vii

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Rea se levantó con un dolor de cabeza espeluznante. No se esperaba otra cosa, después de lo que pasó la noche anterior.

Había besado a Thomas y Victoria. Por una parte no lo consideraba un gran acto porque lo habían hecho durante una borrachera, y en esas situaciones nadie piensa lo que hace; sin embargo por otra parte no se sacaba al par de la cabeza.

Sobre todo a Victoria. Porque en realidad a Thomas le había dado un pequeño pico, pero a la rubia le había dado un beso largo, que a saber cómo le había sentado a ella. Tampoco quería incomodarla, mucho menos perder esta relación con ella por el incidente.

Se sorprendió rozando suavemente sus labios.

Había estado toda la noche pensando en como le había sentado a Victoria, ¿Pero cómo le había sentado a ella misma?

No iba a mentir, le había gustado; y en base al gesto anterior sus labios querían que se repitiese. Quería sentir la misma sensación de la noche anterior, pero esta vez con la cabeza ordenada, para disfrutar de todos y cada uno de los segundos que duraba el beso.

También tenía que tener en cuenta su repentino acercamiento con Damiano. No sentía que le debía nada por ayudarla, pero quería pasar más tiempo con él.

Aún lo hacía peor cuando en situaciones se descubría pensando en aquella vez que Ethan la ayudó con lo de la habitación. Le pareció muy dulce de su parte.

Rea no sabía con exactitud si le gustaba alguno en particular, a pesar de que la atracción fuera evidente. Pero le costaba pensar solo en uno como un posible interés romántico.

Todas estas dudas le tenían la cabeza carcomida. Las apartó todo lo que pudo para empezar el día de trabajo lo mejor posible.

Se preparó y salió por la puerta, con cuidado de llevar todo.

Al final del pasillo logró divisar a la mitad del grupo italiano.

Alcanzó a ver a Victoria hiper ventilando, y a Damiano intentando calmarla. 

— Hola Vic – saludó Rea y la rubia sonrió ante el apodo.

— Rea, mira, sobre lo de ayer... Siento mucho el beso y comprendo si estás molesta – a Rea se le escapó una risita divertida y le agarró la mano a Victoria tratando de tranquilizarla.

— Victoria, te aseguro que no importa. Borracho nadie piensa, y te aseguro que  no debes tener ningún sentimiento de carga ni nada. No tienes nada de que preocuparte – le contestó con sinceridad Rea, midiendo sus palabras. Por alguna razón no quería decir que fue un "error" porque tampoco lo sentía así. – Además, tampoco estuvo mal.

La bajista se sonrojó al escuchar este último comentario, pero se recompuso con rapidez.

— Dios mío, me has quitado un gran peso de encima – dijo Victoria expulsando todo el aire que estaba conteniendo. La reportera rió.

— Bueno chicos, si me disculpais tengo que ir a ganarme el dinero para el alquiler – Rea hizo una reverencia divertida. – Espero veros por allí.

La chica comenzó a caminar dirección a la salida del hotel. Logró escuchar a Damiano diciéndole a Victoria un "¿Ves?" que la hizo reír.

Predecía que esa amistad con los italianos daba para largo.

• • •

Esa tarde tuvo el privilegio de entrevistar a los representantes de Finlandia, a quiénes admiraba, tanto por su profesionalidad al hablar como por su música.

paparazzi ; måneskinWhere stories live. Discover now