paparazzi ; måneskin

By thegxrlwithamask

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Ella es una reciente reportera cumpliendo su sueño de estar en Eurovisión. Ellos son måneskin, ganadores del... More

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By thegxrlwithamask

AVISO: el siguiente capítulo puede contener escenas lésbicas. Si no te gusta este contenido te aconsejo que adelantes la historia hacia otra parte.

¿Te gustaría tener una cita conmigo?

¿Que clase de pregunta es esa? Sí y mil veces sí. A ver, era Victoria. No tiene nada más que añadir al porque le dijo que sí.

Toda esa mañana de trabajo había estado pensando en lo que haría al llegar la tarde. Estaba muy nerviosa.

Quedaron en que la cita sería por la tarde noche, a eso de las nueve.

No se arrepentía de su decisión, pero ahora mismo le estaban dando cuatro ataques cardíacos. No sabía que ponerse. Usualmente usaba ropa profesional como faldas de tubo negras o camisas blancas de encaje, pero a la hora de salir era todo un espectáculo.

Quería ir con un estilo casual, pero tampoco quería parecer que no le importaba, porque lo hacía. Y mucho.

Después de media hora de rebuscar en su armario, se decidió por una camisa suelta blanca y unos pantalones largos negros. No era un gran cambio pero ella se veía guapa, que al fin y al cabo era lo que importaba.

Antes de cambiarse recorrió su cuerpo con sus manos. Observaba su ropa interior de encaje intentando convencerse a si misma de que era lo único que tenía. Mentiras, era por si las moscas.

Cogió todo lo necesario para salir y agarró una orquídea roja. Había oído a Thomas comentar que era la flor favorita de Victoria, sumado a que sabía que su color favorito era el rojo.

Siempre había visto el rojo como un color potente. Un color que representaba la fuerza y la pasión. Justo como Victoria.

Al ir hacia recepción se encontró a Tix, gran amigo suyo desde que comenzó el festival.

— ¿Supongo que puede que haya más de un romance en Eurovisión? – bromeó el hombre alzando una ceja con diversión al observar la rosa que Rea portaba.

— No eres el más indicado para hablar – se la devolvió Rea. Tix alzó sus manos en señal rendición.

— ¿Quien es la persona afortunada? – preguntó con curiosidad el noruego. Hablando de su nacionalidad, la conversación transcurría en un fluido noruego, dado que ambos procedían de allí.

— No sé si puedo contártelo – comentó insegura Rea, recibiendo una mirada de indignación de parte de Tix. En seguida cayó rendida, Rea sentía que Tix era una persona a la que podías contarle cualquier cosa que no te juzgaría. – Victoria, de måneskin.

Por su parte, Andreas abrió los ojos sorprendido. – ¡Eso es increíble! No lo había pensado, pero os veis genial juntas – Rea sonrió ante estas palabras. Sus relaciones con una mujer pasadas no acabaron muy bien. De hecho ni siquiera empezaron, todo acabo antes de que Rea pudiera opinar. – Pues no te retengo más, espero que mañana cuentes lo que ha surgido.

No tuvo que ir mucho más lejos, puesto que Victoria se les acercó. Tix se marchó dejándolas solas, no sin antes dar un pequeño salto emocionado.

— ¿Y eso? – preguntó Rea con confusión al ver que Victoria escondía algo en su espalda.

— Es una tontería – tras Rea insistirle, Victoria lo enseñó. Era un tulipán blanco. – Me he comenzado a agobiar mucho porque quería darte una verde, porque sabía que era tu color favorito, pero no he encontrado y…

Victoria se destabilizó al sentir un peso encima. Era Rea, quien se había acercado a abrazarla con fuerza.

— Supongo que ambas somos estúpidas – Rea le tendió la orquídea, a lo que Victoria abrió los ojos sorprendida. La rubia le dio un beso en la mejilla. La cara de Rea comenzó a tornarse de un color carmesí.

