Amor Imposible

By AndyPanda-14-zzz

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Las Bestias también se enamoran... More

Prologó
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Epilogo

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By AndyPanda-14-zzz

Rompiendo lazos con el pasado

Balderik

Observó desde mi lugar como Lev guarda una de las cabezas en una caja de metal para llevárselo al lugar donde piensa irse con Zinov, quien esta empapado de sangre hasta en el cabello cuando hicieron explotar a uno de ellos.

Estoy furioso desde que supe que el malnacido entró a mis tierras solo para conseguir lo que es mío y que no sabía que andaba por las calles justo cuando ellos entraron. No me gustaba recibir la ayuda de alguien más, pero no tuve opción cuando el tiempo se me estaba escapando desde que el rastreador me indicó donde estaba ella realmente.

Zinov no tardó mucho en rastrearlos también, él más que nadie ha querido demostrar que está de nuestro lado solo por querer ganarse la confianza de nosotros y que le brindemos nuestra bendición a la hora de casarse con mi hermana, para su desgracia yo ya le di mi bendición a alguien más que sí es de mi agrado.

Lev se aleja una vez sus hombres se llevan la caja. Nerón va detrás y supongo que es para empezar a llegar a un acuerdo más para tener tiempo de traer a Hela.

— ¿Ya fuiste a ver cómo está? — Volteo a ver a Zinov que estaba bastante incómodo con lo que tenía encima, la sangre no era para nada igual a la de un ser humano normal.

— ¿Te importa? — Preguntó a la defensiva.

Si fuera por mi ya me habría largado con Brigid, pero primero tenía que hablar con Nerón antes de irme.

Zinov niega con la cabeza quitándose la sangre del rostro con un trapo que le habían entregado.

— Espero poder conocerla pronto, digo, porque a lo mejor piensas hacerla tú esposa ¿no? — Lo ignoró. Mis asuntos personales no tenían porque importarle — ¿De que mafia viene? — Insiste — Nunca la he visto, supongo que su familia no es nada reconocida porque estoy seguro de que no me habría olvidado de un rostro tan hermoso como ese — Y sigue con la pendejada. Volteo a verlo mostrándole que sus comentarios me desagradan.

— ¿Qué? ¿Ahora pretendes llegar a un acuerdo conmigo para hacerla tu esposa en caso de que esperes que responda lo contrario? — Aprieto los puños tratando de contener las ganas de irme sobre él y molerlo a golpes.

Me enferma siquiera pensar que otro idiota se obsesioné con ella.

Zinov suelta una carcajada al ver mi reacción, pongo los ojos en blanco apartando la mirada de él. No estoy para sus payasadas y sino se detiene ahora estoy seguro de que lo golpearé ahora mismo sin importar que esté Lev y Nerón a un pasillo de distancia.

— No me interesa a pesar de que es muy linda, sigo creyendo que Hela es la adecuada para mi, es mucho más hermosa.

— Vuelve a decir eso y no tardaré ni dos segundos en enterrarte el tenedor en el cuello — Digo al tiempo que agarro el cubierto de la mesa.

Lev y Nerón vuelven logrando que Zinov no diga más tonterías.

— Créeme que de esto no te vas arrepentir — Habla Lev dándole un par de palmadas en la espalda a mi padre — Es hora de irnos, Zinov, no quiero ver al Coronel Lombardi ahora mismo — Zinov no tarda en ir a su lado — Espero resultados, Nerón — Mira con advertencia a mi padre antes de mirarme — Nos veremos pronto, Baderik.

Una vez se han ido me voy con mi padre en completo silencio hasta salir del edificio.

— Te ha dado más días ¿verdad? — Preguntó cuando nos encaminamos a la camioneta que nos espera.

— Me ha dado meses, suficiente tiempo para que yo mismo lo haga. Solo necesito unos días para ponerme al corriente con toda esta situación — Suspira con frustración antes de adentrarse a la camioneta — Aún tengo que lidiar con la noticia de que tú y esa rehén son pareja ahora — Bufa sacando su cajetilla de cigarros. Hace tanto que no lo veía fumar de esos, desde que yo cumplí los once dejo de hacerlo cuando pudo superar la muerte de mi madre

— No necesito que alguien más me engrandezca, suficiente tengo con mi apellido.

— Obtienes más beneficios, más alianzas y más respeto para que todo mundo dude a la hora de querer joderte.

— Cuando existe gente como Desmond es mejor valerte de algo más que poder para poder derribar a los parásitos que buscan lo mío.

— Ella no es tuya.

