-Hasta pronto, Sir Arthur. -Dijo Liliana.
-Cuidese, joven. -Dijo Winston.
-Hasta pronto, mucha suerte en sus viajes. -Respondió Arthur.
Y así, Liliana y su ejército se marcharon, Arthur miró como el ejército se iba con una pequeña sonrisa. Robert se acercó a él.
-Mi señor, ¿De qué hablaron usted y la princesa anoche? -Preguntó.
Arthur lo miró con una sonrisa.
-Solo te diré que conseguimos a una muy buena aliada. -Sonrió Arthur-. La princesa quedó tan fascinada que quiere que estemos de su lado, nos ayudará a crecer y desarrollarnos en secreto.
Rober quedó perplejo, pero luego se emocionó. Sí, Liliana tenía mala reputación pero aún así era una princesa.
Anoche...
-¿Que tengo que hacer sir Arthur?
-Solo consiga esclavos, si quiere ganarse una buena reputación, liberelos y dígales que los llevará a un lugar mejor. Asegúrese de que nadie sepa que trama nadie debe saber que Orley existe todavía.
Liliana asintió con la cabeza.
-¿Y cuál será nuestro próximo paso después de eso?
Arthur pensó detenidamente.
-Regentar tierras sin permiso es ilegal, pero. Una vez tenga 5 mil personas bajo mi protección, usted puede ayudarme a convertirme en noble de Glideric con Orley como mis tierras. -Explicó Arthur.
Los ojos de Liliana brillaron.
-¡Si te conviertes en noble de Glideric podrás crecer sin miedo! -Dijo Liliana.
-Sí, pero eso no significa que sea libremente. Todo Glideric sabrá que estoy de tu lado, tus hermanos y hermanas incluidos. -Mencionó él.
Liliana asintió mientras chasqueaba la lengua.
-Si empiezan a meter espías aquí dentro... -Dijo Liliana.
Arthur se echó a reír.
-Eso nunca sucederá, conozco cada rincón de mis tierras como la palma de mi mano, nadie entrara a Orley sin que me enteré primero. -Afirmó.
Bebió un poco de agua y continúo.
-Aunque Orley estará ligado al reino, en un principio sus puertas estarán cerradas a excepción de amigos de la princesa Liliana y Adela Greenhart. -Sonrió.
-¿Ella nos apoyará? -Preguntó sorprendida, Arthur se rió.
-Esa mujer mató con la mirada al general Mallory cuando su hijo me desafío a un duelo. -Aclaró.
-¡¿Eh, te enfrentaste al hijo del general?! -Preguntó asombrada-. Adela había omitido esa parte, ¿Le ganaste?
-Sí, pero no nos desviemos del tema. Por ahora ocupemonos de hacer crecer a Orley.
...
Eso fue de lo que hablaron anoche, Arthur estaba emocionado por lo que se venía.
Por ahora, Arthur se aseguró de entrenar bien a sus hombres, ya sea en armas de fuego, espadas o cuerpo a cuerpo.
Mientras, Orley se desarrollaba, claro. Con la adquisición de la tinta y tiza los profesores podían enseñar mejor, Arthur también construyó un aserradero usando el río.
Pero Arthur aún así se centró en su ejército.
Disciplina, formaciones Arthur quería convertirlos en un ejército de verdad puesto que en un futuro, si forman parte de Glideric, es muy probable que los hagan participar en batallas.
Para practicar, Arthur hacia que sus hombres se enfrentarán entre sí formando dos bandos, Robert de un lado y Feyton del otro, saca uno debía capturar o vencer al otro equipo.
Era sencillo, si te golpeaban estabas muerto y debías quedarte en el piso muerto hasta que la batalla acabe, si alguien hacia trampa sería severamente capturado por Arthur.
A pesar de estar en igualdad de números, Feyton y Robert terminaban con muchas bajas lo que hacía que Arthur los reprendiera, pero a su vez los felicitara por sus mejoras.
No eran soldados ni caballeros, pero podrían ser mejor que eso.
Dado que había mujeres en las filas, Arthur supo que tenía que confeccionar dos conjuntos de armadura para ambos sexos.
Él quería que las mujeres fueran arqueras, así que su armadura sería algo más ligera que el de la infantería normal y la caballería.
Y así pasó dos meses de entrenamiento duro.
Con la ayuda de André, en menos de la mitad del segundo mes fabricaron armaduras para todos usando acero y cuero oscurecido
-¿Que tal me queda? -Preguntó Arthur.
Sus amigos, Feyton, Robert, Faila e incluso el propio Ghost quienes traían sus armaduras, vieron a Arthur y quedaron perplejos.
-M-Mi señor, ¡se ve increíble! -Dijo Robert.
-¡Es como si la armadura estuviese hecha perfectamente para usted! -Dijo Faila.
-Es como si estuviera frente a un Rey... -Dijo Feyton.
-¡Barf! -Ladró Ghost.
Arthur sonrió y asintió con la cabeza.
-Gracias, muchachos. -Dijo.
...
Arthur miró a sus hombres, todos traían sus armaduras con orgullo y estaba formados. Arthur tranquilamente caminó de lado a lado mientras los observaba y asentía.
