After [Emiliaco]

By pinacocoMS

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Emilio y Joaquín tenían una relación secreta. Siete años después cuentan su historia. ¿Qué pasó después? Desp... More

PRÓLOGO
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EPÍLOGO/ Las Cartas
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By pinacocoMS


EMILIO

Me tomó aproximadamente 4 meses entender que nada de por lo que me sentía culpable, lo era realmente. Ni la muerte de mi padre, ni el hecho de no saberlo escuchar, o entender aún con vida. Fue difícil, pero el contar con Adari, Francisco y Joaquín era pieza fundamental porque volvían todo más fácil.

Ahora, después de un par de meses más, veía todo de colores nuevamente y sé que las salidas con Joaquín habían influido mucho en eso. Mi amiga lo entendía, porque sabía lo que él significaba para mí, en algunas ocasiones hizo chistes sobre que yo la había cambiado pero ambos sabíamos que no era así, cada uno tenía un significado especial y eran igual de importantes para mí pero por razones diferentes.

Varias veces también ella mencionaba la idea de regresar con Joaquín, pero yo sentía que era muy pronto, no había tocado ese tema con él a pesar de mi padre escribir que debía hacerlo. No era el momento y mucho menos quería obligarlo sólo porque mi padre lo había mencionado y no quise tocar el tema precisamente por eso, para no presionarlo. Además, las preguntas que más rondaban mi mente en esos cinco meses eran: ¿Él aún sentiría lo mismo? ¿Recordaría nuestra promesa? Porque yo sí, en ese tiempo que llevaba saliendo con él, me hizo volver a sentir cosas que solo había sentido con él hace años. Yo era feliz, pero su compañía me daba un plus porque tenía con quien compartirla pero no tenía la certeza de que él se sentía igual.

Por otro lado, estaba en mi mente la historia de mi papá con el hombre ahora llamado Armando, recuerdo a la perfección el día que Joaquín y yo nos lo encontramos en el centro comercial, ya sea por casualidad o por destino pero ese hombre estuvo ahí justo cuando pasamos y así pudimos conocer un poco más de la vida de mi padre.

No puedo negar que se me cristalizaron los ojos al saber, mis abuelos lo habían llevado a un programa de jóvenes de alguna religión para intentar corregir su orientación, B también mencionó los querían llevar a ambos con un psicólogo pero eran tiempos donde se veía muy mal ir con uno por creer era para gente "loca", por esa razón se les hizo más fácil acudir a la Iglesia. Por su parte, B huyó de su hogar, no quería ser obligado a ir con los jóvenes de la Iglesia porque sería a una diferente de la que iba mi padre, logró conseguir un trabajo y posteriormente un cuarto para vivir. Cuando creció se permitió ser lo que realmente era pero aún por debajo del agua porque la homosexualidad era un tema prohibido todavía.

También nos explicó cómo es que se habían puesto esos apodos, que si bien eran solo las iniciales de sus apellidos, para ellos tenía mucho un significado muy especial. Al llamarse por una sola letra les recordaba la firma que dejaban en todos los dibujos que creaban juntos, Armando aún llevaba uno en su cartera y me dio demasiada ternura ver cómo después de años lo atesoraba cual obra de arte.

Era un pequeño dibujo de un par de casas situadas de frente, donde un puente las unía, pero encima de este, se observaba un corazón en un intento de brillar. En la esquina superior derecha estaba la firma, la cual no era más que una B encerrada por una O.

En su relato incluyó tuvo más parejas, algunas de solo una noche, otras con la intención de ser serias pero no resultaban; además mencionó, jamás ninguno se le igualó a mi padre y no quiso usar a alguien más para tratar de olvidarlo porque sabía que no podría.

Y yo lo entendí a la perfección, cuando sabes que tú lugar solo es con una persona, así lleguen mil más, nadie ocuparía reemplazarle.

[...]

La noche de la cena navideña por fin había llegado, tal como los 3 años anteriores, Adari llegó a mi departamento alrededor del medio día para comenzar a preparar todo, esta vez sería para tres personas y eso me tenía más emocionado de lo que se imaginan.

