Historias de Betty, la fea

By Mel916

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Estas historias no son de mi autoría, son de una plataforma llamada Tapatalk, las subo porque muchos foros ya... More

No hay mujer fea
No hay mujer fea
No hay mujer fea
No hay mujer fea
MI MEJOR AMIGA
Los trigretones de Bogotá
La otra capítulo 1
La otra capítulo 2
La otra capítulo 3
La otra capítulo 4
La otra capítulo 5
La otra capítulo 6
La otra capítulo 7
La otra capítulo 8
La otra capítulo 9
La otra capítulo 10
La otra capítulo 11
La otra capítulo 12
La otra capítulo 13
La otra capítulo 14
La otra capítulo 15
La otra capítulo 16
La otra capítulo 17
La otra capítulo 18
La otra (Final)
¿Quién eres tú? Capítulo 2
¿Quién eres tú? Capítulo 3
¿Quién eres tú? Capítulo 4
¿Quién eres tú? Capítulo 5
¿Quién eres tú? Capítulo 6
¿Quién eres tú? Capítulo 7
¿Quién eres tú? Capítulo 8
¿Quién eres tú? Capítulo 9
¿Quién eres tú? Capítulo 10
¿Quién eres tú? Capítulo 11
¿Quién eres tú? Capítulo 12
¿Quién eres tú? Capítulo 13
¿Quién eres tú? Capítulo 14
¿Quién eres tú? Capítulo 15
¿Quién eres tú? Capítulo 16
¿Quién eres tú? Capítulo 17
¿Quién eres tú? FINAL
La primera de muchas
La primera de muchas CAP 2
La primera de muchas CAP 3
La primera de muchas CAP 4
La primera de muchas CAP 5
La primera de muchas CAP 6
La primera de muchas CAP 7
La primera de muchas CAP 8
La primera de muchas CAP 9
La primera de muchas CAP 9
La primera de muchas CAP 10
La primera de muchas EPÍLOGO
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
Desencuentros
✨AVISO✨
Historia corta 1
Fue dulce (historia corta 2)
La reconciliación (Historia corta 3)
La bolsa negra (historia corta 4)
Celebración (Historia corta 5)
Reviviendo la primera vez ( Historia corta 6)
Otro final (Historia corta 7)
si el teléfono nunca hubiese sonado (Historia corta 8 )
Otra oportunidad (Historia corta 9)
La cena con Daniel (Historia corta 10)
Cuendo habla el corazón parte 1 y 2 (Historia corta 11)
Simplemente ellos II (1-5)
Simplemente ellos II (6-10)
Simplemente ellos II (11-15)
Simplemente ellos II (16-20)
Simplemente ellos II (21-25)
Simplemente ellos II (26-29)
No se cómo se llama la historia...
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión
La misión (Final)
No se cómo se llama la historia 😶
Milagro en navidad
Me regaló la luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Me regaló la Luna
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Una familia para navidad
Historia corta 12
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Las dos caras de Betty
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Continuación de Historia corta 12
Historia corta 13
Historia corta 14
Es por ti 1
Es por ti 2-5
Es por ti 6-9
Es por ti 10-15
Es por ti 16-21
Es por ti 22-25
El diario de Betty
Somos novios 1-3
Somos novios 4-7
Somos novios 8-13
Somos novios 14-16
Un capítulo imaginario
Continuación de Historia corta 12 (final)
Tenía que ser usted 1-5
Tenía que ser usted 6-10
Tenía que ser usted 10-15
Tenía que ser usted 16-20
Tenía que ser usted 21- 22
✨AVISO IMPORTANTE✨
Vidas paralelas 1-5
Vidas paralelas 6-10
Vidas paralelas 11-15
Vidas paralelas 16-25
Vidas paralelas 26- 35
Verdades (Introducción)
Verdades 2-10
Verdades + (capítulo especial) 11-20
Verdades 21-30
Verdades 31-36
Un ángel que te cuida 1-5
Un ángel que te cuida 6-10
Un Ángel que te cuida 11-14
Noche antes de la junta (historia corta 15)
Las cartas sobre la mesa
Las cartas sobre la mesa 2
Las cartas sobre la mesa 3
Las cartas sobre la mesa 4
La novia de Mario
INICIOS
Tan cerca, tan lejos
Desencuentros 4
DESENCUENTROS 5
DESENCUENTROS 6
DESENCUENTROS 7
DESENCUENTROS 8
Historia de la carta
TAN DISTINTA
Noche antes de la junta (Historia corta 15)
Un ángel que te cuida
Mendoza vs Pinzón
La mentira

¿Quién eres tú? Capítulo 1

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By Mel916

Hacía semanas que no dormía en su casa, que apenas si pasaba por su apartamento para cambiarse de ropa, y dar instrucciones al portero que le cuidaba al perro. Claro que lo mejor hubiera sido haberlo regalado de modo definitivo al conserje del edificio, a fin de cuentas el pobre animal estaba más tiempo en la portería que en el apartamento, lo mismo así hubiese sido más feliz. Pero lo cierto es que en esos momentos en que estaba tranquilo en casa,el tenerlo junto a él, le hacia mucha compañía.

En pijama, comiéndose un sándwich preparado que había comprado en el supermercado de la esquina y bebiendo una cerveza, escuchando uno de sus discos favoritos se sentía relajado y feliz por fin, en bastantes días.

Ya no le parecía tan buena idea el compromiso con Marcela Valencia, para nada. Al principio pensó, que ahora que era presidente de la empresa, esa relación y el futuro matrimonio le daría estabilidad y sobre todo le haría parecer maduro y equilibrado, justo lo que se necesitaba como director de una compañía tan grande e importante como Ecomoda. Pero a medida que pasaban los días y ella lo atosigaba más, lo celaba más, lo cercaba más, Armando se iba dando cuenta que aquello no podría perdurar, a la larga iba a explotar y a su pesar, tanto Marcela como sus papás y él mismo iban a salir dañados, confiaba sin embargo que la empresa no sufriese más de lo necesario.

