Me desperte luego de una pesadilla. Parecia que lo unico que hacia era atormentarme cuando debia descansar. En mi sueño, habia una persona, sin rostro ni cuerpo, tan solo una sombra, que me llamaba sin voz. Me guiaba hacia un lugar desconocido, jamas visto, y me ponia frente a un espejo. Solo que en lugar de verme reflejada, se encontraba Aydan, sonriendome maliciosamente.
-Eres igual a mi... -me decia con sorna. Intentaba romper el espejo, pero era como darle golpes al agua. El reflejo continuaba apareciendo, una y otra vez. Y su voz se alzaba fuerte y atronadora en mi cabeza.
Me fui con pesar al baño, me duche e intente relajarme. Debia dejar mi conciencia de lado, si queria tener exito con esto. Debia concentrarme en el objetivo, Noah.
Aun me resultaba un poco increible el viaje en el tiempo, era aun mas descabellado que pudiera crear fuego usando solo mi cabeza, lo sabia, pero aun asi, me sorprendia. No tenia idea de como funcionaba, aun asi, el problema mas grande era conseguir al druida. ¿Como iba a encontrarlo si ni siquiera sabia que tipo de animal era? O ¿donde queda el altar? No tenia por donde empezar...
Porque ya se me habia ocurrido algo como para guiar a las chicas conmigo. Podría decirles que queria alejarme un tiempo, entrenar, perfeccionarme para mantenerme segura de mis emociones y no lastimar a ningun ser querido. Dominar mi poder. Si supiera donde quedaba el supuesto altar, las guiaria hasta alli, inocentemente, y luego ocurriría lo que debiese ocurrir. Pero ni eso tenia.
Tendria que hablar con Winter, no tenia de otra. Quizás ella tenia mas información de la que habia compartido, era de esperar que se guardara cartas bajo la manga.
Todo pasaba por mi cabeza de manera confusa y rapida, no tenia tiempo de realmente comprender las cosas. Tal cual sucedía antes. Algunas cosas simplemente no cambiaban.
Sali del baño envuelta en una toalla y me tense al instante al sentir que no estaba sola. No era una guardiana, podria notarlo eso, era alguien mas. Cerre los ojos y respire profundo, concentrándome en mis oidos, agudizandolos todo lo posible. Sabia que podia, tan solo debia focalizarme.
Pense no escuchar nada, pero luego de unos segundos, unas pisadas provenían de la cocina. Me dirigí sigilosamente, no sin antes convertirme. Si me querian robar, pues se llevarian el susto de la vida.
Conforme me fui acercando, esos pasos tambien lo hacian, y me tensionaba. Estaba preparada para taclear al ladron, pero en cuanto vi su cara, me congele. Al menos durante... dos segundos. No esperaba semejante desfachatez.
-¡India, espera! -grito Sean, tumbándose a un costado justo a tiempo, para esquivar el fuego que mis manos despedian.
No queria escucharlo, tenia demasiado odio en mi. Y si ahora debia traicionar a mis hermanas, era por su culpa. Todo era su maldita culpa.
-¡India quiero que me dejes explicarte!
-¡CALLATE!
-¡Espera! ¡Nunca quise hacerte daño, y menos a tu hermano! No tenia idea de que ese era el plan final, quise salirme...
-¡QUE TE CALLES! -grite furiosa, cerrando mis ojos, haciendo un esfuerzo enorme para no perder el poco control que tenia.
-Quiero que me escuches... al menos dame eso, India, por lo que nos amamos... -pidio suplicante.
-¿Y en que cambiaria? ¿Crees que me importa? -le escupi. Literalmente, no soportaba su voz, era demasiado para mi. Todo se encontraba muy fresco, habían pasado dos años, pero para mi, no habia transcurrido ni un minuto. Lo unico que me estaba reteniendo en ese momento, era no querer decepcionar a la gente que realmente me queria, no pretendia ser una asesina, por muchas ganas que tuviera de matarlo lenta y dolorosamente. -Hazme un favor, y háztelo a ti tambien, vete. Vete y no vuelvas, antes de que me arrepienta. Si no lo haces, juro por mi hermano que tendras la muerte mas tortuosa que puedas imaginar...
