Delilah Jolet- 1 (Harry Potte...

By Dante_Cg

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Perfección. Esa es la palabra que uno piensa en cuanto la ve a ella y definitivamente, es la imagen que ella... More

Delilah Jolet- 1
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Delilah Jolet-2

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By Dante_Cg

Y con velocidad, las vacaciones de invierno habían llegado, todos estaban emocionados por tener un descanso de la escuela, Ron y Hermione habían decidido quedarse para estar con Harry, de la misma forma que Justin, Susan y Hannah se habían quedado por Delilah.

Draco y Delilah no habían hablado desde el encuentro en donde ella había intentado besarlo y él la había rechazado, las cosas se habían vuelto incómodas y distantes y Delilah se culpaba por ello. Ella misma le había dicho que no quería tener una relación con ninguno de ellos y luego había intentado besarlo, era entendible que Draco estuviera confundido.

Sin mencionar que a Delilah le preocupaban cada vez más las imágenes que veía en su cabeza, se detonaban de la nada, pero cada vez más fuerte y cada vez más presentes, y ahora sabía que las dos personas que le pedían que no lo hiciera, eran Draco y Harry.

Draco se fue a su casa para las vacaciones entonces no tuvo oportunidad de aclarar aquel tema con él, se arrepentía profundamente, pero ahora no podía hacer nada al respecto, así que decidió quedarse a disfrutar a sus amigos en un nuevo entorno.

Fred y George le habían dado a Harry algo llamado "El Mapa de los Merodeadores" y juntos habían estado explorando zonas de Hogwarts que no sabían ni que existían, a diferencia de la relación de Draco y Delilah, Harry y ella cada vez estaban mejor. Haberse dicho sus sentimientos había levantado un peso enorme en ambos y aunque a veces llegaba a a haber momentos vergonzosos, la mayoría del tiempo todo fluía con naturalidad.


Pero no todo había sido agradable, la última semana de clases antes de las vacaciones, Harry y Delilah habían usado la capa de invisibilidad y el mapa para ir a Hogsmeade sin que regañaran a Harry, pero estando ahí, escucharon en "Las Tres Escobas" la verdadera razón por la que Sirius Black había estado en Azkaban y como los padres de Harry habían muerto.

Esto había afectado gravemente a Harry, durante el resto de las vacaciones intento ocultar que estaba bien, pero verdaderamente se encontraba esperando que Black llegará a la escuela para acabar con él. Delilah no se había atrevido a mencionarle sobre su visión, quería estar para Harry en esos momentos.

Pero con Delilah alrededor, era difícil no estar de buen humor, la chica irradiaba una felicidad y calma en él que lograban mantenerlo en paz, aparte, no todo habían sido malas noticias; alguien le había mandado a Harry un regalo anónimo que resulto siendo una Saeta de Fuego. Pero por la misteriosa forma que fue entregada, McGonagall la confisco para asegurarse que no estuviera embrujada.


Delilah había pasado mucho tiempo con sus amigos de Hufflepuff, ya no se sentía como una intrusa en su pequeño círculo, sino que verdaderamente se sentía como parte de ellos y eso la llenaba de felicidad.

Su investigación por encontrar a sus padres seguían, a la cual se les habían unido Ron y Hermione, pero, aunque iban todos los días a la biblioteca, no encontraban nada que los llevará más cerca a la verdad, y aunque esto le daba tristeza, no se iba a dar por vencida aún.

También había estado trabajando con el profesor Snape, ya no tenía clases sobre pociones que sus compañeros habían tenido años anteriores, sino que ahora ayudaba en las preparaciones de clases avanzadas y en la recolección y almacenamiento de los ingredientes. Delilah disfrutaba mucho de eso, no le importaba que el profesor fuera frío e indiferente, porque ella aun así lo consideraba un gran maestro.



-¿Profesor Lupin?- preguntó Delilah abriendo lentamente la puerta de la oficina del profesor

El profesor Snape le había pedido que fuera entregarle a Remus una poción que había preparado, esto le pareció inusual a Delilah porque no le había visto preparar aquella poción, casi como si no quisiera que supiera el contenido de ella, pero no dijo nada y se apresuró a llevarla.

Pero no había rastro del profesor, Delilah no sabía donde más encontrarlo así que decidió pasar y dejar la poción en su escritorio y escribirle una nota diciendo que la mandaba Snape. Observó al rededor intentando encontrar algo con que escribir así que decidió abrir uno de los cajones del escritorio buscando un tintero.

