Amor Imposible

By AndyPanda-14-zzz

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Las Bestias también se enamoran... More

Prologó
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Epilogo

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By AndyPanda-14-zzz

¿Castigo o Premio?

Balderik

— Tenemos todo tipo de armas, desde las más grandes a las más pequeñas — Abre las grandes puertas de acero dejándome ver todo el almacén con grandes cajas que contenían las armas — Tenemos algunas que son más seguras, cómo está — Abre una caja sacando una pistola plateada y señala el lector ovalado — Coloca tu dedo aquí para registrar tu huella y el arma por si solo sabrá quien es su dueño. Mantén tu huella ahí y dispara — Me la entrega — Pruébala.

Coloco mi huella y está hace un leve sonido.

— Ahora apunta y dispara — Apuntó un costal en la esquina y disparo. El costal enseguida se perfora con la bala dejando caer el contenido — Ahora déjeme mostrarte que ya no funciona con nadie más — Le entregó el arma y este apunta y dispara, pero no sale ninguna bala como si el arma no estuviese cargada — ¿Vez? Es una belleza — Sonríe dejando el arma en su lugar — Tenemos varias de estas, aunque faltan más modelos para traer.

— Muéstrame las demás — Ordenó y este asiente haciendo la seña donde varios de sus hombres comienzan a traer varias cajas.

Me muestra cada una y explica cada detalle de las distintas armas que me pone al frente. Me da información necesaria antes de tomar decisiones, los cuales empiezo a escoger las que más les veo potencial, aquellas que me servirán para cuando se presente la ocasión. Al terminar de hacer tratos con ellos me dirijo a reunirme con mis nuevos hombres que están dispuestos a unirse a mi organización. No son demasiados, pero son los importantes ya que tienen contactos bastante prometedores en el Mortal Pressure.

Escucho con atención a cada uno de ellos prometiendo lealtad a mi y a mi hermana que estaba ausente por lo pronto. La tarde se me va con ellos poniéndolos al tanto de los planes que tengo en mente antes de traer a Hela con nosotros y advierto cada punto necesario antes de llevarlos conmigo a la cabaña.

Reviso el teléfono y aún no hay mensajes de Brigid diciendo que lleve la cena para ambos, suelto un suspiro y guardo el teléfono queriendo hacer tiempo antes de ir a la cabaña, así que voy con el hombre que me venderá las armas y doy por terminada la compra al darle el dinero. Se lleva más de veinte minutos contando el dinero y aún no me llega ningún mensaje de Brigid, no sé si debería de ser yo quien mande el mensaje para ver si quería que llevara la cena.

— Señor Ricci, está completo el dinero así que podemos dar por finalizada esta reunión, es un placer para nosotros hacer negocios con un hombre como usted — Asiento a pesar de no haber escuchado lo que dijo, me alejo llevando el teléfono a la oreja y espero a que Brigid responda. Nada, no contesta y eso solo me hace fruncir el ceño, así que marco el número de Guido para verificar que todo esté en orden.

— Señor — Contesta Guido.

— ¿Y Brigid? — Preguntó con seriedad — ¿Dónde está? ¿Todo está en orden o porque carajos no contesta?

— La señorita Brigid no ha bajado en todo el día, le subimos la comida como nos pidió, pero aún continuaba durmiendo — Mi cuerpo se relaja solo un poco — ¿Quiere que suba a despertarla, señor?

— No, ya llegaré en quince minutos, continúa montando vigilancia — Cuelgo la llamada y hago que todo mundo se lleve todo el armamento.

Todos nos montamos a la camioneta mientras que los demás se van en el camión que lleva el armamento. Me voy del lado del copiloto observando por la ventanilla pasando todo el trayecto hasta que llegamos al pueblo, este lugar era pequeño, pero demasiado ilegal para cualquier persona que no estuviera dentro de este mundo. Veo a la gente aún con mercancía a la vista, muchos de ellos vendiendo hasta tarde porque era la hora perfecta para que los más peligrosos del lugar salieran a buscar lo necesario para sus planes más perversos.

Frunzo el ceño al captar a un hombre con mercancía bastante interesante.

— Detente un momento — El auto se detiene y bajo de el para acercarme a las jaulas que estaban a la vista y que uno de ellos fue quien me llamo la atención. El cachorro albino me observa amenazante, gruñendo en mi dirección dejándome ver aquellos ojos azules que flameaban — ¿Cuánto? — Pregunto sin apartar la mirada, el cachorro tenía salpicaduras de sangre en el hocico, pero aquello no disminuía la belleza y el poder que desprendía.