-India...
-¿Sabes lo que le pasa al cuerpo cuando se quema? ¿Lo que sientes? Cuando no puedes apagar el fuego y simplemente te quemas... Tus nervios se destruyen. ¿Tienes idea del dolor que eso representa? Puedo mostrártelo, tan solo no me tientes...
-India, por favor...
-Que te vayas. -dije sin animo en la voz. - No quiero cargar tu sangre en mis manos, al menos no en este instante.
No lo escuche decir mas, simplemente se retiro.
Lo vi salir con los hombros caidos, como si estuviera abatido y por un momento senti que el corazon se me volvia pequeño. Aun odiándolo con la fuerza de mis entrañas, el era mi primer amor. Aquel por quien habria detenido el mundo mismo. Y eso no se borraba asi como asi. Que fuese el quien habia determinado el destino de mi hermano era lo mas doloroso. Quien debia amarme, fue mi verdugo.
Cerre los ojos y juntando toda mi fuerza desterré esa sensación de mi. No podia sentir eso por el, ya no. Era un enemigo mas.
Me relaje, debia bajar la tensión. Volvi a mi estado natural, y subi a ponerme ropa nuevamente. Me tumbe en mi cama y fije mi vista en el techo. Tenia que estrujarme la cabeza, tenia que encontrar una solucion. Alguien que haya encontrado alguna vez al guardian, o alguien que supiera la leyenda de primera mano... ¿Pero quien? Ciertamente no podia confiar en Winter, cada palabra que salia de su boca era veneno, ella solo actuaba en su conveniencia, asi que ¿que me garantizaba que no estuviera manipulándome para obtener algo mas? Debia encontrar una fuente confiable, quien supiera explicarme mas. No queria levantar sospechas con las chicas o Xian...
Xian...
A ella le habian contado esa historia. Sus maestros, ellos le informaron y si asi lo hicieron, es porque lo creyeron real. La prepararon en caso de necesitarlo en algun momento. Asi que podria pensar que el altar es real. Tan real como los maestros de Xian. Quizas ellos pudieran mostrarme algo...
¿Pero como llegar hasta ellos sin levantar sospechas? Sin tener que acudir a la druida...
-¿India?
-Ayla, escucha, tienes que ayudarme. Debemos encontrar a los druidas blancos, de alguna manera. Llama a Bastian y vengan a mi casa, hay mucho q revisar. Oh, y trae tu computadora. -llame a Ayla en un repentino impulso de inteligencia.
Habiamos encontrado la leyenda de las guardianas en internet, incluso alli hablaba sobre el poder del fenix que la guardiana de fuego poseía. Quizás, solo quizás, encontrara algo sobre los druidas blancos, algun lugar en particular en el que suelan meditar o quien sabe que cosas hacen en su tiempo libre. Esa pagina quizas tuviera al menos una de las respuestas que estaba buscando en ese momento.
No tardaron mucho en llegar, y junto con Ayla vino Alex. Parecian estar pegados con pegamento extra fuerte. No me molestaba, pero aun se me hacia raro compartir todo esto con el. Me sentia eufórica, al menos ahora tenia algo por donde empezar. Al menos ahora sabia hacia donde me dirigia.
Mis amigos y yo nos sentamos en el living, cada uno con una computadora, listos para empezar. Les hable brevemente sobre mi idea, lo de la pagina en internet y lo que pretendia hacer, asi que poco quedo para ponernos en marcha.
Bastian no recordaba que pagina era, claramente, hacia mas de dos años que habia revisado en ella y ni se molesto en guardar el enlace, ¿por que habria de hacerlo? Cada uno navegaba usando distintas combinaciones de palabras, con el fin de encontrar al menos una pagina distinta pero igual de util. Resultaba ser que era mucho mas dificil de lo que parecia.