Mi amiga y yo nos tomamos unos minutos para ponernos al día, comimos algo mientras hablábamos de cómo había estado nuestra semana ya que no nos habíamos visto desde el día que salimos a comprar todos los víveres para la cena, es decir, dos días atrás.

— ¿Ya pensaste en tus propósitos de este nuevo año? —

— Sí, definitivamente sí —suspiró— Pero sabes que mis propósitos del año siguiente los empiezo a trabajar desde el año en curso.

— Cierto... ¿Y cómo vas? —

— Mejor de lo que esperé, digamos que solo le falta ponerle colores —elevó ambas manos e hizo un ademán como si una bomba explotara.

Se encargó de llevar los platos sucios al fregadero y regresarlos limpios a su lugar dentro del gabinete mientras yo evitaba hacer más preguntas, son sus sueños y sé me hablará de ellos cuando mejor le parezca, no quise indagar más. Mejor elegí darme la vuelta y encaminarme a mi pequeña sala para atender una llamada en mi teléfono móvil, aún no leía el nombre pero ya sabía de quién se trataba por el sonido que emitió, sus notificaciones siempre estuvieron personalizadas.

— Hola —atendí mientras una sonrisa de dibujaba en mi rostro, siempre causa eso en mí. Por otro lado, Adari se dedicaba a hacerme señas raras con sus manos tratando de averiguar con quién hablaba, aunque debió suponerlo por el tono de voz que usé.

«Hola, buen día, ¿cómo te va?»

— Muy bien, Adari ya está aquí y pronto empezaremos a preparar todo, ¿y tú? —

«¡Qué padre! Hablas tan bien de su comida que muero por probar a ver qué tan cierto es... Yo salí a buscar algo para llevar pero sinceramente no sé qué»

— No te preocupes, no es necesario que traigas algo, ya tenemos todo —

«¿Cómo crees? No voy a ir de colado nada más, dime qué llevo» iba a repetir no era necesario algo pero él me interrumpió «Ya sé, llevaré un vino, aunque no sé si sea el adecuado, puede que tu amiga chef se moleste, pero igual lo llevaré»

— Está perfecto, yo creo que sí le va a gustar —

«Eso espero, de lo que estoy seguro es que a ti sí te va a encantar»

— Sí, sí me encantas —suspiré con una sonrisa tonta.

«¿Qué?»

— No, nada, que sí me encanta el vino... Nos vemos más tarde —no dije más y terminé la llamada.

Después de la tan grata plática con Joaquín donde claramente quedó exhibido lo mucho que lo aprecio, me dispuse a ayudar a mi amiga con la comida no sin antes poner en mis pequeñas bocinas algo de música para hacer más ameno el ambiente.

— ¿Pongo Love You? —Adari estaba en busca de buena música en mi biblioteca y justo quiso esa playlist, la última vez que la escuchamos juntos fue cuando viajábamos de regreso a su departamento después de ir de visita con su papá y su mamá.

— Sí —hablé eufóricamente. Siempre me ha gustado recordar cómo es que fuimos agregando cada canción y ahora que habíamos vuelto a frecuentar ya no dolían los viejos tiempos.

— Está bien; pero sigo sin creer que hayan agregado «Into you» de la diosa Ariana —reí recordando la letra y la primera vez que Adari la notó en la lista— Y también sigo sin querer saber cuándo y porqué la añadieron.

— Igual no te iba a decir —alcé los hombros como un niño al no querer hacer algo. Enseguida la música comenzó a sonar y ambos estábamos listos para todo lo que debíamos hacer.

Comencé por acomodar en una charola para hornear los espárragos mientras ella acercaba a la mesa la sal y la pimienta para poder sazonar.
Poco a poco fuimos preparando todo lo necesario, sería una cena a tres tiempos así que nos llevó varias horas tener todo listo pero al final valió la pena. Enseguida pasamos a preparar la pasta, los bollos, el pollo, la salsa de estragón y por último lo que sería el postre que era una cosa de nombre raro.

