Historias de Betty, la fea

By Mel916

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Estas historias no son de mi autoría, son de una plataforma llamada Tapatalk, las subo porque muchos foros ya... More

No hay mujer fea
No hay mujer fea
No hay mujer fea
No hay mujer fea
MI MEJOR AMIGA
Los trigretones de Bogotá
La otra capítulo 1
La otra capítulo 2
La otra capítulo 3
La otra capítulo 4
La otra capítulo 5
La otra capítulo 6
La otra capítulo 7
La otra capítulo 8
La otra capítulo 9
La otra capítulo 10
La otra capítulo 11
La otra capítulo 12
La otra capítulo 13
La otra capítulo 14
La otra capítulo 15
La otra capítulo 16
La otra capítulo 17
La otra capítulo 18
La otra (Final)
¿Quién eres tú? Capítulo 1
¿Quién eres tú? Capítulo 2
¿Quién eres tú? Capítulo 3
¿Quién eres tú? Capítulo 4
¿Quién eres tú? Capítulo 5
¿Quién eres tú? Capítulo 6
¿Quién eres tú? Capítulo 7
¿Quién eres tú? Capítulo 8
¿Quién eres tú? Capítulo 9
¿Quién eres tú? Capítulo 10
¿Quién eres tú? Capítulo 11
¿Quién eres tú? Capítulo 12
¿Quién eres tú? Capítulo 13
¿Quién eres tú? Capítulo 14
¿Quién eres tú? Capítulo 15
¿Quién eres tú? Capítulo 16
¿Quién eres tú? Capítulo 17
¿Quién eres tú? FINAL
La primera de muchas
La primera de muchas CAP 2
La primera de muchas CAP 3
La primera de muchas CAP 4
La primera de muchas CAP 5
La primera de muchas CAP 6
La primera de muchas CAP 7
La primera de muchas CAP 8
La primera de muchas CAP 9
La primera de muchas CAP 9
La primera de muchas CAP 10
La primera de muchas EPÍLOGO
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
✨AVISO✨
Historia corta 1
Fue dulce (historia corta 2)
La reconciliación (Historia corta 3)
La bolsa negra (historia corta 4)
Celebración (Historia corta 5)
Reviviendo la primera vez ( Historia corta 6)
Otro final (Historia corta 7)
si el teléfono nunca hubiese sonado (Historia corta 8 )
Otra oportunidad (Historia corta 9)
La cena con Daniel (Historia corta 10)
Cuendo habla el corazón parte 1 y 2 (Historia corta 11)
Simplemente ellos II (1-5)
Simplemente ellos II (6-10)
Simplemente ellos II (11-15)
Simplemente ellos II (16-20)
Simplemente ellos II (21-25)
Simplemente ellos II (26-29)
No se cómo se llama la historia...
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión (Final)
No se cómo se llama la historia 😶
Milagro en navidad
Me regaló la luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Historia corta 12
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Historia corta 13
Historia corta 14
Es por ti 1
Es por ti 2-5
Es por ti 6-9
Es por ti 10-15
Es por ti 16-21
Es por ti 22-25
El diario de Betty
Somos novios 1-3
Somos novios 4-7
Somos novios 8-13
Somos novios 14-16
Un capítulo imaginario
Continuación de Historia corta 12 (final)
Tenía que ser usted 1-5
Tenía que ser usted 6-10
Tenía que ser usted 10-15
Tenía que ser usted 16-20
Tenía que ser usted 21- 22
✨AVISO IMPORTANTE✨
Vidas paralelas 1-5
Vidas paralelas 6-10
Vidas paralelas 11-15
Vidas paralelas 16-25
Vidas paralelas 26- 35
Verdades (Introducción)
Verdades 2-10
Verdades + (capítulo especial) 11-20
Verdades 21-30
Verdades 31-36
Un ángel que te cuida 1-5
Un ángel que te cuida 6-10
Un Ángel que te cuida 11-14
Noche antes de la junta (historia corta 15)
Las cartas sobre la mesa
Las cartas sobre la mesa 2
Las cartas sobre la mesa 3
Las cartas sobre la mesa 4
La novia de Mario
INICIOS
Tan cerca, tan lejos
Desencuentros 4
DESENCUENTROS 5
DESENCUENTROS 6
DESENCUENTROS 7
DESENCUENTROS 8
Historia de la carta
TAN DISTINTA
Noche antes de la junta (Historia corta 15)
Un ángel que te cuida
Mendoza vs Pinzón
La mentira

