-Mikey, Baji, los voy a matar.
-¡Inténtalo!
-Lenta~.
Los dos más bajos salieron corriendo del parque, seguidos por la pobre niña, que se encontraba cubierta de lo que suponía era pintura. No faltó mucho para que atrapara a Baji, llenándolo también de pintura mientras reía.
-¡No es justo! Siempre me atrapas.
-Porque eres lento... ahora vamos por esa rata de Mikey.
-¡Vamos!
Ahora eran 2 contra 1, pero por más que intentaron no podían atrapar al rubio, llegando nuevamente a la casa de los Sano. Mikey corrió hacia Emma, escondiéndose tras ella, sabiendo que los otros dos no harían nada en contra de la rubia.
-¿Q-Qué sucede?
-¡Es injusto! Yo nunca molestaría a Emma-chan... eres terrible Mikey.
-¿Quieren atraparlo?
-¡Sí!
-Tienen permiso para mancharme
-No, Emm-
Ni siquiera pudo terminar, pues los dos se lanzaron sobre los hermanos para atrapar a Mikey, manchándose en el proceso. Emma soltó una gran carcajada al notar la cara molesta de su hermano, abrazandolo también para que no escapara.
-Al fin~.
-Bah, que asco...
-Vayan a cambiarse, Shin-nii trajo dulces para ustedes.
-Je, perfecto.
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-Les presento a Draken, nuestro nuevo amigo.
-Un gusto.
-Je, se ve fuerte ¡y que tatuaje para más genial!
-¿Vamos a jugar?.- Invitó la niña, mirándolo con una sonrisa-. ¡A casa de Mikey!
-Está... bien. No sabía que tenían niñas en el grupo.
-¿Algún problema?.- Enseguida se paró frente a él, sin importarle la diferencia de alturas entre los dos-. Porque te puedo patear el trasero cuando quiera.
-Y no querrás hacerla enojar.- Continuó Mikey, riendo ante aquella escena-. No creo que Kenchin tenga problema.
-Solo... preguntaba.
-Pff, más te vale. Vamos entonces.- Se dio la vuelta, tomando a Baji de la camiseta para que la siguiera, sin importarle si los demás la seguían o no.
-Je, luego te acostumbras, Kenchin.
-Supongo.
-El de pelo negro es Baji, y ella... le decimos Chikara.
-¿Chikara?
-Porque siempre fue la más fuerte entre los tres~. Bueno, hasta hace unos años, pero le quedó el apodo.
-Entiendo...
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-Entonces... ¿tu y Baji son novios?.- La pregunta de Draken los dejó en silencio, la pareja sin saber qué decir.
Habían pasado unos 3 años desde que se conocieron, durante ese tiempo Baji y ella se habían conocido más, el grupo se había formado, muchas cosas habían pasado, y Draken había sido espectador de todo eso.
Durante ese tiempo se formó la ToMan, y ahora todos eran casi una familia.
-¿Cómo?.- Esta vez fue turno de Mikey, mirándolos de reojo.
-Oye, es muy bonit-
-No hablaba de ella, Baji ¿Cómo fue que terminaste con este tonto?.- Señaló al pelinegro, sacándole una carcajada a la muchacha-. Digo, tu eres genial, demasiado genial, y Baji es un bobo.
-¡Oi, idiota!
-Pero es verdad.
-Felicidades, chicos.- Draken se acercó para palmear su cabeza, obteniendo una sonrisa por parte de la más baja-. Son el uno para el otro.
-¿Me estás diciendo tonta?
-No, eres toda la inteligencia que le hace falta a Baji.
-¡Te escuché!
-Sí, lo soy.
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-Hey, vinimos a... verte.
-Ah, lo siento chicos... no esperaba visitas, y mamá salió hace un par de días...- Los dejó pasar, y todos miraron horrorizados cómo la pobre se encontraba peor de lo que imaginaban-. Disculpen el... desastre.
Ojeras bajo sus ojos, el cabello apenas recogido en un moño mal hecho, había perdido más kilos de los que imaginaban, se veía vacía.
-Escucha... Chikara.- Fue Draken quien la tomó de los hombros, intentando no usar mucha fuerza. Por cómo estaba sentía que se rompería en cualquier momento-. Entendemos que estés triste, nosotros... también lo estamos, pero no puedes seguir así. Baji no hubiera querido que te dejes de cuidar.