$15024.90 en efectivo — Advierte mientras se acerca a la jaula que me llamo la atención.

— ¿Tienes más de estos?

— Es el único sobreviviente, pero tengo un cachorro, aunque ese no es albino y tiene el precio de $10016.60 igual tiene que ser en efectivo si lo quiere.

— Muéstramelo — Voltea haciendo una seña al niño que esta sentado en la acera, este se levanta y se adentra a la casa — ¿Cuántos meses tienen?

— Tres meses, ambos cachorros — El niño regresa con el cachorro que anda chillando — Ahí lo tiene — Observo ambos cachorros asegurándome que estén en buenas condiciones antes de hacer el trato con el hombre — También tengo más animales que podrían interesarle — Señala a los demás que están enjaulados, pero ninguno me llamaba tanto lo atención como estos dos.

Ya estaba viendo un gran futuro con ambos tigres a mi merced, serán un gran pilar para la organización, para mi familia así como lo son Jichi y Apofis, por lo cual no dudo en pagar por ambos.

Saco el teléfono y marco el número de Maksim quien no tarda en contestar. Me aseguro sobre como esta Hela, me cuenta cada detalle del día, lo que hicieron, lo que hablaron y lo que comieron, me da detalles del avance de Hela lo cual me asegura el tiempo en el que probablemente tendré a Hela de vuelta.

Miro a los cachorros y solo uno de ellos muestra ser más peligroso que el otro, pero eso no quita que el otro no sea fuerte, porque lo es, pero no más que el otro que sigue a la defensiva.

— Intenta que se levante de la cama, tiene que empezar a enderezar la espalda, es solo dolor, que eso no le prohíba movilizarse ¿está bien?

— Por supuesto, ya hablaré con ella al respecto ¿o quieres que te la pase para que lo hables con ella?

— Ahora no, tengo que volver a la cabaña. Mantente atento mañana porque volveré a llamarte para hablar con Hela.

— De acuerdo — Cuelgo la llamada y hago que suban las jaulas de los cachorros al camión.

Brigid

Suelto un suspiro abriendo los ojos finalmente, pero en lugar de encontrarme con la habitación iluminada por el sol, me encuentro con que esta en completa oscuridad. Joder, al parecer me he dormido todo el día. Me levantó y agarro las primeras prendas que me encuentro para ponérmelas encima, agarro el teléfono y veo una llamada perdida de Balderik. Salgo de la habitación devolviéndole la llamada mientras bajo las escaleras, pero él no responde así que me asomo afuera y están todos sus hombres afuera montando vigilancia.

— Oye — Me asomo un poco más, pero el frío hace que me meta de nuevo y solo saque la cabeza para ver a Guido — ¿No te ha hablado Balderik?

— Sí, ha dicho que no tardaba en llegar. ¿Necesita que le ayude en algo?

— No, gracias — Vuelvo adentro he intento marcar de nuevo para saber si debería preparar la cena o iba a traer algo para los dos, pero nuevamente no me contesta. Suelto un suspiro acercándome a la cocina, abro el refrigerador y me siento un poco relajada al ver que aún queda algo del postre que prepare ayer con los hombres de afuera. Al menos esto solo va a disminuir un poco el hambre que tengo.

Me sirvo un par en un plato y salgo de la cocina para ver la televisión en lo que llega Balderik, pero justo cuando dejo el plato en el centro de mesa, escucho los motores afuera. Me acerco a la entrada a tomar el abrigo de Balderik y colocármelo encima antes de asomarme por la puerta.

Alzo ambas cejas impresionada al ver que un camión se acercaba mientras que Balderik bajaba de una camioneta con hombres que nunca había visto, supongo que eran los hombres del Mortal Pressure ya que todos tenían cicatrices en diferentes lugares del rostro. El camión se detiene detrás de la camioneta y se abre la puerta trasera; Guido y los demás se acercan a ayudar a bajar varias cajas que empiezan a llevarse a un lado de la cabaña.

— Quiero que lleven las jaulas atrás, pongan agua y consigan comida en el pueblo — Ordena Balderik a sus hombres que asienten y enseguida algunos se marchan en la camioneta en la cual llegaron.

Balderik supervisa cada movimiento de los demás que llevaban las cajas, me preguntaba que había conseguido que era tan importante para él. Me mantengo en mi lugar aprovechando que él no se ha dado cuenta de mi presencia.

Cajas y cajas iban bajando y cada una de ellas iba a parar en aquel lado de la cabaña que aún no he tenido oportunidad de explorar ya que no sabía que había más lugares que conocer en este lugar. Una cabaña en medio de la nada, esta claro que debe de haber demasiados lugares muy resguardados para cualquiera que venga a husmear por aquí y más cuando Balderik mantenía a sus hombres vigilando el lugar veinticuatro siete.