La misión

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By Mel916

CAPITULO 9: REENCONTRANDO SU DESTINO

Convencer a Armando no fue nada fácil. Se negaba una y otra vez a secundar el plan divino. Ante tal situación, Dios y el Arcángel Gabriel decidieron dejarle "aparentemente" tranquilo. Sólo cuando Armando Mendoza se descuidó, consiguieron que se tragara la pastilla del olvido y con ello, se borraran esos recuerdos que le hacían sufrir.

Cuando llegó el momento, diez meses después, el alma de Armando Mendoza fue enviada a la tierra, encarnada en la persona de un niño regordete y moreno, de más de 4 kilos y sonrisa pícara. Cómo él, curiosamente, también tenía dos pequeños lunarcitos junto a la comisura de los labios y los ojos oscuros.

En Bogotá, se anunciaba la boda del joven escritor Jorge Enrique Mendoza con su bellísima secretaria, Beatriz Aurora Pinzón en la Catedral Primada de la Ciudad. Aunque los novios hubieran preferido una ceremonia más sencilla y sin tanto boato, se tuvieron que plegar a los deseos de Doña Margarita. Después de la muerte de su hijo Armando, la pobre mujer se la pasaba llorando en su cuarto, recordando, mientras acariciaba las fotos y los trofeos de su hijo. "Si hubiera sido de otra forma- se repetía- si yo hubiera...". Tal era el estado nervioso de aquella mujer, que su marido y su hijo, temieron seriamente por su vida. Estaba sumida en una profunda depresión de la que le costaría mucho trabajo salir.

Jorge, en acuerdo con su padre, decidió obedecer en todo los deseos de su madre, por estrambóticos o snobistas que fueran. Era lo único que podía hacer para devolverle un poco de felicidad a aquellos ojos, que se la pasaban anegados en lágrimas, por la muerte de Armando. "Es el mayor dolor que se puede sentir- le dijo en una ocasión- y no hay nada peor que sobrevivirle a un hijo, más si este solo tiene 34 años y está en la flor de la vida".

Así pues, Jorge y Betty celebraron su boda por todo lo alto. Ella llegó a las 4. P.m, bellísima, acompañada de un Hermes emocionado. Allí, se unió en santo matrimonio al hombre del que ya estaba enamorada: Jorge Enrique Mendoza. No había olvidado a Armando. Nunca lo olvidaría, era solo que aquel amor formaría parte de su recuerdo, de su alma, de su corazón, como el amor de Miguel, por el resto de su vida, aunque ésta la compartiese con Jorge a partir de entonces.

La boda fue bellísima y fue muy comentada por todos los círculos de la sociedad bogotana. Los novios, tras la ceremonia, se fueron de luna de miel al Tirol austríaco, de donde regresaron felices, más bronceados y con la noticia de que iban a ser papás en 7 meses.

La vida de Betty y Armando iba aparentemente por derroteros distintos. Él era un niño que crecía feliz en el seno de una familia humilde de Medellín, pero llena de amor y cariño hacia él. Nunca se sintió solo o desprotegido. Siempre tuvo ahí a sus padres que le daban todo lo mejor de sí mismos. Tuvo una hermanita, Silvia, a la que quería con locura y un perro, Chuchi, que se convirtió en su mejor amigo.

Por su parte, Betty siguió trabajando en Ecomoda, ayudando a su marido. También le servía de secretaria, cuando tenía que escribir sus novelas pero lo que más le gustaba era hacer de "pared". Ella era la encargada de aportarle una visión distinta, de darle otra perspectiva de las tramas que su marido escribía. Cada uno expresaba su opinión y de allí se extraían ideas realmente buenas. Jorge, descubrió, muy sorprendido y halagado que a Betty no se le daba mal eso de escribir, que tenía muy buenas ideas literarias e incluso la animaba a presentarse a concursos literarios y esas cosas. Pero ella nunca quiso. Siempre decía que el artista de la familia, era él, que ella ya tenía bastante con sus cuentas, sus números, sus balances y con hacer de "literata" amateur en sus horas libres.