-Draken tiene razón, no puedes dejarte...
-¿Morir? ¿Y qué pasa si lo hago, Mitsuya?.- Atacó, frunciendo el ceño-. Chicos, sé cuan preocupados están por mi, y lo aprecio pero... realmente no tengo ganas.
-Chik-
-No quiero salir, lo siento.- Intentó desviar la mirada, pero los dragones gemelos prácticamente la acorralaron en la mesa-. Chicos, no...
-Ya perdimos a Baji, no te perderemos a ti también.- Afirmó Draken, pegándola contra su pecho-. Sentimos todo lo que pasó.
-Mikey debe estar destrozado, y lo dejé solo...
-El entiende por lo que estás pasando.- Habló Mitsuya, acercándose para abrazarla también-. Pero... ninguno ha llorado su muerte, deberían hablar.
-Me debe odiar...
-Es quien más preocupado está por ti. Draken lo fue a visitar también, dice estar bien pero sabemos que está igual.
-¿Pueden... llevarme con él?
-Estaríamos encantados.
-Planeaba salir con Emma y dejártelo a él, sé que estarán bien.
-Gracias, Draken... Iré a cambiarme, estoy hecha un desastre.
-Y nosotros nos haremos cargo de esto.- Mitsuya señaló la basura y las cosas sucias, negando con la cabeza-. Pero te costará una tarde cuidando a Mana y Luna.
-Aceptaré gustosa ese castigo.- Rió como no lo había hecho hace bastante, dando un par de pasos para parar un momento-. Gracias por esto, Draken, Mitsuya.
-No hay de qué, para eso estamos los amigos.
-Puedes arreglarte también, Draken. Dale una bonita tarde a Emma~.
-Tch, cállate y ve a darte un baño que apestas.
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-Draken ¿escuchaste de la pelea? Estoy con Mitsuya y Smiley en el hospital ¿Qué sucedió? ¿Por qué Tenjiku están atacando?
-Deberás quedarte en casa por cualquier cosa, no sabemos de lo que esos bastardos son capaces... Estaremos algo ocupados hasta eso, así que cuídate y a esos dos idiotas también.
-Entendido, pero si necesitan mi ayuda... estaré ahí sin dudarlo.
-No le creas, Smiley y yo la vamos a amarrar a la camilla si quiere participar.
-Gracias, Mitsuya.- Rió el otro dragón gemelo, negando con la cabeza-. Ganaremos esta pelea.
Pasó la tarde bastante tranquila, regresando a casa acompañada de un par de chicos de la primera división, quienes se habían ofrecido a cuidarla por si acaso, aunque era más que capaz de hacerlo por ella misma.
El día siguiente fue normal, se encontraba en casa, todo bien hasta la llamada que cambió todo el curso de su día.
Tomó sus cosas enseguida, encaminándose al hospital sin importarle lo que pasaba a su al rededor. Si algún imbécil de Tenjiku se aparecía, no importaba, tenía que llegar sin importar qué.
Cuando llegó pudo ver a Takemichi disculpándose, su frente en el suelo. Draken y Mikey se encontraban a un lado, y pronto pudo ver cómo Draken arremetía contra el rubio más bajo, lanzándose junto a Hanagaki para detenerlo.
Con cada palabra que decía Draken su corazón se rompía un poco más. Pahchin estaba en la cárcel, al igual que Kazutora, Baji había muerto y ahora Emma también.
Tuvo que dar un paso atrás para que Draken no la golpeara, lágrimas en los ojos de todos para este punto. Entendía la furia de Draken, todos ellos eran sus amigos también; Emma... Emma se había convertido en su hermana, la única chica con la que había podido congeniar por ser parte de la ToMan, y ahora ella ya no estaba
Todo había salido mal.
Todos estaban afuera de la sala, en silencio, lo único que se escuchaba era el llanto de la amiga de Emma; Hinata Tachibana si no mal recordaba. Se quedó callada a un lado, lágrimas bajando por sus mejillas de manera silenciosa, si ella se sentía así no imaginaba cómo la estaba pasando Mikey, por lo que se fue a sentar a su lado, dejando que se apoye en su hombro.
Cuando estuvo sola con Mikey se dejó llorar, abrazándolo con fuerza, llorando todas las lágrimas que el rubio se negaba a llorar. Era necesario, quería a Emma, todos la querían, Draken amaba a Emma y...