-Yo los veo a ustedes muy bien. -Dijo Arthur.
Había diferentes características en sus uniformes, que tan ostentosas eran por ejemplo. Esto para diferencia los rangos entre ellos, por ejemplo, algunos cascos traían picos mientras otros no.
Arthur lo quizo simple, soldado, sargento, capitán, sub oficial, oficial, general y comandante. Arthur por supuesto era el comandante, Robert su general y Feyton su oficial. Faila era sub oficial.
Esto por supuesto no era porque sí, cada uno se había ganado su puesto gracias al esfuerzo, el entrenamiento y la experiencia conseguida.
-Mi señor, ¿Por qué nos ha entrenado como un ejército convencional? -Preguntó Robert.
Arthur les había entrenado en tácticas de guerrilla. Lo normal de este mundo sería formar grupos y atacar en orden pero Arthur era diferente.
Los dividía en posiciones estratégicas, cada soldado estaba preparado para combatir solo si es necesario, ya sea con puños y dientes.
Los soldados de Arthur desde que comenzó a tomar en serio sus entrenamientos hace poco, habían aprendido Judo, Aikido, Krav maga, Kickboxing, incluso Sambo, el arte marcial usado por los Spetsnaz.
Eran máquinas de matar ahora, antes apenas si sabían boxeo, y usaban sus pies en combate pero ahora... aún si perdían sus espadas, eran muy letales.
Claro, todavía les faltaba experiencia y meses sino años de practica, pero aún así seguían siendo peligrosos.
-¿Convencional? ¿Desde cuándo son un ejército convencional? ¡Todos ustedes son unos monstruos! -Se río Arthur- ¡Díganme un solo ejército que sepa las artes marciales que les estoy enseñando!
Nadie respondió.
-¡Exacto! -Dijo Arthur.
Él se echó a reír.
-Esto es solo temporal, sé que, las tácticas que les había enseñado son más efectivas que simplemente esperar, formar y atacar. Pero es necesario, al menos por ahora. -Explicó.
Lo miraron con confusión pero si él lo decía era por algo. Aún así, Arthur no quería que confiaran en él tan ciegamente así que les explicó la razón.
-En un futuro, Orley formará parte de Glideric. -Dijo, sorprendiendo a todos-. Sé que tienen muchas preguntas, pero es necesario. Somos muy pocos para hacer lo que queramos sin permiso del reino, si seguimos así tarde o temprano nos asediaran y reclamarán lo que es suyo por derecho.
Algunos asintieron con la cabeza, otros permanecieron escepticos. Algunos sabían qué, mientras estuvieran aquí, estas tierras serían siendo Gliderianas.
Otros estaban tan contentos que ya sentían que este lugar les pertenecía, independientemente de si estaban dentro de Glideric.
-Mi señor, Glideric aprueba la esclavitud, si vamos a formar parte de ellos, ¿También adoptaremos sus políticas? -Preguntó un soldado preocupado.
Arthur negó con la cabeza.
-No adoptaremos ninguna ley, política o civil del reino. Lo único que permitiré aquí será el comercio. -Afirmó Arthur-. En mi ciudad, no se permitirá la esclavitud, la violación, ni cualquier tipo de agresión que incumpla las leyes escritas por mí, en la plaza judicial.
La plaza judicial era el lugar donde estaban escritos los derechos y las leyes, también se llevaban a cabo los juicios allí. Una vez alguien robó comida sin permiso, pero como no fue la gran cosa simplemente recibió una amonestación.
Trabajar por una semana con la paga reducida, es decir que recibiría menos comida pero tampoco era como si fuese a morir de hambre.
-Y si la gente del reino quiere venir a Orley, tendrán que aceptar estos términos sí o sí. -Dijo Arthur-. Podrán venir y decir lo que quieran, pero aún así este es nuestro hogar. Y nosotros decidiremos que pueden y que no hacer aquí.
Todos asintieron con sonrisas, nada les complacía más que saber que todo seguiría igual.
-Así que, a menos que sea en secreto, olvidense de usar las armas de fuego y polvora. -Dijo-. Mucha gente nos estará observando y si el reino se entera de estás armas, nos obligarán de una u otra forma compartirlas.
Ahora entendieron porque debían entrenar como un ejército medieval común. Al menos en su mayoría ya que al fin y al cabo, las tácticas dependen de sus líderes.
-Confio en que daremos una buena impresión, así qué ya saben. Disciplina, honor y respeto. -Dijo Arthur.
Los hombres formados se pusieron rectos y pisaron la tierra con fuerza, Arthur asintió con la cabeza.
-Ahora, ustedes son soldados. Nuestros aliados nos respetarán y nuestros enemigos nos temerán. A dónde sea que vayamos, nuestra presencia será símbolo de valor, unidad y fuerza. -Dijo Arthur.
Él sonrió.
-Les demostraremos al mundo de lo que somos capaces los Orlianos. -Dijo.
Sus hombres chocaron sus puños en sus armaduras mientras aclamaban motivados el discurso de su líder. Arthur asintió con la cabeza y los disolvió poco después.