Más tarde me dediqué a picar las frutas para el ponche, solo eso restaba por hacer y todo estaría listo para una de las mejores noches de mi vida.

Unos minutos después, mi amiga me dio indicaciones de cómo terminar de hacer nuestra bebida, se despidió de mí para ir a su departamento y ponerse bella, pero sinceramente ya lo estaba, se fue no sin antes yo le suplicara que llegara unos minutos antes de la hora en que citamos a Joaquín, sabía que la necesitaría para no ponerme nervioso ante su llegada.

Estuve un rato más en la cocina entreteniéndome viendo en mi teléfono publicaciones de «Nuevas teorías Emiliaco» hasta que era hora de apagar la estufa, sabía que si me iba a mi habitación, se me olvidaría. Enseguida corrí a bañarme, había elegido lo que usaría desde unas horas antes así que por esa parte ya no habría ningún problema.

Era hora, 7:00 p.m. y Adari hacía aparición en mi departamento luciendo un hermoso vestido rojo con flores negras bordadas en la falda que dejaba al descubierto sus cortas y blancas piernas, en sus pies se podían apreciar unas hermosas zapatillas negras de gamusa. Un par de pulseras plateadas adornaban su suave mano izquierda y en la derecha hacía aparición la negra que teníamos a juego, en su cuello ajustó un shocker del mismo color.
Su peinado fue sencillo al igual que su maquillaje lo que hizo que sus labios rojos resaltaran aún más.

Pronto escuchamos el timbre sonar.

— Es él. ¡Es él, es él, es él! —me levanté  de golpe y corrí a abrirle dejando el sofá tras de mí. Adari por su parte comenzó a caminar hacia la puerta para también darle la bienvenida.

— Hola, esto es lo que pude conseguir —habló con una sonrisa en su rostro y su mirada perdida en la botella de vino.

— Joa, te dije que no era nece... —mi amiga me interrumpió.

— Wow, ¿un Balbás Le Bijou Rose? Es perfecto, gracias. Ven, pasa —le sonrió de regreso.

— Gracias por la invitación —

— No es nada, siempre es bueno pasar la Navidad con tus seres queridos, ¿no? —volví a tomar la palabra.

— Sí —me miró sonriendo y nos quedamos viendo por unos segundos hasta que escuché carraspear a mi amiga.

— Cierto, Joaquín ella es Adari, Adari él es Joaquín —

— Un gusto, Emilio me ha hablado bastante de ti —Joaquín pronto estrechó la mano de mi amiga.

— Puedo decir exactamente lo mismo —le sonrió de regreso. A este punto no sabía si era conveniente que Joaquín supiera hablaba mucho de él.

— Bueno, ¿qué tal si pasamos al comedor? —me di cuenta que seguíamos en la puerta así que no dudé en invitarlos a pasar y poder continuar con nuestra noche. Accedieron, segundos después ya estábamos caminando hacia mi pequeña mesa con cuatro sillas.

— Huele delicioso —Joaquín ya había tomado asiento eligiendo la silla que estaba a mi izquierda.

— Agradécele a ella —señalé a mi amiga— Es una diosa en la cocina.

— No es para tanto —la miré de forma acusadora— Bueno, sí, un poco, siempre he amado cocinar.

Ambos se sonrieron mutuamente.

Comenzamos nuestra noche con un poco de ponche, aún estaba caliente así que fue perfecto porque claramente se sentía el aire frío transitar por el lugar. Pero no importaba, dos de mis personas más importantes volvían todo más cálido.

Palabras iban, palabras venían. Las 10:30 de la noche nos envolvió en una plática sobre la línea de ropa de Joaquín, comentó tenía hasta la fecha siete diseños, entre camisetas, jeans y vestidos. No tenía seguro de cuántos serían necesarios para lanzar la colección o comenzar a buscar textilerías para comenzar a producirlos pero él aseguró que le estaba yendo muy bien y eso era lo importante.