— ¿Quién lo dice? Tu palabra no cuenta, solo eres el hombre que me planto en el vientre de mi madre y ya está — Suelta el humo pasándose los dedos por el puente de su nariz — Yo decido con quien quiero estar y con quien no.

— Bien, entonces deshazte de Natasha porque ahora mismo no tengo la fuerza ni las ganas para lidiar con ella — Pongo los ojos en blanco. Ya me había olvidado de ella — Otro error tuyo que no me deja conciliar el sueño.

— ¿Donde está?

— En Sicilia, ahora mismo voy para allá y quiero que te la lleves, regrésala a su casa o no sé, pero deshazte de ella de una vez.

Guardo silencio en todo el camino, incluyendo cuando abordamos el Jet que nos llevará directamente a Sicilia.

No tenía la necesidad de pensar en las palabras correctas y mucho menos en donde iba a dejarla porque simplemente la sacaría a las malas y la abandonaría en el aeropuerto de Italia con un boleto a Londres.

Natasha no era ya alguien que formara parte de nuestras vidas, mucho menos en la mía ya que hace tanto deje de tenerle el poco aprecio que me había quedado, ahora ya nada existía. No entiendo porque es que volvió, si en verdad es por Hela, es una lástima que mi hermana tampoco quiera tenerla cerca y todo por no haber sido sincera con ella a la hora de involucrarse conmigo.

Abordamos la camioneta que es custodiada por más de cuatro camionetas que nos siguen hasta la casa de mi padre. Enseguida me bajo y mi padre se marcha piso arriba mientras que Julieta llega bastante feliz a recibirme, pero la ignoró. La relación con ella se quebró cuando la escuche hablar sobre mi y mi familia con la entrometida de Anastasia.

— ¿Donde está ella? — Preguntó sin mirarla.

— En el jardín — Me alejo a paso rápido cruzando la cocina y llegar a la puerta trasera.

Tenso la mandíbula al verla tocar los pétalos de los lirios blancos. «No pierdas la compostura» me mentalizo antes de avanzar hacía ella.

— Tenemos que irnos — No la saludo ni soy amable a la hora de acercarme, ya sólo quería largarme para llegar con la que de verdad me interesa.

— Hola Balderik, me da gusto volver a verte — Dice con sarcasmo sin voltear a verme — Creí que ya no conservabas estas flores.

— Vámonos — La tomó del brazo y ella se zafa de mi agarre con brusquedad.

— ¿Qué mierda te pasa? — Me fulmina con la mirada — Estoy aquí porque tu padre me dio la entrada, puedo estar aquí cuanto me plazca — La fulmino con la mirada. Hace tanto que dejo de ser aquella mujer con los privilegios de esta casa.

— ¿Cómo? — Me acerco amenazante — ¿Con que derecho te crees para hablarme así en mi casa?

— ¿Tu casa? — Se burla — Es de tu padre.

— Exacto, mi padre — Enfatizó las palabras. Como que la vida normal le afectó las neuronas — El hombre que cuando se muera todo esto quedará bajo mi cargo.

— ¿Recuerdas cuando te confesé que eran mis favoritas? — Pongo los ojos en blanco cuando se desvía del tema — Fue una tremenda coincidencia que fueran las tuyas también, desde tiempos memorables el destino nos estuvo queriendo decir algo.

— ¿Te estás escuchando? Suenas bastante ridícula al hablar del destino.

— Ridícula o no es la verdad — Me mira — Tú y yo estamos destinados a estar juntos, solo que tiempo atrás aún no era el momento — Me toma de la mano y me jala llevándome con ella entre los arbustos hasta dejarse caer sobre el césped llevándome con ella con brusquedad provocando que caiga sobre su cuerpo.

Alzó la mirada y enseguida el recuerdo me invade. Sus ojos verdes han cambiado enseguida por unos azules tan dilatados, aquella ocasión estaba tan decidido hasta que ella me apartó devolviéndome a la realidad.

«Brigid»

Me apartó con brusquedad al sentir las manos de Natasha en mis mejillas.

— ¡¿Qué carajos te pasa?! — Le preguntó molesto mirando a nuestro alrededor. Estábamos a vista de todos y espero por su bien que nadie viera esta escena tan vergonzosa.

Ella se levanta entre risas divertidas que solo me amargan aún más el momento. Natasha tenía una idea errónea de nosotros, al parecer al volver los recuerdos la hicieron pensar tan diferente creyendo en el destino. «Por obra del destino es que estoy aquí» que idiotez.

Natasha se levanta sacudiendo su ropa antes de venir directo a mi con intensiones de besarme, pero no dudo en apartarla sin medir la fuerza con la que la empujo. Estoy harto de que se comporte de esa manera, ha cambiado demasiado desde la última vez que nos vimos y no recordaba que tuviera una crisis a un nivel extremo.

