Amor Imposible

By AndyPanda-14-zzz

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Las Bestias también se enamoran... More

Prologó
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Epilogo

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By AndyPanda-14-zzz

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'Cause I love you...

Brigid

Llegamos a una cabaña de dos pisos, por enfrente se veía bastante rústica, pero al entrar todo estaba conectado, la sala, el comedor, la cocina y una oficina que estaba al fondo donde una de las paredes era puro cristal dejando ver el inmenso bosque que se veía aterrador cuando todo estaba oscuro. Las escaleras estaban alfombradas al igual que la sala.

La sala estaba conectada con la pequeña oficina de lado izquierdo, en medio estaban las escaleras como separador, de lado derecho estaba el comedor y la cocina.

Balderik está detrás de mi dando indicaciones a Guido mientras que yo dejo las maletas en la sala, me pongo a explorar observando la cantidad de libros que tiene en las repisas y la mayoría eran de química, ciencias, biología o sobre medicina.

No había cuadros familiares o rastros de que hubo un adolescente rondando por aquí. La chimenea solo tenía pequeñas figuras de cristal bastante hermosas y una bola de cristal que contenía un pequeño castillo con un gran jardín alrededor repleto de nieve.

— ¿Qué haremos por lo pronto? — Preguntó cuando siento su cercanía detrás de mi.

— Te dejare con mis hombres, yo tengo que ir al Mortal Pressure — Volteo a verlo — Volveré mas tarde, no me esperes despierta.

— Pensé que dirías algo más perverso — Sonríe malicioso acercándose por completo.

— ¿Me esperarías desnuda y con las piernas abiertas? — Pregunta colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja. Roza su nariz con la mía y me hace sonreír cuando la frota una y otra vez — ¿Alguna vez te han dado besos de esquimal? — Niego en silencio — Me alegra ser el primero entonces — Dice antes de besarme.

Me hace reír cuando me besa en toda la cara, un beso tras otro, uno en la frente, los labios, las mejillas, los labios, la nariz, los labios, la barbilla y el último en los labios.

— ¿Me esperarás entonces? — Asiento embelesada con sus demostraciones, tanto que quiero permanecer aquí con él por unos minutos más — ¿Desnuda?

— Y con las piernas abiertas — Sonríe.

— Me tengo que ir — Rodeo su cuello con mis brazos. «No quiero que se vaya, aún no»

Frunzo los labios y él capta la indirecta pegando sus labios a los míos por más tiempo. Muerdo levemente sus labios y lo atraigo más hacía a mi hasta que mi espalda choca con los ladrillos de la chimenea.

— Tienes que irte — Digo en un susurro sobre sus labios cuando sus manos se encajan a mi cintura, su pelvis estaba bastante pegada a la mía que podía sentir su dureza en mi vientre.

— Sino me besarás como lo haces, tal vez podría hacerlo — Sonrió divertida y me obligo a soltarlo.

— ¿Hace falta desearte suerte? — Niega con la cabeza.

— Aunque sí un beso más — Me toma de la cintura y pega sus labios a los míos dándome un beso más intenso — Trata de no perder la cabeza por mi.

— Descuida, con el corazón es más que suficiente — Me suelta dándome un beso en la frente.

— ¿No dirás nada más? — Enarca una ceja.

— ¿Cómo qué? — Finjo no saber a qué se refiere.

— Algo que sientas por mi... tal vez — Hago una mueca pensativa, intento negar con la cabeza, pero Balderik me toma del mentón mirándome con advertencia. Sonrió divertida y aprovecho la cercanía para darle un beso corto.

— Te amo — Me suelta — Creo que el que ya perdió la cabeza, eres tú.

— No, aún se mantiene en su lugar — Señala su cabeza haciéndome reír.

— No lo dije de forma literal — Sonríe.

— Nos vemos más tarde — Se va llevándose con él una mochila.

Suelto un gran suspiro mirando a mi alrededor, los hombres de Balderik permanecen afuera, no creo que sea mala idea hacerlos entrar y obligarlos a cenar conmigo ¿oh sí?

Abro la puerta y Guido es quien se gira a verme, frunce el ceño confundido girando la cabeza al lugar donde supongo que se fue Balderik.

— Haré la cena ¿quieren entrar a ayudarme?

— El señor Ricci...

— Se fue a ganarse el respeto de muchos, lo sé, yo solo quiero algo de compañía para no aburrirme en su ausencia. Por favor, pasen — Me hago a un lado y todos entran dudosos mientras que Guido deja escapar un largo suspiro — No se preocupen, trataré de no tardar demasiado para que su jefe no se enfade.