El cajón estaba lleno de todo tipo de artefactos y hojas y Delilah metió la mano para tomar el tintero pero se detuvo al ver una fotografía arrugada. Era una foto dinámica, por lo cual podía ver los movimientos de las personas en ella; eran dos chicos abrazados y riendo, el que se veía más alto era delgado y tenía una sonrisa apenada, Delilah supuso que era el profesor Lupin, ya que tenía las mismas cicatrices que hoy en día.

Pero el otro chico, lucía familiar y no sabía donde había ese rostro, tenía el cabello negro, un poco largo y estaba fumando un cigarro pero con un brazo sostenía al profesor Lupin de la cintura y después de soltar el humo de su boca, le dio un beso en la mejilla a Remus.


Delilah escuchó como alguien abrió la puerta y rápidamente dejo la foto en su lugar y cerró el cajón sin hacer ruido.

-Oh, Delilah- dijo Remus sorprendido cuando entró a su oficina, se veía muy cansado, como si estuviera enfermo y casi no tuviera energía.

-Una disculpa profesor, no quise molestar- se disculpó rápidamente

-No es ninguna molestia Delilah- aseguró él con una sonrisa- ¿En qué puedo ayudarte?- le preguntó

Lupin sólo había convivido con ella en clase, cuando respondía alguna pregunta, si bien era que había escuchado mucho de ella por las sesiones de crisis que tenía con Harry, nunca había hablado con ella.

-Sólo vine a entregarle esto- dijo mostrando la botella que tenía en sus manos- Como sabrá, trabajo con el Profesor Snape y me pidió que la trajera- explico con una sonrisa


Harry tenía razón, siempre describía a Delilah como un rayo de sol, con una felicidad contagiable y supo que tenía razón, aunque se encontraba increíblemente cansado, la sonrisa de la chica lo habían hecho sentirse mejor, era sorprendente como podía verse tan feliz todo el tiempo, considerando que la primera vez que la vio, su boggart daría a entender que había tenido momentos muy difíciles.

-Eso es muy amable Delilah, gracias- le aseguró con dulzura

-¿Algo que pueda hacer por usted o puedo retirarme?- preguntó con cortesía y Remus lo pensó

-En realidad sí- dijo él- ¿Cómo estás Delilah?- le preguntó

Delilah se confundió por la pregunta, creía que le iba a pedir un favor o algo, no que le preguntaría como estaba.

-Oh- dijo ella- Bien- sonrió- ¿Puedo saber por qué lo pregunta?- dijo ella

-Jamás tuve la oportunidad de preguntártelo aquella vez en clase de los boggarts- le recordó y Delilah se tensó al saber de qué hablaba- Sólo quiero asegurarme que todo está bien, que...- se detuvo antes de seguir- Que cuando acabe el año, tengas un lugar seguro al que regresar- dijo con cuidado.

No la conocía y no conocía su situación familiar o en casa, pero la imagen que había salido de ese boggart, lo habían dejado preocupado sobre el estado familiar de ella.

Delilah se quedó de pie, sin poder moverse, suponía que alguien en algún punto le iba a preguntar eso, pero como en el momento nadie lo había dicho, esperaba que todos lo hubieran olvidado para que ella no tuviera que dar explicaciones.

-Yo...- dijo Delilah titubeando- No creo que quiera escucharme- dijo con pena y Lupin sonrió

-Me han dicho que soy muy bueno escuchando- sonrió- Pero no quiero incomodarte ni presionarte a hablar de algo que no quieras- agregó- Mi puerta siempre está abierta por si gustas- afirmó con una sonrisa cálida

Delilah fue tentada a decirle, a decirle la verdad a alguien, a pedir ayuda... pero no se sentía lista para ello.


-Gracias profesor- aseguró, extendió la mano para entregarle la botella y Lupin la tomo, pero al estar tan cansado, la dejar caer accidentalmente.

-¡Lo lamento!- dijo Delilah saltando al escuchar el vidrio romperse- ¡Fue mi culpa!- se disculpó sacando su varita

-No, no, fui yo Delilah- le aseguró

-No se preocupe, puedo arreglarlo- dijo ella, iba a empezar el hechizo para regresar el líquido y pegar la botella pero el olor de la pócima invadió su nariz e identifico a instante que era.

Se quedó unos segundos viendo el líquido en el piso y luego al profesor Lupin, que la miró confundido, pero inmediatamente hizo el hechizo y la poción regresó a una nueva botella, intacta.

-Muchas gracias Delilah, y de nuevo, no te preocupes, fui yo- repitió Lupin

Delilah le sonrió rápidamente y salió de la oficina con calma, tal vez él no sabía el secreto de ella, pero ella en definitiva se fue sabiendo el secreto del profesor. 

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