xv

2.4K 178 79
                                    

AVISO: el siguiente capítulo puede contener escenas lésbicas. Si no te gusta este contenido te aconsejo que adelantes la historia hacia otra parte.

¿Te gustaría tener una cita conmigo?

¿Que clase de pregunta es esa? Sí y mil veces sí. A ver, era Victoria. No tiene nada más que añadir al porque le dijo que sí.

Toda esa mañana de trabajo había estado pensando en lo que haría al llegar la tarde. Estaba muy nerviosa.

Quedaron en que la cita sería por la tarde noche, a eso de las nueve.

No se arrepentía de su decisión, pero ahora mismo le estaban dando cuatro ataques cardíacos. No sabía que ponerse. Usualmente usaba ropa profesional como faldas de tubo negras o camisas blancas de encaje, pero a la hora de salir era todo un espectáculo.

Quería ir con un estilo casual, pero tampoco quería parecer que no le importaba, porque lo hacía. Y mucho.

Después de media hora de rebuscar en su armario, se decidió por una camisa suelta blanca y unos pantalones largos negros. No era un gran cambio pero ella se veía guapa, que al fin y al cabo era lo que importaba.

Antes de cambiarse recorrió su cuerpo con sus manos. Observaba su ropa interior de encaje intentando convencerse a si misma de que era lo único que tenía. Mentiras, era por si las moscas.

Cogió todo lo necesario para salir y agarró una orquídea roja. Había oído a Thomas comentar que era la flor favorita de Victoria, sumado a que sabía que su color favorito era el rojo.

Siempre había visto el rojo como un color potente. Un color que representaba la fuerza y la pasión. Justo como Victoria.

Al ir hacia recepción se encontró a Tix, gran amigo suyo desde que comenzó el festival.

— ¿Supongo que puede que haya más de un romance en Eurovisión? – bromeó el hombre alzando una ceja con diversión al observar la rosa que Rea portaba.

— No eres el más indicado para hablar – se la devolvió Rea. Tix alzó sus manos en señal rendición.

— ¿Quien es la persona afortunada? – preguntó con curiosidad el noruego. Hablando de su nacionalidad, la conversación transcurría en un fluido noruego, dado que ambos procedían de allí.

— No sé si puedo contártelo – comentó insegura Rea, recibiendo una mirada de indignación de parte de Tix. En seguida cayó rendida, Rea sentía que Tix era una persona a la que podías contarle cualquier cosa que no te juzgaría. – Victoria, de måneskin.

Por su parte, Andreas abrió los ojos sorprendido. – ¡Eso es increíble! No lo había pensado, pero os veis genial juntas – Rea sonrió ante estas palabras. Sus relaciones con una mujer pasadas no acabaron muy bien. De hecho ni siquiera empezaron, todo acabo antes de que Rea pudiera opinar. – Pues no te retengo más, espero que mañana cuentes lo que ha surgido.

No tuvo que ir mucho más lejos, puesto que Victoria se les acercó. Tix se marchó dejándolas solas, no sin antes dar un pequeño salto emocionado.

— ¿Y eso? – preguntó Rea con confusión al ver que Victoria escondía algo en su espalda.

— Es una tontería – tras Rea insistirle, Victoria lo enseñó. Era un tulipán blanco. – Me he comenzado a agobiar mucho porque quería darte una verde, porque sabía que era tu color favorito, pero no he encontrado y…

Victoria se destabilizó al sentir un peso encima. Era Rea, quien se había acercado a abrazarla con fuerza.

— Supongo que ambas somos estúpidas – Rea le tendió la orquídea, a lo que Victoria abrió los ojos sorprendida. La rubia le dio un beso en la mejilla. La cara de Rea comenzó a tornarse de un color carmesí.

paparazzi ; måneskinWhere stories live. Discover now