— Eres muy dulce – le dijo Victoria, agarrándola de la mano. Rea rezaba para que no le sudaran las manos, su sistema nervioso no podía fallarle ahora.

— ¿A donde vamos? – preguntó Rea con curiosidad.

— A un hotel – Victoria rió al ver la mirada de Rea. – He pensado que sería genial, hay barra libre y una sala de cine. No quería una cita corriente, y he pensado que esto sería interesante.

Victoria rió al ver a Rea dar saltos cuando la rubia mencionó "barra libre".

— Por cierto, ya sé todo lo que te dijo Damiano, y me parece bien. Espero que no te incomode ni nada – le comentó Victoria, recibiendo un asentimiento de parte de Rea, a quien todo esto le parecía extraño pero se iba acostumbrando. – ¿Por ahora quién te interesa más?

— ¡Eso no te lo voy a decir! – rió Rea divertida. La verdad no era que no se lo quisiese decir, sino que ni ella misma lo sabía.

— Vamos – pidió Victoria alargando la última sílaba. – ¿Thomas o Damiano?

— ¿Y porque tu no estas entre esas opciones? – preguntó Rea extrañada. La escena creada entre ellas era muy bonita, ambas movían sus manos entrelazadas al mismo tiempo.

— Porque iría la primera – bromeó Victoria dándole otro pequeño beso en la mejilla a Rea. A Victoria le gustaba darle besos en esa zona por la reacción de Rea, le encantaba como cada vez que lo hacía ella se ponía nerviosa.

Estuvieron diez minutos más de conversación que pasaron muy rápido entre risas y leves muestras de afecto.

— Ya hemos llegado – declaró Victoria dando un gran salto, apoyando sus pies firmemente en el suelo al caer.

— ¿Ya? – cuestionó sorprendida Rea.

— Sip. Recuerda que estamos en la zona de hoteles – le dijo Victoria con una sonrisa.

Ambas entraron en el establecimiento. Era un bonito hotel bastante lujoso, con varias decoraciones que Rea tenía miedo de tocar y romper por lo caras que se veían.

Rea se sentó con cuidado en un sofá, mientras que Victoria se registraba en el hotel.

— ¿Que quieres ver primero? Hay una sala de cine, un minigolf, una piscina, una sala de recreativos, un patio… – Victoria comenzó a enumerar lugares, lo que agobió un poco a Rea. 

— ¡Minigolf! – se decidió finalmente la mayor. Victoria sonrió, guiándola a la sala.

— No esperaba que fuera tan grande – comentó para si misma Victoria con las manos apoyadas en las caderas.

— ¿Podemos escoger la bola morada? – preguntó Rea. – Por cierto, ¿Tu sabes jugar? Porque yo ni idea.

— Aprendí de pequeña – le respondió Victoria sonriente.

Ambas se colocaron en posición para jugar, pero Victoria al ver a Rea se acercó a ella.

— Perdona. Nunca he jugado y no sé cómo ponerme – le dijo Rea avergonzada. No sabía porque había elegido el minigolf si daba pena.

— Tranquila. No puedes pretender saber si nadie te ha enseñado – la contestación de Victoria hizo a Rea sonreír. En la vida de Rea, todas las personas de su entorno esperaban que lo hiciera todo a la perfección. Trabajo, dinero, relaciones...

Rea dejó de pensar en esto cuando Victoria se acercó por detrás a ella. En menos de un segundo su respiración se entrecortó y su cuerpo se tensó.

Victoria comenzó a mover los brazos de Rea intentando imitar la posición correcta. Sus miradas conectaron con rapidez al Victoria posar su mano en el muslo de Rea. Ella tan solo quería indicarle como se debía colocar, pero la tensión acumulada entre ellas era tan notable que complicaba ese simple gesto.

— Lo siento – se disculpó Victoria alejando su mano de la pierna de Rea.

— No importa.

Las miradas de ambas parecían querer hacer todo lo que no podían por restricción.

