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Veintiuno

Crawford Kim Rose

Los días habían parecido iguales, amanecía y atardecía y en realidad nada de eso parecía tener mucho sentido, tanto que ni siquiera recordaba la hora en la que había empezado a ver por la ventana, durante varios días lo único que había hecho era permanecer en cama, aveces dormía y otras solo miraba a la ventana, muchas veces me daba cuenta de que el tiempo había pasado cuando la puerta que anunciaba la llegada de Jungkook se había presente, aunque durante esos días este también había dejado de venir.

Parte de mí quería cuestionarlo por aquello sin embargo no tenía energía para escucharlo mentir descaradamente.

Sin embargo a diferencia de otras veces me había levantado de mi cama y había tomado un baño para luego quedarme sentada en la cama mirando a la nada.

-¿Rose?- Escuche su voz trayéndome a la realidad.

-Lo siento, no noté que habías llegado- respondí suspirado, por que a pesar de que era verdad Jungkook parecía molesto.

-Falta como una hora para que nos vayamos, deberías ya haberte cambiado- ni siquiera estaba segura de lo que él hablaba pero aún así estaba segura que yo no quería ir a ningún lugar.

-En realidad no tengo mucha energía para salir- expuso desviando mi mirada otra vez hacia la ventana.

-Es una cena importante y no estoy preguntado si quieres hacerlo- había dicho este tomando mi brazo mientras me obligaba a levantar de la cama.

-¡Me lástimas!- repusé de inmediato agitado mi brazo para liberarme de su agarre.

-¿Sabes quien estará ahí esta noche?- dijo acercándose a mi oído mientras yo negaba con la cabeza -Jin- al escuchar su nombre deje de luchar para que Jungkook me soltase -Así que quiero que vayas y te arregles.

-Por favor, no me obligues a ir- replique intentado que cambiara de opinión.

-Vamos Rose, dieces que me amas, ¿verdad?- el tono de voz de Jungkook era cada vez más alto.

-Sabes que lo hago- dije sin dudar ni un segundo aunque parte de mí supuso lo que él diría a continuación.

-Entonces quiero que lo pruebes- concluyó soltado mi brazo y apartándose de mí -Quiero que sin importar lo qué pase demuestres que me amas, que estés a mi lado como lo prometiste y que jamás olvides que solo nos tenemos el uno al otro.

Aquellas habían sido sus palabras antes de salir de la habitación, en ese momento tantos sentimientos llegaron de golpe hacia mí, que incluso caía otra vez a la cama.

Podía decir que no sabía lo que quería sin embargo eso era mentira, ahora finalmente había entendido que lo que quería no podía tener.

Estaba cansada y solo quería dormir, incluso pensar en comida me disgusta y todo el tiempo sentía que estaba en modo automático.

-Solo nos tenemos el uno al otro- aquella frase se repetía una y otra vez en mi, durante varios años me había repetido una y otra vez esa misma frase -Solo nos tenemos el uno al otro.

Sin darme cuenta lágrimas habían empezado a caer por mis mejillas y a la fuerza me levanté de la cama, había ido al armario y tomando las primeras prendas que parecían correctas para la ocasión me vestí.

Cuando tuve que empezar a maquillarme noté que aquella sería la parte más difícil, no importaba cuanto tiempo durmiera al parecer las prominentes ojeras ahora se hacían parte de mí, mi piel se veía descuidaba y por primera vez noté que el tiempo que había pasado pero no solo los días de ahora sino desde que conocí a Jin y luego a Jungkook.

Ya no era una adolescente y eso era evidente. Quizá así era como siempre se había sentido mi madre. Mi cuerpo ya no era el mismo y ahora el tiempo se manifestaba en mi piel.

Siempre había creído que al crecer muchos sentimientos y pensamientos desaparecen, cosas como inseguridades y miedos sin embargo aquello había permanecido en mi.

Me sentía débil y la idea de que la única persona que solía poder apoyarme era ahora el causante de la mayoría de esas cosas me repudió.

-Vez así está mucho mejor- dijo Jungkook apoyando su cuerpo en el marco de la puerta mientras me miraba.

Podía ver su reflejo gracias al espejo sin embargo aún así evite su mirada.

-Sabes que te quiero, ¿verdad?- dijo bajando su vista así como siempre lo solía hacer -Todo lo que hago lo hago por ti, por nosotros- recalcó caminando hacia mi.

Había escuchado claramente sus palabras pero fingí que no y continué con mi maquillaje. Hasta que sentí sus manos sobre mis hombros.

-Sabes que odio tener que enojarme contigo- replicó inclinándose hasta a mí y besado mi mejilla -Pero te amo demasiado.

-Ya lo sé- respondí suspirado y tomado su mano.

El día en que había perdido mi virginidad me había dicho a mí misma que así de doloroso se sentía el amor sin embargo Jin me había corregido diciendo que había sido su error lastimarme y que no debía sufrir y menos con algo que debía hacerme sentir bien.

Así que luego relacione el dolor con la llegada de algo mejor, casi como un proceso de cambio, se tiene que pasar por algo doloroso para acabar descubriendo lo bueno.

Y me dije a mi misma que esto alguna vez pararía que luego dejaría de doler pero mi pecho solo se oprimía más y más.

-¿Como estás tan seguro que me amas?- quise cuestionar sin embargo al ver su reflejo otra vez no pude hacerlo.

Siempre había creído que el amor significaba darlo todo por alguien más y no dudaría ni un segundo en dar todo por él pero ahora me cuestionaba a mi misma si es que eso sí era amor.