Tenía antojo de algo dulce y por suerte en los gabinetes había bombones y galletas. Guido me ayuda poniendo un recipiente sobre la encimara, hago filas de galletas sobre el recipiente, coloco lo bombones encima de las galletas y sobre el bombón coloco otra galleta haciendo una especie de sándwich. Mientras preparo el recipiente para meterlo al horno y derretir un poco el bombón, Guido me ayuda preparando el chocolate que pienso esparcir sobre las galletas.

Los demás hombres estaban preparando la cena como les indiqué, me paseo por la cocina asegurándome que estén haciendo las cosas bien porque esto era lo que íbamos a desayunar con Balderik al día siguiente.

— No pongas demasiada crema, no quiero que quede muy espeso — El hombre asiente comenzando a mezclar los ingredientes.

El horno enciende la alarma indicando que ya está listo. Los bombones en vez de haberse derrito se han esponjado, los saco del horno y llamo a Guido para que me ayude a bañarlos con el chocolate que preparo.

Lo hacemos de manera rápida, pero logrando que la mayoría salga completamente bañado en chocolate antes de meterlos al refrigerador. Una vez terminando de hacer el postre, ambos nos unimos a los demás para terminar la cena lo antes posible.

Hela

— Ya está listo — Se acerca Maksim con una bandeja redonda y el olor a pizza me llega hasta la nariz logrando que mi estómago comience a inquietarse.

Seth me ayuda a enderezarme mientras que Maksim empieza a partir la pizza en triángulos. Mi boca empieza a salivar cuando veo el queso derretido y como las tiras se extienden cuando coloca el primer pedazo sobre un plato.

— Ya extrañaba la pizza — Confieso cuando deja el plato frente a mi.

— Mi nieta me dijo que es tu platillo favorito — Aparece la abuela de Brigid en la habitación — Así que le pedí a Maksim que me ayudara a prepararlo para mejorar tu estadía en este lugar.

— No debió molestarse — Digo sintiendo como el pecho se hincha por las atenciones de la abuela. Yo jamás conocí a mis abuelos, ni los maternos, ni los paternos, así que no tenía idea de cómo eran los tratos, pero sabiendo que mi vida no es normal, supongo que serían distantes o empeñados en decir que debo de ser la mejor en lo que hago.

— No me molesta, en cambio me siento feliz de tenerte aquí con nosotros — La señora logra sacarme una sonrisa — Mi nieta logro cumplir su promesa de sacarte de ahí. Ahora es mi deber hacer que te sientas cómoda para que tus heridas cicatricen y puedas ponerte en pie.

— Muchas gracias.

— Con su permiso me llevaré solo un pedazo — Se acerca y Maksim le sirve el trozo de pizza — Cualquier cosa que necesites, estaré en la sala con Fang.

— Gracias señora Amarkeeri.

— Elowyn, querida — Me corrige — Puedes decirme Elowy o Wyn como me dice mi pequeña Tangie — Sonríe — Descansa — Se despide saliendo de la habitación.

— Bueno, al menos tú le puedes decir así porque nosotros tenemos que decirle señora Amarkeeri — Se queja Maksim — Y nosotros hemos estado más tiempo aquí.

— No te pongas celoso — Pongo mi mano sobre la de él — Ya le agradarás, solo dale un poco de tiempo, aún no debe de acostumbrarse al nuevo cambio de su vida — Suspiro — Y la entiendo, es culpa nuestra que su nieta ahora este en riesgo.

— No pienses en eso — Dice Seth acercándome el pedazo de pizza, obedezco enseguida dándole la mordida haciéndome gemir de placer cuando siento el sabor esparcirse en mi paladar.

— Esta sabroso — Digo cubriéndome la boca — Mejor del que preparaban en casa.

La cena transcurre con chistes malos sobre Maksim, últimamente se ha empeñado en mantenerme con la mente ocupada y es algo que le agradezco ya que aparta aquellas imágenes que se me vienen en la cabeza y que son difíciles de borrar ya que la marca que tengo en la mejilla es algo que me recuerda constantemente que estuvieron a poco de quebrarme. Me hicieron daño, sí, pero me siento aún con fuerza para poder recuperarme y volver a ser mucho mejor de lo que la Hela de antes era.

Maksim recoge los trastes y la bandeja que solo ha quedado con dos trozos de pizza. Se despide de mi con un beso en la mejilla dejándome a solas con Seth quien va a quedarse a dormir conmigo. Acomoda su lugar junto a mi antes de adentrarse a la cama.

