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Cuarenta y siete

Bae Joohyun

-Eres un idiota- dije mientras cerraba la puerta del auto de un solo portazo, realmente me sentía enojada, y no solo eso, sino que más bien quería gritar todas las malas palabras que se me ocurrieran, de la a ha la z hasta que Jungkook lo supiera.

-¿Ahora porque estás molesta?- había replicado de forma cínica.

Sin embargo al ponerme a medir mejor sus palabras y su expresión noté como es que al parecer él realmente sentía lo que decía.

-¿Como es que dejaste que se fuera?- cuestione para ponerlo más en contexto -Hablo de Rose invencil- tuve que explicar para que entendiera ya que se detuvo unos segundos a analizar mis palabras.

-Ah eso- replicó restándole importancia. Mientras encendía el auto -No te preocupes... ella siempre ha sido así, es como un juego que tenemos... Rose finge enojarse, se va a casa de su madre y luego regresa como un perro arrepentido, sin embargo tengo que darle el crédito que siempre que regresa el sexo es bueno, supongo que es porque me extraña- Fue ahí donde me cuestione si realmente quería que Jungkook fuera quien me ayudara, ya que al parecer él solo dejaba que las cosas se fueran a la mierda sin intentar arreglarlas.

Y compartíamos los mismos objetivos pero él ni siquiera sabía dónde estaba parado.

-Su madre, claro que sí- dije apretando mis dientes -¿Eres ciego o te haces?- cuestione aunque realmente no espera una respuesta de sus labios -Adivina quien no dejó que nadie entrara a su casa las últimas semanas- dije esperado que siguiera el hilo.

-¿Quién?

-Jungkook... enfócate- volví a replicar molesta -Jin, le dijo a todo el personal que trabaja en su casa que las visitas de todo tipo estaban prohibidas, ninguna fiesta, ni ningún amigo... justo los mismos días que Rose desapareció ¿Porqué crees que habrá sido.

-¿Tú dices que ellos?- preguntó dudando.

-Si... ellos dos estuvieron juntos todo este tiempo.

-Pero Rose dijo que estaba con su madre.

-Claro la madre que ella tanto ama y es más, la única persona que entró a la casa de Jin fue justo la madre de Rose.

-Espera, estás tan molesta conmigo pero después de todo era tu trabajo vigilar a Jin- replicó finalmente, y a pesar de que no eran las palabras o la motivación que esperaba al menos ya era algo.

-Rose es tu esposa- eso te hace más culpable a ti- exprese tocando mi frente -Dijiste que harías que lo odiará pero ahora huye con él... si que eres un genio.

-Volvió... sea lo que sea, regreso y tal como te dije esta será la última vez que haga algo como eso... porque en vez de pelear y culpar al otro nos encargaremos de que ellos nunca más quiebran verse.

-Vaya mierda- dije al ver su actitud tan queminportista -Como sea ¿no te parece sospechoso que haya regresado?

-Porque sería sospechoso... Rose me ama y yo la amo... nuestra relación es así.

-Pero aún así... la gente se cansa.

-Yo no le cansaré de ella.

-Pero quizá ella si se canse de ti.

-Supongo que aún no puedes entender la forma de amar de Rose... no importa cuanto dolor sea... cuanto la pisotees o humilles, Rose siempre regresa, siempre perdona, siempre ama, supongo que por eso Jin te dijo que seas su amiga... no lo dijo porque quiera tenerla vigilada o algo así, lo dijo porque jamás te traicionaría y si Jin no puede estar a tu lado Rose lo estará.

Y a pesar de que Jungkook había empezado hablando como si aquello le diera lo mismo, al decir aquellas palabras no hubo furia u odio, ni siquiera al nombrar a Jin, y casi por un segundo sentí como si en medio de todo eso él aún anhelara algo totalmente diferente, casi como si dijera que después de todo incluso si decía odiar a Jin con todas sus fuerzas, había amor en aquella mirada.

Después de todo cuando era una niña mientras veía la amistad de esos siete chicos creí que duraría para siempre, todos lo creímos así, pero hay cosas en la vida que nadie puede predecir, y eso habían sido ellos.

Así que lo único que esperaba ahora era no dudar no dudar cómo al parecer Jungkook lo hacía, fue ahí donde sentí haber finalmente interpretado su actitud, no era que no le importara , si no más bien le importaba demasiado.