había llegado allí ? Intenté abrir por completo los ojos, pero la incandescencia de la luz en el techo me lo impidió. Sólo logre ver dos siluetas, la de un chica con cabello castaño claro y blusa amarilla y la de un chico alto con camisa negra que se dirigía hacia lo que parecía era la puerta. Una vez mi vista se aclaró pude ver a alisa hablando con una señora entrada en edad vestida de blanco, la enfermera, luego vi que se dirigía hacia la camilla en la que me encontraba.

- ¿Estas bien? - preguntó mi hermana con una mirada de preocupación tomándome la cabeza.

- Si Ali eso creo.

-Te desmayaste en el pasillo, y además machaste tu camisa con la sangre que salió de tu nariz , según la enfermera producida por tu dolor de cabeza. Eso es lo que te ganas por levantarte tarde y no desayunar.

- No es mi culpa que la estúpida alarma no sonara a tiempo- Me excusé- Pero...¿Cómo carajos llegué aquí?

-Estaba en el pasillo con mis amigas de curso, que por cierto te adoran y escuché unos gritos al otro lado, fui y vi a un chico alto y de cabello negro levantándote como si de un costal de papas se tratara, fui de inmediato tras de él, cuando me acerqué a él dispuesta a reclamarle se me quedo mirando de una manera algo extraña.

- ¿Qué le haces a mi hermano? - le pregunté

- Tranquila amorcito, la princesita se desmayó...cómo sea, voy a llevarlo a la enfermería, pero si quieres lo dejó aquí tirado desangrándose por mí no hay problema – Me respondió- ¡Ohh por Dios! hay que apresurarnos puede ser grave- Le dije preocupada. Él sólo volteó los ojos y camino rápido, te trajo hasta aquí y te puso en la cama cuidando que no te golpearas, su camisa quedó completamente manchada de la sangre de tu nariz , maldijo un poco, llamó a la enfermera y luego se fue sin más.

-Entiendo... ¿Sabes quién fue? - pregunté

-No tengo la menor idea- Respondió Ali- Pero sí que era sexy.

-¿Tú no cambias verdad?-le dije en tono burlón.

-Pero es que con machos así uno no puede- dijo riendo.

Ambos reímos un rato hasta que la enfermera llegó, me dio unas pastillas que parecían monedas de casino y me dijo que fuera a comer algo y que no volviera a salir de casa sin antes desayunar. Lo cual jamás volvería a hacer.

Una vez me sentí mejor, me dirigí junto con mi hermana hacía la cafería para buscar algo de comer. Al llegar nos encontramos con Max y los muchachos, me fui con ellos despidiéndome de mi hermana que se iba con sus amigas, las cuales no dejaban de mirarme y sonreírme, al cual yo correspondía con mi clásica sonrisa picarona.

-Seb ¿Dónde te metiste? - pregunto Max una vez se me acerco.

- ¿Recuerdas que te dije que tenía un dolor de cabeza? Pues adivina qué, me salió casi un litro de sangre por la nariz y acabé en suelo desmayado como un idiota, luego desperté en la enfermería con mi hermana, la camisa machada de sangre y por último la anciana de la enfermería me hizo tragar unas pastillas que apenas y me pasaron por la garganta.

-Interesante- respondió tomándose la barbilla haciéndose el que piensa.

-¡No te burles idiota! ven vamos a comprar comida, no quiero desmayarme de nuevo.

Fuimos y tomamos nuestras charolas, pedimos la comida y salimos de la fila dirigiéndonos a la mesa donde estaban los demás. Nos sentamos y empezamos a comer y hablar cómo de costumbre.

- ¿Ya le echaste el ojo a alguna? – preguntó el loco de Tom, él siempre era algo zafado y decía las cosas más locas y estúpidas del mundo , realmente me caía muy bien.

-Realmente no he tenido la oportunidad de tener una verdadera conversación con alguna chica, pero hay una en el equipo de porristas que me llama mucho la atención.

- ¿Sí? ¿Cómo se llama?

-No tengo la menor idea, solo sé que es muy hermosa: es rubia, tiene unos ojos color miel y un cuerpo para morirse, de hecho ¡Mira! ahí viene- La señalé con la mirada.

Ellos siguieron el campo de visión de la manera menos disimulada posible, para mi suerte ella no se percató.

-Hermano esa es la novia de Black, ni si quiera pienses en acércatele o él realmente te matará - Me aconsejaron- además es la chica más desgraciada, maldita, tonta y perra que puedes conseguir en este instituto.

-Perfecta para su novio- dijo Alex.

-En eso tienes razón en cuanto a lo desgraciada y maldita, pero no en cuanto a lo bruta, el tal Black es realmente inteligente- respondí.

-Recuerda que él es el enemigo, no puede caerte bien el enemigo, porque es eso...el enemigo- Respondió Tom

-No digo que me caiga bien, sólo que es inteligente y además no es mi enemigo.

-Pero si el nuestro- dijo Alex riéndose y todos lo acompañamos.

Estos muchachos realmente me caían muy bien, aunque no entendía su odio hacia Cristian. Pero si lo pienso bien quién no lo haría. En todo caso, me alegraba tener unos amigos con los que poder estar, reír y almorzar. El que fueran populares o no realmente me tenía sin cuidado, me importaba que me aceptaban y me brindaban su amistad.

-Mañana son las pruebas del equipo de futbol, te presentarás ¿Verdad?

- ¡Seguro! ¿A qué hora comienzan?

-Mañana a las 3 pm, en el campo de futbol que esta atrás de la escuela.

-Está bien.

