El día de Delilah empezó en su examen de DCAO, gritándole al profesor Lupin y ahora estaba en la Casa de los Gritos, aún gritándole al profesor Lupin pero por razones completamente diferentes.
-¡No lo suelte, agárrelo de las piernas!- le gritó Delilah al profesor.
Bueno, resultaba que Remus y Sirius no estaban mintiendo y la rata que Ron había estado cuidando en su familia todos esos años, era nadie más ni nadie menos, que Peter Pettigrew.
Fue una mezcla de llanto, gritos, reclamos, mentiras, golpes y aprisionamiento, pero finalmente, la verdad estaba fuera; Peter se había unido a los mortífagos a espalda de sus amigos, traicionando la confianza de James y Lily al hacerlo su cuidador secreto, este confesó a Voldemort donde se encontraban, resultando en la muerte de los Potter.
Cuando Sirius descubrió lo que Peter había hecho, lo confrontó, Peter se cortó el dedo para dejar esa parte de su cuerpo y ataco y asesino a aquellos muggles, haciendo lucir que Sirius Black era el verdadero asesino, desde entonces, había estado viviendo como su animago.
Le habían dado la decisión a Harry de decidir el destino del traidor, y Harry había decidido entregarlo al Ministerio, para que se supiera la verdad del asesinato de sus padres y poder entregar a Sirius su libertad.
Habían encadenado a Peter para mantenerlo cerca, Remus y los chicos estaban descifrando como sacarlo de la Casa y Delilah camino hacia donde el profesor Snape seguía inconsciente.
Delilah suspiró, tapándose el rostro con pena, Sirius se paró al lado de ella y rio al ver a Severus.
-Ataque a un profesor- dijo Delilah empezando a caer en cuenta de lo que había hecho era increíblemente serio.
-Sí, y fue genial- la alabó Sirius y Delilah negó con su cabeza
-Ataque a mi profesor de Pociones- repitió Delilah señalándolo- Pueden expulsarme por esto ¡Pueden arrestarme por esto!- agregó aún más alarmada.
Sirius rio por su comentario y después de unos segundos, Delilah también rio un poco.
-Te preocupas demasiado- aseguró Sirius- Una vez que todo esto se resuelva, hasta podrían darte una medalla- la empujo con su hombro
-Eso espero- dijo tallándose el rostro con las manos
Sirius se le quedó viendo unos segundos, cuando estaba en su forma de animago había logrado verla varias veces, ella le daba de comer y lo acariciaba. Pero ahora podía verla mejor, la reconoció en cuanto la vio, esos ojos grises oscuros no los tenía todo mundo.
-¿Mala relación con tus padres?- le preguntó Sirius intentando continuar la conversación
-¿Qué?- preguntó Delilah extrañada
-"Ellos no hicieron nada, así que las felicitaciones van hacia mí"- dijo Sirius- Esas fueron tus palabras, si no me equivoco, cuando mencione a tus padres- agregó
Delilah cruzó sus brazos y continuó viendo a su profesor en el suelo.
-No tengo relación con ellos- corrigió Delilah- Están muertos- agregó con sequedad
-Oh- dijo Sirius sacado de trance- Perdón, no...- dijo inseguro
-Está bien, no los conocí, situación parecida a la de Harry- señalo el chico que hablaba con Ron- No hay nada de que disculparse- aseguró ella
-¿Asistieron a Hogwarts? Porque si es así los pude haber conocido, seguro éramos de la misma edad- sugirió- Luces familiar- dijo él intentando hacer memoria de los rostros que conoció
Delilah suspiró al igual que como siempre salía ese tema al aire.
-No lo sé, no sé quiénes fueron- dijo con enojo
Sirius volvió a quedarse callado y Delilah creyó que ya no agregaría nada más.
-Mis padres también están muertos- dijo después de unos segundos- Y nuestra relación también era inexistente y la poca que si teníamos era terrible- admitió con sinceridad- No sé quiénes fueron tus padres- dijo mirándola- Pero estoy seguro de que estarían completamente orgullosos de ti, lo poco que he convivido contigo has mostrado que eres amable, inteligente, valiente y perspicaz, estabas dispuesta a arriesgar tu vida por tus amigos- le recordó- Estoy seguro de que estarían felices de ver en lo que te convertiste, yo no te conozco y lo estoy- se encogió de hombros.
Delilah lo miró con sus cejas alzadas y sus ojos cálidos, cada vez que alguien mencionaba a los padres de Delilah sólo le daban su pésame y hablaban de lo difícil que debió haber sido para ella, pero nadie la había hecho sentir optimista de quien era, de estar haciendo orgullosa a la memoria de sus padres.
Sirius la miraba con ternura y Delilah volvió a notar lo primero que vio en él que le llamó la atención: sus ojos grises oscuros.
-¿Cómo movemos a Snape?- preguntó Delilah apartando la mirada de él
-Oh, eso es fácil- dijo Sirius sacando su varita- ¡Mobilicorpus!- e inmediatamente el cuerpo de Snape se elevó en el aire- Hora de irnos niños- dijo Sirius refiriéndose a todos en el cuarto.