Rea notaba algo en la forma en la que Victoria la miraba que no encajaba. Se habían mirado a los ojos otras veces, pero ahora Rea percibía algo que Victoria no había mostrado otras veces.

— ¿Has entendido más o menos? – le preguntó Victoria. Rea asintió.

Victoria aplaudió al Rea meter la bola en el hoyo.

— No quiero decir nada… pero a veces el alumno supera al maestro – Rea sacudió su pelo divertida, haciendo reír a Victoria.

Ambas se quedaron jugando varios hoyos más, cuando a Victoria comenzó a rugirle el estómago.

— Eso es que has tenido suerte – murmuró Rea al ver que Victoria había ganado la partida.

— Sí, seguro – contestó la rubia con sarcasmo. – ¿Te apetece ir a cenar?

— Vale – la emoción de Rea contagió a Victoria, quien empezó a dar saltos.

• • •

— Parece que no has comido en tu vida – comentó Victoria al ver a Rea coger todo lo que le cabía en la bandeja de la barra. La mayoría de alimentos; rosquillas y empanadas.

— Aquí se aprovecha todo – alegó Rea. Cuando toda la bandeja estuvo repleta, ambas se dirigieron a una mesa.

— Me gustaría saber más de ti – comentó Victoria, recibiendo una mirada de parte de Rea.

— ¿Como que? Mi vida tampoco es tan interesante – respondió Rea. La verdad es que no se consideraba una persona especial, era normal.

— Tus estudios. Cada vez que hablas de eso te animas mucho – dijo Victoria, recibiendo una sonrisa tierna de parte de Rea.

— No sé. En realidad me gradué en ciencias y tecnología, pero de un modo u otro acabé en periodismo. Creo que ya lo he mencionado, pero estudie en España, era donde mejor oportunidades había – explicó Rea. Victoria escuchaba atentamente, los movimientos de la boca de Rea al hablar eran preciosos y sus ojos iluminados eran joyas reales. – ¿Que hay de ti?

— No mucho. Cuando acabe el instituto me dediqué al 100% a la música – comentó Victoria. Más o menos era la respuesta que Rea esperaba. – ¿Tus relaciones?

— No mucho, ni muy buenas ni muy malas, solo que eran aburridas.

— Entiendo. Por mi parte solo hubo alguien con quien intenté que funcionara, pero finalmente no salió nada – le dijo Victoria. Era cierto, tan solo hubo una persona que le hizo sentir querida, pero se marchó de su vida sin explicaciones. Por eso mismo es que agradecía a Rea, agradecía que aceptara –y le gustaran– todas las facetas de Victoria. Agradecía que pudiera ser ella misma.

— Eso es una putada – exclamó Rea. Victoria rió, pocas veces había escuchado a Rea diciendo palabras vulgares que no fueran "joder".

— Tienes una pequeña mancha – le señaló Victoria. Rea se pasó la mano por toda la cara intentando limpiarse, sin entender la intención de Victoria.

— ¿Ya? – preguntó Rea recibiendo una negación de Victoria. La rubia se acercó a ella.

— Justo… ¡Ahí! – Victoria se acercó a sus labios, pero en vez de limpiarle con una servilleta lo hizo con sus propios labios.

Rea intentó contener la risa ante el beso. Había sido una forma bastante ingeniosa de besarla, debía decir.

— ¿No tenía nada verdad? – Rea ladeó la cabeza al ver a Victoria asentir.

Victoria agachó la cabeza avergonzada al sentir la mirada asqueada de dos hombres sobre ella. Rea se giró al ver que pasaba.

— Están celosos porque he sido besada por la chica más guapa del universo – Rea volvió a besar a Victoria, está vez con más suavidad.

Este segundo beso era más tranquilo, como si Rea tuviese miedo de romper a Victoria, o de dejarla ir.

Los hombres continuaron mirándolas, está vez susurrando entre ellos. Rea agarró de la mano a Victoria con decisión.