Se terminó el bocadillo y atacó la ensalada de fruta en almíbar, mientras prendía la TV pues el disco acababa de terminar. Suspiró satisfecho, parecía que iban a dar una película y la pillaba en los créditos del comienzo, Trois hommes et un couffin, vaya era francesa, le gustaba el cine europeo y esa no la conocía, al menos no le sonaba el título y tenía pinta de comedia.

Cuando se limpiaba los dientes antes de acostarse, pensaba en el argumento de la película ¿Y si le pasase a Vd Mendoza?... ¿y si de buenas a primeras le apareciese un hijo o una hija de una de sus muchas relaciones?... ¿Qué haría Vd?... lo primero las pruebas de ADN, jajajajaja imposible Armandito Vd será un tigre, pero cuidadoso y responsable, tremendamente responsable no es de esos que van dejando su semilla regada por ahí, ¡no Señor!, Vd la semilla recogidita en un plastiquito, para que no dé problemas a nadie, como debe ser

*****************************

Llegar por la mañana a la oficina y encontrarse con Betty servicial y solícita, se había convertido en un pequeño placer que disfrutaba una enormidad. Cuando llegaba a la oficina, la mayoría de los días, venía de lo de Marcela, en muchas ocasiones tenso por las exigencias de ella o por sus reclamos, y a eso había que añadirle el estrés propio del trabajo, de la reciente y fallida colección, de las muchas perdidas económicas y de la certeza de que ya no habría modo de conseguir sus objetivos y en un año debería de entregar la presidencia a Daniel. Pero Betty siempre estaba allí, sonriéndole dulcemente, a pesar de esos horribles brackets que tanto la afeaban, y con esa mirada dulce y acariciadora, que extrañamente se estaba haciendo tan importante en su vida.

Betty.- Buenos días doctor, ¿cómo le fue?... se le ve muy bien esta mañana.

Armando.- Pues sí Betty, me encuentro realmente bien esta noche pasada conseguí dormir, y eso que la preocupación por la pérdidas de la colección, me traen amargado, pero fui a mi casa, y allí solito vi un poco de TV y luego a la cama. Ocho horas completas que habré dormido, todo un logro. ¿Qué tenemos para hoy?...

Betty, sonriendo y con la agenda en la mano.- Hoy tiene, bueno tenemos una reunión con la dra. Claudia Elena Vázquez de Color Inc.

Armando, sorprendido.- ¿Para?...

Betty, ruborizada.- Yo me atreví a solicitarla, he visto que Ecomoda ha trabajado en otras ocasiones con ellos y suministran tejidos de mucha calidad, especialmente los paños Doctor hay que hacer un nuevo lanzamiento, y sabe que deben ser con materiales inmejorables no nos podemos permitir otro fracaso, me dijo Inesita que después de lo de la princesa Lilly

Armando, sonrojado.- No me lo recuerde Betty ¿Inesita sabe?...

Betty.- Al parecer sí, pero descuide que ella no cuenta a las del cuartel, no tenga cuidado le decía que según ella, don Hugo se tranquilizó y anda como loco dibujando y creando nuevos diseños, la nueva colección, ella dice que por lo que está viendo, puede que sea una de las mejores que haya realizado nunca

Armando.- Claro y hay que suministrarle materiales pero yo le había encargado a Mario que buscase proveedores que nos pudiesen hacer alguna rebaja

Betty.- Con visitar a la dra. Vázquez no perdemos nada

Armando.- Betty no vamos a tener plata para esos materiales

Betty.- Nosotros no, pero Terramoda sí

Armando.- ¿Cómo Terramoda?...

Betty.- ¿Recuerda el capital inicial?...

Armando.- Claro que lo recuerdo, fue el soborno que le quiso dar a Vd el sinvergüenza de Miguel Robles.

Betty.- Bien, lo pusimos a trabajar en bolsa ya sabe que mi amigo Nicolás me está ayudando con esa empresa

Armando, contrariado.- Lo sé y no me gusta nada de nada

Betty.- Doctor tiene Vd que conocer a Nicolás, verá como es inofensivo Bueno, pues el capital ha aumentado considerablemente, tanto que es posible que un Banco, el Montreal por ejemplo, nos pudiese dar un crédito y Terramoda le podría prestar a Ecomoda si la colección funciona como debe funcionar, en unos meses, Ecomoda puede devolver parte del crédito y enfrentar otros pagos, con un poco de suerte para primeros de año podemos haber recuperado el equilibrio y volver a la situación inicial, a como estábamos antes de perder tanta plata con esta última colección.

Armando, la mira con los ojos brillantes.- ¿Está Vd segura Betty?...

Betty, asiente.- Todo lo segura que se puede estar en estas cosas.

Armando.- ¿A qué horas tenemos la cita con los de Color Inc?...

Betty, sonriente.- A las 10:30 h.

Armando, decidido.- Pues alístese ya, que estamos saliendo

En el mismo lobby minutos después, Mario Calderón les salía al paso cuando ellos se dirigían al ascensor.

Calderón.- ¡Mendoza!, espere un momento

Armando.- Diga Calderón, que vamos de afán.

Calderón.- ¿Reunión de negocios?... no sabía que tuviesen nada programado para hoy

Armando.- Betty, que nos concertó una cita con Claudia Elena Vázquez

Calderón, con cara de viciosillo.- Mmmmm, hermano ¿por qué será que Sandra nunca tiene conmigo estas atenciones?... ¿ah?...

Armando, un tanto molesto.- ¡Ayss!, Mario no sea más sucio, que solo vamos a una cita de negocios, la dra. Vázquez es la ingeniera de calidades de Color Inc, no más vamos a ver las telas para la nueva colección

Calderón.- ¿Telas?... Si Vd lo dice, pero de todos modos no se comprometa a nada le tengo un proveedor con unas calidades magníficas y a mitad de precio

Armando.- ¿Cómo así?... ¿Quién?...