Ya era oscuro para cuando salieron del pasadizo del Sauce Boxeador, Ron se había ofrecido a ser esposado con Pettigrew para mantenerlo cerca. Hermione se quedó cerca del aún inconsciente Severus Snape, el cual ahora estaba acostado en el pasto, Harry se había alejado a hablar con su padrino Sirius Black y por la reacción de ambos, estaban tan felices de verse el uno al otro.
Remus estaba apartado de todos, se veía cansado, estaba sentado en una roca, observando el pasto debajo de él, pensando en algo que Delilah no sabía.
-Quiero pedirle disculpas- dijo Delilah acercándose a él y eso llamo su atención.
-¿Por qué?- preguntó él confundido
Delilah se sentó a su lado.
-He sido particularmente grosera con usted el día de hoy- admitió ella con pena
Lupin rio, torciendo su sonrisa hacia un lado.
-Viendo hacia atrás, parecía que me lo merecía- dijo Remus para hacerla sentir mejor.
-No estoy de acuerdo- dijo ella- Intentó evitar que pasara por algo horrible y yo le grité, luego golpea a su...- se detuvo y Remus la miro con confusión- Amigo- fue la palabra que decidió usar- En la cabeza y les amenace múltiples veces allá dentro- le recordó- Y todo para qué resultará que estuvieran diciendo la verdad- se burló
-Hiciste lo que creíste correcto para proteger a los que amabas- la detuvo Remus- No hay nada más noble y valiente que eso- la corrigió- Pero tenías razón-
Delilah no supo de qué hablaba en específico.
-Debí haberte dejado enfrentarte al boggart- aclaró él- No era mi lugar decidir si podías o no hacerlo, esa era tu decisión y creo que los eventos del día de hoy han probado más que nunca que no necesites que te cuiden- le sonrió- Que tú sabes hacerlo sola. Eres muy valiente, Delilah- la felicito
Delilah sonrió por el cumplido y luego miró el rostro amable del profesor.
-Que pueda cuidarme yo sola no quiere decir que no me guste saber que alguien también lo hace- admitió en voz baja- Se siente bien saber que me están cuidando, que, le importó a alguien- susurró
Remus se sentó más cerca a ella.
-Le importas a muchas personas, Delilah- le aseguró él con sorpresa
-Yo sé, sólo- negó con la cabeza- No era así antes, supongo que apenas me estoy acostumbrando a este sentimiento- admitió con tristeza.
Remus volteó su cabeza al escuchar decir eso, ya anteriormente la había escuchado decir cosas sobre su vida muggle, hablaba poco de sus padrastros, pero Lupin se daba una idea de cuál era la situación con tan solo haber visto el boggart de Delilah.
-Delilah- dijo Remus en voz baja- Sé que ya te lo había preguntado antes, pero- la miró a los ojos- Cuando este año acabe y tengas que volver a casa- no sabía como preguntarle- ¿Tienes un lugar seguro a donde regresar?- le preguntó
Delilah notó la forma en la que él hizo la pregunta, no estaba preguntando si tenía un lugar asegurado al cual regresar, no, le estaba preguntando si se sentía segura en el lugar al que debía regresar.
Delilah se quedó callada.
-¿Qué ocurrió?- preguntó Snape a lo lejos, comenzando a incorporarse en el piso
-Oh, no- dijo Delilah preocupada, cerrando sus ojos con temor.
Los cuatro chicos se miraron entre ellos y decidieron que era mejor pensar cuál es la historia que le dirían al profesor una vez que estuviera del todo consciente.
-Vamos Ron- le dijo Remus al chico- Ve con tus amigos, yo me amarré a Pettigrew- dijo soltando al chico y tomando su lugar.
-Diremos que todos lo atacamos- dijo Harry en cuanto Ron se les unió
-¿Estás loco? Nos expulsarán a todos, es más fácil decir que fui yo y ya- lo regaño Delilah molesta
-Lo hiciste por todos, todos tomaremos responsabilidad- la detuvo Hermione
-Sí, además, no te harán nada, tenemos a Peter Pettigrew, en cuanto lo vean sabrán que Sirius fue incriminado- les recordó Ron con alivio.
Delilah aún no estaba muy segura de dejar a sus amigos cargar con su responsabilidad, pero Ron tenía razón, puede que el profesor Snape se molestará por el golpe, pero una vez Sirius liberado, todo estaría bien.
-Iré a checar que esté bien- dijo Hermione señalando al profesor que se sostenía la cabeza con dolor y Ron decidió acompañarla.
-¿Cómo te sientes?- le preguntó Delilah cuando se quedaron solos
Harry le dio una sonrisa cansada y se quedó viendo a Remus y Sirius que estaban hablando en cerca proximidad.