— ¿Me vas a cantar esta noche? — Pregunto tratando de entrelazar mis piernas con las de él. Seth me ayuda a recostarme de lado y solo suelto un quejido cuando siento una punzada en la espalda entre los omoplatos.

Seth me abraza y acaricia mi espalda descubierta. Dormir con una playera de Seth es bastante cómodo, más cuando no tengo la ropa interior, así que es fácil para él subir la tela para acariciar mi piel.

— Tengo una canción en mente.

— Por favor que no sea la de la estrellita donde estás — Suelta una carcajada y besa mi sien antes de abrazarme, suelto un quejido de dolor y él se disculpa una y otra vez haciéndome reír — Estoy bien, estoy bien — Le aseguro y coloco mi mano en su pecho — Estoy bien — Le repito cuando veo su mirada dudosa — Ya deja de ponerle largas y solo cántame ¿sí?

— Está bien, está bien.

— Solo sé cuidadoso al abrazarme, no vayas a romperme.

— Es dificil verte delicada ¿sabes? Siempre has tratado de dejarme en claro que no lo eres, que puedes cuidar de ti misma y... en fin — Suspira.

— Y sigue siendo así, solo que ahora lo único que tengo delicado es la espalda y un poco las costillas — Frunce el ceño, pero no quiero darle detalles del porque mis dolores en aquella zona porque no quiero recordar el tiempo en el que el Coronel me estuvo sometiendo con aquel bastón que enviaba corrientes eléctricas por todo mi cuerpo — Canta, por favor — Recuesto mi cabeza en su pecho.

— Bien — Me acaricia el cabello — I'm findin' ways to articulate the feeling I'm goin' through...

I just can't say I don't love you

'Cause I love you, yeah

It's hard for me to communicate the thoughts that I hold

But tonight I'm gon'let you know

Let me tell the truth

Baby let me tell the thruth, yeah

Me aferro a su pecho cerrando los ojos relajándome con su voz que me hace sentir demasiado con esa canción que me esta cantando, confesando el amor que siente por mi y que no puede expresar con palabras y que lo haga de esta manera me hace sentir tan especial y única, algo que no creí que iba a necesitar, pero que ahora agradezco que lo haga. Siempre a tiempo para salvarme cuando más lo necesito.

...Even though we're going through it and it makes you feel alone

Just know that I would die for you

Baby I would die for you, yeah

The distance and the time between us It'll never change my mind, 'cause baby

I would die for you

Baby I would die for you, yeah...

Sollozo y él guarda silencio al escucharme. No dice nada, simplemente me abraza y besa cada lágrima que derramo esperando a que me calme para poder saber lo que me pasa.

— ¿Te pusiste sensible? — Asiento permitiendo que me mime para apaciguar el dolor — Tranquila — Besa mi rostro antes de volver a abrazarme.

— En otra vida... Me encantaría que los dos seamos personas normales con una vida normal.

— No le diré a nadie que me dijiste lo que sientes realmente.

— Lo sé, por eso te lo he confesado a ti — Levanta mi mentón uniendo sus labios con los míos dándome un beso tierno, suave, se lleva su tiempo antes de separarlos tomando un poco de aire y volviendo a unirlos.

«Quiero quedarme aquí»

No sé en que momento me quede dormida, pero al despertar solo me place seguir durmiendo cuando me encuentro aún entre los brazos de Seth que continua durmiendo plácidamente sin intenciones de soltarme. Así como dormimos, es así como amanecimos.

Cuando trato de continuar durmiendo, pero el que se abra la puerta hace que Seth se despierte.

— He traído el desayuno — Avisa Maksim dejando una bandeja sobre la mesita de noche. Me aparto con lentitud tratando de no mover mucho la espalda, aún me siento demasiado adolorida a pesar de que siempre me colocan el ungüento — Desayunaré esta vez con la señora Amarkeeri, si es que quiero ganarme su cariño, claro esta — Sonrío divertida al escuchar que sigue con lo mismo. Suelto un suspiro aliviada cuando recargo la espalda en las almohadas frías y bastante suaves.

Maksim se va dejándome a solas de nuevo con Seth, quien me alimenta primero y al terminar me esparce el ungüento por la espalda.

— ¿Por qué no dejas que Maksim lo haga? Debe de ser cansado hacerlo siempre — Digo con los ojos cerrados disfrutando de la calidez de sus manos que se pasean por toda mi espalda.

— No es nada cansado, puedo hacerlo yo mismo.

— ¿Seguro que es eso?

— ¿Quieres que te diga que me pondría mal el que otro hombre te ponga las manos encima? — Guardo silencio dándole la respuesta — Estás en lo cierto — Sonrío divertida — Así que no esta en discusión de quien te pone el ungüento o no.