Calderón.- No hemos trabajado nunca con él, trae los materiales de Panamá pero son excelentes, he visto el muestrario, solo tendríamos que viajar allí y hacer la compra en persona

Betty, con el ascensor abierto.- ¡Doctor!, ya llegó el ascensor

Armando, se despide de Mario.- Me voy hermano, no puedo plantar a los de Color Inc, ya le cuento pero ¿traer de fuera de Colombia?... no lo tenemos por costumbre, no me parece

Calderón.- Un 50% menos, piénselo hermano, saldríamos de la crisis y podríamos seguir pensando en las metas de su plan de negocios.

Armando se queda pensativo.- Le dejo hermano, ya le cuento cuando venga

Ya en el carro Armando le comenta a Betty.

Armando.- Mario ha encontrado un proveedor con un magnífico muestrario que nos vende al 50% de lo habitual

Betty, con cara de extrañeza.- ¿Al 50 %?... ¿Qué taras tienen las telas?...

Armando, extrañado.- ¿Taras?... ninguna tara

Betty, afirmando.- No confíe doctor, nadie da mil pesos por quinientos, algo se debe ocultar ahí detrás

Armando.- ¿Vd cree?...

Betty.- Seguro, doctor, seguro mi papá siempre lo dice.

*********************

Ya en Color Inc después de haber visto los materiales y saber que los tienen en stock, o sea, que les pueden servir casi de inmediato, comienza la negociación de los precios y el modo de pago.

Betty.- Nosotros le pagaríamos a la entrega un 20% del total, y el 80 % restante en tres cuotas, a partir del primer mes de estar la colección en el mercado, es decir cuando comience a generar beneficios.

Armando, mira a Betty sorprendido, es una locura, nadie vende con esas condiciones.

Economista de Color Inc.- Vea doctora que no es costumbre, ya sabe 50 % a la firma del contrato y el otro 50% a la entrega del material.

Betty, envalentonada.- Vea doctor, el monto de material que le vamos a comprar, no creo que se lo haya comprado antes ninguna otra empresa, ¿me equivoco?... conozco el mundo empresarial y estoy al tanto de lo que factura esta compañía, lo mismo que Vd estará al tanto de la solidez y la fiabilidad de un cliente como Ecomoda ¿me equivoco?...

Economista.- Para nada, ya sabemos de sobra, la posición de su compañía en el mundo empresarial

Betty.- Por lo mismo, le vamos a confiar que actualmente tenemos un discreto problema de liquidez, hemos debido de retirar una colección sin vender a causa de la baja calidad de los materiales. Otra empresa, de la que no vamos a entrar a hablar, nos dio gato por liebre, podríamos decir y esto nos obliga a salir inmediatamente con nueva colección, en materiales de altísima calidad, para no perder la fiabilidad del mercado ¿me explico?...

Economista.- Perfectamente.

Betty, muy resuelta, pero absolutamente aterrorizada.- En fin, entiendo que Vds deben consultarlo, pero esto que le ofrecemos es ganancia segura, primero porque les vamos a pagar, somos tremendamente cumplidos con nuestras obligaciones, y segundo porque se garantizan un contrato de permanencia, nada despreciable.

Economista, sorprendido.- ¿Contrato de permanencia?... ¿cómo así?...

Betty, suspira, esto es la única solución para conseguir esos materiales, a ver como don Armando se lo toma.

Betty.- Si, verá, si Vds nos venden en estas condiciones, excepcionales, por otro lado, dado el problemilla que se nos ha presentado a nosotros, Ecomoda se compromete a comprarle los materiales y los insumos de las dos próximas colecciones, y negociar con Vds para las siguientes teniéndoles como primera opción en nuestra lista de proveedores.

Armando, no dice nada, solo mira, sabe que si los de Color Inc aceptan es un excelente negocio, primero porque le soluciona el problema inmediato, y luego porque a pesar de comprometerse con ellos para las dos próximas colecciones, los materiales son excelentes y los precios muy competitivos, definitivamente, si Color Inc se arriesgaba en esa operación, todos iban a salir ganando.

Economista, pensativo.- Si nos dejan unos minutos a solas, debemos consultar esta decisión es muy arriesgada, deben entenderlo.

Armando, asiente.- De acuerdo... claro, como deseen...

Betty, envalentonada.- Pero no nos podemos demorar mucho, tenemos un almuerzo de trabajo con Tejicol, por si Vds no aceptan nuestras condiciones, y o bien les cancelamos, porque firmemos con Vds, o bien debemos estar al mediodía en el restaurante dónde nos citaron...

Claudia Elena.- Solo serán unos minutos, nos pueden esperar acá fuera en la salita, les servirán lo que deseen... ¿tintos?... ¿refrescos?... ¿trago?...

Levantándose y siguiéndola a la salita, Armando pide un jugo de naranja para Betty y para él un tinto.

Mientras esperan, Armando le comenta a su asistente.

Armando.- Betty, porque confío en Vd, pero ¿no le parece una operación muy arriesgada?, a mi me parece poco menos que imposible, tenga en cuenta la enormidad de plata que deben fiarnos estos tipos.

Betty, segura de si misma.- Doctor, los materiales son excelentes, Vd mismo lo comprobó, el diseño de don Hugo es muy cotizado, la colección va a ser un éxito, ya lo verá y nosotros podremos cumplirles, y después nos seguirá interesando, verá como todo se soluciona.

Armando.- Pero, ¿mis metas?... ¿el plan de negocios?...

Betty, le mira a los ojos, subiéndose las gafas que le resbalan por la nariz.- No se haga mala sangre doctor, lo primero es salir de este bache y recuperarnos de las perdidas de la colección fallida, después nos pondremos las pilas y haremos lo imposible por cumplir sus metas

Armando.- La veo tan segura, que me da confianza Betty

Betty.- Un sacerdote que había en mi parroquia, siempre decía una cosa, que yo no he olvidado: No se preocupen, preocuparse, no es más que ocuparse antes de tiempo esperen y cuando llegue el momento, se ocupan.

Armando, le sonríe admirado.- ¡Vaya Betty, es magnífica esa reflexión!, preocuparse, ocuparse antes de tiempo es bien cierto, solo que es muy difícil no hacerlo, sobre todo yo, con lo neurótico que soy.

