La otra capítulo 1

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PRÓLOGO.-

Es media tarde, esa misma noche se celebra la noche de las velitas, con la que toda Colombia inaugura los alumbrados navideños y celebra del mismo modo la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, popularmente conocida como “Purísima”.

Acaban de terminar de instalar el Nacimiento, su esposo lo arma cada año con infinita paciencia y multitud de detalles, para deleite de los niños. También acaban de colocar la estrella que corona la cima del abeto. Por unos instantes se ha quedado sola en la casa, su esposo y sus hijos, bien abrigados pues hace una fría tarde de invierno, han salido a comprar cerillas. Después de colocar infinidad de velitas y veladoras, por las ventanas, los rincones, los huecos y demás lugares habituales de la casa, se habían dado cuenta de que no tenían modo de encenderlas, lo mismo que la chimenea, las últimas cerillas se gastaron la tarde anterior. Así que el papá con mueca de disgusto, pues no le apetecía demasiado, se dispuso a salir y los chiquillos se sumaron, con tal de cambiar de aires.

Al final, acabaron pasando por el parque de la 93, cerca del antiguo apartamento, dónde ya habían inaugurado las luces navideñas y se detuvieron a verlas y terminaron comprando también, esos dulces tan ricos que a la mamá le gustaban, mientras la llamaban para que fuese preparando el chocolate y merendar todos juntos.

Ya había colocado todos los adornos, solo quedaba el más querido, su “bola de nieve”… se la había regalado él, aquella primera Navidad que pasaron juntos, después que su vida cambiase para siempre...

Capítulo 1º.-

Las piernas le pesaban y el desánimo era la mejor forma de expresar lo que sentía. Ese mismo día después de la Junta Directiva se marcharía para siempre, con el dolor y la amargura de lo mal que el doctor Armando se había portado con ella, de cómo le había devuelto mal por bien. Ella que lo arriesgó todo por salvarlo de sus errores y como recompensa la burla, el escarnio, la vergüenza. Aún no había preparado las carpetas de los accionistas, le quedaba poco más de una hora para hacerlo, pero antes quería que el doctor Armando guardase el balance real, y él no estaba en su oficina sino en la de don Mario.

Sin apenas fuerzas, casi arrastrando los pies, recorre el camino que la separa de la oficina del vicepresidente comercial y lo hace por la sala de juntas, que es el camino más corto. Al llegar a la puerta, cuando va a golpear para pedir permiso para entrar, oye la voz del doctor Armando clara y fuerte.

Armando.- Me enamoré hermano, como un colegial y por primera vez en la vida Calderón. Hasta anoche mismo no fui capaz de darle nombre a esto tan fuerte que siento por Beatriz, pero por fin lo supe, es amor, Mario, amor del de verdad y ya estoy tranquilo, ya encontré la paz.

Descubrir esta verdad, de ese modo, sabiendo que él no sabe que ella escucha, y que se lo está diciendo nada más y nada menos que a su cómplice, al verdugo que la destrozaba con aquellas crueles palabras, en aquella siniestra carta, provoca en ella una verdadero shock que la lleva a agarrarse con fuerza a las jambas de la puerta, temiendo perder el equilibrio y caerse.

La conversación prosiguió en la vicepresidencia comercial.

Calderón.- ¿Qué se enamoró?... ¡venga ya Mendoza!, Vd. lo que tiene es un enorme sentimiento de culpa por lo que le está haciendo a Betty, pero de ahí a enamorarse...

Armando.- No Mario, eso creía yo, que eran remordimientos, pero no… me enamoré y ahora que lo sé y lo acepto, todo está bien... voy a romperle a Marcela, no se merece que yo me case con ella amando a otra mujer, ni ella, ni yo, ni mi Betty, nos merecemos esto... y en cuanto pase la Junta lo voy a solucionar...

”Mi Betty, la llamaba, mi Betty”...

Calderón.- Vale, de acuerdo Mendoza, se enamoró, pero ¿cómo que todo está bien?... esta noche tiene la fiesta de la entrega de regalos, en apenas unos días el matrimonio con Marcela, su novia, la elegida de sus papás, y lo peor una Valencia, Armando, una Valencia… ¡¡nada está bien!!... ¡¡Vd. no puede cancelar el matrimonio!!, ella le exigirá la división de capitales, ¿y como le explica Vd. que la empresa está embargada?... ¿cómo le cuenta que la propietaria real de Ecomoda es Betty?...

Historias de Betty, la feaWhere stories live. Discover now