-Deberás esforzarte mucho, ya que Black es el juez principal junto con el entrenador este año y realmente son muy exigentes, además considerando tu "Gran amistad" con Black creo que se te hará el doble de difícil entrar.

-Estoy seguro de que los dejaré con la boca abierta-.

Seguimos hablando por el resto del receso de cosas triviales, hasta que tocaron el timbre. Nos levantamos para despedimos y nos dirigimos a cada uno de nuestros respectivos salones, una vez llegué al mío me di cuenta que no estaba Cristian, aunque no veo porque carajos tenga que importarme el hecho de que este aquí o no.

Me senté en una silla a mitad del salón, conecté mis audífonos al celular y puse una canción de Katy Perry, empecé a tararear la letra que era algo movida y vi a una chica de cabello rubio algo rojizo y ojos azules claros mirándome con curiosidad, me quité los audífonos y la saludé.

- ¡Hola, mucho gusto! me llamo Sebastián ¿Qué tal estás?

-¡Hola, soy April! ¡Muy bien, gracias! ¿Qué escuchabas? -Preguntó curiosa.

- Ahh, escuchaba una canción de Katy Perry, no soy muy fan de ella, pero la canción me parece interesante, se llama Hot not Could, ¿La conoces?

- ¡Claro! ¿Quién en el 2018 no conocería un clásico como ese? - respondió con una amable sonrisa.

- ¡Si! la canción es genial, pero me gusta más las canciones lentas y con letras profundas, como las de Adele, Lana Del Rey o las de Coldplay.

- ¡Yo amo a Adele! ¡Sus canciones! ¡Su voz! ¡Su, ohh Someone like youuu! - empezó a cantar de una manera graciosa lo que provocó que riéramos animadamente.

-Y dime, ¿Eres nuevo verdad?

-Si lo soy, vengo de San Francisco, mis padres consiguieron un mejor trabajo aquí y pues el destino me trajo hasta esta silla- respondí alegre.

- ¡Que bien!, sé que te ira bien en esta escuela, puedo ver que ya tienes popularidad entre algunas chicas, a veces las escucho hablar cosas como: ¿Has visto al chico nuevo? ¡Está tan bueno! ¡Y su trasero!!!- dijo poniendo una voz chillona imitando a las demás chicas plásticas de la institución, provocando que me sonrojara ligeramente.

-Pues eso espero, sólo me faltan este año y el otro para graduarme y quiero dejar una huella aquí- le dije.

-¡Estoy segura de que así será!

Tuvimos que finalizar nuestra conversación porque el maestro de literatura, que era un señor regordete entró y empezó la clase, la cual estuvo terriblemente aburrida. Una vez salimos de esa clase, me despedí de mi nueva y adorable amiga, me dirigí a mis siguientes clases en las que no paso nada digno de resaltar.

Me fui a mi casillero a guardar mis libros para irme a mi casa cuando escuché una voz justo de tras de mí.

- ¿Cómo sigue la princesita? - Me preguntó en tono sarcástico y burlón.

- ¿Disculpa?

- Que ¿Cómo sigues princesita?, no me digas que te olvidaste de tú escena esta mañana.

-Ahh eso...bien, ¿Cómo supiste? - respondí indiferente aún guardando mis cosas en casillero.

-Yo fui el que te llevo hasta la enfermería, ah y por cierto... ¡Me debes una camisa nueva! Machaste la que tenía puesta con tu asquerosa sangre.

-¿Qué diablos te pasa? si no querías manchar tu camisa barata pues bien podías dejarme ahí tirado en el piso, no tenías el deber de ayudarme, en todo caso - dije tomando aire - Gracias.

-Da igual- respondió con indiferencia ¿Por qué siempre era así?

-Bueno ¿Cuándo empezamos las lecciones de química? - dije cambiando de tema y buscando fastidiarle.

-Cuando muera y sea sepultado bajo 100 metro de tierra- Respondió.

-Te recuerdo lo que dijo el profesor, además, si me ayudas yo podría ayudarte a mejorar en matemáticas- dije tratando de ser amigable.

-¿Mejorar? ¿Me viste cara de idiota?

- ¿Sabes qué? ¡Olvídalo! - cerré el casillero y estaba dispuesto a irme cuando me dijo:

-Sabes que pensándolo bien si necesito algo de ayuda, revisaré mi agenda y te diré cuando podemos empezar.

¿Quién se creía que era para decir eso? ¿El hombre más importante y necesitado del mundo? La gran mierda es lo que es.

-Ok- respondí sin más.

-Ok.

Seguí mi camino y me encontré con mi hermana que estaba hablando con los Collins, los cuales me regañaron como si fuera un niño pequeño por no haber desayunado. Nos fuimos hacia el auto, hablamos y nos reímos hasta que llegamos a casa, saludé a mis padres y me fui a mi habitación, me cambié de ropa, bajé a cenar, lavé los platos y subí a dormir.

Me recosté en mi cama mirando el techo, recordando todo lo acontecido en el día, el desmayo, la enfermería, los muchachos, mi nueva amiga y por último él. ¿Por qué si le caía tan mal y le fastidiaba tanto me había ayudado? ¿Y aún más porque había aceptado la propuesta que le hice? Pero aún peor, ¿Por qué me interesa lo que haga o deje de hacer, ¿Por qué diablos me importa si comparte clase conmigo o no? Tal vez sea por el hecho de que quería que fuera mi amigo. Si eso llegara a pasar por alguna extraña razón me sentiría... ¿Feliz?

Me quedé mirando el techo por un rato más hasta que sin darme cuenta me quedé plácidamente dormido, teniendo presente, una vez más, unos profundos ojos verdes.

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