Mierda, Draken.
Estaba destrozado también, por lo que dejó de llorar, calmándose lo suficiente como para levantarse.
-Mikey, quiero que... sepas que no estás solo, todos estamos contigo... No quiero dejarte solo, pero Draken también está...
-No tienes que preocuparte por mi.
-Siempre lo haré, Mikey. No importa lo que pase.- Lo abrazó por última vez, besando su frente antes de salir a buscar a Draken.
Vagó por unos minutos, encontrándose con Draken fuera, parándose junto a él en silencio. Se notaba que había llorado, se veía destrozado, y en ese momento se preguntó si ella también se vio así cuando murió Baji.
-Hey.
-¿Cómo... puedes estar tan bien con él?
-Porque sé cuanto está sufriendo, sé todo lo que ha perdido... Y tú también debes entender eso, Draken.- El del tatuaje iba a hablar, pero fue callado enseguida-. Sé que la amabas... ¿crees que no he sentido esto antes? Ver a quien más amas desaparecer tan fácilmente...
-Lo siento.
-No lo hagas, pero... entiende que esto nos duele a todos, y el único culpable ni siquiera está aquí. Mikey... ha pasado por tanto, que no sé como sigue manteniéndose en pie, lo único que sé es que puede seguir porque nos tiene a nosotros. Así como yo no caí cuando pasó lo de Baji, no dejaré que ustedes caigan...
-Aún así es...
-No te diré que lo superes ahora, Draken. Solo... no culpes a Mikey por algo que no puede controlar, ahora volvamos adentro.
Los dos llegaron a la sala de espera, Hinata ya se encontraba junto a Mikey, y lo que dijo después de ponerse frente a él los dejó a todos más que sorprendidos.
-Viajes en el tiempo ¿uhm? Tiene... sentido.- Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas al recordar cuan desesperado se encontraba Takemichi en la pelea del Valhala, pensando en que tal vez las cosas pudieron acabar de otra manera-. Takemichi ha peleado solo todo este tiempo...
-No podemos dejar que se enfrente solo a esto.- Mikey se levantó de su asiento, apretando los puños-. No después de todo esto...
-Estoy contigo, Mikey... ¿y ustedes?.- Subió su mirada hacia Draken y Hinata, limpiándose las lágrimas con la manga de su camisa-. Ayudaremos a Takemichi.
-Estoy... dentro.
-Haremos todo para ayudar a Takemichi-kun.
-Entonces andando.
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-Ahora sí ¡traiganme a 20 mil de ustedes!
-Así se habla, Mikey.
-Hagamos algo de ruido, ToMan.- Draken la miró de reojo, asintiendo mientras toda la pandilla comenzaba a gritar-. Acabemos con los demás, Mikey se encargará de Izana.
-Ahora sí bastardos, no saben en lo que se metieron.
La pelea fue bestial, por decir menos. Mientras Izana y Mikey peleaban los recién llegados hablaron con Takemichi, dejando su fuerza en las manos del viajero, aceptando cualquier orden que comandara.
-¡Mikey!.- Todos se sorprendieron al ver la fuerza de Izana, retrocediendo un par de pasos-. Es... fuerte, Mikey, debes ganar...
-Estará bien.- La mano de Draken sobre su hombro fue lo único que la detuvo de meterse, parándola antes de cometer alguna locura-. Pero esto es... demasiado.
-¡MIKEY!
Todos gritaron cuando Izana usó aquella arma, conteniendo la respiración al ver como Kakucho los detenía, pero todo empeoró cuando Kisaki le disparó. Todo pasó demasiado rápido, el cerebro de la joven se desconectó al ver la sangre, siendo sostenida por Draken en todo momento.
No supo en qué momento pasó todo, el conflicto había terminado, estaban a punto de atrapar a Kisaki pero Hanma lo agarró para llevárselo en su motocicleta, y sin saberlo, Draken ya estaba ayudando a Takemicchi a alcanzarlos.
-¡Hina!
-¡Yo cuidaré a Hina-chan, ve por él!
-¡Draken, Takemichi, vayan!
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-Hey ¿no te vas a tomar un descanso?.- Una voz conocida hizo que Draken levantara la mirada, sonriendo al darse cuenta de quién era-. Inupi se fue hace rato, deberías irte también.
-¿Y qué haces tú aquí, uhm?