Era hora de la cena. Joaco y Adari quisieron ayudarme con los platos y cubiertos pero fueron mis invitados así que fui yo el que se levantó y sirvió todo. Comencé por servir la pasta y sinceramente olía delicioso, Joaquín lo dijo.

— Vamos, prueba, quiero ver tu cara la primera vez que consuma algo hecho por estas preciosas manos —tomé de las manos a mi amiga y miré a Joaco quien estaba a punto de llevarse una cucharada de pasta con espárragos.

— Ya —Adari alargó la vocal mientras reía y me daba un golpe suave en dorso de mi mano izquierda— No es para tanto.

— Sí lo es, vamos Joaco —

Su cara al mascar representó un total placer gustativo, y lo entiendo, Adari tiene un don especial.

Terminamos la pasta y era hora del segundo plato; el pollo se veía exquisito, serví en platos blancos y acompañamos con brócoli a la mantequilla.

Poco a poco los minutos fueron pasando, dejándonos con gratas anécdotas que entre nosotros hablábamos mientras la comida en nuestros platos iba desapareciendo.

— Oh sí, vi eso... Fue muy lindo de su parte que las fans repartieran luces led para acompañarte en la canción —justo ahora hablábamos de los conciertos de Joaquín y el cómo sus seguidores siempre se esmeraban en hacerle saber lo mucho que aman su música. No caí en cuenta de lo que estaba diciendo hasta que él me miró confundido y habló.

— Espera. ¿Lo viste? —Adari se encargó de darme un suave golpe con su pie por debajo de la mesa, sabía que entre líneas había revelado asistí al concierto.

— No, bueno, sí, vi unas fotos, ya sabes, las redes —sonreí nervioso— Supuse que las fans habían repartido eso, sinceramente se veía muy cool.

— Ah, sí, claro, las fotos —él habló un poco confundido.

— Sí, vimos por ahí un par de fotos, yo se las mostré —mi amiga tomó la palabra para romper la poca tensión que comenzaba a sentirse— Y bueno, ¿ya sirvo el postre? Joaquín, espera a que pruebes lo que hicimos.

— La verdad es que ya no me queda espacio en el estómago para eso pero lo intentaré solo por ser algo suyo —sonrió— ¿Te ayudo con algo?

La respuesta de mi amiga fue negativa. Ella sirvió y decoró tal como habíamos acordado durante la tarde.

Debo admitir que atrevernos a hacer algo diferente de los años anteriores no fue para nada una mala idea, el postre esta vez fue algo llamado panna cotta, la cual acompañamos con rebanadas de durazno asadas en parrilla, también preparamos una mermelada pero servirla en cada plato fue opcional. A mi invitado especial le había gustado todo, y eso era lo principal porque era necesario se llevara una buena impresión de mí y mis habilidades en la cocina que claramente están en proceso.

Pronto llegó la media noche, la hora del brindis; dejamos que Joaco nos hiciera el honor de abrir el vino y servir en las copas.

— Por que la Navidad llegue con bendiciones para los planes que tenemos en un futuro —Adari habló primero.

— Por que podamos cumplir promesas del pasado —quedé sin palabras al escucharlo a él.

— Por que podamos retomar planes inconclusos del ayer —

Al terminar nos dimos un abrazo. Repito, me siento mucho mejor y los abrazos se sienten más cálidos si vienen de alguien que sé me quiere sin importar qué, no puedo pensar en otro plan que sea mejor a pasar la Navidad con mi mejor amiga y el chico del que estoy enamorado. Simplemente es increíble, no hay palabras para definir exactamente lo que sentí.

Fue como volver a creer en que la idea de un después no asusta tanto si lo planeas con las personas que quieres.

★★★★★★★
"No habrá semana que les deje sin actualizar" quedé

No me odien, pero ya entré a clases y mi tiempo se me va ahí, pero hoy son dos capítulos y una foto de los Liacos con Adari en Navidad para compensar el de la semana pasada :')

Gracias por leer, les amo.

—piñacocoMS 💟

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