Gracias al apoyo y al trabajo de Betty, mejoró mucho la producción de Enrique San Juan. Sus novelas empezaron a tener más éxito de crítica y público ya que se empezó a ver en sus obras una mayor calidad. Las veían dotadas de un mayor cuerpo, de mayor empaque. Estaban mejor realizadas, y no sólo en el plano técnico, sino también en el creativo.Estaban mejor escritas y con nuevas ideas, frescas, diferentes. Lo cierto es que el matrimonio Mendoza-Pinzón, formaba un buen tándem creativo.

A la única a la que las letras le daban mucho miedo era a su hija, Aurora. Auri, para los amigos. Era una jovencita pizpireta, de negros y abundantes rizos y unos bellos y profundos ojos color ámbar, herencia de su mamá. Le encantaban los animales, de hecho en su casa, tenía dos perros, tres gatos y un caballo de nombre "Diablo". De mayor quería ser veterinaria y entre las cosas que más le gustaban estaba la "rara" costumbre de ir a visitar de vez en cuando la tumba de su tío Armando, dizque para hablar de sus cosas.

Su vida pues, no parecía que fuera a mezclarse nunca más. Pero el destino les tenía preparada una nueva sorpresa...

En el Cielo, la vida de esos dos personajes se veía muy detenidamente. Al principio, Gabriel cuestionaba a Dios, cuándo es que esos dos se verían, si se reconocerían, cómo iba a terminar la historia entre ambos...pero Dios no respondía. Ante sus negativas, Gabriel se cansó y decidió no seguir preguntando más. Así que se limitaba a ser expectador de lujo en el transcurrir lento de las vidas de Betty y Armando hasta que un día, 20 años después...

V: Vuelo de Iberia J9786 con destino Bogotá, embarquen por la puerta 6. Última llamada para los pasajeros del vuelo de Iberia J9786 con destino Bogotá, Colombia, embarquen por la puerta 6...
A: ¡Ay Dios, es mi vuelo!.

Una jovencita menuda, de unos 22 años, corría como una loca por los pasillos de la terminar Internacional del Aeropuerto de Barajas, con destino a la puerta número 6. Iba enfundada en unos vaqueros ajustados, deslavados, muy a la moda, y llevaba una chaqueta de color negro. Llevaba un enorme bolsón de color verde botella en bandolera, y corría desesperadamente hacia esa puerta. Afortunadamente, llevaba ya en sus manos, el pasaje con destino a casa y solo quedaba subir al avión.

En su carrera, cuando ya estaba a punto de cerrarse la puerta,¡pum!, se tropezó con alguien:

Au: ¡Ay, usted perdone, pero no lo ví...voy tan deprisa!.
A: ¿Qué pasa, ah?¿Qué no ve lo que tiene delante, o qué?.
Au: Perdonéme señor, lo siento, pero tengo que irme...(le dijo presurosa y nerviosa, puesto que tenía que cruzar esa puerta, antes de que retirasen la pasarela)

Aquel torbellino desapareció de su vista rápidamente. Un minuto después una sofocada Aurora Mendoza entregaba su pasaje a la azafata y entraba en el avión que le llevaría de regreso a casa.

Alejandro-Armando se quedó por un instante perplejo, parado en el suelo, como un estúpido. Se levantó y se ajustó las gafas, con cierta desgana. Era alto, bastante alto para su edad. Tenía 24 años y parecía mayor. Iba vestido con un pantalón de lino en tonos café a juego con su zamarra, unas tenis y un pequeño maletín negro de piel, regalo de su hermana. Acababa de licenciarse en España como Ingeniero Técnico Industrial y regresaba a Medellín a pasar las fiestas navideñas. Atusándose su ropa, como mejor pudo, se dirigió a la ventanilla de Avianca para embarcar.