-Solo... estaba de pasada.- Comentó-. Y bueno, me dijeron que pasas mucho aquí.
-¿Necesitas mantenimiento?
-No, mi motocicleta está bien. Venía por ti ¿tienes tiempo para salir?
-Uhm...- Miró el reloj, soltando un suspiro cansado-. Supongo que sí, si me esperas para cerrar estaré libre.
-No hay problema, esperaré afuera entonces.
Sonrió al notar como se levantaba de su lugar, estirándose después de tanto tiempo. Se veía más alto, más feliz, le gustaba verlo así, sobre todo después de tanto tiempo ¿cuánto había pasado? ¿4 años?; negó con la cabeza, saliendo para esperarlo en lo que terminaba todo y se cambiaba, perdida entre sus pensamientos.
¿Le gustaba Draken? Para este punto, ya no lo sentía como un amigo más, pero tampoco era un sentimiento de hermandad como con Mikey, era algo mucho más allá. Ella ya había superado la muerte de Baji, a pesar de todo aún lo tenía presente, y siempre lo recordaría con amor; no podía negar que el pelinegro fue parte importante de su vida, pero debía seguir, y lo estaba haciendo bien.
Draken por su lado iba lento, de vez en cuando hablaban de Emma, pero parecía ya no dolerle como al inicio, y eso estaba bien. Estaba consciente de que fue lo mismo que vivió ella.
-Listo ¿viniste en la motocicleta?
-Así es, súbete.- Palmeó el asiento trasero, sonriendo de oreja a oreja-. Mikey iba a venir a mi casa a cenar, pero sería aburrido si solo éramos los dos, así que...
-Quieres que yo cocine ¿uhm?
-Te ayudaré, lo juro.
-Bah, ustedes serán siempre lo mismo.- Negó con la cabeza, riendo a carcajadas-. Está bien, pero dile que traiga algo para comer de postre.
-Apenas lleguemos a casa lo llamas~.
-Trato.
Llegaron al poco rato, los dos poniéndose cómodos mientras ordenaban las cosas, Draken comenzando a cocinar como si de su hogar se tratara; hasta cierto punto, aquello no se alejaba de la realidad pues de vez en cuando el de tatuaje iba a cenar a su casa, a veces solo él, otras veces invitaba a Mitsuya, Peh, Mikey o los gemelos, variaba bastante dependiendo del día, pero siempre se aseguraba de invitar a todos los que pudieran.
-Deberías darte un baño antes de que Mikey llegue. Creo que quedó algo de tu ropa de la última vez que te quedaste a dormir, ve y yo termino de cocinar y servir.
-Uh, claro.-No lo pensó mucho, metiéndose al baño enseguida.
Un momento ¿desde cuando tenía ropa ahí? Subió la mirada al estante, y pudo ver también el shampoo que usaba para su cabello tinturado ¿en qué momento se le había hecho costumbre quedarse ahí? No necesitó más para ver el cepillo de dientes que llevaba para cuando salía también ahí, realmente se había hecho un lugar en su casa sin darse cuenta.
Decidió meterse a la ducha, intentando no pensar en ello. Pero fue inevitable no hacerlo ¿desde cuando se habían vuelto tan cercanos?
Pensó un poco más sin querer, dándose cuenta de todo lo que habían pasado juntos. Ya no era una amiga, pero ¿y su amor por Emma? ¿acaso... no era real?
Se dio un baño rápido, simplemente necesitaba sacarse el aceite y todos esos pensamientos, saliendo enseguida para encontrarse con Mikey, quien ya estaba metiendo mano a la comida.
-¡Deja eso ahí, pequeña rata!
-Kenchin, Chikara me pegó con la cuchara.
-Seguramente te lo merecías.- Respondió, rodando los ojos-. ¿Trajiste el postre?
-Preparado por mi~.- Cantó, sentándose en la mesa. Desde su lugar pudo ver como los dos más altos servían la comida, dándose cuenta de lo feliz que se veían, tan natural que parecía que hacían aquello siempre.
-Draken ¿puedes pasarme los platos de arriba?
-Claro.- El tatuado apenas se tuvo que esforzar para alcanzar los platos, casi pegándose a ella pues no se había movido, esperando a que se los diera para servir lo demás-. ¿algo más?
-No, eso está bien. Ve a sentarte con Mikey.- Le sonrió como si nada, obteniendo una sonrisa de vuelta por parte de Ryuguji.
