Draco estaba saliendo del entrenamiento de Quidditch cuando el sol ya estaba cayendo, ni siquiera había podido concentrarse, no podía sacarse de la cabeza la conversación que había tenido horas antes.
No sabía que estaba haciendo, Delilah lo hacía sentir inútil, como si no pudiera dejar de pensar en otra persona más que en ella.
Cuando ella ofreció esperarla, ni siquiera lo dudo, sabía que quería jugar el juego largo, sabía que quería esperarla, lo que no sabía era el por qué.
¿Por qué de todas las chicas que había conocido, Delilah era quien lo volvía loco? ¿Por qué no podía sacarse de la mente sus ojos grisáceos? ¿Y por qué el color amarillo lo hacía sentir tanto en casa?
Se estaba preguntando todo esto mientras salía del estadio de Quidditch, pero se detuvo al notar la bata de Hufflepuff de Delilah. Estaba viéndolo con una sonrisa nerviosa y sostenía sus propias manos en consuelo.
Draco tragó saliva y se le acercó.
-Hola- la saludó con las mejillas sonrojadas por el ejercicio
-Hola- contestó Delilah nerviosa- Fui a cambiarme y, hable con Harry- le avisó- Creí que tú merecías lo mismo- le sonrió
Draco no creía que mereciera nada de ella, pero no iba a decirlo.
-Seguro- se encogió de hombros, extendió la mano para que Delilah caminará primero y ella obedeció.
Delilah paso sus manos atrás de su espalda, sin estar muy segura de como empezar está conversación, con Harry era más fácil, lo conocía desde pequeño y se sentía más cómoda con él.
Draco, lo conoció ese año y le ponía nerviosa, sentía mariposas en su estómago y un nudo se creaba en su garganta, pero al mismo tiempo, jamás se había sentido tan segura que cuando estaba con él.
-¿Tienes... alguna pregunta?- preguntó Delilah después de unos segundos en caminar
-Algunas- admitió Draco sin mostrar emoción alguna.
-¿Quieres compartirlas?- se burló ella
-¿En verdad te gusto?- la interrumpió Draco- Porque, por lo que me dijiste aquella noche, parecía que me odiabas- reveló de la nada.
Draco sabía que eso era lo que no le dejaba dormir en la noche, sentía que Delilah lo odiaba y nunca más se iban a volver a hablar, pero horas atrás, acababa de decirle que le gustaba, para Draco eso simplemente no tenía sentido.
No la culpaba por odiarlo, todo el mundo odiaba Draco y él compartía el sentimiento a él mismo, podía vivir en el mundo en el cual Delilah fuera como los demás, pero ahora ella acababa de cambiar todo lo que él conocía y sentía que estaba jugando con él.
El rostro de Delilah palideció, creyó que preguntaría cualquier cosa menos eso, creyó que preguntaría sobre como sería su relación ahora o algo que ver con Harry, pero ella quería evitar hablar de esa noche. La noche en dónde perdió el control.
-Sólo quiero saber a donde va esto- agregó Draco- Porque primero me dices que soy falso y ya te cansaste de mí y después me dices que te espere y que me quieres- Draco dejo de caminar- ¿Si entiendes lo confuso que es para mí?- le pregunto.
-Draco tampoco ha sido fácil para mí- dijo Delilah- Hasta hace unos meses descubrí de este lugar y no fue fácil darme cuenta de que mis sentimientos por Harry seguían y que ahora también desarrollé sentimientos por ti- lo señalo- Es cansado cuando todos me piden escoger entre los dos- confesó molesta
-Pero yo jamás pedí que escogieras- la detuvo Draco al instante- No soy tonto, todos aquí sabíamos que Potter y tú se gustaban- revelo- Yo supe desde el inicio cuál era el juego, Delilah- volteó los ojos en cansancio
El sol estaba a punto de esconderse y el campus se había tornado más oscuro, la mayoría de los estudiantes ya estaban regresando al interior de las instalaciones, con los rumores de Sirius Black cerca, nadie quería estar afuera en el anochecer. Pero Draco y Delilah estaban tan metidos en la conversación que apenas si pudieron notar el cambio.
-¿De qué estás hablando?- pregunto Delilah molesta
-¡Por favor!- levanto sus brazos- Todos veíamos como se observaban ustedes dos, desde el segundo que te hable, él intentó alejarte y tú lo dejabas ¿Tú crees que todo este tiempo no he sabido que estoy compitiendo contra Potter?- se burló
-¿Competir? ¿Ahora soy un premio?- pregunto insultada
-Yo no dije eso- se defendió Draco acercándose a ella- A lo que me refiero es que yo siempre he sabido que sientes algo por él y él por ti, y aún sabiendo eso, yo seguía ahí, yo no me di por vencido- aseguró con seriedad- Yo jamás te pedí una decisión- repitió.
Delilah lo observó incrédula sin poder creer lo que le estaba diciendo.
