*Dos semanas después*
.-¿Todos en posición?-. Pregunté.
.- A tu señal-.
Aron había estado moviéndose continuamente de posición, pero las estancias de sus asesinos seguían en el mismo lugar y sin protección.
Y no lo culpaba, ¿Quien en su sano juicio intentaría atacar seis locaciones con casi 100 asesinos medio entrenados?
NOSOTROS.
Aunque eramos fácilmente diezmados, eramos mucho más letales.
Aina había mostrado una fuerza de voluntad increíble, y eso era tangible en la manera en que había aprendido a pelear.
Aunque sus conocimientos y habilidades no eran del todo expertas, se defendía con fervor.
En este momento, estábamos escondidos fuera de la primera fortaleza de asesinos. Aron había sido listo, todas sus locaciones estaban en lugares escondidos de la civilización. Algunos en pequeñas islas, y algunos otros en lugares montañosos. Como éste.
Habíamos cortado sus comunicaciones con éxito, el primer y mas importante paso. De esa manera no podrían comunicarse para pedir ayuda o poner sobre aviso a los demás.
.- ¡Ahora!-. Dije por el auricular.
Jaziel, sus hermanos y Mark atacarían por el lado norte; los demás atacaríamos el frente sur.
Entramos por las bardas causando un enorme alboroto; los primeros en caer fueron los que resguardaban los alrededores, y no tuvieron ni tiempo de pestañear.
Estábamos armados hasta los dientes, peleábamos con todo lo que teníamos a mano.
Todos estaban transformados, y gracias a la mutación de los chicos, los asesinos novicios no tuvieron oportunidad alguna.
Terminamos con todos en menos de dos horas.
Revisamos todo y recopilamos lo que podría sernos de utilidad; al final apilamos los cuerpos y Mark les prendió fuego.
.- Ellos no mostrarían el mismo respeto por nuestros caídos-. Dijo Peter.
.- Lo sé, pero nosotros no somos iguales a él-. Le dije seria.
...
Los ataques a los aquelarres fueron continuos, de esa manera reducimos el peligro de ser descubiertos.
Los siguientes cuatro aquelarres fueron tan sencillos como el primero. Aunque dos de las fortalezas tenían casi el doble de asesinos, y mejor entrenados. Por lo que nos tardamos más, y nuestras heridas subían de tono.
Cuando llegamos al último lugar, nos tomamos dos días para analizar el lugar, las instalaciones y planearlo mejor.
.- ¿Cuántos son?-.
.- 156 asesinos-. Mark hizo la lectura esta vez, iba mejorando bastante.
.- Son demasiados-. Peter se alarmó.
.- Y eso no es todo, por lo que pude detectar, sus mentes están mas desarrolladas y tienen mayor confianza en sus cuerpos, lo que indica que están mejor entrenados-.
Mierda.
Quedamos en silencio.
.- No podemos echarnos para atrás-. Recalcó Damon.
.- Es cierto-. Secundó Aina.
Aina había tomado muy en serio su papel de conquistar a Damon, así que siempre estaba de acuerdo con él. Y parecía su sombra.
.- ¿Nos dividiremos?-. Jaziel me miró.
.- No, lo mejor será ir juntos esta vez, y atacar desde un lado, así no correremos tanto riesgo-. Declaré.
.- Tengo un plan-. Declaro Jaziel. Todos lo miramos expectantes.
.- ¿Y si esta vez lo hacemos del modo sigiloso, entramos e intentamos que nadie nos vea? Así vamos disminuyendo su número antes que se desate el infierno-.
.- Es una brillante idea-. Le sonreí.
.- Podemos entrar por diferentes secciones, atacando primeramente los lugares donde duermen, así los rezagados caerán primero, si alguno es sorprendido, los demás acurrimos en su auxilio y comenzamos a pelear como siempre, pero ya tendríamos mas ventaja-.
Todos voltearon a verme esperando mi aprobación.
.- Es una excelente idea, atacaremos de noche, todos usaran el camuflaje de sus trajes, a esa hora estarán en su forma humana, así que no podrán vernos, mataran a los que se encuentren solos, y esconderán los cuerpos, eso nos dará cierta ventaja-.
Aún era de día, por lo que teníamos tiempo suficiente para descansar antes de ponernos en marcha.