-Oh.- Mikey se dio cuenta de aquello, ese pequeño roce que tal vez ninguno de los dos notó. No pensó volver a verlos sonreír así por alguien, pero ahí estaban.
Solo pudo reír, dejaría que ellos mismos se dieran cuenta de lo que pasaba.
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7 años habían pasado de aquel conflicto, todos siguieron con sus vidas, visitándose periódicamente. La ToMan había sido disuelta, cada uno siguió su sueño por su lado, pero se reunían casi siempre.
-Hey Draken, necesito mantenimiento ¿me ayudas?
-¿Qué le hiciste a tu motocicleta ahora?
-Que grosero, yo no le hice nada ¿verdad Inupi? Tu la revisaste la otra vez.- El rubio de cicatriz solo asintió, sonriendo al darse cuenta de lo feliz que se encontraba Draken-. Agh, olvidé decirle a Mikey que se descompuso mi motocicleta, y dejé mi celular por salir al apuro.
-Usa el mío, hasta eso arreglo tu moto.
-Bien, bien~.- Tomó su celular, desbloqueándolo sin problema para llamar al rubio-. ¿Si? Mikey, lo siento mucho... terminé con mi moto dañada, pero... ¡cenemos juntos! ¿Te parece? De paso puedo arreglar unas cosas... ¡sal con Mitsuya! Yo los alcanzaré apenas pueda ¡Si! Ahí estaré, y llevaré a los chicos también.
Draken solo la observaba desde su lugar, una sonrisa posándose en su rostro al notarla tan emocionada. Con el tiempo el dolor se fue yendo, tanto ella como él pudieron superar poco a poco la muerte de aquellos seres amados, lo habían hecho juntos.
Y ahora estaban ahí, sin saber qué eran los sentimientos que se encontraban en ellos en ese momento, pero juntos.
-Oye, te estás llenando de aceite.
-Oh mierda.- Dejó sus herramientas a un lado, intentando secarse.
-Parece que tu mente está en otro lado, amigo.
-¿De qué hablas?.- Inupi solo señaló a la mujer con la mirada, quien se encontraba demasiado ocupada como para prestarles atención-. Solo somos... amigos.
-Por ahora. No me digas que no lo haz pensado.
-Nunca pensaría en ella como... de otra manera.- Volvió su vista a lo que estaba haciendo, soltando un suspiro.
-Ha pasado mucho tiempo, Draken.
-¡Bien! Quedé con cenar con Mikey, nos reuniremos todos para beber algo también y ustedes vendrán conmigo.
-¿Nos vas a preguntar al menos?.- Draken alzó una ceja, negando con la cabeza.
-¿Me dirías que no?.- Mantuvo la mirada con ella, bajándola a los pocos segundos-. Tomaré eso como un "si iré", ¿qué dices tú Inupi?
-Claro, irán todos supongo.
-¡Sí! Y podremos beber algo, será divertido.
Draken se perdió entre sus pensamientos otra vez, admirando como hablaba tan emocionada con su compañero, soltando un suspiro.
Tal vez estaba pensando demasiado en ello.
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-¡Mikey te toca! ¡Baila!
-Uhm, solo si tu vienes al escenario conmigo ¿o tienes miedo?
-¡Nunca!.- Se levantó enseguida, subiendo al pequeño escenario junto al rubio, tomando el micrófono-. ¡Ahora sí! Los dos más fuertes de todo Japón... ¡nos toca!
Todos rieron ante aquello, aplaudiendo y vitoreando a los dos más bajos. Mikey estaba preparándose para ser pastelero, estaba a la mitad de sus estudios y quería trabajar en el extranjero, todos los chicos apoyando esa idea. Los demás estaban iguales, cada uno haciendo lo que podían para ganar algo de experiencia mientras estudiaban.
Aquellos momentos donde todos se reunían eran lo mejor, disfrutando de los ratos libres que tenían, recordando aquellos tiempos como pandilla; Draken solo pudo observar como sus dos mejores amigos cantaban a todo pulmón, negando mientras reía.
-Estás muy feliz, Draken.- Comentó Inupi, negando con la cabeza-. ¿Viendo algo que te hace feliz?
-Mira, solo somos amigos, nada más que eso.
-Draken, he estado a tu lado todos estos 6 años, sé por lo que pasaste y cómo te levantaste después de... eso. Y desde que ocurrió, ella fue la que hizo más que todos.