Los ejecutivos de Color Inc se incorporan a la reunión, Armando intenta parecer relajado, pero está al borde del ataque de nervios.

Claudia Elena.- Bien, de acuerdo aceptamos sus condiciones. Al recibir los materiales el 20% del total, y el 80 % restante en tres cuotas, a partir del primer mes de estar la colección en el mercado, así como el compromiso por parte de Vds de que seremos sus proveedores, en las dos próximas colecciones.

Armando, mira a Betty, que asiente discretamente.- De acuerdo, de acuerdo, podrían pasar esta tarde por la empresa para que firmásemos los contratos, o quizás, les viene mejor que vengamos nosotros.

Economista.- Deberá ser mañana por la mañana, si les parece a primera hora.

Armando.- Nos urgen los materiales, dijiste que teníais stock suficiente Claudia Elena.

Claudia Elena.- Y lo tenemos Armando, para tu tranquilidad te llevas los muestrarios ahora, que Hugo los vea, por si decide hacer algún cambio sobre el pedido original que tenemos aquí, y mañana antes del mediodía te servimos todo el material. Es más, si tanto te urge, el paño color café, el gris marengo y el negro, te lo puedo mandar esta tarde mismo, con una furgoneta, así pueden empezar las sastras y las pantaloneras a trabajar, supongo, que la mayor parte será para vestidos de caballero, digo por la calidad del tejido.

Armando, asiente sonriente.- Sí, de acuerdo, quedamos en eso. Bien, por nuestra parte

Betty, discreta.- Disculpe un momento doctor, les quisiera pedir algo, entiendo que soy quizás un poco quisquillosa, pero después del mal rato que hemos pasado con la pasada colección, debo velar por los intereses de mi empresa

Economista, entre dientes.- Y bien que lo hace

Betty, mordaz.- Para eso me pagan

Claudia Elena, sonriente, mediando.- ¿Y que será que quiere Betty?...

Betty.- Cuando redacten los contratos, añadan una cláusula en la que Vds se comprometan con Ecomoda, a que los materiales que nos van a vender, deben ser siempre de la misma calidad o superior, nunca inferior, y que esta será evaluada por Vd misma como Ingeniera de Calidades de su empresa, por don Hugo, nuestro diseñador y por don Armando.

Economista.- La calidad superior habría que pagarla.

Betty.- No he dicho lo contrario.

Economista.- Y si la calidad fuese inferior a juicio de las personas de su empresa ¿qué pasaría?... ¿romperían el contrato?...

Betty.- Pues sí, Ecomoda quedaría en libertad de buscar otros proveedores. Pero eso no tiene porque pasar, asegúrense de que nos venden la misma calidad o mejor, para eso está doña Claudia Elena.

Claudia Elena.- Por supuesto Betty, ni más faltaba, esa cláusula irá en el contrato. Y ahora, si me disculpan tengo que ir a las bodegas a prepararles el pedido En esa maleta llevan todos los catálogos

Armando y Betty, se pusieron en pie, y se despidieron de los ejecutivos de Color Inc, saliendo de la empresa en dirección al carro de Armando.

Cuando estaban bien lejos de la empresa. Armando que había ido en silencio todos aquellos minutos, aparcó al lado de la acera y girándose hacia Betty, le tomo la cara entre las manos y le estampo un sonoro beso en la punta de la nariz.

Armando, casi gritó.- ¡¡Biennn!!... ¡bien!... Betty es Vd un genio, es el mejor contrato que Ecomoda ha firmado en su historia, teniendo los problemas de liquidez que tiene es casi un milagro ¡Dios mío, por fin, por fin veo un poco de luz al final del túnel!...

Betty, está feliz, su jefe la ha besado, vale que en la punta de la nariz, pero a fin de cuentas es un beso.

Betty.- ¡Ojojojojojojoj!, ¡doctor, me alegra tanto verlo feliz!...

Armando, volviendo a arrancar el carro.- Es Vd mi ángel de la guarda, Betty, mi ángel guardián.

******************************************

Ya en Ecomoda, Armando y Betty, se defienden perplejos de las críticas que les hace Mario Calderón.

Calderón.- ¿Me quieren decir que han firmado este contrato y se han comprometido a estos precios?... Mendoza ¿se da cuenta de que con estos gastos y la colección fallida, en un año la empresa pasará a manos de su adorado cuñado?...

Armando, nervioso apretando la pelotita antiestrés.- Vamos por partes Calderón, lo primero es que las condiciones que hemos firmado son inmejorables, si nos dan unas facilidades de pago, que son impensables y por otro lado los materiales son de lo mejor, no podemos cometer el mismo fallo dos veces. Además, lo primero, como bien dice Betty, es salir de este problema, cuando equilibremos Ecomoda, comenzaremos a pensar en la consecución de las metas que nos propusimos.

Calderón, mirando con enojo a Betty.- ¿Cómo bien dice Betty?... ¡ja!, como se nota que a ella no le duele la empresa, no le importa lo más mínimo entregarla.

Betty, musita lo suficientemente alto como para la oigan.- Al menos tendrán una empresa que entregar, si llega el momento.

Armando, nervioso.- ¿Como así, Betty?.

Betty, dulcemente, intentando tranquilizarlo.- Doctor, solo es un modo de hablar, pero Vd sabe que si esta colección no resultase, sería muy malo para la compañía, solo que con los materiales de Color Inc y los diseños de Don Hugo, eso no va a pasar. Tranquilícese.

Armando, le sonríe, ha advertido el cambio de tono de ella, y sus esfuerzos por serenarlo y evitarle disgustos, en contraposición con el tono desagradable e incluso cínico con el que ha respondido a Calderón.

Armando.- Vea Calderón, ya no hay remedio, hemos firmado y el negocio está hecho, de verdad que le digo que las condiciones son inmejorables.

Calderón, bastante molesto.- Inmejorables las que yo le traía pero allá Vd. A fin de cuentas, solo soy un accionista minoritario, y pase lo que pase, el que más pierde es Vd. y no yo.

Y bastante ofuscado, abandona la oficina de Ecomoda.