Au: "No estaba tan mal ese muchacho...lo cierto es que si por poco lo mato. Me echado literalmente encima suya...¿por Dios qué habrá pensado de mí?...ojoojojoj...si mi mamá me viera...o el abuelo Hermes: "El diablo es puerco, mijita, tapa y destapa"...fijo que me echaría una bronca...ojojojoj..." (pausa). "Aurora, ¡usted si está bien loca...Su mamá en el hospital, aquejada de un amago de infarto y usted aquí, pensando en boberías.!..céntrese mijita, céntrese de una buena vez...".

En otro avión, con el mismo destino, el aeropuerto de El Dorado en Bogotá, un joven apuesto pensaba en aquel diablillo de pelo negro y rizado que se le había echado encima y al que se hubiera comido allí mismo, de estar de mejor humor...

A: "Lo malo es que no he podido verla bien. Ni tan siquiera sé como es su cara, o cúal es su nombre...sólo he podido ver sus profundos ojos color café y lo buena que está....¡ummmmmm!... ¡bien linda, la muñequita, sí señor!. No es española, eso desde luego...por el acento yo diría que es colombiana como yo. Pero desde luego, es pura vitalidad, iba con una fuerza que si por poco me arrolla. Me hubiera gustado tenerla así en mis brazos por mucho más tiempo, debe ser una gozada besar esos labios bonitos y sensitivos...¡ufff!.

En el vuelo de Iberia...

Au: "Lo cierto es que lo único que sé de él, es lo blandito que es... ¡parece un cojín!. Pero menudo genio se gasta...Bueno, no hay fiera que no haya sucumbido a la "domadora bogotana"...sólo será cuestión de volver a verle"- y una sonrisa surcó sus labios.

Unas horas después, el avión de Iberia aterrizaba en el aeropuerto de El Dorado en Bogotá. Aurora bajó de él y se dirigió a recoger su equipaje. Volvía sola a casa. Todos los demás estaban en el hospital. Su hermana Diandra la había llamado la noche anterior: "Vuelve a casa-le había dicho sollozando-mamá está en el hospital, el doctor Cruz dice que es un infarto, vuelve Auri, vente a verla". Aurora, había abandonado todo, su casa compartida con otras compañeras, sus clases en la Facultad de Veterinaria, su medio novio español, todo, por ir al lado de su madre.

Recogió su equipaje. Estaba cansada pero no le importaba. Lo cierto es que el aeropuerto estaba atestado de gente. Se acercaba la Navidad y muchos compatriotas iban o venían a pasar las fiestas con los suyos. Ella misma había adelantado sus vacaciones, pero no le importaba. Un fuerte empujón de alguien, la hizo caer de bruces sobre las escaleras mecánicas, perdiendo por un instante el conocimiento. Cuando lo recuperó, media hora después, estaba en el pequeño dispensario del aeropuerto. Allí estaban sus maletas, su bolsa, su documentación, sus pesos, todo. Una enfermera rubia le entregó una pastilla rosada.

E: Esto es para evitar que te marees. Ahora descansa unos minutos, mientras te pido un taxi, ¿de acuerdo?.
Au: Sí, gracias.

En otro punto de la ciudad, una enfermera también rubia le entregaba otra pastilla similar a su madre, a Betty.

E: Tómese esto, es prescripción facultativa...nos ha dado un buen susto...creíamos que no la recuperaríamos. Afortunadamente ahora todo esta bien. Unos días de descanso y reposo y podrá pasar la Navidad con su familia.
B: Gracias. ¿puede llamar a mi esposo?.
E: (sonriéndole): Claro.

Ambas se tomaron la pastilla sin rechistar. Ambas creían que su pequeña confusión se debía al desvanecimiento que acababan de sufrir, que no pasaba nada por que no recordaran lo que había pasado antes, y que pronto volvería todo a la normalidad. Ninguna supo nunca qué ocurrió ni qué eran esas pastillas, ni tan siquiera se percataron de que aquellas "eficientes" enfermeras tenían unas alas blancas por debajo de la bata médica.

Una hora después, era el propio Alejandro-Armando el que sin querer se chocaba con Aurora, mientras ésta esperaba el taxi. A pesar de que lo había pedido hacía tiempo, aún no había llegado. Armando iba corriendo en busca de su hermana Silvia, que había ido a recogerle, cuando la empujó por la espalda con tal fuerza que casi la tira al suelo.