— ¡Basta! — Le grito enfurecido — ¡Entiende que no existe el destino! — La levantó a las malas y la pongo en mi hombro llevándomela de aquí — Lo nuestro dejo de existir ¿comprendes?

— ¡Suéltame! — Grita entre sollozos. ¿Estaba ebria? ¿Drogada? o ¿porqué mierdas se comportaba de esta manera?

Entró a la casa y Julieta nos ve con ambas cejas alzadas al ver cómo Natasha me pelea y alega que no sé decirle las verdades a la cara. Al parecer ya olvidó cómo soy también.

Entró a la camioneta aventándola al asiento sin ningún tipo de cuidado ya que su cabeza se estrella con la ventanilla.

— Al aeropuerto — Ordenó y enseguida el conductor se pone en marcha. Seguramente era Frederic, el hombre de confianza de mi padre.

— Eres un maldito patán — Dice mientras se soba la cabeza sin dejar de llorar.

— Me tienes harto con tus comportamientos de loca — Me arreglo la ropa más enfurecido que antes. Aún estaba sudando y tenía sangre salpicada en la ropa, el genio se me empeora cada vez más porque aún no he llegado a la casa donde está Brigid.

Mi teléfono vibra y veo que es Guido, no dudo en contestar a pesar de que a mi lado está Natasha alegándome el porque se fue.

— Señor, disculpe que lo moleste, pero la señorita Brigid quiere saber si llegara para la cena.

Miro la hora en mi reloj y suelto un suspiro cansado pasando una mano por mi cabello.

Ni hambre tenía, solo quería llegar a bañarme y acostarme con Brigid para empezar con la reconciliación porque a pesar de todo también estoy molesto con ella por no acatar mis órdenes. Hoy estuve a poco de perderla por su terquedad de salir y justo en el peor momento.

— Llegaré en unas horas, que no me espere para la cena.

— De acuerdo, señor — Cuelga la llamada.

— ¿Qué? ¿Te está esperando tu zorra?

— No, de hecho te veo más desquiciada que nada, pero ¿esperándome? No, en definitiva no lo estás porque me tienes aquí ¿oh no? — Me golpea y aquello solo me estalla la poca paciencia que le tenía. La tomó de las muñecas y la estrelló contra el asiento logrando que me mire aún más embravecida que antes.

— Te odio.

— Y tú me tienes harto, me estás haciendo pensar en que debería de matarte en lugar de dejarte en el aeropuerto con un boleto de regreso a Londres.

— ¿Por qué te resistes tanto? — Su mirada de enojo cambia por completo a una de tristeza queriendo darme lastima — ¿Ya olvidaste lo mucho que nos amábamos?

— Tú has olvidado cómo soy ¿verdad? Nunca deje de ser lo que conociste, lo que amaste y lo que dejaste de amar, sigo siendo el mismo hijo de puta que dejaste por tu cobardía.

— ¡Te supliqué que vinieras conmigo!

— ¿Ir a donde? ¿A jugar a ser la familia feliz? ¿Fingir que no soy un hombre que le encanta asesinar a los que quiere y detesta? Esta vida no se desecha con facilidad y lo sabes, tampoco es que quiera deshacerme de esto que tengo porque me da más de lo que tú antes me ofrecías.

Traga duro y las lágrimas le empapan las mejillas. Se veía tan ridícula queriendo obtener el papel de víctima, desde hace tanto solo obtuvo el papel de cobarde y no puedo verla de otra forma que de ese. No estuvo cuando más la necesité entonces que no venga a joder.

— No fui suficiente para ti.

— Exacto, no lo fuiste — La suelto de mala gana volviendo a mi lugar — Deja de querer obtener lo que perdiste hace tanto tiempo, no cambie por ti y no pienso hacerlo por nadie.

— ¿Y Hela? ¿Ya sabes algo sobre ella?

— Ella tampoco quiere que estés aquí, si ella vuelve está claro que no va a querer verte. A ella le fallaste primero sabiendo el pacto que tuvieron y era que no tuvieras nada conmigo.

— ¡Querías eso tanto como yo!

— Yo no sabía de lo pactado, tú sí. De haberlo sabido de todas formas la que está fallando eres tú, no yo.

— Siempre buscas la manera de salirte con la tuya.

— ¿Y apenas lo notas? — Preguntó con sarcasmo bajando la ventanilla de mi lado para poder inhalar aire fresco. La fragancia del perfume de Natasha mezclado con mi sudor y la sangre que llevaba encima me estaba asfixiando.