Armando.- Quizás debimos esperar Betty, lo cierto es que los muestrarios que me mostró Calderón, y los precios eran inmejorables.

Betty, con determinación.- Vea que es muy raro doctor, que seguro que hay algo que no está bien, además me dijo que esas telas son de un proveedor extranjero, pues deberán pagarse aranceles aduaneros, ¿y aún así salen a esos precios?, no tiene sentido doctor, que dos y dos, siempre son cuatro y si le agrega los impuestos, incluso cinco, quédese tranquilo que ya verá como hicimos buen negocio.

Armando, asintió.- De acuerdo Betty, de acuerdo, veremos como van las cosas, ya no podemos hacer nada más. Váyase a comer, que nos queda mucho trabajo, pero antes pídame algo a la cafetería, yo no voy a salir.

Betty, perpleja.- ¿No va a comer con don Mario o con doña Marcela?.

Armando.- Con Mario tal y como está, mejor que no. Y a Marcela, tampoco me apetece aguantarla, así que mejor me pide algo de cafetería y termino un par de cosas que tengo que hacer.

**********************************************

Armando está tranquilo comiendo un sándwich vegetal que le acaban de traer de cafetería, cuando la puerta del despacho se abre de modo impetuoso, sobresaltándolo tanto, que con un movimiento brusco, golpeó y tiró varios objetos de su mesa al suelo. Mientras los recoge y los vuelve a colocar...

Armando, indignado.- ¡Qué modos!, ¡Marcela por Dios!, ¡que por poco me da un infarto!... ¡que manera de entrar es esa!...

Marcela ha entrado mirando a todos lados y antes de responder abre con la misma rabia el despacho de Betty y el baño privado, entrando en ambos, como buscando a alguien.

Armando, asombrado.- ¡Marcela!... ¿qué haces?... ¿te volviste loca?...

Marcela, con rabia mal contenida.- ¿Dónde la escondiste Armando?... ¿dónde?... ¡claro en la sala de juntas!...

Y corre a abrir las puertas que comunican presidencia con esa habitación, y entra a buscar.

Armando, espera con expresión irónica en la cara, sabe de sobra que no va a encontrar a nadie, porque nadie hay.

Marcela.- Por lo visto la has despachado antes que yo llegara.

Armando.- ¿A quién Marcela?...

Marcela.- A quien va a ser, a esa zorra con la que me engañas.

Armando, arqueando las cejas.- ¿Zorra con la que te engaño?... me parece Marcelita que te han dado mal la información.

Marcela.- ¡Me vas a negar acaso que te has reunido con Claudia Helena Vázquez!... ¿ah?...

Armando.- ¡Acabáramos!, tu peliteñida amiga, oyó campanas y no sabe donde y claro te trasmitió la información incompleta.

Marcela, rabiosa.- ¿Es que lo vas a negar?...

Armando, volviendo con parsimonia a mordisquear su bocadillo y a dar un sorbo a su cerveza.

Armando.- No tengo nada que negar. Es cierto que esta mañana me he reunido en las dependencias de Color Inc, con la doctora Claudia Helena Vázquez, ¿sabías que es la ingeniera de calidades de la empresa?, nos acompañaban Betty, mi asistente y un economista de allí. Hemos hecho un magnífico negocio, nos van a suministrar los materiales para la próxima colección y los insumos también, nos han dado unas condiciones de pago inmejorables y las calidades son excelentes.

Marcela.- ¿A cambio de qué?...

Armando, haciéndose el tonto.- A cambio de lo habitual, pesos, bueno lo cierto es que dólares, tanto ellos como nosotros, preferimos trabajar con dólares en esas grandes cantidades.

Marcela, irónica.- Y yo me lo creo mira Armando no te lo pienso consentir más, no tengo porque aguantarlo.

Armando.- Pues no me lo consientas y no me lo aguantes, termíname Marcela, dale una salida digna a este infierno en el que se ha convertido nuestro compromiso.

Marcela, empezando a asustarse.- ¡¡Eso es lo que tu quisieras!!...

Armando.- Pues sí Marcela, lo deseo fervientemente, de todo corazón por favor, por favor termíname, rompe nuestro compromiso, mándame a freír rábanos

Marcela, empezando a ponerse mimosa y queriendo arreglar lo que había hecho.- Mi amor, no lleguemos a esto, si ambos nos amamos, por favor, porque tenemos que discutir de este modo.

Armando, torciendo el gesto.- ¿Entonces no me terminas, no rompes el compromiso?...

Marcela acercándose a él, con intención de sentarse en su regazo.- Claro que no, bobo, con lo que te amo, ¿cómo te voy a botar?...

Armando, poniéndose en pie y alejándola de él.- ¡Vaya!, yo quería que fueses tú, la que tuviese la salida digna, pero nada, ni modo tendré que hacerlo yo.

Marcela, dando un paso atrás y con expresión horrorizada.- ¿Qué cosa?... ¿qué tendrás que hacer tú?...

Armando, determinante.- Romper el compromiso, terminar con nuestra relación. No te amo Marcela, hace mucho que no puedo soportarte, esto se ha convertido en un continuo baile de reproches por tu parte, y de infidelidades por la mía. No más Marcela, no más, se acabó eres libre para hacer con tu vida lo que te plazca como yo pienso hacer con la mía ¡finito, caput!...

Marcela, con expresión perdida.- ¡Noooo!... ¡no!, nosotros nos casamos en septiembre, ya está todo preparado, tengo las telas para el traje de novia y elegido el diseño con Hugo, ¡no Armando Mendoza, no!... tú no me dejas, tú no me puedes hacer esto

Armando, encogiéndose de hombros.- ¡Cómo quieras Marcela, tu misma!... pero yo ya he tomado mi decisión, esto se terminó, ya no soy tu prometido, ya no soy nada tuyo ¡se acabó!...

En ese mismo instante se abre la puerta de presidencia y entra, primero doña Margarita, y después Betty, que le ha cedido el paso, gentilmente a la señora de Mendoza.

Doña Margarita.- ¿Qué cosa se acabó Armando?...