Me recargo en el umbral cruzándome de brazos sin apartar la mirada de todos los que estaban apresurándose a hacer sus cosas.

— Creí que estabas durmiendo — Volteo a ver a Balderik que me esta observando con los brazos cruzados.

— Acabo de despertar y baje para ver si había algo de cenar, te llame para ver si querías que preparara algo o si ibas a traer algo.

— Por suerte para ti he traído algo para los dos — Sonrío.

— Genial, entonces voy a preparar algo rápido para tus hombres, es necesario que se mantengan despiertos y fuertes si quieres que nos protejan en esta cabaña — Frunce el ceño.

— No es tu deber...

— Pero quiero hacerlo — Lo interrumpo antes de que continúe — Será algo rápido — Suelta un bufido mientras blanquea los ojos.

— Ellos mismos pueden apañárselas — Dice con seriedad. Frunzo el ceño un poco mirándolo con diversión.

— ¿Estás celoso? — Enarco una ceja, pero él bufa volteando a ver como los demás están en lo suyo — Balderik... — Me ignora y yo solo blanqueo los ojos, si pudiera ir con él lo haría, pero estaba descalza y no podría soportar el hielo quemar la planta de mis pies — ¿Estás seguro de enfadarte por eso? Pensé que querías agotar mi energía esta noche también — Lo veo mirarme de reojo, espero solo unos segundos a ver si me responde, pero no lo hace. Suelto un bufido y me meto a la casa azotando la puerta detrás de mi, esta no tarda en abrirse de nuevo y siento como un par de brazos me rodean.

Forcejeo con él queriendo que me suelte, me siento molesta y más cuando lo escucho reírse. ¿Qué se piensa? ¿Qué esto era un juego? En absoluto era un juego para mi, así que me suelto con brusquedad encaminándome con rapidez a la sala para comer el postre que reserve para mi.

— Ya no te enfades — Se para detrás de mi he intenta besar mi mejilla, pero me apartó — El que debería de estar molesto soy yo por preocuparte por otros — Volteo a verlo con una ceja enarcada — No me mires así — Me señala con advertencia.

— Yo solo intento ser amable con ellos, que me tengan un poco de confianza — Me sincero y él suspira cansado — No trato de coquetear con alguien si eso es lo que piensas.

— Confío en ti...

— ¿Me dirás que no confías en ellos? Son tus hombres, esta claro que confías en ellos.

— Confío en que van a proteger el armamento que acabo de traer, confío en que te van a proteger mientras no estoy, para eso están aquí y no para otra cosa que no sea montar vigilancia las veinticuatro horas del día.

— Solo les haré de cenar — Aprieta los labios apartando la mirada — ¿Vas a enfadarte solo por eso? — Pongo las manos en mis caderas — Eso no es algo maduro de tu parte ¿sabes?

— No voy a discutir más esto, iré a supervisar en lo que les preparas la cena a ellos, después ya veras como me bajas el enojo — Se marcha sacándome un sonrisa.

Solo me toma unas cuantas horas preparar todo, había comida hasta para mañana así que no tenemos que preocuparnos por eso por el momento. Dejo todo en la mesa preparado para que cuando terminen de hacer lo que les fue ordenado, inmediatamente venga a comer algo antes de irse a dormir un poco.

Balderik entra justo cuando estoy terminando y observa todo lo que he hecho, sale un momento ordenando que todos vengan a cenar, sonrío satisfecha porque no me diga una queja más por el momento. Cuando entran todos me agradecen, incluyendo los nuevos hombres que se han unido al bando de Balderik.

Me alejo un poco admirando que todos estén disfrutando de la comida, al parecer me quedo bien para que lo estén saboreando. Balderik me toma del brazo en ese momento y antes de desaparecer por las escaleras lo escucho dar ordenes en su idioma natal.

Nos encierra en la habitación y en vez de empotrarme en una de las paredes, me suelta y comienza a desvestirse encaminándose a la cama. Avienta la playera antes de sentarse en la orilla y observarme mientras se quita los zapatos con la punta del pie.

— ¿Y bien? ¿Ya pensaste en como harás que me arrepienta de haberme enfadado? — Sonrió perversa cuando veo la silla que esta frente a la cama.

— ¿Estás queriendo un castigo? — Enarco una ceja recargándome en la pared.

— Quiero ver que más cosas has aprendido estando en esa isla.