-¿Por qué jamás me dijiste esto?- le pegunto- Todo este tiempo creí que no me querías decir, que intentabas convencerte de que no me querías y todo este tiempo, tú sabías tus sentimientos ¿Y aun así decidiste guardarlos?- se quejó
Draco se rio con sarcasmo, las nubes arriba de ellos se habían tornado grises y una ligera lluvia estaba cayendo sobre sus cabezas pero a ningún de los dos le molesto.
-¿Yo soy quien ha ocultado sus sentimientos?- preguntó con burla- Tú eres quien nos negaba a Potter y a mí- se defendió- Yo respetaba lo que tenías con él, yo jamás intente apartarte de Potter ¿Puedes decir lo mismo de él?- le preguntó enojado- ¿Cuántas veces te ha dicho que te alejas de mí? ¿O se molesta cuando te ve conmigo? ¿Cuántas veces te ha dicho que no te quiero?- le preguntó
Delilah quiso decir algo pero no había forma de defender eso, tan sólo escuchaba las gotas de lluvia que ahora eran más fuertes.
-Exacto- dijo Draco después de unos segundos de silencio- Yo jamás te he reclamado sobre él, porque lo he respetado, siempre he sabido que si tú quieres estar conmigo, sería tu decisión, yo desde el inicio te dije quien era- afirmó
-¿Y qué esperabas que hiciera?- le preguntó Delilah- Yo ni siquiera sabía lo que sentía y tan sólo me confundías, he escuchado tantas cosas de ti e incluso te he visto hacerlas, cosas horribles, Draco- le reclamó- Pero cuando estabas conmigo eres alguien completamente diferente ¿Qué querías que hiciera?- le pregunto enojada acercándose a él
La lluvia ahora caí fuertemente en ellos pero ninguno de los dos podía dejar de observar al otro.
-¡Lo estaba intentando!- alzó la voz- ¿Sabes lo confuso que es sentir como todas mis defensas se bajan contigo? ¡Sé que soy un odioso, he tomado malas decisiones y las sigo tomando! ¡Pero me estaba esforzando, por ti!- dijo con dolor en sus ojos, su cabello le caí por la frente casi tapándolos y agua caía de él- ¿Sabes lo duró que fue para mí escucharte decir esas palabras?- Draco no sabía ni porque le estaba diciendo esto, pero había levantado la voz para que ella pudiera escucharlo por arriba de la lluvia- Te confíe una parte de mí que nunca le había confiado a nadie y luego vienes a decirme que estoy siendo falso- dijo dolor.
A Delilah le costaba verlo debido al fuerte agua que caía en sus cabezas, pero sentía que no podía moverse, ella se arrepentía cada día de aquella noche, la verdad era que se había enojado con Harry, pero aquel día Draco no le había hecho nada y había recibido las palabras más duras.
-¡Lo sé, y lo lamento, jamás quise lastimarte pero necesitaba que me dijeras esto! ¡Yo creí que estabas jugando conmigo, que me mentías y utilizabas!- gritó de regresó con un nudo en la garganta
-¿Jugar contigo?- preguntó Draco molesto- ¡Delilah, me traes como estúpido!- se burló de él mismo- ¡Aquella noche fue la quinta vez que intente llevarte flores, no puedo dejar de pensar en las estúpidas tartas de calabaza y cada vez que pienso en el color amarillo... !- sin embargo, se detuvo a él mismo, debía callarse o iba a decir algo que no quería
-¿Qué quieres decir?- pregunto Delilah dándose cuenta lo cerca que estaban ahora
-¿Me vas a hacer decirlo?- río Draco con sarcasmo- ¡Que no puedo dejar de pensar en ti, no puedo! ¡Me estás volviendo loco! ¡Y si mi apellido o reputación es lo que te hacen dudar de mí, sí a sí lo pidieras, dejaría de ser Malfoy para que entendieras que no soy lo que todos creen y que quiero ser más por ti, quiero ser más para ti!- gritó sobre la lluvia
Aún con el frío de la lluvia, Delilah sentía todo el rostro caliente, el corazón le latía como loco y su respiración estaba agitada, las palabras del chico quemaban en su pecho y quería mostrarle lo mucho que ardían, se acercó tomándolo por el cuello de su playera y lo acercó a él pero antes de que sus labios se tocaran; Delilah lo sintió, lo vio.
El frío, el fuego, la risa, las voces que le gritaban, los chicos.
El chico.
No fue ni un segundo lo que las imágenes estuvieron en ella, pero Draco la apartó con delicadeza.
Delilah lo observó confundido, no entendía por qué se había alejado, seguía con el corazón al mil por hora, las imágenes en su cabeza, seguían a centímetros de que sus labios se tocaron pero Draco no podía.
-Lo siento, no- susurró Draco y Delilah apenas si lo pudo oír- No quiero que tomes una decisión de la que no estés segura- dijo dando un paso hacia atrás- Lo siento- y sin más, se dio la vuelta y se dirigió hacia la entrada del campus.
Delilah se quedó en la lluvia asimilando las palabras del chico mientras lo miraba alejarse.
El chico, Draco era el otro chico de su visión.