Marcela, viendo el cielo abierto, se lanzó a los brazos de su suegra, llorando a mares.- ¡¡Margarita!!, el compromiso, tu hijo quiere romper el compromiso, así sin motivo, por las buenas.

Armando, suspira agotado.- Hola mamá, lamento que tengas que presenciar esta escena, y no, no es como lo cuenta Marcela.

Marcela, que se acaba de separar de su suegra, advierte que Betty intenta meterse a su oficina y desaparecer.

Marcela, gritando como loca se acerca a ella.- ¡¡¡Y VD. ALCAHUETA DE TERCERA, YA ESTARÁ CONTENTA!!!... ¿QUÉ HACE ACÁ ESCUCHANDO LO QUE NO LE IMPORTA?...

Betty, pálida y nerviosa, se pega a la pared, pareciese que aquella loca la fuese a agredir. Armando, se interpone entre las dos, protegiendo a Betty.

Armando.- Ya Marcela ya, ella entraba con mi mamá y se encontró la escena que tú has montado, viene a su oficina, no le dio tiempo a salir.

Doña Margarita, que está horrorizada con el espectáculo.- Tiene razón Marcela, ella entraba conmigo, viene de almorzar y es cierto que no le ha dado tiempo a salir, tú y yo bloqueábamos la puerta.

Armando, amable.- Betty, si me hace el favor, recoge el servicio de cafetería y lo lleva de regreso, y luego espera fuera, hasta que yo la avise.

Betty, nerviosa asiente y cuando va a la mesa a recoger la bandeja, lo advierte. Con voz temblorosa del propio susto, le dice a Armando.

Betty.- Doctor, disculpe, pero la grabadora del teléfono está funcionando.

Armando, perplejo.- ¿Cómo funcionando?...

Betty, señala el aparato.- ¿Ve?... la lucecita roja parpadea, el botón que pone REC está abajo, y la cinta gira.

Armando, sin entender.- ¿Y?...

Betty, tragando saliva.- Disculpe, pero puede que se esté grabando toda la conversación que está sucediendo aquí.

Marcela, cae en la cuenta antes y se lanza hacia la mesa.- Pues apáguela idiota, traiga aquí que coja la cinta.

Armando, reacciona y planta la mano sobre el aparato.- Para nada, mi amor, para nada, esta cinta vale mucho para mí Gracias Betty, y márchese, ya la llamo yo.

Cuando Betty sale, Armando pone a rebobinar la cinta e invita a su mamá y a Marcela que tomen asiento, después de cerrar por dentro los seguros de las puertas, no quiere que nadie les moleste.

Doña Margarita.- Mi amor, ¿cómo se pudo activar ese aparato?...

Armando.- Pues seguro, por culpa de Marcela.

Marcela.- ¿Por mi culpa?...

Armando.- Si Marcelita, entraste como una loca en la oficina, sin llamar, me sobresaltaste pues estaba de espaldas a la puerta, mirando en mi computador y al hacer un movimiento brusco, ese aparato y otras cosas cayeron de la mesa, ¿sí o no?...

Marcela, ceñuda, asiente.

Armando.- Al volverlo a poner, puede que le diese al botoncito, digo yo.

Doña Margarita.- ¿Y que tiene esa cinta que te puede interesar?, eso le has dicho a tu secretaria, que es importante para ti.

Armando.- Pues sí mamá, tú has llegado al final de la escena, y solo conoces los llantos y la versión de Marcela, casualmente vas a escuchar la escena desde el principio.

Marcela, nerviosa.- No saques las cosas de contexto Armando.

Armando.- No, si no las saco... Verás mamá, comienzo por el principio. Ya sabéis papá y tú que hemos tenido que retirar una colección, por la baja calidad de los materiales.

Doña Margarita, asiente.- ¡No entiendo como pudo pasar!... papá, ya se está recuperando del disgusto, pero a poco le da un infarto.

Armando, apenado.- Lo siento mamá, he pagado la novatada, no va a volver a ocurrir. Bien, pues vamos a lanzar una nueva de inmediato, los diseños son fantásticos, y los materiales excelentes. Esta mañana tuvimos una reunión en Color Inc, para cerrar los contratos, ellos nos suministran las telas y los insumos. Betty me acompañó, y les ha arrancado unas condiciones de pago alucinantes, lo que nos va a permitir recuperarnos de las perdidas de la colección fallida.

Marcela, irónica.- Santa Beatriz...

Armando, molesto.- Pues mira que sí, porque después de los insultos que le has proferido sin motivos, otra te denuncia al sindicato, por maltrato verbal y nos cuesta una multa.

Marcela prepotente.- Y a ella el despido inmediato...

Armando, tajante.- Y a nosotros otra multa por despido improcedente, y la obligación de volver a admitirla, y entonces si ella le da por ser realista, exige una revisión de su sueldo, y te aseguro que seguimos perdiendo.

Doña Margarita.- Bueno, pero dejen a esa muchacha, que hay en la dichosa cinta.

Armando.- Pues hay mamá, que la estúpida de la peliteñida, no sé como, supo que yo me iba a reunir con la dra. Claudia Helena Vázquez, que es la ingeniera de calidades de Color Inc. Rápidamente trasmitió la noticia, evidentemente corregida y aumentada, a Marcelita, y hace apenas media hora, entró como una tromba en mi oficina, con el sobresalto fue cuando tiré las cosas al suelo y me montó la siguiente escena.

Acto seguido, Armando trastea la grabadora y alcanza a poner la conversación que han tenido antes. Conversación que oye con cara de espanto doña Margarita, y derrotada Marcela.

Cuando aquello acaba, la mamá de Armando, comenta.

Doña Margarita.- Pero Marcela hija, eso no son formas ¿cómo se te ocurre hacer esas escenas?, ningún hombre las soportaría. Roberto desde luego que no, y ni te digo de tu hermano Daniel, o de tu papá, siendo como era.

Marcela, llorosa.- Es que estoy cansada de que me engañe, Margarita.