-No seas tonto, Inupi.
-¿Aún lo niegas?
-Inupi...
-¡Ahora es el turno de Hina-chan, vamos!.- Por fin soltó a Mikey, quien enseguida fue a sentarse junto a Ryuguji mientras la pelirrosa subía al escenario junto a ella.
-¿Puedo robártelo un rato?
-Con todo gusto, Mikey.
Los dos salieron a tomar aire, mirándose por un largo rato antes de reír. Mikey se encontraba más feliz que nunca, después de luchar tanto tiempo, y así como él era feliz quería que todos sus amigos lo fueran.
-Emma.... a ella le hubiera gustado que seas feliz, Kenchin.
-Lo soy, creo que no podría pedir más para este punto.
-Pero debes dejarla ir, y seguir con tu vida...- Continuó, obteniendo una mirada llena de sorpresa por parte del de tatuaje-. Se feliz con otra persona, deja de aferrarte al recuerdo de ella porque solo te lastimarás más.
-Mikey, esto no es...
-Te gusta, no puedes ocultarlo.- Afirmó, sonriendo de oreja a oreja-. Y tu le gustas a ella. Chikara siempre ha sido muy transparente con sus sentimientos, a diferencia de ti que nunca aceptas las cosas... Solo quiero que mis mejores amigos sean felices, antes de que pase algo.
-¿Para eso me llamaste?
-Solo... necesitaba decirlo, eso y que todos iremos a beber después en tu casa.
-Pff, siempre haces lo que te da la gana.
Los dos rieron ante aquello, pero la mente de Draken ya estaba en otro lado. Tenía razón, debía seguir con su vida; amó muchísimo a Emma, pero no podía quedarse estancado, Mikey e Inupi se lo dijeron directamente, y aunque no era su estilo hacerles caso, tenían razón.
Ahora ¿qué haría con esos sentimientos?
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-Entonces... necesitamos más sake.
-¿Quién va a comprar?
-Juguemos piedra, papel o tijeras para saberlo.- Chifuyu fue quien lanzó la idea, todos accediendo enseguida.
-¡Agh, los odio!
-Mala suerte, Chikara~.- Molestó Mikey, quien había sido el ultimo en jugar con ella-. Ahora te toca ir a ver más sake.
-Ratas...- Se levantó después de que le dieron el dinero, rodando los ojos-. Bien, vuelvo en un rato.
-Bye-bye~.
-Espera, yo voy contigo.- Draken se levantó de la mesa, rascando su cuello con algo de verguenza-. Sería peligroso si vas sola ¿no crees?
-Pfff, ella puede con más d-
-Sí, deberías acompañarla.- Mitsuya le cubrió la boca a Hakkai antes de que terminara, sonriéndole al rubio-. Vayan rápido.
-Como quieran.
La joven salió de la casa acompañada de Draken, quien iba bastante callado a su lado. El silencio no le molestaba, después de todo se habían acostumbrado a momentos así, pero había algo extraño en el rubio que no la dejaba en paz.
-¿Hice algo que te molestó?
-¿Eh?
-Que si hice algo que te molestó, desde la mañana estás algo extraño, no sé si es solo conmigo o qué.- Habló, parando su caminar. Ya habían ido a comprar y no se habían tardado casi nada, así que les sobraba tiempo para hablar-. Si hice algo mal, quiero saber qué fue.
-Tu no haz hecho nada malo, Chikara.- Bien, era ahora o nunca, había estado juntando fuerzas para ser sincero esta vez pero el miedo seguía ahí-. Realmente, nunca lo haz hecho, siempre haz sido buena con todos, especialmente conmigo.
-Uhm... ¿entonces?
-Pasé mucho tiempo pensándolo, eres... increíble, y eso es decir poco. Desde que nos conocimos siempre hemos estado juntos, pasara lo que pasara. Cuando Baji murió, me quedé a tu lado, porque quería verte bien, quería verte sonreír nuevamente porque eras mi amiga, nuestra amiga. Cuando Emma murió siempre estuviste a mi lado, me ayudaste a seguir adelante igual que nuestros amigos, y de alguna manera nosotros dos... sanamos juntos. Hemos estado juntos en esto desde... hace mucho, y poco a poco me di cuenta de que tal vez no solo te quería como una amiga.
-Draken...