Au: ¡Eh, qué casi me tira! ¿Qué pasa que no ve, o qué?.
A: Pues fíjese que no. Debe ser un mal endémico...que se contagia. Últimamente vemos todos más bien poco.
Au: ¡Usted es el del aeropuerto!. Al que arrollé esta mañana.
A: El mismo. Y usted debe ser el vendaval que me tumbó al suelo, ¿me equivoco?.
Au: (ruborizada): Sí, yo soy...lo siento, de veras. Normalmente no voy corriendo a los sitios, pero me despisté y si por poco no tomo el vuelo.
A: No se apure, a todos nos ha pasado alguna vez. Mi nombre es Alejandro...Alejandro Lotina, pero todos me llaman Alex.
Au: Mi nombre es Aurora Mendoza, pero todos me llaman Auri.
A: Bien Auri, ¿necesita que la llevemos a alguna parte o vienen a buscarla?.
Au: (mirando a todos los lados): Bueno...esto...yo esperaba que un taxi viniera a buscarme, pero no ha llegado. ¿ustedes podrían llevarme al Hospital General?.
A (preocupado): ¿Se encuentra usted, bien?.
Au: sí, sí, no es por mí. Es mi mamá. Sufrió un infarto.
S: Suba entonces, nosotros la acercamos.
Au: Muchas gracias.
S: De nada. Déjeme que me presente, soy Silvia, la hermana de ese "gigante atropellador".
Au: encantada.

Mientras Silvia conducía su carro, Aurora tenía sentimientos encontrados en su pecho. No sabía porqué, pero cuando volvió a verse con Alejandro, tan guapo, tan atractivo, tan hombre, sintió como si su corazón ya lo conociera, como si ya lo hubiera visto antes ¿pero de donde?. Era la primera vez que se veían, de eso estaba segura, pero entonces ¿por qué latía su corazón de esa forma cuando le vió?¿Por qué ahora y no esa misma mañana cuando chocó con él?¿por qué ahora y no en el avión, si se pasó casi todo el vuelo pensando en él?. Su cabeza era un hervidero de ideas, asi que decidió dejar de pensar y relajarse apoyando la cabeza, sobre el respaldo de su asiento.

Armando-Alex por su parte, también estaba inquieto. Cierto era que lo estaba desde que se encontró con esa chica. Ahora, vista más de cerca, era aún más bonita todavía, pero no entendía el latir desaforado de su corazón. Era como si su corazón, su alma la hubiese reconocido. Pero ¿de dónde si era la primera que la veía?. No entendía nada, esperaba que al dejarla en el hospital y al no verla más, su corazón se calmara, porque si no, temía que tendría que ser él, el ingresado por un infarto.

En el cielo...

D: Bien, Gabriel, ya está.
G: ¿Funcionará?.
D: Las pastillas cambia-almas no fallan. Ahora, el alma de Betty está en su hija Aurora y la de Aurora en su madre.
G: ¿pero ellas no lo sabrán, no?.
D: jajajaja...tranquilo Gabriel.Ellas ni lo notarán. Los mortales no leen el alma. Esa solo la puede leer otra alma...su alma gemela. Y Armando ya ha reencontrado la suya, aunque sea con retraso.
G: ¡Pues ha tardado 20 años, Señor, en cerrarse el ciclo!
D: Las bellas obras tardan en realizarse, Gabriel y esta es una bella obra. Teníamos que esperar a que Armando-Alex creciera y a que Betty tuviese a Aurora. Ahora todo está bien, como debe estar.

Gabriel se pone a la altura de Dios y ambos se marchan mientras comentan:

G: ¿Y ahora qué ocurrirá?.
D: Dejemos que el amor siga su curso, Gabriel. Ahora todo dependerá de ellos. Nosotros sólo los hemos puesto ante su destino. Ahora es asunto de ellos.
G: (pensando y atusándose las barbas): ¿Cómo se te ocurrió esto, Señor?
D: La verdad, ya no me acuerdo. Será cosa de la Eternidad...
G: Será...

CONTINUARÁ.

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