xxi

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Rea se levantó con los rayos de sol dándole de manera directa en la cara. Su rostro iluminado por el sol era una bonita imagen, todo lo contrario a cuando le daba el sol normalmente, lo que hacía que hiciera una mueca nada agradable.

Se extrañó bastante al notar como estaba ella sola en la cama, si su memoria no le fallaba Damiano se había quedado toda la noche.

Se levantó y sentó en el borde de su cama, pensando en todo y nada a la vez.

- ¿Te has levantado ya? - preguntó una voz masculina. Rea esbozó una sonrisa alegre y corrió al sitio de donde procedía la voz.

- Sí - fue lo único capaz de pronunciar la chica. Sus sentidos estaban centrados en la imagen que tenía delante.

El dios griego italiano -aka Damiano- estaba en su cocina solo con unos pantalones y un delantal, una imagen sexy y divertida al mismo tiempo.

- Espero que no estés cocinando con aceite - rió Rea. Sabía que si le caía una gota de aceite en la piel a Damiano se quemaría, pero prefería conservar esa imagen para siempre.

- Esto es postureo, vamos a desayunar magdalenas de tu despensa - sonrió Damiano señalando a Rea acompañado de un fugaz guiño.

Rea se acercó al chico y le dio un gran y duradero beso. Este no era pasional ni desesperado, si no que era dulce, tierno, y mostraba todo tipo de sentimientos.

Damiano levantó a Rea haciendo que las piernas de esta rodearan su cintura con cuidado. El italiano la sentó en la encimera, mientras él ponía la mesa.

- ¿Te ayudo? - preguntó Rea mirándolo. La verdad era que no le apetecía ayudarlo pues se había levantado hace apenas diez minutos, pero tampoco iba a ser maleducada.

- Ya está casi todo - le respondió Damiano mirándola a los ojos. El hombre se acercó a ella y le puso las manos en la cintura.

- ¿Que pretendes? - le susurró Rea al oído. Damiano se estremeció un poco. El problema aquí era que ambos eran provocativos y atractivos, por lo que ninguno se daba por vencido.

- ¿No te apetece nada para empezar el día con buen pie? - le dijo Damiano, dejándole caer cierta idea que tenía en la mente desde que Rea se había despertado. Dormir abrazados había sido un total plus, pero aún tenian que saber si conectaban de otra forma.

Rea lo besó con fuerza. La chica introdujo su lengua en la boca del hombre lo suficiente para que no fuera incómodo. Por su parte, Damiano le mordió el labio inferior, cosa que hizo a Rea gemir un poco, en un volumen que tan solo podían escuchar ellos dos. El beso podía considerarse hasta agresivo.

Damiano la levantó llevándola hacia el salón, mientras no paraban de besarse. De vez en cuando el italiano dejaba un beso en el cuello de la chica.

- Eso deja marca - comentó Rea mirando su cuello. Como había pensado tenía un gran chupetón en la parte lateral del cuello. No se preocupó demasiado, más tarde vería lo que haría.

- Esa es mi intención - respondió Damiano con una sonrisa atrevida. Los besos que el cantante le proporcionaba fueron bajando hasta el escote de la noruega, quien de vez en cuando dejaba escapar un sonido de placer.

Un teléfono sonó. Rea se percató de que no era el suyo, dado que si lo fuera estaría sonando un pitido bastante desagradable. Le gustaría cambiarlo por alguna canción de 1D pero sabía que si lo hacía se pondría a cantar la canción en vez de contestar.

- ¿No lo coges? - preguntó Rea confundida.

- Ahora mismo no es mi plan - respondió Damiano con una sonrisa. Comenzó a levantarle la camisa a Rea, pero un mensaje de contestador los interrumpió.

paparazzi ; måneskinWhere stories live. Discover now