-Muy sorprendido- admitió Harry- Todo lo que creía saber estaba mal y, ahora resulta que mis padres tendrán justicia y tengo un padrino que me ofreció vivir con él- le reveló con alegría
-¡Harry, eso es increíble!- dijo Delilah abrazando su brazo- Ya no tendrías que regresar con los Dursley, serías libre- dijo sin poder creerlo- Es lo que siempre has querido- lo alentó ella
-Suena imposible- río Harry- Al inicio del año cuando escapamos juntos, sabía que eventualmente tendríamos que regresar, pero, ahora sé que no tenemos, que no tenemos que regresar a ellos jamás- dijo con un brillo en los ojos.
Delilah le sonrió con tristeza.
-Bueno, tú no tienes que regresar- lo corrió ella- Yo debo regresar a Francia a enfrentar mi escape- dijo tragando saliva- Intenté fingir que tendría una solución a todo esto, pero, las vacaciones van a iniciar y debo regresar con ellos- dijo dándose por vencida a una esperanza que había estado guardando en ella.
Harry rio con ternura y Delilah lo miró molesta.
-¿Te estás burlando de mí?- le preguntó irritada
-Sí- dijo Harry con una sonrisa- ¿Qué te hace creer que me iría sin ti- le preguntó Harry
Delilah lo miró confundido.
-"Dónde sea, con tal de que estes tú"- dijo Harry repitiendo palabras que ella le había dicho antes- Le dije a Sirius que no podía irme sin ti, dijo que estás igual de invitada que yo- le sonrió.
Delilah lo miró con un calambre en su pecho. Vivir con él, no podía ni contar todas las veces que de pequeños juraron huir juntos, comprar una casa y vivir sus días juntos, lejos de las personas que los criaron, pero en definitiva no eran sus familias.
-Dónde sea, con tal de que estes tú- le sonrió Delilah, tomando su mano con cariño
-¡Remus, no!- gritó Sirius con desesperación, llamando la atención de todos.
Delilah miró hacia el cielo, no había notado que entre más tiempo pasaba el cielo se había hecho más oscuro, y la luna plateada se había alzado arriba de ellos.
-No...- dijo Delilah con miedo, Delilah era la encargada de entregarle al profesor su poción y había estado faltando a sus responsabilidades, volteó a ver al profesor Snape que finalmente se había recuperado y miró la escena con temor.
Oyeron un terrible gruñido. La cabeza de Lupin se alargaba, igual que su cuerpo, los hombros le sobresalían y el pelo le brotaba en el rostro y las manos, que se retorcían hasta convertirse en garras, librándose de las ataduras que lo amarraban a Peter.
-¡No!- gritó Harry cuando vio al hombre volverse a convertir en rata
-¡Corran!- les gritó Snape- ¡Salgan de aquí!- les ordenó.
Pero ese gritó llamó la atención de la bestia, acercándose al grupo con furia. Severus se posicionó en frente de los niños, dispuesto a protegerlos a cualquier costa.
Mientras el licántropo retrocedía, abriendo y cerrando las fauces, Sirius desapareció su lado y apareció el perro, grande como un oso. Cuando el licántropo se liberó de las esposas que lo sujetaban, el perro lo atrapó por el cuello y lo arrastró hacia atrás, alejándolo de los niños.
-¡Pettigrew ha escapado, tenemos que ir por él!- exclamó Harry mientras Remus y Sirius peleaban lejos de ellos.
-¡Potter regresa aquí!- lo jaló Snape- ¡Tienen que salir de aquí, inmediatamente!- les gritó
-¡No, sin Peter jamás podremos liberar a Sirius!- dijo Delilah con lágrimas y logrando evadir el agarre de Snape, Delilah salió corriendo hacia donde se habían ido.
-¡Delilah!- gritó Snape con terror, queriendo ir detrás de ella pero sabía que tenía que sacar a los demás de ahí.
Harry corrió detrás de ella, tampoco dispuesto a dejarlo ir.
-¿Dondé están?- preguntó Delilah desesperada, mirando de un lado a otro y justo en ese momento escucharon los aullidos de un perro adolorido. Ambos salieron corriendo hacia el llanto.
Corrieron en aquella dirección y Harry notó un frío intenso sin darse cuenta de lo que podía suponer. El aullido se detuvo.
Al llegar al lago vieron por qué: Sirius había vuelto a transformarse en hombre. Estaba en cuclillas, con las manos en la cabeza.
-¡Sirius!- gritó Harry corriendo a su lado
Y entonces, Delilah los vio.
Eran los dementores, al menos cien, y se acercaban a ellos como una masa negra, aquel frío ya conocido penetró en su interior y la niebla empezó a oscurecerle la visión. Por cada lado surgían de la oscuridad más y más dementores. Los estaban rodeando...
-¡Harry!- gritó- ¡Tenemos que hacer el Patronus, piensa en cosas felices!- le pidió ella sintiéndose cada vez más desesperada.
Y lo intentaron, pero el frío era tan fuerte, tan ensordecedor. El cuerpo de Sirius temblaba, estaba lastimado y tenía sangre, Harry gritaba, intentando llamar el hechizo y todo a su alrededor estaba negro.
Delilah se sintió como cuando veía su visión y el frío se metió en sus huesos y antes de que pudiera darse cuenta, se desvaneció.