— Al parecer hay cosas que nunca cambian ¿verdad? — Digo en tono divertido mientras Seth me ayuda a recostarme de nuevo entre las almohadas — Pero quiero que recuerdes que no tienes porque sentir miedo o inseguridad de que vaya a irme con otro que no seas tú — Lo miro — Estuve años enamorada de ti y a pesar de que nos separamos... aún seguías en mi mente y volviste con más fuerza cuando nos reencontramos — Se sienta cerca de mi tensando la mandíbula como si se contuviera — En la canción decía algo que era difícil para ti expresar tus sentimientos, pero para mi no lo es — Me mira dejándome ver las ansias que me tiene, pero que esta conteniendo y no tengo idea de porque — Deja de contenerte, no es así la forma en la que me enamore de ti.

— No quiero lastimarte.

— Más daño no puedes hacerme, por favor — Lo miro suplicante — Aunque sea solo un... — Me calla besándome sin contener las ansias ya que este beso es bastante distinto de los que me dio anoche.

Agradezco que el ungüento este haciendo su trabajo adormeciendo mis músculos ya que evita el dolor de los movimientos bruscos que hago cuando Seth se coloca sobre mi, el beso estaba subiéndose de tono y el calor se esparce por todo mi cuerpo y más en la entre pierna al sentir la erección de Seth en el muslo.

Sus besos bajan por mi cuello hasta mis clavículas, sus manos se meten bajo la playera estrujando mis pechos.

— No creo que sea buena idea hacerlo ahora — Dice con la respiración agitada — Necesitas descansar.

— Es lo que menos quiero hacer ahora — Se aleja de mi dejándome peor que antes.

— Créeme que es mejor esperar — Dice sin mirarme — No quiero hacerte daño — Se levanta apartándose de mi por completo. Mis ojos se me encharcan mientras me bajo la playera volviendo al sitio donde antes estaba recostada.

— Sé que mi cuerpo cambio en aquella celda... — La voz se me quiebra — Esta claro que ya no soy tan linda como antes... yo... simplemente deberías de...

— No digas tonterías — Agacho la cabeza tratando de que no me vea de esta manera — ¿Es que acaso no me conoces, amor? — Me levanta el mentón haciendo que lo mire — Me enamore de ti por lo que eres — Me limpia las lágrimas con los pulgares — Eres hermosa y ahora mismo no eres tú misma, te han quebrado de una manera que no puedo imaginarme y necesitas tiempo para reconstruirte — Aparta el cabello de mi rostro — Sé que es dificil para ti admitir lo que te duele, pero... quiero que entiendas que no hay nada de ti que no me atraiga, porque no sabes lo mucho que deseo hacer lo que estábamos por hacer... — Traga saliva apartando la mirada — Te deseo, Hela, pero no quiero hacerte daño ¿me entiendes? Quiero esperar a que estés mejor para hacer todo eso que quiero hacerte, besarte con tantas ganas, abrazarte sin temer a que te me rompas — Ambos nos reímos — Pero te quiero, Hela, te amo tanto como para esperarte el tiempo que sea necesario para hacerte todas esas cosas que sé que te harán suplicar por más, pero ahora solo quiero que te prepares para lo que nos espera, estás en reposo y pronto estarás atada, en cuatro y solo sintiéndote mareada por las arremetidas que voy a darte sin ningún tipo de tregua.

— Entonces... me deseas — Asiente — Y solo estás esperando a que sane para demostrarme lo mucho que lo haces.

— Te demostraré más que eso, de hecho... ya lo estoy haciendo, solo que estoy dejando lo mejor para el final — Sonríe — ¿Crees que puedes esperar hasta que mejores? — Besa mis nudillos — Tratare de ser de ayuda para que no comas ansias.

— ¿Me ayudarás para bajar la calentura? — Recorre mi cuerpo y sonríe con perversión.

— ¿Sabes? Creo que tengo una idea para bajarte esa calentura — Se levanta a colocarle el pestillo a la puerta. Se voltea a verme para quitarse la playera para aventarla a su lado de la cama antes de colocar las rodillas en la orilla de la cama y empezar a gatear en mi dirección abriéndome las piernas — Y será tan útil para ambos — El aire se me corta enseguida sintiendo su respiración cerca de mi entrada. Mis piernas se tensan cuando recorre mis muslos con sus nudillos hasta que llega a la liga de mi ropa interior, aquella que baja despacio hasta revelar la humedad que él mismo ha provocado — Ha llegado el postre para mi.

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