Nos vestimos y armamos como si fuera la tercera guerra mundial. Para algunos de nosotros lo sería.
Estábamos nerviosos, Después de haber perdido a dos de nuestros hermanos, es difícil hacerte a la idea de poder perder a alguno mas.
En silencio, recé porque no tuviera que enterrar a nadie de mi familia. Ni hoy, ni en un futuro cercano.
.- ¿Listos?-. Pregunté al anochecer.
.- Listos-. Respondieron todos al unísono.
Y di la señal.
Corrimos directamente hacia la fortaleza, ya habíamos cortado sus comunicaciones, así que entramos sin preocupación.
Los primeros en caer fueron los guardias, y tiramos sus cuerpos hacia afuera; nadie notó que ya habíamos logrado entrar.
Yo me adentre a uno de los edificios, y al llegar me encontré con un par de hombres que estaban teniendo una riña; con la invisibilidad de mi traje, me acerque sin que se dieran cuenta, y les corté a ambos la garganta. Mientras se desangraban, arrastré sus cuerpos y los metí en un pequeño cuarto de limpieza.
Seguí caminando, abriendo con cuidado las puertas, las primeras tres estaban vacías, y en la cuarta me quede quieta.
Había siete hombres, de la complexión de Evander, sentados al rededor de una mesa. Cuando oyeron abrir la puerta, miraron en mi dirección y fruncieron el ceño.
.- ¿Quien dejó abierto?-. Dijo uno de ellos mientras se levantaba, entré por completo y aguarde en una esquina. El hombre cerró la puerta con llave y se la guardó en el pantalón.
.- Bien, ahora que no falta nadie, podemos empezar-. Dijo otro cuando el hombre de la llave ya había tomado asiento.
.- Casi todos nuestros hombres están de acuerdo con alzarnos en motín mañana que lleguen los jefes-. Dijo uno.
¿Motín? ¿Jefes? Eso no sonaba muy bien.
Decidí aguardar en silencio. Donde quiera que los demás estuvieran, sabia que estarían escuchando.
.- ¿Creen que seamos suficientes? Sus escoltas personales están tan entrenados como ellos, y nosotros no somos tan fuertes-.
El mas fuerte de ellos pegó con el puño a la mesa.
.- ¿Te estas acobardando?-. Le gritó.
.- N...no señor-.
.- Aquí no hay lugar para cobardes-. Dijo antes de golpearle la cara. Di un pequeño brinco por el susto.
.- ¿Que haremos después?-. Preguntó otro.
.- Iremos por la chica que Aron busca, debe tener algo que él quiere-.
Mierda.
.- ¿Que haremos con ella?-.
.- Depende que tanto pueda divertirme-.
Todos comenzaron a reírse, yo intentaba no vomitar.
.- Debemos ponernos en marcha, los jefes llegan al alba-.
Antes que pudieran salir, había acabado con cuatro de ellos; los otros tres se pusieron en guardia.
Cuando aparecí frente a sus ojos, note la manera asquerosa en que me miraban.
.- ¿Eres una espía del jefe?-.
Me reí ante su comentario. Negué con la cabeza.
.- ¿Quien eres?-.
.- Deberían saberlo, hasta hace unos minutos estaban hablando de mi-. No les di tiempo de digerir lo que les había dicho, cuando mis shukos habían cortado sus gargantas.
Estaba buscando la llave de la puerta entre los pantalones del hombre, cuando escuché que algo atravesaba las paredes y se dirigía hacia mi.
No tuve tiempo de voltear, cuando un enorme cuerpo se estrelló contra el mío, lanzándome contra la pared.
Mi cabeza se estrello contra la dura roca, y mi frente comenzó a sangrar; mi vista se nubló y empecé a ver puntos negros.
Intenté incorporarme, y de nuevo fui aventada contra la pared.
.- Me da gusto que llegaras, Audrey, Aron dijo que vendrían-. Dijo aquel hombre.
Sus ojos eran del color del vacío, y tenía unas enormes zarpas en lugar de manos; me sonrió a tiempo que un par de asquerosas alas salían de entre sus omóplatos.
.- Es una trampa-. Susurré.
.- Bienvenidos al infierno-. Me dijo justo antes de enterrar sus garras en mis hombros, y atravesar con mi cuerpo todas las paredes del edificio.