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Veintisiete

Crawford Kim Rose

Rose había permanecido en aquella cama mientras su cabeza no dejaba de pensar en las palabras de Jin, estaba nerviosa sin embargo sentía que aquello sería una buena oportunidad para conversar.

Sin embargo el sonido de la puerta hizo que volviera a la realidad, ya era la madrugada y Jungkook había llegado a casa.

Cada paso mostraba la proximidad de este. Había chocado con un par de objetos y Rose lo supo, estaba ebrio y solo deseó que no llegara a la habitación, sin embargo las cosas no siempre eran como deseaba, la puerta de la habitación fue abierta y Rose cerró los ojos fingiendo estar dormida.

-Hola- había expresado Jungkook mientras se sentada a su lado -Se que estás despierta Rose, siempre lo estás- replicó acariciado su cabello mientras empezaba a apretarlo más -No tienes idea de lo caliente que estoy- había dicho mientras empezaba a deslizar sus manos por el cuerpo de ella, había llegado a sus pechos, fue ahí cuando Rose no pudo evitar estremecerse intentado evitar el contacto con Jungkook.

-¿Acaso no te gusta como te toco?- replicó haciendo fuerza y apretando los pechos de ella.

-Estás ebrio- había respondido intentado empujarlo.

-Siempre finges ser buena pero eres muy mala Rose- expreso tomándola del torso y apegándola a él mientras tomaba las manos de ella -¿Lo sientes?- había cuestionado mientras usaba la mano de ella para tocar su miembro -No entiendo por que carajos solo me puedo poner duro cuando pienso en ti- replicó mientras su voz se ponía más gruesa -Eso me enoja tanto.

Los ojos de Rose se habían cerrado para así evitar que lágrimas salieran por sus ojos.

-¿Acaso no te gustan mis caricias?- Jungkook ahora había empezado a intentar meter su mano bajo la ropa interior de Rose y esta hizo más esfuerzo para soltarse -Y si te dijera que puedes decir su nombre,¿te gustaría más?.

-Jodete- replicó Rose empujándolo -Actúas como un idiota.

-Vamos Rose, tú misma me dijiste eso la primera vez que tuvimos sexo... llámame como quieras... que tonta eras- Rose lo había mirado confusa sin embargo fue ahí cuando recordó aquella.

-Yo realmente creí que te gustaba alguien más- había dicho la chica bajado su mirada- y así había sido y ahora entendía que quizá aquello había sido su primera error, había supuesto algo de lo que no era consiente y tampoco trato de preguntárselo por qué aquella respuesta en realidad le asustaba.

-Siempre te quise y lo sabias- dijo haciendo un fallido intento por besarla.

-Siento aquello, siento haberte lastimado pero....-

-¿Y te arrepientes?, claro que lo haces- replicó ahora empujándola.

-Jungkook- había replicado ella, se odiaba a sí misma por sentirse tan vulnerable cuando veía a Jungkook así.

-No tienes idea de cuánto te amo- había replicado él mientras se desplomaba en los brazos de Rose -Haría lo que sea por ti- explicó acurrucándose en los brazos de la chica -Lo sabes ¿verdad?- replicó besándola en los labios. Y si que estaba dispuesto hacer lo que sea por ella.

Kim Seok Jin

Aquella mañana se había levantado incluso antes que su alarma sonara, estaba tan emocionado y sentía que no aguantaría la espera.

Había mandado a preparar todo tipo de platillos que a Rose le gustaban y hasta incluso pidió que decoraran aquel lugar con rosas de todos los colores y aún así sentía que aquello no era suficiente para ella.

La hora estaba próxima a llegar y mientras estaba parado en la puerta del lugar la vio llegar, había sido tan puntual como siempre, llevaba un vestido de color amarillo que según Jin le iba a la perfección y su cabello iba recogido en una de sus clásicas coletas, lucía hermosa, pensó.

-Hola- había dicho sonriendo mientras caminaba hacia él.

-Luces hermosa- dijo por inercia haciendo que las mejillas de Rose se sonrojaran.

-Gracias- dijo bajando su cabeza.

-Tengo una sorpresa para ti- expreso este levantando una venda de seda dando a entender que vendaría sus ojos -¿Puedo?- cuestionó mientras ella asentía.

-Solo falta un poco- replicó en su oído mientras ella caminabas tientas.

-Estás loco Jin- replicó, y creía eso sin embargo no podía negar que también se sentía emocionada, nada podría resultar mal cuando se trataba de Jin.

-Llegamos- susurró en su oído -¿Estás lista?- Rose podía apercibir en dulce sabor de postres recién horneados y su estómago empezó a crujir por el hambre que sentía y fue ahí cuando Jin empezó a quitar aquella venda.

Era aquel pórtico de jardín, en la cual había una mesa llena de postres deliciosos y rosas que decoraban las paredes, aquello podía ser comparado con un sueño.

-¿Te gusta?- había cuestionado sonriendo.

-Es perfecto- había replicado Rose sin embargo aquello era demasiado, demasiado para alguien como ella.

-Ven siéntate- explicó este tomado la mano de Rose y haciendo que se acomodara en una silla -Estoy tan feliz de verte.

-Yo también...- replicó esta -estoy feliz de verte- aquello había hecho que Jin sonriera, si tan solo besarla no fuera incorrecto, al menos tenía la suerte de verla y poder hablar con ella y aunque pareciera poco aquello significaba mucho para él.