-Aqui hay algo... -comenzaba alguno, para luego continuar negando con la cabeza. -No, olvidenlo.
-"...los druidas son amantes de la naturaleza por definicion, se encuentran rodeados de ella constantemente y si prestas atencion puedes reconocerlos, por como la naturaleza se comporta frente a ellos..." -leyo en voz alta Alex. -No es exactamente lo que buscamos, pero es algo, ¿no?
-¿Que quiere decir con "como la naturaleza se comporta frente a ellos"? Yo nunca vi que las cosas se movieran o algo frente a Xian... -y no mentia, nunca habia hecho nada fuera de lo comun salvo aquella noche en la reserva.
-Quizas no le prestaste demasiada atención, quizas a lo q esto se refiere es a algo muy sutil... No se, cosas que el humano comun no veria, ¿no crees? -sugirio Bastian, pensativo.
-Bien, aun si tuvieras razon en eso, ¿como encontrare a uno? No puedo pasearme por ahi observando a todo el mundo esperando que algo raro suceda. Creerán que tengo problemas mentales.
-Estan rodeados de naturaleza... -dijo Ayla.
-Ay, ¿tienes idea de donde vives? ¡Todo el maldito lugar esta rodeado de naturaleza! -replique, exasperada.
-¡Lo se, lo se! Pero ese no es el punto. ¿Cual es el lugar mas natural de todo este condado? La reserva claramente.
-No tiene sentido que se oculten alli, hubieran ayudado hace dos años atras de haberse encontrado alli.
-Lo se, pero quizas no hay muchos, quizas encuentres a uno o dos. Podemos probar, creo, tan solo hay que ir y mirar.
Era como buscar una aguja en un pajar. Aun si nos limitábamos a la reserva, era demasiada gente que observar. E insistía, si hubiera algun druida alli, nos habrian ayudado aquella noche. Despues de todo, su trabajo era ser fieles a las guardianas. Entonces, ¿como los encontraría? Necesitaba a alguien que estuviera en contacto con alguno de ellos y Xian estaba fuera de la discusión...
-Sean... -susurré sin pensarlo, con la vista fija en el suelo.
-¿Que? -preguntaron mis tres amigos al mismo tiempo.
-No necesito ir a la reserva a perseguir gente. -la idea se iba volviendo clara conforme la plasmaba. -Porque puedo encontrar a un druida directamente. Puedo ir y hablar con el o ella sin necesidad de mucho preámbulo.
-¿Como?
-Pues... Sean tiene acceso a ellos.
-¡India! ¡Esos son los druidas oscuros! ¡Te odian! -se indigno Ayla. -¿Como esperas que te ayuden?
-Porque llegado el caso, les ofrecere algo que no podran rechazar. -respondi convencida. Nunca habia tenido nada tan claro en mi mente como ahora. Y con esa seguridad que sentia, me creia capaz de lograr cualquier cosa. Incluso, traer de vuelta a mi hermano.
-Estas loca, ya ves. Se te fue la chaveta. -dijo Bastian, tomandose la frente. -¿Que quieres ofrecerle a esa gente?
-Ellos no me ayudaran a menos que tenga algo muy fuerte para darles. Y sin mi, hay algo que jamas lograran.
-Ya, suelta.
-Les voy a ofrecer la vida de Aydan.
Mis amigos se pusieron pálidos al comprender lo que estaba diciendo, casi que podia ver como el hielo recorria sus columnas. Realmente no comprendían, pero no importaba. Me encontre marcando el numero de Sean, pues no pensaba perder mas tiempo. La sangre es la sangre, y por mi pequeño hermano de tan solo tres años, soy capaz de cualquier cosa. Aun si eso significa enfrentarme cara a cara con la misma muerte.
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Se que el capitulo es corto y tarde una eternidad imperdonable en subir, es q no queria darles a leer cualquier cosa! Mil perdones, espero que les guste, y ya saben cualquier sugerencia es bien recibida!!!!
Los quiero!!!