-Nunca hablé de mis sentimientos en voz alta, no le veía sentido, pero... a veces no sabemos lo que nos depara el futuro, no sabemos si estaremos ahí o no. Lo único que sé es que me gustaría pasar ese futuro contigo, y estaría feliz de que tu me permitieras eso.
La joven se quedó en silencio, el calor subiendo a sus mejillas sin saber qué decir. Aquello la tomó por sorpresa, pues nunca imaginó que Draken se sintiera de la misma manera; después de tantos años, los dos se habían enamorado del otro.
No pensó en más, acercándose para tomarlo del rostro y besarlo, siendo recibida por el rubio con un abrazo que envolvió todo su cuerpo.
Fue largo, todo lo que había querido desde que se dio cuenta de sus propios sentimientos, era mejor de lo que esperó. Draken se sentía en el cielo, después de tantos años volvió a ser feliz, volvió a ver todo con un brillo especial, y ella lo había ayudado a lograr eso.
-Nos estamos tardando mucho, Draken.- Murmuró sobre sus labios, apenas separándose-. Los chicos deben estar esperando.
-Quédate después de que acabemos... ¿puedes?.- Respondió aquella pregunta con un beso, sonriendo contra sus labios al notar como el rubio aún mantenía el fuerte agarre en su cuerpo.
-Eres un sueño, Draken.
Los dos regresaron a la casa del rubio, siendo recibidos por varias miradas que sabían lo que en realidad pasó, pero todos se mantuvieron en silencio, bebiendo entre risas mientras aquel par se tomaba de las manos bajo la mesa.
Luego le dirían a sus amigos.
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-Chicos ¿han visto a Draken y a Chikara? Desde hace rato no los veo.
-No lo sé, Mitsuya... ¿revistaste en la cocina?
-Chifuyu fue a-
-¡A-Ah! ¡No vi nada, lo juro!
-¿Qué tanto pasa?.- El grupo corrió alarmado hacia donde escucharon el grito, encontrándose con Draken sin camisa, sus pantalones desabrochados y todo su cabello revuelto, cubriendo a duras penas a la muchacha quien se encontraba con la falda abierta y el maquillaje hecho un desastre-. Ah Kenchin, que indecente.
-No puedo creer que hicieran eso con todos aquí, eres de lo peor Draken.
-Lo siento, lo siento, yo solo quería ir al baño y-
-Dejé la puerta sin seguro, fue mi culpa.- Intervino la más baja, intentando mantener el rostro serio a pesar de la condición en la que se encontraba-. Perdón.
-Lo veo y no lo creo, par de puercos~.- Molestó Mikey, riendo a carcajadas-. Ustedes no tienen remedio, ni porque es una reunión~.
-Mikey, ya cállate.- Alzó su puño la mujer, su rostro rojo a más no poder-. Largo de mi baño.
-Circulen, circulen.
-Ah pero si el público quiere más~.
-¡Smiley! Ay Dios, perdonen a mi hermano.
-Pero si ellos son los indecentes, Angry.
-Dejen que... se arregle.- Draken tuvo que empujar a todos, arreglando su ropa en el proceso-. Son todos unos metiches.
-¿Sabes, Kenchin? Me alegra verlos felices.- Aquello solo Ryuguji lo escuchó, parando a ver a ex presidente-. Es... lo que más disfruto, porque ustedes son mis mejores amigos, su felicidad es la mía. Y me alegro muchísimo ver que han hecho su vida nuevamente... aunque eso signifique ver estos espectáculos.
-Tsk, vayamos a la sala.- Rodó los ojos ante lo último, dirigendo su mirada hacia el baño donde al fin salía su pareja, ya arreglada y lista para seguir-. Gracias, Mikey.
-Puedes pagarme comprándome un dorayaki luego~.
-Compré un pastel para todos, así que siéntense en orden.
-A sus órdenes, Chikara-sama~.- Molestó Mikey, sonriéndole a sus dos mejores amigos-. Pero yo quiero una porción más grande.
-Claro, claro, Mikey.
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Realmente amo mucho el Drakemma, tienen una muy buena relación, y Emma es de las mujeres más dulces que he visto. Mi niña merecía ser feliz, y a pesar de todo, sé que ella también quería que Draken siguiera con su vida.
Pues nada, tenía muchas ganas de escribir algo así, nomas para recordar que aquí se respeta a todos los personajes por igual<3
-See you next time~.