— No tienes ni idea — Digo haciendo mi camino hacía la silla mientras me quito su abrigo dejándolo en el suelo. Me siento sobre esta y me cruzo de brazos — ¿Estás seguro de que quieres que lo haga? — Asiente.

— Estoy dispuesto a darte ese poder — Sonrió — Pondré algo de música para poner esto aún más interesante.

Feeling Good comienza a sonar por la habitación y no pude haber escogido una mejor canción que esa, así que comienzo a armar una rutina bastante seductora para él acoplándome a la música.

Nunca había hecho esto en mi vida, tuve esta idea hace tanto tiempo, pero no he querido hacerlo con nadie hasta ahora que estaba frente a él.

Paso mis manos por mi cuello echando atrás el cabello que tenía sobre los hombros para luego tomar la orilla de la playera que me puse y sacarla mostrando mi piel completamente desnudo ya que no quise colocarme ropa interior, la aviento en alguna parte de la habitación sin apartar la mirada de aquellos ojos verdes que me miraban con atención. Me paso las manos detrás de mi cuello agachándome y haciendo que mi cabello caiga por completo haciendo una cortina que cubra mi rostro, me paso las manos por mis piernas enderezándome poco a poco hasta enderezarme por completo echando la cabeza hacia atrás y abriendo las piernas de par en par dejando mis manos sobre las rodillas, acaricio mis muslos cerrando las piernas de nuevo mientras me sentaba de una manera distinta, subo mis manos por mi abdomen, mis pechos hasta estirarlos sobre mi cabeza y vuelvo a bajar las manos agachándome completamente recargando mi mejilla sobre mi rodilla. Acaricio mis tobillos, pantorrillas y...

And I'm feeling... good...

Al llegar a los muslos me levanto de la silla ahora acariciando mi trasero mientras me enderezo completamente. Muevo las caderas de manera sensual hacía abajo, vuelvo arriba caminando seductoramente alrededor de la silla. Le doy la espalda a Balderik colocando ambas manos sobre la silla esta vez moviendo las caderas de un lado a otro dándole un espectaculo bastante sexy, doblo las rodillas por completo abierta de piernas, empujo la silla y me giro con velocidad para encarar a Balderik que estaba embobado con mi baile. Sonrió triunfal moviendo las caderas enderezándome.

Recuerdo haber tenido dolores de cabeza por las ordenes de Flavio cuando me exigía mover las caderas con más sensualidad, al principio fue frustrante, pero después comenzó a fluir con bastante naturalidad que me hizo sentir empoderada, siendo la puta ama en el baile como si tuviese años de experiencia.

Me acaricio la cintura sin dejar de mover las caderas llevando mis manos hasta mi cuello en donde muevo la cabeza agitando mi cabello para volver a agacharme y subir con sensualidad mostrando una perfecta pose de mi cuerpo desnudo. Camino por la habitación y me encanta que sus ojos no se aparten de mi cuerpo.

Balderik no se perdía ningún movimiento a pesar de que ya estaba desabrochándose los pantalones para sacar su miembro endurecido. Trato de no concentrarme en aquello para no perder el toque, así que le doy la espalda pasando mis manos por mi trasero mientras subo y bajo de manera seductora, volteo y mi respiración se corta cuando lo encuentro masturbándose sin dejar de mirarme.

— Recuerda que es un castigo y no un premio — Le advierto haciéndolo sonreír mientras aparta las manos de su miembro que ya estaba como un tronco.

Me acerco a él pasando mis manos por mi cabello haciéndome una coleta, quería torturarlo así que mi plan era moverme sobre él. Sus manos tocan mis muslos, pero los aparto con brusquedad.

Muevo las caderas de un lado a otro rozando mi sexo con el suyo, suelto un jadeo involuntario al sentir su dureza. Balderik vuelve a poner sus manos sobre mis muslos, acariciando mi piel tratando de no verse desesperado, pero las aparto nuevamente.

— ¿Estás arrepentido? — Susurro cerca de su oreja y él gruñe.

— Déjame tocarte — Vuelvo apartar sus manos y lo empujo completamente a la cama.

— ¿Te arrepientes de enfadarte conmigo? — Presiono agarrando sus manos y llevándolas sobre su cabeza.

Rozo mi nariz con la suya sin parar de mover las caderas y más que una tortura para él, lo era para mi, ya quería tenerlo adentro de mi. Paso mi lengua por sus labios queriendo incitarlo a hablar, no lo beso, ni lo muerdo queriendo que ansié más y más de mi.

— Me arrepiento — Dice antes de soltarse de mi agarre y tomarme de la cintura haciendo un rápido movimiento donde él ahora esta sobre mi — Ya es castigo suficiente, ahora viene la reconciliación.

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