— ¿Cuándo dejare de amarte? — Suelto un suspiro, no quiero perder la razón y el arma me estaba pidiendo a gritos que la utilizara de una buena vez.

Tiempo atrás pude haber respondido de una manera idiota porque no fue mentira que yo igual la llegue a querer, pero con Brigid en mi vida las cosas me han hecho ver que el sentimiento que tenía por Natasha es bastante diminuto a lo que siento por Brigid.

— Cuando vayas con un terapeuta o hasta que te suicides — Le respondo dándome igual el impacto que vayan a tener mis palabras sobre ella.

El resto del camino solo la escucho sollozar y aunque llegáramos al aeropuerto a ella no le importa que la gente la vea con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Bajo del auto y me encamino a donde esta para darle el boleto que iba directamente a Londres.

— ¿Estas seguro de que quieres que tengamos este final? — Pregunta justo cuando le doy la espalda dispuesto a marcharme — Te doy una última oportunidad de que me digas lo que tanto quiero escuchar — Suelto un suspiro dándome la vuelta para encararla.

— Tienes razón, necesitas irte sabiendo algo muy importante — Su mirada cambia a una llena de esperanza cuando me le acerco — Yo ya no te amo, Natasha — Su rostro palidece dando un paso atrás — Yo no estoy enamorado de ti porque amo a Brigid Stroe — Lo dije — ¿Lo entiendes? Estoy enamorado de la hermosa mujer de ojos azules que está esperando por mi y no quiero desperdiciar ni un minuto más contigo.

Le doy la espalda dando grandes zancadas para montarme en la camioneta que me llevará al Jet.

Lo dije y no me arrepiento, aunque tengo claro que debí de habérselo dicho a la mujer que hace rato espera a que se lo diga, pero primero tenía que hacerla sufrir por haber puesto su culo en riesgo cuando claramente le ordene que no saliera de la casa. No dejo de pensar en la posibilidad de que yo hubiera llegado tarde y no la hubiera encontrado.

Desmond Jäger estuvo bastante cerca de arrebatarme a la mujer que quiero y no es algo que vaya a olvidar con facilidad. Necesito encontrarlo y acabar con su miserable vida, detesto que ande obsesionado de una mujer ajena, no le pertenece, nunca lo hizo porque claramente Brigid Stroe me perteneció a mi desde que nació, su cuerpo y el mío encajan perfectamente haciendo que las dudas se respondan solas cuando ella y yo estamos solos.

Le pertenezco y me pertenece, no tengo dudas a la hora de pensar que quiero pasar mis días, meses y años con Brigid Stroe.

Saco mi teléfono cuando esté me vibra en el bolsillo.

«Maksim»

— ¿Qué pasa? — Preguntó cuando bajo la ventanilla.

— Ya hay fecha para la boda — Frunzo el ceño.

Hela ya había dicho que quería casarse después de que pasara lo peor ¿Qué fue lo que cambio?

— ¿Cuando?

— En un mes, tienen que estar presentes porque ella quiere que la veas llegar al altar.

«Un mes»

— ¿Cómo que en un mes? Tengo trabajo que hacer acá — Digo con seriedad y Maksim estaba poco de responder, pero escucho movimientos bruscos y la quejadera de Maksim.

— No sé cómo le vayas hacer, hermanito, pero te quiero aquí presente junto con Brigid y su familia porque serán mis únicos invitados — Contesta bastante molesta — No tengo humor como para escuchar una negativa de tu parte así que más te vale que vengas o tendré que mandar a alguien por ti.

— ¿Qué no te han alimentado o porque andas insoportable?

— Me han dado más de otra cosa que alimentos que se ingieran — Pongo los ojos en blanco — Y créeme que debería de andar contenta, pero no, estoy que me lleva el demonio porque tengo mil problemas encima y no puedo ignorarlos como quisiera porque eso depende de... mi futuro — Suelta un bufido — Y lo único que pido es que mi hermano y su mujer vengan a verme en mi boda con Seth. Solo pido un maldito momento feliz con mi familia ¿es mucho pedir?

Suelto un suspiro y el auto se detiene cuando llegamos a la pista donde me espera el Jet que me llevará directo a Roma.

— Entonces no quieres que lleve a Nerón ¿verdad?

— No me amargues más el día porque te juro que te saco de mis invitados y le diré a Brigid que se busque un mejor prospecto — Sonrió divertido saliendo del auto.

— No me harías eso.

— No a menos de que me des un motivo para hacerlo. ¿Vendrás o no?

— Estaremos ahí, lo prometo.

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Mayday By Azunaro

Fanfiction

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