Armando.- Vamos a ver mamá, esta es una de las miles de escenas que tenemos a cada poco, y no solo eso, colocó acá a la rubia, para que me espiase, con lo que ni modo, de dar un paso, sin tener a la otra boba a mis espaldas, hasta las llamadas de teléfono pretende controlarme, como que uso la línea de Betty, para que ella no pueda escucharlas.

Marcela, se sorprende ante esta revelación y frunce los labios, no dice nada, pero lo que piensa se refleja en su rostro, y tanto Armando como su mamá, lo adivinan.

Armando.- Si Marcelita, ese es el motivo por el que hace semanas, no me puedes seguir los pasos y no sabes donde voy y de donde vengo, uso la línea de Betty. Sofía nos advirtió, muy apurada, pero gracias a Dios que lo hizo, que la peliteñida cuando me pasaba una llamada, no colgaba, sino que se quedaba escuchando.

Doña Margarita.- Por Dios Armando, eso es muy grave.

Armando.- Lo es mamá, lo es. Tanto que quería hablar con Vds, antes, pero ya que tu lo sabes, se lo explicas a papá. Voy a despedir a Patricia, no solo por esto, hay mucho más y no veas la cantidad de infracciones que ha cometido, tengo hasta la firme sospecha de que fue ella quien bloqueó el computador de Betty en aquella ocasión, en que despedimos al ingeniero de sistemas, ¿recuerdas?...

Marcela.- ¡No lo voy a consentir!...

Armando.- Soy el presidente, Marcela, tengo autoridad para eso y para mucho más.

Doña Margarita.- Marcela hija, lo que ha hecho tu amiga es muy serio, muy grave y mira las consecuencias por llevarte un chisme mal contado, ha estado a punto de costarte la relación.

Armando.- No mamá, esto es lo último que le paso a Marcela, he roto el compromiso, no le soporto ni una más, ni una. No la amo mamá, y ella lo sabe. Es cierto que le he sido infiel, pero es eso mamita, Marcela me es indiferente hace mucho, mucho tiempo. No va a haber boda, porque si la hubiese, sería la celebración previa de un divorcio. Si ni siquiera queremos tener hijos mamá, ni ella, ni yo... ¡lo siento!, se lo dices a papá y lamento el disgusto, pero más vale ahora que después.

Doña Margarita, enjugándose unas lagrimitas.- Lo siento mucho, de verdad, lo siento por los dos, Pero entiendo Armando, entiendo lo que dices, y creo que eres muy honesto al hablarlo con tanta claridad. Es lo mejor Marcela, más vale ahora que dentro de unos años, a lo peor solo unos meses.

Marcela, se levanta furiosa y grita.- ¡DE ACUERDO ARMANDO MENDOZA, COMO TU QUIERAS!, PERO DESPIDETE DE ECOMODA, TE DI MI VOTO EN CONTRA DE MI HERMANO, PORQUE ME PROMETISTE CASARTE CONMIGO, Y AHORA ME HACES ESTO!... ¡DE ACUERDO!, DILE A TU PAPÁ QUE YA SABRÁ DE NUESTROS ABOGADOS, VOY A PRESIONAR A DANIEL Y SÉ QUE ME HARÁ CASO PARA DIVIDIR LA EMPRESA, LOS VALENCIA Y LOS MENDOZA, ROMPIERON SU SOCIEDAD, TAL DIA COMO HOY, COMO QUE ME LLAMO MARCELA VALENCIA, LO JURO

Y sale dando tremendo portazo.

Armando se ha quedado demudado y tembloroso, comienza a pasarse la mano por los cabellos, mientras balbucea.

Armando.- Tran tranquila, ma... mamá, yo... yo... yo vuelvo al compro... vuelvo a ser... yo me caso con ella, no le digas a... no le des el mal rato a papá... yo lo siento ma...

Y sin poderlo remediar, rompe a llorar

Doña Margarita, horrorizada por la escena que ha presenciado, y por el estado en que Marcela se ha marchado y como ha reaccionado su hijo, ese hombretón de treinta dos años, totalmente derrumbado y cediendo ante el vil chantaje de esa histérica. Se acerca a él, y le levanta la cara, obligándolo a ir con ella al sofá, donde lo abraza y lo acurruca como cuando era un bebé.

Doña Margarita.- Ya mi amor, ya ni pienses que te vas a casar con esa caprichosa histérica, ni modo, que yo vaya a consentirlo, tranquilo mi amor. Serénate, voy a llamar a tu asistente, yo sé que ella sabe como ayudarte ¿verdad?...

Armando, asiente, sorbiendo por la nariz y enjugándose lo ojos con su pañuelo.

Armando.- Llámala mamá, pídele que me traiga un sedante, ella ya sabe, lo siento, siento tanto todo esto, pero no puedo más, no puedo más estoy muy asustado, no quiero perder la empresa...

Doña Margarita, sale de la oficina y ve a Betty, nerviosa, acompañada de las otras secretarias. La peliteñida no está.

Doña Margarita.- Betty, mi hijo necesita un sedante, dice que Vd ya sabe...

Betty, asiente.- Si señora, ya mismo regreso, permiso.

Y corre en dirección al ascensor para ir a la cafetería. Sandra le indica: Por la escaleras es más rápido Betty, solo son dos pisos. La joven asiente y se dirige a las escaleras.

Doña Margarita.- Sofía ¿y Patricia?...

Sofía.- En tanto que salió como una tromba doña Marcela, se fue trotando detrás de ella y se encerraron en la oficina de esta.

Doña Margarita.- Berta, ¿su jefe está?...

Berta.- Si señora, está en su despacho.

Doña Margarita.- Dígale que le espera mi hijo en presidencia, y Betty cuando llegue que entre sin llamar. Y ahora, vuelvan a sus mesas, y gracias.

************************************

Aquella noche, Armando volvió a dormir solo, tranquilo y relajado. Saber que tenía a su mamá de su lado, y de resultas también a su papá, lo tranquilizaba. Por otro lado, el disgusto a causa de la reacción desmedida de Marcela, amenazando con la división de la empresa, se había suavizado muchísimo, gracias al buen rato que había pasado cuando su mamá, sí, su mamá, solucionaba de modo definitivo, su problema con Patricia Fernández, la sin par, peliteñida.