— Vamos a otro sitio – verdaderamente era lamentable que ellas fueran las que se tuvieran que marchar cuando ellos ocasionaban el problema, pero por desgracia el mundo era así. – ¿A donde te gustaría ir ahora?

— Al jacuzzi – habló Victoria en un leve susurro.

Piscina no piscina no piscina no. Era en lo único que pensaba Rea. No es que no le gustara, es que ya sabemos cómo acaban las cosas con Victoria en una piscina. Es que encima el jacuzzi era una piscina en versión diminuta donde las cosas podían calentarse mucho más.

— ¿Para eso no hay que reservar? – preguntó Rea confusa dando un sorbo a su bebida, que como muchos podían suponer, la había rellenado antes de irse.

Victoria le guiñó un ojo pícara, provocando pequeños temblores en Rea.

Al llegar al sitio indicado, Victoria cerró la puerta tras ellas.

— No he traído bañador – dijo Rea con preocupación, aunque este comentario fue callado cuando Victoria comenzó a quitarse su camisa quedando en sujetador.

Rea comenzó a atar cabos y captó las segundas intenciones de la italiana. Porque era comprensible que Rea no hubiera traído bañador dado que no sabía que tenía que hacerlo, pero Victoria lo sabía perfectamente y aún así no había traído.

Tampoco iba a hacer el feo de rechazar la oferta.

Los ojos de Victoria no se separaban de la figura de Rea, que hace pocos minutos había dejado a la vista revelando su conjunto de lencería color rosa frambuesa.

Le parecía tan bella. Podía no ser la chica más guapa según los estándares de belleza, pero para Victoria era la mismísima diosa Afrodita. Tenía la habilidad de hacerla temblar con solo una mirada.

Rea. Rea. Rea. Solo podía pensar en ella. Mañana, tarde y noche.

— ¿Vienes? – preguntó Victoria sentada en el jacuzzi. Rea reunió toda la confianza que pudo y se sentó en las piernas de Victoria con cuidado de no ponerse en una posición muy molesta.

— Me ha gustado mucho el día de hoy – dijo Rea con una sonrisa. Era cierto, se lo había pasado como nunca. Victoria había conseguido evadirla del mundo exterior.

— A mí me gustas tú – Rea abrió los ojos ante la declaración de Victoria.

Finalmente, Victoria dio el primer paso posando sus labios sobre los de Rea.

Rea parecía querer decir algo ante esto, pero Victoria la calló con otro beso. Este reflejaban pasión, la pasión que ambas sentían la una con la otra.

Ninguna era tímida, lo que hacía que las confianzas aumentaran y no tuvieran vergüenza de demostrar sus sentimientos.

Rea sintió el aire frío pasar por su nuca en un escalofrío. Victoria comenzó a besarle con ganas el cuello, prosiguiendo más tarde con los hombros y clavícula.

— Eres tan perfecta que quiero morir – comentó Rea. Victoria le miró a los ojos con sinceridad, le habían dicho que era guapa o atractiva, pero el adjetivo que le había asociado Rea era diferente. Perfecta, con sus virtudes y defectos. Era su nueva palabra favorita.

Rea sobre sus piernas y el agua recorriendo si piel de forma calmada hacía que la excitación aumentara.

Por la otra parte, Rea no podía sentirse mejor. Victoria le hacia sentirse querida, le hacia sentir que era alguien relevante en el mundo.

Entre varias caricias, Victoria consiguió decir lo que quería proponerle a Rea desde que entraron a ese jacuzzi.

— ¿Te gustaría volver al hotel?

• • •

¡Hay nueva portada! ¿Les gusta?

Hacia bastante que no hacía algo con Vic, y le quise dar el reconocimiento que merece. Normalmente intento que los cuatro chicos tengan la misma importancia.

Espero que os haya gustado el capítulo. En este en especial puse bastante esfuerzo.

Ya me comentáis sobre la historia! Una vez más, muchísimas gracias por leer; y hasta el próximo capítulo <3

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