Mientras, se relajaba en la bañera de su apartamento, comenzó a recordar la escena.

Doña Margarita, elegantemente sentada en el sillón de Armando, mientras éste, ocupaba el sofá, junto con Betty, que se había sentado a su lado a instancias de su jefe, y sostenía la taza de la infusión que ya se había tomado el presidente, junto con los sedantes.

Doña Margarita.- A ver Gutiérrez, conversando con mi hijo, me he dado cuenta de lo poco eficiente que es la señorita Fernández...

Gutiérrez, con las consabidas morisquetas.- No my lady, no...miss Fernández es muy amiga de doña Marcela, quiero decir, muy eficiente...

Doña Margarita, sonriendo.- Pues estupendo, la cambiamos y que sea su secretaria, pasamos a Berta como secretaria de presidencia...

Gutiérrez, nervioso.- No, my lady, verá que el puesto de trabajo de Berta es muy especializado, y además el salario de la señorita Patricia, sobrepasa... no se podría...

Doña Margarita, frunciendo el entrecejo.- No le entiendo Gutiérrez, ¿Vd sí Betty?...

Betty, sorprendida.- Si, si señora... creo que si he entendido lo que ha querido decir el doctor Gutiérrez.

Doña Margarita.- Pues haga el favor de explicármelo...

Betty, sonríe, sabe por donde va la mamá de don Armando, y se dispone a colaborarle.

Betty.- Claro doña Margarita, lo que quiere decir el doctor Gutiérrez, es que Patricia sería incapaz de desempeñar el trabajo de Berta, porque no está capacitada como secretaria de ninguna de las maneras, y luego que como además tiene un contrato con un sueldo mucho más alto que el resto de las secretarias, por ser amiga de doña Marcela, como secretaria de presidencia se puede disimular, ya que el trabajo de las dos lo hago yo, pero en otro puesto por debajo ni modo de disimularlo...

Armando, sonriente.- ¡Pero que brillante que es Vd Betty!, ¿verdad Gutiérrez?... Lo ha explicado divinamente.

Gutiérrez, se ve cogido.- Yes sir...si doctor, perfectamente...

Doña Margarita, levanta el teléfono y llama a la oficina de Marcela.- ¿Aló?... ¿Marcela?, dile a Patricia que venga a presidencia, necesito hablar con ella...

Apenas un par de minutos después, una radiante Patricia Fernández, dando golpes de melena, y sin siquiera llamar a la puerta hace su entrada en la oficina de presidencia.

Patricia, acercándose por encima del escritorio a darle los besitos de rigor a la mamá de Armando, y sin darse ni siquiera cuenta, de la presencia de Gutiérrez, Betty y Armando.

Patricia.- ¡Margarita, que bueno verte!... ¡que bien te sienta el sillón de presidencia!, muac, muac... mucho mejor que al ogro de tu hijo, que por cierto debéis de ponerle remedio, ¡ha tenido que retirar una colección!, ¿lo sabe Roberto?, no veas que desastre, y todo por culpa de esa fea que le tiene dominado, por cierto... fíjate que horas y ya se deben de haber marchado, como se puede llevar una empresa así...

Armando, irónico.- El ogro de su hijo que da la casualidad que es tu jefe y el presidente de la empresa, está aquí, tranquilamente sentado, con la doctora Pinzón y el doctor Gutiérrez, que es probable que después de oírte tenga algo que decir con respecto a tu permanencia en esta compañía...

Patricia, demudada se gira y ve a quienes no había visto, nerviosa la paga con Betty.

Patricia, rabiosa.- ¿Y Vd de que se ríe, garfio?...

Doña Margarita, muy seria.- Creo que he visto y he oído lo suficiente, doctor Gutiérrez prepare la carta de despido para esta señorita... motivos ha dado de sobra, pero si quiere se los enumero, a ver: ha insultado al presidente de la empresa, ha criticado su gestión y ha dado opiniones graves sobre ella, sin habérselas pedido, ha insultado por dos veces a una compañera, sin haber mediado provocación por parte de esta, ¡ah!, y lo olvidaba, ha levantado una calumnia del presidente de la empresa, cuando le ha insinuado a la doctora Valencia, hasta hoy prometida de mi hijo, que este salía de la empresa a tener una reunión intima con la doctora Claudia Elena Vázquez... ¿es bastante Gutiérrez?, proceda...

Gutiérrez, abandona enseguida la oficina mientras Patricia intenta defenderse, como tiene por costumbre, atacando y con mucha torpeza.

Patricia.-Tu no me puedes despedir Margarita, no eres nadie...

Doña Margarita, con mucho temple, y haciendo un gesto al hijo que se iba para la rubia.

Doña Margarita.- ¿Qué no soy nadie Patricia?...nada más que accionista mayoritaria, con el mismo numero de acciones que Marcela, para que te hagas un cálculo, claro que como soy la esposa de Roberto que es el fundador y el mayor accionista y no tenemos separación de bienes, pues entonces me pongo por encima de Marcela, por ejemplo...

Patricia.- No tienes autoridad, he querido decir... el presidente, yo soy su secretaria.

Armando, con sonrisa feliz.- Ya no, te acabo de despedir, guarda el poco de dignidad que te queda y sal de aquí, recoge tus cosas y la carta de despido, con el cheque de liquidación... bye, bye...

Patricia, quema su ultimo cartucho.- Armando, Marcela no te lo va a consentir, estás arriesgando tu compromiso.

Armando.- Parece que no has escuchado bien, ya no hay compromiso, se rompió definitivamente, y por cierto que tú has tenido mucha culpa. La mala información que le trasmitiste a Marcela, la llevó a formarme un espectáculo, que mi mamá casualmente ha presenciado, y bueno, ella entiende y me apoya, es más, la idea de prescindir de una empleada que no sirve para nada, que se permite los lujos que tú, y que encima cobra un dineral, ha sido de ella.

Patricia, acude al ultimo reducto de dignidad que le queda, y dando un golpe de melena, sale gritando un ¡¡Desgrasssssiadossss!!.

CONTINUARA...

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